Portada de antigua versión de Revista Libre Pensamiento

jueves, 18 de octubre de 2018

Si no hay acá comunismo, ¿qué encierran estos ideales de Benjamin Zeledón?

Si no hay acá comunismo, ¿qué encierran estos ideales de Benjamín Zeledón?

“La anciana encorvada por la miseria, el niño pálido por la escasez serán redimidos. El pobre humillado, escarnecido por una insolente oligarquía, tendrá pan para sus bocas hambrientas y lienzos para cubrir sus ateridos cuerpos desnudos […] el artesano, fuerza fecunda, propulsora de las naciones, podrá trabajar con entera independencia […] Nuestros hijos, nuestros hermanos, tendrán escuelas, y la instrucción pública [será] difundida por todas partes…”.


“Por la igualdad, por la libertad y por la autonomía nacional luchamos. Queremos que el pueblo no se muera de hambre, que desaparezcan los explotadores, los hombres que envilecen […] que haya verdadero bienestar para todos los hombres, para los del montón, para los anónimos, a quienes la oligarquía llama despectivamente ‘carne de cañón’…”.

sábado, 6 de octubre de 2018

La resistencia de Benjamín Zeledón contra el invasor yanqui

La resistencia de Benjamín Zeledón contra el invasor yanqui*
Revista Libre Pensamiento

La gesta de Zeledón se constituyó en antecedente colosal de la que Sandino, al frente del pueblo, protagonizó entre 1927-1934. Éste tenía 17 años cuando fue testigo presencial del destace de nicaragüenses en Masaya y en otros puntos de Nicaragua, por parte de los interventores. Personalmente, vio el cadáver de Zeledón, cuya muerte heroica le dio la clave de la “situación nacional frente al filibusterismo norteamericano”. Por esta razón, la guerra libertaria de 1927-1934 en que se vio involucrado, la estimó “una continuación de aquélla”; desatada anteriormente, justamente en contra del mismo enemigo. Como señala Selser, Sandino con relación a Zeledón, plantea algo doblemente importante: primero, porque da su propia visión del héroe antiimperialista de 1912, llamándolo general “invicto y glorioso”; segundo, porque establece el vínculo entre la lucha de Zeledón y la que a él le tocó encabezar directamente.


Benjamín Zeledón nació en La Concordia, Jinotega, el 4 de octubre de 1879. Hizo su secundaria en Tegucigalpa, Honduras. Se graduó de abogado en 1903. En 1905, se casó con Esther Ramírez Jerez, hija de Jerónimo Ramírez, prominente miembro del Partido Conservador. Durante el Gobierno de Zelaya, fungió, por poco tiempo, como ministro de Guerra. Promovió leyes que beneficiaron a la naciente clase obrera, en cuyo seno ganó simpatías.

En 1907, peleó en Namasigüe, Honduras. Ello le valió, en agosto de ese año, su ascenso a coronel. Más tarde, Zelaya lo nombró juez ante la Corte de Justicia Centroamericana, con sede en Cartago, Costa Rica. Fue militante del Partido Liberal. En 1909, participó en la guerra civil desencadenada a raíz del alzamiento del general Juan José Estrada en el Atlántico. Luchando contra éste, durante la presidencia de Madriz, se destacó en la batalla de Tisma (Selser, 1980: 11-12, 14; Selser, 2001: 241).

Aunque el Zelayismo fue desplazado del poder, el Liberalismo continuó expresándose como fuerza de oposición, aprovechando las disensiones entre los conservadores. En este marco, se produjo el levantamiento conjunto de Luis Mena y Benjamín Zeledón. El primero aspiraba a la presidencia que Díaz le impedía. El segundo soñaba con recuperar la legalidad de su partido y conque, una vez en el poder, éste pudiera funcionar en pie de igualdad con el Conservador, tal como Mena prometiera. El alzamiento de las fuerzas coligadas se inició el 29 de julio de 1912.

La Asamblea Nacional, que aún respondía a Mena, desconoció a Díaz y nombró al primero en su lugar. Los liberales se alzaron en León y se tomaron la ciudad. Zeledón se hizo cargo de Masaya y, con los pobres medios con que contaba, fortificó El Coyotepe y La Barranca. De Granada se responsabilizó Daniel Mena, hijo de Luis. Sólo Managua quedó en poder de Díaz, quien, con sus ministros, se dirigió a la legación estadounidense para instalar allí provisoriamente la sede de su gobierno.

A pesar de ser un militar experimentado y de tener todo en su favor, Mena en vez de atacar, se mostró inactivo. Pero, lo que él no hizo, sí lo hizo Zeledón, sometiendo a la capital a bombardeo de artillería, desde el 11 al 14 de agosto; lo que combinó con ataques de infantería de civiles. Careciendo del apoyo de los Mena, y sin posibilidades de tomar la capital, Zeledón puso fin al sitio que había impuesto en ella y regresó a Masaya. De este modo, los jefes militares conservadores, Barberena y Chamorro, ganaron tiempo, energía y, desde luego, apoyo de los interventores. El 14 de agosto, día en que Zeledón regresaba a Masaya, los interventores, en Managua y en otros puntos del país, ya sumaban 600 efectivos.

Zeledón alzó su voz en contra de la intervención y rechazó la mediación de Butler. Argumentó que el arreglo de los asuntos internos sólo podía ser competencia de los nicaragüenses. En un bando del 10 de agosto, expuso las motivaciones de su lucha:

“La anciana encorvada por la miseria, el niño pálido por la escasez serán redimidos. El pobre humillado, escarnecido por una insolente oligarquía, tendrá pan para sus bocas hambrientas y lienzos para cubrir sus ateridos cuerpos desnudos […] el artesano, fuerza fecunda, propulsora de las naciones, podrá trabajar con entera independencia […] Nuestros hijos, nuestros hermanos, tendrán escuelas, y la instrucción pública [será] difundida por todas partes…”. (Selser, 1980: 17-19).

Los Mena se rindieron ante Smedley Butler, entre el 24 y 25 de septiembre, sin haber disparado un sólo tiro; prevenido a Zeledón de que procederían de esa forma o proporcionarle sus armas y municiones. Él héroe antiimperialista, pese a todo, prosiguió sólo su lucha contra el interventor. Sobre él hubo presión. Resultó vana. A Southerland -que le envió una exhortación- le manifestó su disposición para discutir con él lo atinente a la violación de la soberanía del país por el desembarco en su territorio; la toma de sus puertos y las amenazas proferidas de parte de sus subalternos, añadiéndole que ello era un proceder extraño, viniendo de cualquier país civilizado.

Fracasada la intentona de los interventores de doblegar a Zeledón, Chamorro emprendió otra, utilizando al doctor Jerónimo Ramírez, suegro del primero. De la entrevista entre ellos, resultó una carta testamento del 12 de octubre, que Zeledón dirigió a su esposa y a sus hijos. Decía, en parte, que Chamorro estúpidamente lo creía igual a él. Refiriéndose a su esposa e hijos, los llamaba “esos pedazos de mi corazón para quienes quiero una Nicaragua libre y soberana”. Explicaba que, al rebelarse, no pensó más en su familia, sino en la causa libertaria. Y sin hacerse ilusión alguna, anotaba que “al rechazar las humillantes ofertas de oro y honores” que le hicieron, había firmado su “sentencia de muerte”. Manifestaba que jamás podría tolerar ni acostumbrarse “a la humillación y la vergüenza de un interventor”.

El mismo día de la entrevista entre suegro y yerno, el coronel Pendlenton conminó a Zeledón a rendirse, dándole de plazo final el 3 de octubre, sopena de atacarlo en sus posiciones con artillería para desalojarlo de allí. Zeledón respondió:

“Por la igualdad, por la libertad y por la autonomía nacional luchamos. Queremos que el pueblo no se muera de hambre, que desaparezcan los explotadores, los hombres que envilecen […] que haya verdadero bienestar para todos los hombres, para los del montón, para los anónimos, a quienes la oligarquía llama despectivamente ‘carne de cañón’…”.

