Portada de antigua versión de Revista Libre Pensamiento

miércoles, 29 de noviembre de 2017

¡CUÁNTA BASURA ENVUELTA EN CELOFÁN!

Comentarios
¡CUÁNTA BASURA ENVUELTA EN CELOFÁN!
Revista Libre Pensamiento

Putin por primera vez asistirá al Concilio pontificial ortodoxo

“La próxima visita del presidente de Rusia, Vladímir Putin, al Concilio pontificio de la Iglesia ortodoxa será un acto de restauración histórica y un símbolo del buen entendimiento entre la Iglesia y el Estado, explica un sociólogo.

“La participación de Putin en el Concilio será un evento simbólico, afirma Román Lunkin, jefe del Centro para el Estudio de la Religión y la Sociedad en el Instituto de Europa de la Academia Rusa de Ciencias.

“La última vez [que un líder político participó en este encuentro] fueron los emperadores bizantinos, que incluso interfirieron en las reuniones de la iglesia", recuerda Lunkin.”

“El Concilio pontificio es el órgano superior de la jerarquía de la Iglesia ortodoxa