Expirado el plazo dado a Zeledón, las fortalezas de El Coyotepe y La Barranca -que estaban aún en su poder- fueron atacadas. En pocas horas, cayeron en manos de los interventores. Los muertos y heridos del lado de los patriotas se contaron por centenas; los de los atacantes, sumaban dos docenas. Masaya fue víctima de un saqueo generalizado por parte de los conservadores, hecho reconocido por Cuadra Pasos (Cuadra, 1976: 428). Zeledón y un grupo pequeño de los suyos, se dirigieron a Jinotepe, donde esperaban proseguir la resistencia, desconociendo que dicha ciudad se encontraba ya en poder de tropas gubernamentales.

En la marcha, se toparon con las fuerzas de caballería del gobierno que los intimó a la rendición. Prefirieron combatir. Zeledón y el general Vega fueron heridos gravemente y luego capturados. Lo que vino después no es conocido con certeza (Selser, 1980: pp. 21-23, 27-28). Según Richard Millett, Zeledón fue capturado por las tropas de Díaz al momento en que “huía de la batalla”. Pero, al día siguiente, el gobierno que éste presidía informó que había muerto en ella (Millett, 1979: 43-48).

Después de Zeledón, sostenía el Partido Renovador Autonomista en 1932, la lucha ulterior se redujo “a una pugna de conservadores y liberales igualmente traidores por hacerse preferir dentro de la servidumbre de la plutocracia de Estados Unidos”. (Véase referencia en bibliografía). Así fueron las cosas hasta que, en el escenario de la política nacional, apareció Sandino.

* Extracto del artículo: Imposición del dominio yanqui en Nicaragua y Resistencia Sandinista. https://librepenicmoncjose.blogspot.com/2010/07/imposicion-del-dominio-yanqui-en.html

lunes, 1 de octubre de 2018

Mentiras que parecen verdades ¿Es EEUU el mejor país del mundo?

Mentiras que parecen verdades ¿Es EEUU el mejor país del mundo?
Revista Libre Pensamiento 


En un video del 2012, se muestra un debate público en EEUU. En él, a la pregunta sobre si esta nación es la mejor del mundo, los asistentes sostuvieron rotundamente que sí, partiendo del supuesto de que en él hay más libertades y mayores oportunidades que en ninguna otra parte. 

Sólo uno de los asistentes mantuvo lo contrario haciendo ver que su país, en no pocos rubros, está por debajo de los países europeos, ocupando el puesto 27 en matemáticas, 49 en esperanza de vida, 3 en ingresos del hogar, 7 en alfabetización, 22 en ciencia, 4 en mano de obra y exportaciones. La misma persona sostuvo que su país, a nivel global, ocupa el lugar Nº 178 en mortalidad infantil. 

Acotó que sólo en tres campos supera a los demás: en gastos militares, en cantidad de personas adultas que creen en los ángeles y en el número de encarcelados. 

Con todo, el video miente porque ni EEUU ni ninguno país “desarrollado” ha sido ni será jamás el mejor país del mundo, menos si se pretende medir a los países partiendo de los parámetros de calidad que occidente diseña para sí. 

Viendo las cosas desde otra perspectiva, los mejores países son aquellos que sirven a su población entera y tienden su mano a los demás. En Nuestra América mencionamos a Cuba, Bolivia, Nicaragua y Venezuela; países que por trabajar en función de mejorar constantemente las condiciones de vida de sus pobladores, se ven acosados y amenazados por las políticas imperiales. Es el caso, en otros lares, de Corea del Norte, ubicada en Asia Oriental. 

Véase ahora con espíritu crítico el video al que hacemos alusión:

Los países del ALBA como ejemplo

Cuba fue el primer país en recibir el reconocimiento oficial de la OMS por haber eliminado la transmisión del VIH de madres a hijos. La mayor de las Antillas, alcanza 4,0 por cada mil nacidos vivo, traducido en una mayor atención materno infantil. En 2014, Margaret Chan, directora general de la Organización Mundial de la Salud, afirmó: “Cuba es el único país que he visto que tiene un sistema de salud estrechamente relacionado con la investigación y el desarrollo en ciclo cerrado. Es esta la dirección correcta, porque la salud humana no puede mejorar si no es con la innovación”, saludando “los esfuerzos de la dirección de este país para colocar la salud como pilar esencial del desarrollo”.

Bolivia, con Evo Morales, posee el más grande crecimiento económico de la región, con el 4,5 por ciento en 2018 y el de menor tasa de inflación.

De Nicaragua, aportamos el siguiente dato: su Gobierno redujo la pobreza del 42.5% al 24.9% y la pobreza extrema del 14.6% al 6.9%. No está demás señalar que pese a la violencia desatada en los últimos meses por golpistas fracasados, el país sigue siendo el más seguro en Centro América y de los más seguros de América Latina. más del 90 % del país se encuentra electrificado.

Venezuela, durante el Gobierno de Nicolás Maduro, ha visto aumentar la inversión social en un 74 %; ha aumentado en dos millones de personas las que se han beneficiado con el plan vivienda; 100% de personas en edad de jubilación ya son pensionadas; empleo abarca al 60,8 de la población y el desempleo llega apenas al 6 % de la misma.

domingo, 30 de septiembre de 2018

DESNUDANDO EL SALVAJISMO DEL CAPITAL DE SIEMPRE. C. Marx EL CAPITAL. Capitulo XXIV: La llamada acumulación originaria

DESNUDANDO EL SALVAJISMO DEL CAPITAL DE SIEMPRE

C. Marx EL CAPITAL. Capitulo XXIV: La llamada acumulación originaria 


1. EL SECRETO DE LA ACUMULACION ORIGINARIA 

La acumulación originaria: cualquier cosa menos idilio* 

(…) En tiempos muy remotos —se nos dice—, había, de una parte, una élite trabajadora, inteligente y sobre todo ahorrativa, y de la otra, un tropel de descamisados, haraganes, que derrochaban cuanto tenían y aún más. Es cierto que la leyenda del pecado original teológico nos dice cómo el hombre fue condenado a ganar el pan con el sudor de su rostro; pero la historia del pecado original económico nos revela por qué hay gente que no necesita sudar para comer. No importa. Así se explica que mientras los primeros acumulaban riqueza, los segundos acabaron por no tener ya nada que vender más que su pelleja. De este pecado original arranca la pobreza de la gran masa que todavía hoy, a pesar de lo mucho que trabaja, no tiene nada que vender más que a sí misma y la riqueza de los pocos, riqueza que no cesa de crecer, aunque ya haga muchísimo tiempo que sus propietarios han dejado de trabajar. (…) En la realidad, los métodos de la acumulación originaria fueron cualquier cosa menos idílicos. 

Doblemente libres: en el plano personal y en el de no tener medios de producción por haber sido despojados 

(…) Obreros libres en el doble sentido de que no figuran directamente entre los medios de producción, como los esclavos, los siervos, etc., ni cuentan tampoco con medios de producción de su propiedad como el labrador que trabaja su propia tierra, etc.; libres y desheredados. Con esta polarización del mercado de mercancías se dan las condiciones fundamentales de la producción capitalista. Las relaciones capitalistas presuponen el divorcio entre los obreros y la propiedad de las condiciones de realización del trabajo. Cuando ya se mueve por sus propios pies, la producción capitalista no sólo mantiene este divorcio, sino que lo reproduce en una escala cada vez mayor. Por tanto, el proceso que engendra el capitalismo sólo puede ser uno: el proceso de disociación entre el obrero y la propiedad de las condiciones de su trabajo, proceso que, de una parte, convierte en capital los medios sociales de vida y de producción, mientras que, de otra parte, convierte a los productores directos en obreros asalariados. La llamada acumulación originaria no es, pues, más que el proceso histórico de disociación entre el productor y los medios de producción. Se la llama «originaria» porque forma la prehistoria del capital y del modo capitalista de producción. 

(…) 

Expropiación a sangre y fuego

El productor directo, el obrero, no pudo disponer de su persona hasta que no dejó de vivir encadenado a la gleba y de ser siervo dependiente de otra persona. Además, para poder convertirse en vendedor libre de fuerza de trabajo, que acude con su mercancía adondequiera que encuentre mercado, hubo de sacudir también el yugo de los gremios, sustraerse a las ordenanzas sobre aprendices y oficiales y a todos los estatutos que embarazaban el trabajo. (…) Pero, si enfocamos el otro aspecto, vemos que estos trabajadores recién emancipados sólo pueden convertirse en vendedores de sí mismos, una vez que se vean despojados de todos sus medios de producción y de todas las garantías de vida que las viejas instituciones feudales les aseguraban. Y esta expropiación queda inscrita en los anales de la historia con trazos indelebles de sangre y fuego. 

Capitalistas despojaron al inicio a maestros de los gremios artesanales y a los señores feudales 

A su vez, los capitalistas industriales, estos potentados de hoy, tuvieron que desalojar, para llegar a este puesto, no sólo a los maestros de los gremios artesanos, sino también a los señores feudales, en cuyas manos se concentraban las fuentes de la riqueza. (…) Pero los caballeros de la industria sólo consiguieron desplazar por completo a los caballeros de la espada explotando sucesos en que no tenían la menor parte de culpa. Subieron y triunfaron por procedimientos no menos viles que los que en su tiempo empleó el liberto romano para convertirse en señor de su patrono. 

El proceso de donde salieron el obrero asalariado y el capitalista, tuvo como punto de partida la esclavización del obrero. Este desarrollo consistía en el cambio de la forma de esclavización: la explotación feudal se convirtió en explotación capitalista. (…) 

(…) 


3. LEGISLACIÓN SANGRIENTA CONTRA LOS EXPROPIADOS, A PARTIR DE FINES DEL SIGLO XV. LEYES REDUCIENDO EL SALARIO 

Cómo el capitalismo creó a los mendigos y vagabundos 

Los contingentes expulsados de sus tierras al disolverse las huestes feudales y ser expropiados a empellones y por la fuerza formaban un proletariado libre y privado de medios de existencia, que no podía ser absorbido por las manufacturas con la misma rapidez con que aparecía en el mundo. Por otra parte, estos seres que de repente se veían lanzados fuera de su órbita acostumbrada de vida, no podían adaptarse con la misma celeridad a la disciplina de su nuevo estado. Y así, una masa de ellos fue convirtiéndose en mendigos, salteadores y vagabundos; algunos por inclinación, pero los más, obligados por las circunstancias. De aquí que a fines del siglo XV y durante todo el siglo XVI se dictase en toda Europa Occidental una legislación sangrienta persiguiendo el vagabundaje. De este modo, los padres de la clase obrera moderna empezaron viéndose castigados por algo de que ellos mismos eran víctimas, por verse reducidos a vagabundos y mendigos. La legislación los trataba como a delincuentes «voluntarios», como si dependiese de su buena voluntad el continuar trabajando en las viejas condiciones, ya abolidas. 

Licencia para mendigar, azotes, reclusión, horca a los enemigos de la “sociedad” 

En Inglaterra, esta legislación comenzó bajo el reinado de Enrique VII. 

Enrique VIII, 1530: Los mendigos viejos e incapacitados para el trabajo deberán proveerse de licencia para mendigar. Para los vagabundos capaces de trabajar, por el contrario, azotes y reclusión. Se les atará a la parte trasera de un carro y se les azotará hasta que la sangre mane de su cuerpo, devolviéndolos luego, bajo juramento, a su pueblo natal o al sitio en que hayan residido durante los últimos tres años, para que «se pongan a trabajar» (to put himself to labour). ¡Qué ironía tan cruel! El acto del año 27 del reinado de Enrique VIII reitera el estatuto anterior, pero con nuevas adiciones, que lo hacen todavía más riguroso. En caso de reincidencia de vagabundaje, deberá azotarse de nuevo al culpable y cortarle media oreja; a la tercera vez que se le coja, se le ahorcará como criminal peligroso y enemigo de la sociedad. 

Desde esclavo del que lo denuncie como vagabundo hasta merecedor de la horca por alta traición 

Eduardo VI: Un estatuto dictado en el primer año de su reinado, en 1547, ordena que si alguien se niega a trabajar se le asigne como esclavo a la persona que le denuncie como holgazán. El dueño deberá alimentar a su esclavo con pan y agua, bodrio y los desperdicios de carne que crea conveniente. Tiene derecho a obligarle a que realice cualquier trabajo, por muy repelente que sea, azotándole y encadenándole, si fuera necesario. Si el esclavo desaparece durante dos semanas, se le condenará a esclavitud de por vida, marcándole a fuego con una S [S-Slave, esclavo, en inglés] en la frente o en un carrillo; si huye por tercera vez, se le ahorcará como reo de alta traición. Su dueño puede venderlo, legarlo a sus herederos o cederlo como esclavo, exactamente igual que el ganado o cualquier objeto mueble. Los esclavos que se confabulen contra sus dueños serán también ahorcados. Los jueces de paz seguirán las huellas a los pícaros, tan pronto se les informe. Si se averigua que un vagabundo lleva tres días seguidos haraganeando, se le expedirá a su pueblo natal con una V marcada a fuego en el pecho, y le sacarán con cadenas a la calle a trabajar en la construcción de carreteras o empleándole en otros servicios. El vagabundo que indique un falso pueblo de nacimiento será castigado a quedarse en él toda la vida como esclavo, sea de los vecinos o de la corporación, y se le marcará a fuego con una S. Todo el mundo tiene derecho a quitarle al vagabundo sus hijos y tenerlos bajo su custodia como aprendices: los hijos hasta los veinticuatro años, las hijas hasta los veinte. Si se escapan, serán entregados como esclavos, hasta dicha edad, a sus maestros, quienes podrán azotarlos, cargarlos de cadenas, etc., a su libre albedrío. El maestro puede poner a su esclavo un anillo de hierro en el cuello, el brazo o la pierna, para identificarlo mejor y tenerlo [124] más a mano. En la última parte de este estatuto se establece que ciertos pobres podrán ser obligados a trabajar para el lugar o el individuo que les dé de comer y-beber y les busque trabajo. Esta clase de esclavos parroquiales subsiste en Inglaterra hasta bien entrado el siglo XIX, bajo el nombre de roundsmen (rondadores). 

Mendigos sin licencia azotados y marcados con hierro candente o incluso ahorcados ante la reincidencia… 

Isabel, 1572: Los mendigos sin licencia y mayores de catorce años serán azotados sin misericordia y marcados con hierro candente en la oreja izquierda, caso de que nadie quiera tomarlos durante dos años a su servicio. En caso de reincidencia, siempre que sean mayores de dieciocho años y nadie quiera tomarlos por dos años a su servicio, serán ahorcados. Al incidir por tercera vez, se les ahorcará irremisiblemente como reos de alta traición. Otros estatutos semejantes: el del año 18 del reinado de Isabel, c. 13, y la ley de 1597. 

Más de lo mismo… declarar vagabundo al que no tenga empleo fijo, azotarlo, marcarlo con fuego, someterlo a trabajo forzado, incluso hasta ahorcarlo sin misericordia 

Jacobo I: Todo el que no tenga empleo fijo y se dedique a mendigar es declarado vagabundo. Los jueces de paz de las Petty Sessions quedan autorizados a mandar a azotarlos en público y a recluirlos en la cárcel, a la primera vez que se les sorprenda, por seis meses, a la segunda, por dos años. Durante su permanencia en la cárcel, podrán ser azotados tantas veces y en tanta cantidad como los jueces de paz crean conveniente... Los vagabundos peligrosos e incorregibles deberán ser marcados a fuego con una R en el hombro izquierdo y sujetos a trabajos forzados; y si se les sorprende nuevamente mendigando, serán ahorcados sin misericordia. Estos preceptos, que conservan su fuerza legal hasta los primeros años del siglo XVIII, sólo fueron derogados por el reglamento del año 12 del reinado de Ana, c. 23. 

En Francia y otras partes, funcionan leyes parecidas… 

Leyes parecidas a éstas se dictaron también en Francia, en cuya capital se había establecido, a mediados del siglo XVII, un verdadero reino de vagabundos (royaume des truands). Todavía en los primeros años del reinado de Luis XVI (Ordenanza del 13 de julio de 1777), disponía la ley que se mandase a galeras a todas las personas de dieciséis a sesenta años que, gozando de salud, careciesen de medios de vida y no ejerciesen ninguna profesión. Normas semejantes se contenían en el estatuto dado por Carlos V, en octubre de 1537, para los Países Bajos, en el primer edicto de los Estados y ciudades de Holanda (l9 de marzo de 1614), en el bando de las Provincias Unidas (25 de junio de 1649), etc. 

Véase, pues, cómo después de ser violentamente expropiados y expulsados de sus tierras y convertidos en vagabundos, se encajaba a los antiguos campesinos, mediante leyes grotescamente terroristas a fuerza de palos, de marcas a fuego y de tormentos, en la disciplina que exigía el sistema del trabajo asalariado. 

Clase obrera sometida al sistema capitalista como si de leyes naturales se tratara 

No basta con que las condiciones de trabajo cristalicen en uno de los polos como capital y en el polo contrario como hombres que no tienen nada que vender más que su fuerza de trabajo. Ni basta tampoco con obligar a éstos a venderse voluntariamente. En el transcurso de la producción capitalista, se va formando una clase obrera que, a fuerza de educación, de tradición, de costumbre, se somete a las exigencias de este régimen de producción como a las más lógicas leyes naturales. La organización del proceso capitalista de producción ya desarrollado vence todas las resistencias; la creación constante de una superpoblación relativa mantiene la ley de la oferta y la demanda de trabajo y, por ello, el salario a tono con las necesidades de crecimiento del capital, y la presión sorda de las condiciones económicas sella el poder de mando del capitalista sobre el obrero. Todavía se emplea, de vez en cuando, la violencia directa, extraeconómica; pero sólo en casos excepcionales. Dentro de la marcha natural de las cosas, ya puede dejarse al obrero a merced de las «leyes naturales de la producción», es decir, puesto en dependencia del capital, dependencia que las propias condiciones de producción engendran, garantizan y perpetúan. Durante la génesis histórica de la producción capitalista, no ocurre aún así. La burguesía, que va ascendiendo, necesita y emplea todavía el poder del Estado para «regular» los salarios, es decir, para sujetarlos dentro de los límites que benefician a la extracción de plusvalía, y para alargar la jornada de trabajo y mantener al mismo obrero en el grado normal de dependencia. Es éste un factor esencial de la llamada acumulación originaria. 

Sometimiento formal al capital 

La clase de los obreros asalariados, que surgió en la segunda mitad del siglo XIV, sólo representaba por aquel entonces y durante el siglo siguiente una parte muy pequeña de la población y tenía bien cubierta la espalda por la economía de los campesinos independientes, de una parte, y, de otra, por la organización gremial de las ciudades. Tanto en la ciudad como en el campo, había una cierta afinidad social entre patronos y obreros. La supeditación del trabajo al capital era sólo formal; es decir, el modo de producción no presentaba aún un carácter específicamente capitalista. El elemento variable del capital predominaba considerablemente sobre el constante. Por eso, la demanda de trabajo asalariado crecía rápidamente con cada acumulación de capital mientras la oferta sólo le seguía lentamente. Por aquel entonces, todavía se invertía en el fondo de consumo del obrero una gran parte del producto nacional, que más tarde había de convertirse en fondo de acumulación de capital. 


En Inglaterra, la legislación sobre el trabajo asalariado, encaminada desde el primer momento a la explotación del obrero y enemiga de él desde el primer instante hasta el último, comienza con el Statute of Labourers [Estatuto de obreros] de Eduardo III, en 1349. A él corresponde, en Francia la Ordenanza de 1350, dictada en nombre del rey Juan. La legislación inglesa y francesa siguen rumbos paralelos y tienen idéntico contenido. En la parte en que los estatutos obreros procuran imponer la prolongación [127] de la jornada de trabajo no hemos de volver sobre ellos, pues este punto ha sido tratado ya (parte 5 del capítulo 8). 

Legislando para atentar contra los salarios de los trabajadores 

El Statute of Labourers se dictó ante las apremiantes quejas de la Cámara de los Comunes. 

«Antes» —dice candorosamente un tory— «los pobres exigían unos jornales tan altos, que ponían en trance de ruina la industria y la riqueza. Hoy, sus salarios son tan bajos, que ponen también en trance de ruina la industria y la riqueza, pero de otro modo y tal vez más amenazadoramente que antes». 

En este estatuto se establece una tarifa legal de salarios para el campo y la ciudad, por piezas y por días. Los obreros del campo deberán contratarse por años, los de la ciudad «en el mercado libre». Se prohíbe, bajo penas de cárcel, abonar jornales superiores a los señalados por el estatuto, pero el delito de percibir tales salarios ilegales se castiga con mayor dureza que el delito de abonarlos. Siguiendo esta norma, en las sec. 18 y 19 del Estatuto de aprendices dictado por la reina Isabel se castiga con diez días de cárcel al que abone jornales excesivos; en cambio, al que los cobre se le castiga con veintiuno. Un estatuto de 1360 aumenta las penas y autoriza incluso al patrono para imponer, mediante castigos corporales, el trabajo por el salario tarifado. Todas las combinaciones, contratos, juramentos, etc., con que se obligan entre sí los albañiles y los carpinteros son declarados nulos. Desde el siglo XIV hasta 1825, el año de la abolición de las leyes anticoalicionistas, las coaliciones obreras son consideradas como un grave crimen. Cuál era el espíritu que inspiraba el estatuto obrero de 1349 y sus hermanos menores se ve claramente con sólo advertir que en él se fijaba por imperio del Estado un salario máximo; lo que no se prescribía ni por asomo era un salario mínimo. 

Empeoramiento de la situación de los obreros 

Durante el siglo XVI, empeoró considerablemente, como se sabe, la situación de los obreros. El salario en dinero subió, pero no proporcionalmente a la depreciación del dinero y a la correspondiente subida de los precios de las mercancías. En realidad, pues, los jornales bajaron. A pesar de ello, seguían en vigor las leyes encaminadas a hacerlos bajar, con la conminación de cortar la oreja y marcar con el hierro candente a aquellos «que nadie quisiera tomar a su servicio». El Estatuto de aprendices del año 5 del reinado de Isabel, c. 3, autorizaba a los jueces de paz a fijar determinados salarios y modificarlos, según las épocas del año y los precios de las mercancías. Jacobo I hizo extensiva esta norma [128] a los tejedores, los hilanderos y toda suerte de categorías obreras, y Jorge II extendió las leyes contra las coaliciones obreras a todas las manufacturas. 

Reglamentación salarial impracticable y superflua 

Dentro del período propiamente manufacturero, el régimen capitalista de producción sentíase ya lo suficientemente fuerte para que la reglamentación legal de los salarios fuese tan impracticable como superflua, pero se conservaban, por si acaso, las armas del antiguo arsenal. Todavía el reglamento publicado el año 8 del reinado de Jorge II prohíbe que los oficiales de sastre de Londres y sus alrededores cobren más de 2 chelines y 7 peniques y medio de jornal, salvo en casos de duelo público; el reglamento del año 13 del reinado de Jorge III, c. 68, encomienda a los jueces de paz la reglamentación del salario de los tejedores en seda; todavía en 1796, fueron necesarios dos fallos de los tribunales superiores para decidir si las órdenes de los jueces de paz sobre salarios regían también para los obreros no agrícolas; en 1799, una ley del parlamento confirma que el salario de los obreros mineros de Escocia se halla reglamentado por un estatuto de la reina Isabel y dos leyes escocesas de 1661 y 1671. Un episodio inaudito, producido en la Cámara de los Comunes de Inglaterra, vino a demostrar hasta qué punto habían cambiado las cosas. Aquí, donde durante más de 400 años se habían estado fabricando leyes sobre la tasa máxima que en modo alguno podía rebasar el salario pagado a un obrero, se levantó en 1796 un diputado, [129] Whitbread, para proponer un salario mínimo para los jornaleros del campo. Pitt se opuso a la propuesta, aunque reconociendo que «la situación de los pobres era cruel». Por fin, en 1813 fueron derogadas las leyes sobre reglamentación de salarios. Estas leyes eran una ridícula anomalía, desde el momento en que el capitalista regía la fábrica con sus leyes privadas, haciéndose necesario completar el salario del bracero del campo con el tributo de pobreza para llegar al mínimo indispensable. Las normas de los Estatutos obreros sobre los contratos entre el patrono y sus jornaleros, sobre los plazos de aviso, etc., las que sólo permiten demandar por lo civil contra el patrono que falta a sus deberes contractuales, permitiendo, en cambio, procesar por lo criminal al obrero que no cumple los suyos, siguen en pleno vigor hasta la fecha. 

Leyes derogadas parcialmente ante amenazas del proletariado 

Las crueles leyes contra las coaliciones hubieron de derogarse en 1825, ante la actitud amenazadora del proletariado. No obstante, sólo fueron derogadas parcialmente. Hasta 1859 no desaparecieron algunos hermosos vestigios de los antiguos estatutos. Finalmente, la ley votada por el parlamento el 29 de junio de 1871 prometió borrar las últimas huellas de esta legislación de clase, mediante el reconocimiento legal de las tradeuniones. Pero otra ley parlamentaria de la misma fecha (An act to amend the criminal law relating to violence, threats and molestation) («Acto para enmendar la criminal ley acerca de la violencia, las amenazas y las vejaciones») restablece, en realidad, el antiguo estado de derecho bajo una forma nueva. Mediante este escamoteo parlamentario, los recursos de que pueden valerse los obreros en caso de huelga o lockout (huelga de los fabricantes coaligados, para cerrar sus fábricas), se sustraen al derecho común y se someten a una legislación penal de excepción, que los propios fabricantes son los encargados de interpretar, en su función de jueces de paz. Dos años antes, la misma Cámara de los Comunes y el mismo señor Gladstone, con su proverbial honradez, habían presentado un proyecto de ley aboliendo todas las leyes penales de excepción contra la clase obrera. Pero no se le dejó pasar de la segunda lectura, y se fue dando largas al asunto, hasta que, por fin, el «gran partido liberal», fortalecido por la alianza con los tories, tuvo la valentía necesaria para votar contra el mismo proletariado que le había encaramado en el poder. No contento con esta traición, el «gran partido liberal» permitió que los jueces ingleses, que tanto se desviven en el servicio a las clases gobernantes, desenterrasen las leyes ya prescritas sobre las «conspiraciones» y las aplicasen a las coaliciones obreras. Como se ve, el parlamento inglés renunció a las leyes contra las huelgas y las tradeuniones de mala gana y presionado por las masas, después de haber desempeñado él durante cinco siglos, con el egoísmo más desvergonzado, el papel de una tradeunión permanente de los capitalistas contra los obreros. 

Burguesía francesa se endurece contra la clase obrera 

En los mismos comienzos de la tormenta revolucionaria, la burguesía francesa se atrevió a arrebatar de nuevo a los obreros el derecho de asociación que acababan de conquistar. Por decreto del 14 de junio de 1791, declaró todas las coaliciones obreras como un «atentado contra la libertad y la Declaración de los Derechos del Hombre», sancionable con una multa de 500 libras y privación de la ciudadanía activa durante un año. Esta ley, que, poniendo a contribución el poder policíaco del Estado, procura encauzar dentro de los límites que al capital le plazcan la lucha de concurrencia entablada entre el capital y el trabajo, sobrevivió a todas las revoluciones y cambios de dinastía. Ni el mismo régimen del terror se atrevió a tocarla. No se la borró del Código penal hasta hace muy poco. Nada más elocuente que el pretexto que se dio, al votar la ley para justificar este golpe de Estado burgués. «Aunque es de desear —dice el ponente de la ley, Le Chapelier— que los salarios suban por encima de su nivel actual, para que quienes los perciben puedan sustraerse a esa dependencia absoluta que supone la carencia de los medios de vida más elementales, y que es casi la esclavitud», a los obreros se les niega el derecho a ponerse de acuerdo sobre sus intereses, a actuar conjuntamente y, por tanto, a vencer esa «dependencia absoluta, que es casi la esclavitud», porque con ello herirían «la libertad de sus cidevant maîtres [anteriores dueños] y actuales patronos» (¡la libertad de mantener a los obreros en la esclavitud!), y porque el coaligarse contra el despotismo de los antiguos maestros de las corporaciones equivaldría —¡adivínese!— a restaurar las corporaciones abolidas por la Constitución francesa. 

*Todos los títulos de este tipo son de Revista Libre Pensamiento

Trabajo extractado con base en siguiente sitio web: https://webs.ucm.es/info/bas/es/marx-eng/oe2/mrxoe209.htm

viernes, 28 de septiembre de 2018

Material extractado: NICOLAS MADURO: "Venezuela hoy viene a decir su verdad, traigo la verdad de un pueblo luchador, heroico, revolucionario"

Material extractado
NICOLAS MADURO: "Venezuela hoy viene a decir su verdad, traigo la verdad de un pueblo luchador, heroico, revolucionario" 

Vie, 28/09/2018 - 08:42 

INTERVENCIÓN DEL PRESIDENTE DE LA REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA, NICOLÁS MADURO, EN EL 73° PERÍODO DE SESIONES DE LA ASAMBLEA GENERAL DE LA ONU 

(…) 

Hoy Venezuela es víctima de una agresión permanente en lo económico, en lo político, en lo diplomático, en lo mediático por parte de quienes gobiernan los Estados Unidos de Norteamérica, enarbolan la Doctrina Monroe, para justificar desde el punto de vista ideológico, político, diplomático; la agresión contra nuestra amada patria. 

Nuestra razón de ser, ¿por qué la agresión política, económica, diplomática contra Venezuela? En primer lugar, porque Venezuela ha levantado un proyecto autónomo de revolución democrática, de reivindicación social, de construcción de un propio y nuevo modelo de sociedad, basada en las raíces históricas de nuestra nación, basada en la identidad de nuestro país, basada en la cultura propia de nuestra región latinoamericana. 

Quieren desde hace 20 años, detener el curso de la historia, del desarrollo de un proyecto revolucionario que nació de la propia raíz de lucha de nuestro pueblo y de nuestra región. Y en segundo lugar —quizás— más entendible, para las razones geopolíticas mundiales Venezuela es la nación del mundo que posee la reserva de petróleo más grande, certificada a nivel internacional. Venezuela fundadora de la OPEP, Venezuela país con 100 años de producción petrolera descubrió y certificó internacionalmente la riqueza petrolera más grande del mundo; y Venezuela además posee importantes riquezas naturales y mineras. Hoy nuestro país está certificando lo que pudiera ser con estándares internacionales, la primera reserva de oro del mundo. 

Debe saber el mundo que además de la más grande reserva internacional de petróleo, Venezuela hoy certifica bajo estándares internacionales la más grande reserva de oro del mundo; y además Venezuela hoy también certifica lo que va a ser la cuarta reserva de gas del mundo, importantes riquezas naturales, importante ubicación geopolítica, geoeconómica, geoestratégica, que ha llevado a las oligarquías del continente y a quienes dominan desde Washington a plantearse la dominación y el control del poder político en Venezuela. Venezuela hoy es víctima de una agresión permanente. 

En lo económico Venezuela ha sido sometida en los dos últimos años a una serie de medidas unilaterales ilegales de persecución económica, de bloqueo económico, se nos ha impedido la utilización de la moneda internacional (el dólar), con posiciones de uso de dominio por parte de las autoridades, de la Secretaría del Tesoro de Estados Unidos. Hoy por hoy Venezuela no puede negociar ninguna transacción internacional a través del dólar. ¿Sabía el mundo que Venezuela es perseguida desde el punto de vista económico, comercial, monetario? Hoy Venezuela es sometida a un conjunto de mecanismos de sanciones económicas ilegales, unilaterales. 

Ayer el presidente de los Estados Unidos precisamente, desde esta misma tribuna, anunciaba nuevas sanciones, pretendidas sanciones económicas y financieras contra nuestro país, precisamente en el santuario de la ley, en el santuario de la legalidad internacional. Sabe el Sistema de Naciones Unidas que las sanciones unilaterales, utilizando el dominio, el favor de la moneda y la persecución financiera, se consideran ilegales desde el punto de vista del derecho internacional. Venezuela también es sometida a una agresión permanente en lo mediático, se ha tratado de construir un expediente para justificar una intervención internacional, hoy sabemos que es una intervención internacional que se ha pretendido, una intervención militar de control de nuestro país. Se ha construido a nivel mediático mundial un expediente contra nuestro país para pretender una crisis humanitaria, una crisis humanitaria que utilice los conceptos de Naciones Unidas para justificar una coalición de países, encabezados por el Gobierno de Estados Unidos y sus gobiernos satélites en América Latina, que le ponga la mano a nuestro país. Se ha fabricado por distintas vías una crisis migratoria, que se cae por su propio peso, se cae por su propio peso, que pretende desviar las verdaderas crisis migratorias que hay en el mundo, que demuestran lo desfavorecido que somos los países del Sur. La crisis migratoria que hay en América Central, en México, en América Latina, que hay hecho el anuncio de un muro de contención contra nuestros pueblos, un muro de divisiones entre nuestros pueblos. No se quiere hablar, y se pretende dar un trato de doble rasero de la situación real de los migrantes latinoamericanos, caribeños, contenidos, perseguidos en la frontera con México, separadas las familias, secuestrados niños enteros, y no se quiere dar respuesta ni visibilizar ese asunto; no se quiere visibilizar la gravedad de la crisis migratoria provocada por la destrucción de Libia por parte de la OTAN, que generó la migración de miles de hermanos africanos, de millones de hermanos africanos y del Medio Oriente, producto de la guerra contra Siria. 

Y se ha tratado de enfocar en una campaña mediática mundial, una pretendida crisis migratoria en Venezuela para justificar lo que desde hace varios años se viene anunciando, una intervención humanitaria. Es el mismo esquema de las armas de destrucción masiva de Irak, es el mismo esquema que justificó la intervención de otros países, ahora bajo el esquema de una gran campaña brutal de guerra psicológica. 

Venezuela hoy es víctima también de una agresión de carácter diplomático, ayer fuimos testigos queridos hermanos y hermanas de los gobiernos del mundo, de cómo el Presidente de los Estados Unidos hizo amenazas directas de recorte, de ayudas, de retiro de ayudas, directas del gobierno de Estados Unidos o de bloqueo de ayudas de los sistemas internacionales de apoyo y auxilio para los gobiernos y pueblos del mundo que lo necesitan. 

(…) Sobre Venezuela, se ha dirigido una feroz ofensiva diplomática en todos los órganos del sistema de Naciones Unidas, apoyado por gobiernos satélites, que arrodillados mancillan el honor de los pueblos que dicen representar. 

Venezuela ha sido sometida a una agresión permanente en lo político. El pasado 8 de septiembre el periódico New York Times, publicó elementos probatorios de la participación de funcionarios de la Casa Blanca y del gobierno de los Estados Unidos, en reuniones para favorecer un golpe de Estado militar y provocar un cambio de gobierno, un cambio de régimen en Venezuela. La investigación publicada por el New York Times, replicada por la revista Times, por el Washington Post, y conocida a través de la prensa mundial, sencillamente lo que vino fue a confirmar la conspiración, la agresión permanente de los factores del gobierno de los Estados Unidos contra una democracia constitucional, robustecida, una democracia con pueblo como la democracia venezolana. Ya nosotros habíamos denunciado en su momento, los intentos de violencia contra la Constitución, los intentos de disturbios y golpes pretendidos de carácter militar contra el gobierno constitucional y revolucionario que, por voluntad y voto popular, presido en la República Bolivariana de Venezuela. 

Luego del fracaso anunciado, publicado en las páginas del New York Times de estos intentos pretendidos de disturbios, violencias de carácter militar da el New York Times detalles de cómo funcionarios de los Estados Unidos desde Colombia, apoyados por el gobierno de Colombia y la institucionalidad colombiana, se reunieron y ofrecieron su aliento y su apoyo a este intento de cambio de régimen, puede el sistema de Naciones Unidas, puede la unidad, le digo a mis hermanos latinoamericanos y caribeños ¿Puede América Latina y el Caribe aceptar estos métodos que tanto daño hicieron a nuestra región durante todo el siglo XX? Cuántas intervenciones militares, cuántos golpes de estado, cuántas dictaduras se impusieron durante el largo y oscuro siglo XX latinoamericano y caribeño, ¿y a quién favoreció? ¿A los pueblos? ¿Qué intereses representó? Los intereses de las transnacionales, los intereses antipopulares, larga dictaduras como la de Augusto Pinochet en Chile tuvieron que soportar nuestros pueblos por empeño de las élites estadounidenses y de la Doctrina Monroe de negar el derecho que nos hemos ganado a gobernarnos de la forma que sea necesario gobernarnos y de construir sistemas económicos, políticos y culturales propios de la región. 

Por eso dije que he venido a traer la verdad de un pueblo que lucha, Venezuela está en el ojo de la mira de una campaña política y mediática que parece no tener fin, por eso es que traemos la verdad de nuestra patria a esta honorable Asamblea General de Naciones Unidas; luego del fracaso publicado y anunciado en New York Times de estos intentos de cambio de régimen, ilegal, inconstitucional, criminal, luego de la elección democrática presidencial del pasado 20 de mayo, donde este servidor que está aquí presente, Nicolás Maduro Moros obtuvo el 68% de los votos populares en elecciones libres, la elección número 24 en 19 años fue la elección presidencial del pasado 20 de mayo, elección número 24, donde las fuerzas revolucionarias bolivarianas con distintos niveles de aprobación, hemos ganado 22 elecciones frente a las fuerzas opositoras en nuestro país; luego del fracaso del intento de pronunciamientos militares, luego del fracaso de las candidaturas y de la táctica electoral, apoyada desde Washington, con el inmenso triunfo electoral que el pueblo nos dio, el pasado 4 de agosto fui víctima de una tentado terrorista con drones, que pretendió asesinarme en un acto de carácter militar, en una avenida principal de la ciudad capital de Caracas, y que de haberse ejecutado, como fue planificado y es de conocimiento público, habría arrojado una masacre, el asesinato de todo el alto mando institucional, político, militar de nuestra nación, de Venezuela. Ese mismo 4 de agosto los autores materiales, los terroristas que llevaron a cabo el ataque con drones, primer ataque con drones que se conozca en la historia de la violencia terrorista a nivel mundial, ese mismo 4 de agosto fueron capturados por los órganos de seguridad, por los órganos policiales del Estado. 

(…) 

Todas las investigaciones indican que este atentado y sus autores materiales, como así lo han confesado, fueron entrenados, preparados durante meses en territorio colombiano bajo el amparo y el apoyo de las autoridades colombianas. Y las últimas investigaciones y capturas han develado, como lo he hecho de conocimiento de la opinión pública, que algunos funcionarios diplomáticos de los gobiernos de Chile, Colombia y México son referidos por los autores materiales como estar involucrados para facilitar su fuga luego de realizado el ataque terrorista. 

(…) 

Por allí, al llegar a Nueva York hoy en horas de la tarde, me enteré que algunos periodistas les habían preguntado al presidente Donald Trump si estaba dispuesto a reunirse con Maduro, así me llaman a mí por ahí, con Nicolás Maduro con el Presidente de Venezuela, parece que el presidente Donald Trump dijo en algunas de sus respuestas el día de hoy, que si eso ayudaba a Venezuela, él estaba dispuesto, pues yo le digo desde esta tribuna, le ratifico desde esta tribuna, a pesar de las inmensas diferencias histórica, a pesar de las inmensas diferencias ideológicas, a pesar de las inmensas diferencias sociales, yo soy un obrero, un conductor de autobús, un hombre del pueblo, no soy un magnate ni un multimillonario, a pesar de todas las diferencias que pudieran considerarse abismales, el Presidente de Venezuela, Nicolás Maduro Moros, estaría dispuesto, yo estaría dispuesto a estrechar la mano del Presidente de los Estados Unidos a sentarme a dialogar sobre los asuntos de las diferencias bilaterales y los asuntos de nuestra región que así sean considerados. 

(…) 

Fue nuestro Libertador Simón Bolívar quien dijo en su época, 1826, 1826 dijo el Libertador Simón Bolívar, desde entonces dijo ya, casi como un profeta: “Los Estados Unidos de Norteamérica, parecen destinados por la providencia, a plagar la América de hambre y miseria en nombre de la libertad”, Simón Bolívar, 1826. 

(…) 

Bueno, yo estoy dispuesto a hablar con agenda abierta sobre todos los temas que quiera hablar el gobierno de los Estados Unidos, con humildad, con franqueza, con sinceridad. Venezuela enarbola como presidente del Movimiento de Países No Alineados, las banderas del diálogo de civilizaciones. Venezuela como presidente del Movimiento de Países No Alineados, promueve, practica de manera permanente el diálogo político, internacional, la solución de los conflictos internacionales a través del diálogo, del entendimiento, de los usos pacíficos de la política y no de la fuerza. 

(…) 

(…) Yo abro los brazos para todos aquellos que nos quieran ayudar, desde África, desde Europa, desde Asia, desde América Latina que quieran ayudar respetando la soberanía del país, sin intervenir en los asuntos internos de Venezuela para que nos respalden, nos acompañen en un proceso de diálogo soberano por la paz, por la democracia, por la justicia, por el futuro, por la prosperidad de Venezuela que es una nación noble que se merece la paz, se merece el futuro; se merece lo más grande. 

Buenas noticias, sí traemos, buenas noticias de un país que no se ha rendido, ni se va a rendir. Buenas noticias de una nación que va consolidando su democracia, buenas noticias de una nación que va empoderando a su pueblo, buenas noticias de un país que va construyendo su propio modelo social, su propio estado de bienestar social con fórmulas nuevas para proteger a sus ancianos, a sus pensionados, a sus niños, a sus jóvenes, a sus mujeres, a los sectores más necesitados, a su clase obrera. Buenas noticias traemos también del esfuerzo de recuperación económica, precisamente he activado durante el mes de agosto un Programa de Recuperación Económica, Crecimiento y Prosperidad que está logrando posicionar las bases de una economía nueva, no dependiente de la renta petrolera, una economía diversificada, de crecimiento sostenible y de construcción de la prosperidad, de la prosperidad, rumbo a un modelo social de nuevo tipo. 

(…) 

(…) No hay un solo modelo económico, no podemos permitir que se nos quiera imponer un modelo económico único, un pensamiento único, no podemos permitir que se nos quiera imponer un modelo cultural único, un modelo político único; se quiera uniformar en un solo pensamiento a la humanidad. No, reivindicamos la diversidad cultural, religiosa, política de la humanidad, de este mundo, y por eso propugnamos el surgimiento de ese mundo desde el Movimiento de Países No Alineados, el surgimiento de un mundo de justicia, de justicia. 

(…) 

(…) hemos aguantado arremetidas políticas, mediáticas, diplomáticas, económicas, financieras, persecuciones; y les puedo decir a ustedes, hoy Venezuela está más fuerte que nunca, hemos sabido resistir y sacar fuerzas de nuestra propia entraña histórica para hoy estar de pie, victoriosos y dispuestos a seguir avanzando en la construcción de un modelo social propio, el de la revolución socialista del siglo XXI; lo decimos a los cuatro vientos, es una revolución nueva, de independencia, de dignidad, de justicia. 

(…) 

Tengo confianza en el futuro de la humanidad, tengo confianza en el destino de mi patria, tengo confianza en el futuro común de esta comunidad que es la Organización de Naciones Unidas, y les digo, después de haber sobrevivido a intentos de golpes de Estado, a atentados terroristas, les digo: Confío en el ser humano, confío en el futuro de la humanidad y desde Venezuela le decimos a la Organización de Naciones Unidas: Confiamos en los ideales nobles de un pueblo, que como el pueblo venezolano, no se rinde, ni se rendirá. (…)

miércoles, 26 de septiembre de 2018

Intervención del Presidente de los Consejos de Estado y de Ministros de Cuba, Miguel Díaz-Canel, en el debate general del 73º Período de Sesiones de la Asamblea General de Naciones Unidas. Nueva York, 26 de septiembre de 2018. Extracto

Intervención del Presidente de los Consejos de Estado y de Ministros de Cuba, Miguel Díaz-Canel, en el debate general del 73º Período de Sesiones de la Asamblea General de Naciones Unidas. Nueva York, 26 de septiembre de 2018.
Extracto

Señora Presidenta:

Señor Secretario General:

Imposible estar aquí, hablar desde este podio en nombre de Cuba y no evocar momentos históricos de la Asamblea General que lo son también de nuestra memoria más entrañable: Fidel Castro, Ernesto Che Guevara, Raúl Castro Ruz y el canciller de la dignidad, Raúl Roa, por sólo citar los más trascendentes, trajeron hasta aquí, no sólo la voz de nuestro pueblo, sino la de otros pueblos latinoamericanos y caribeños, africanos, asiáticos, no alineados, con los que hemos compartido más de medio siglo de batalla por un orden internacional justo, que aún está lejos de alcanzarse.

Es absurdo, pero coherente con la irracionalidad de un mundo en el que el 0,7% más rico de la población puede apropiarse del 46% de toda la riqueza, mientras el 70% más pobre sólo accede al 2,7% de la misma; 3 mil 460 millones de seres humanos sobreviven en la pobreza; 821 millones padecen hambre; 758 millones son analfabetos y 844 millones carecen de servicios básicos de agua potable, cifras todas, por cierto, que elaboran y manejan habitualmente los organismos globales, pero que al parecer aún no alcanzan a movilizar suficientemente la conciencia de la llamada comunidad internacional.

Esas realidades señora Presidenta, no son fruto del socialismo, como el Presidente de los Estados Unidos afirmó ayer en esta sala. Son consecuencia del capitalismo, especialmente del imperialismo y el neoliberalismo; del egoísmo y la exclusión que acompaña a ese sistema, y de un paradigma económico, político, social y cultural que privilegia la acumulación de riqueza en pocas manos a costa de la explotación y miseria de las grandes mayorías.

El capitalismo afianzó el colonialismo. Con él nació el fascismo, el terrorismo y el apartheid, se extendieron las guerras y conflictos, los quebrantamientos de la soberanía y la libre determinación de los pueblos; la represión de los trabajadores, las minorías, los refugiados y migrantes. Es opuesto a la solidaridad y a la participación democrática. Los patrones de producción y consumo que le caracterizan promueven el saqueo, el militarismo, amenazan a la paz; generan violaciones de los derechos humanos y constituyen el mayor peligro para el equilibrio ecológico del planeta y la sobrevivencia de los seres humanos.

Que nadie nos engañe aduciendo que la humanidad no cuenta con recursos materiales, financieros y tecnológicos suficientes para erradicar la pobreza, el hambre, las enfermedades preveniblesy otros flagelos. Lo que no existe es la voluntad política de los países industrializados, quienes tienen el deber moral, la responsabilidad histórica y recursos abundantes para resolver los problemas globales más apremiantes.

La verdad es que al mismo tiempo que se alega insuficiencia de fondos para cumplir los objetivos y metas de la Agenda 2030 o enfrentar el creciente impacto del cambio climático, en el año 2017 se derrocharon en gastos militares 1,74 billones de dólares, la cifra más alta desde el fin de la Guerra Fría.

Leer discurso completo en: Cuba Debate

martes, 18 de septiembre de 2018

VERDAD INELUDIBLE QUE PRETENDE IGNORARSE

VERDAD INELUDIBLE QUE PRETENDE IGNORARSE

Revista Libre Pensamiento

Por mucho que se pretenda negar, existe algo que posee, de modo objetivo, el mayor peso en la sociedad humana: la producción y distribución de los bienes necesarios para la vida de las personas, vistas de modo individual o colectivo. Sin ello no se puede dar paso alguno. Búsquese por donde se quiera, en cualquier momento histórico y lugar, y se topará ineluctablemente con esta realidad.

Y, claro está, la conciencia, los sentires, los deseos, las pasiones, etc., también juegan su papel. No son inertes, cobran fuerza y pueden alzar sus voces en función de esculpir la realidad, mas, con todo, una cadena invisible les hace ver, tarde o temprano, sus límites concretos para hacerlo, porque lo primero que se busca cada día es el pan. Sin él, toda aspiración o pasión se disipa. Necio es negarlo.

domingo, 16 de septiembre de 2018

Los Pueblos Hacen la Historia, las Revoluciones y su Propia Independencia



Real Palacio en la ciudad de Guatemala, donde se firmó el acta de Independencia en 1821 (Foto: Miguel Alfredo Álvarez Arévalo)

Los Pueblos Hacen la Historia, las Revoluciones y su Propia Independencia 

Revista Libre Pensamiento


El pasado histórico alumbra, mucho más de lo que a menudo se piensa, al presente histórico. No se debe obviar que en él se establecieron las bases firmes de lo que hoy se vive. De esta suerte, el segundo lleva en su ser las huellas indelebles de lo ya transcurrido en otras épocas. De ahí su importancia vital para comprender la contemporaneidad, sin que se niegue, con ello, que nuestra actualidad se alimenta también de sus propios acontecimientos y de la compleja trama de fenómenos que se están desenvolviendo ante nuestra mirada y que, forzosamente, habrán de observarse igualmente en el devenir. 

Preguntémonos: ¿las atrocidades que se registraron a partir de los mal llamados descubrimientos geográficos a fines del siglo XV, en África, Asia, Oceanía y América, no son acaso la base histórica de los no menos atroces que ahora asoman por doquier?

Entremos en materia. 

Para iniciar, hagamos un breve examen de dos de los puntos que contempla el Acta de Independencia de Centroamérica para ver, con relativa objetividad, lo que encierra su contenido.

Reza el primero de ellos: “Que siendo la Independencia del Gobierno Español la voluntad general del pueblo de Guatemala, sin perjuicio de lo que determine sobre ella, el Congreso que debe formarse, el Señor Jefe Político le mande publicar para prevenir las consecuencias, que serían temibles en el caso de que la proclamase de hecho el mismo pueblo

Enlazado estrechamente con lo anterior, aparece esto otro, el décimo punto: “Que la religión católica, que hemos profesado en los siglos anteriores, y profesaremos en los siglos sucesivos, se conserve pura e inalterable, manteniendo vivo el espíritu de religiosidad que ha distinguido siempre a Guatemala, respetando a los Ministros eclesiásticos, seculares y regulares, y protegiéndoles en sus personas y propiedades.[1]

En consecuencia, si hay algo que nunca debe relegarse es el hecho que la Independencia se proclamó desde arriba, porque los criollos centroamericanos, al igual que sus congéneres del resto del continente, deseaban evitar que la Independencia fuera el corolario de la lucha de las masas populares. La abolición del Régimen de Servidumbre en la Rusia zarista, en 1861, obedeció exactamente a lo mismo, al pánico que en los terratenientes ricos de este país provocaba la rebelión campesina que había encabezado Emiliano Pugachov, entre 1773 y 1775.

Existe entonces una ley histórica; a saber, hubo antes y después de la Independencia, hubo y hay en la actualidad, en todas partes del orbe, temor exacerbado a los de abajo por parte de los opresores, mismos que, ilusamente piensan que, con sus medidas excluyentes, pueden evitar lo ineludible, olvidándose de esta máxima de la vida y de Fidel: “Los pueblos son como volcanes se encienden solos”. 

El otro punto de la Independencia repara en la necesidad de mantener incólume los cimientos colonialistas de Centroamérica, confesando que se busca respetar “a los Ministros eclesiásticos, seculares y regulares”, brindando protección a “sus personas y propiedades”. Entonces, se dibuja acá, con nitidez, que quienes actúan en función de sí mismos, llámense élites eclesiásticas o seglares, no hacen más que reflejar, a cada instante, su naturaleza opresora, individualista, egocéntrica, inhumana.

La lucha entre anexionistas e independentistas (1821-1823)

Apenas proclamada la Independencia, los chapetones (personas procedentes, en este caso, sobre todo de España) y las fuerzas más acaudaladas de entre los criollos, anexaron Centroamérica al imperio mexicano de Agustín Iturbide (1783-1824). A fin de comprender las causas que condujeron a hecho semejante, resumiremos las consideraciones que aporta, al respecto, José Dolores Gámez:

- El apego al pasado que caracterizaba al partido tradicionalista o conservador, el cual se vio obligado por la presión de las masas, primero a tolerar la independencia; luego, a pronunciarse a favor de la república.

- Esta misma fuerza, siendo consciente de la inestabilidad de su dominación, sintiéndose amenazada por la muchedumbre que le inspiraba temor, decidió la anexión a México, pensando que, de esa forma, salvaguardaría sus privilegios.

- El otro partido, el de los criollos liberales (menos pudientes), se pronunciaba no en contra de la anexión en sí misma, sino en virtud de que identificaba su realización con la continuidad del dominio que sobre ellos ejercían los chapetones y los criollos serviles.[2]


Otra, muy distinta, fue la actitud asumida por las masas populares. Su lucha contra la anexión a México tuvo un carácter abiertamente clasista; es decir, que, de manera franca, el pueblo, mediante esa lucha, aspiraba a realizar sus propios intereses sobre todas las facciones de la clase dominante. Lo hacía de forma instintiva, espontánea. Pero la incapacidad de la clase dominante para defender la Independencia abonaba el terreno sobre el cual la necesidad de mantener el estatus de Nicaragua como Estado independiente, tendría en ellas la fuerza social que no sólo defendería este estatus sino que, además, buscaría como realizarlo plenamente.

De esta suerte, en Nicaragua, la anexión a México no sólo fue repudiada sino que generó una rebelión popular encabezada por Cleto Ordóñez, la cual adquirió la dimensión de un levantamiento de la multitud, de largos meses de duración. La rebelión de Ordóñez lanzó la consigna “se acabaron los dones”, pronunciándose, de esta suerte, contra los elementos más acaudalados de Granada. Mas las cosas fueron más allá de un simple lema. Se actuó directamente en favor del pueblo y en contra de aquéllos, como apunta Carlos Fonseca Amador: 

-Los rebeldes arrancaron los escudos nobiliarios de las casas de los ricos y los destruyeron.

- Los habitantes de los barrios populares y comarcas rurales bajaron a expropiar los productos de los almacenes pertenecientes a los principales comerciantes.

- De las despensas de los ricos se extrajeron viandas y vino y, en las calles, se sirvieron comilonas para la multitud.

Todo ello evidencia claramente el sentido clasista de la rebelión encabezada por Ordóñez en la ciudad de Granada en 1822.[3]

El levantamiento de Ordóñez contra la anexión a México fue en Nicaragua el más relevante, pero no el único. Poco antes del mismo, también durante ese año, en León un grupo de artesanos de Sutiaba y varios estudiantes asaltaron y se apoderaron del cuartel de la compañía provincial. Este movimiento perseguía, al parecer “... llevar a cabo el movimiento popular... [que] el pueblo se reuniera en cabildo abierto y pudiera ejercer el mismo las atribuciones del poder y proceder a elegir una junta de once individuos que ejercieran todas las funciones del mando”.[4]

EEUU se opuso a Independencia de América Latina y Caribeña, como hoy se opone a su Autodeterminación

Aunque oficialmente EEUU proclamó su neutralidad ante la guerra de las colonias latinoamericanas por su independencia de España, en los hechos se convirtió en su cómplice. Sustentamos esta afirmación con lo siguiente: 

Bolívar y un emisario estadounidense, Irving, sostuvieron una correspondencia con motivo de dos barcos estadounidenses detenidos por Venezuela debido a que, en ellos, habían transportado armas para los españoles. La protesta venezolana, no obstante, no detuvo el envío de armas a los colonialistas, que se mantuvo hasta el fin de la guerra. Todo porque EEUU se oponía a la liberación de las colonias americanas de España; tratando, de esta suerte, de impedir que sus vecinos pudieran convertirse en estados fuertes e independientes. De ahí que advirtiera a Bolívar que no consentiría un desembarco en Cuba y Puerto Rico que pudiera librarlos del dominio colonial.[5]

No en vano Bolívar se opuso a que en el Congreso Anfictiónico  de Panamá, instalado entre el 22 de junio y el 15 de julio de 1826, se invitara a EEUU...



[2] Gámez, José Dolores. Historia Moderna de Nicaragua. Complemento a mi Historia de Nicaragua. Colección Cultural Banco de América. Serie Histórica Nº 7, Nicaragua, 1975. p. 113-114.
[3] Fonseca, Carlos.  Viva Sandino.  DEPEP-FSLN, 1984. pp. 18-20.
[4] Wheelock Román, Jaime. Raíces Indígenas de la Lucha Anticolonialista en Nicaragua. Editorial Nueva Nicaragua, Managua 1985. p. 331.
[5] Volski, Víctor. “La hazaña de Bolívar”. En: Venezuela: Desde Bolívar hasta nuestros días. Tomo I. Redacción de “Ciencias Sociales Contemporáneas”, Academia de Ciencias de la URSS. Moscú 1983. pp. 32-50.

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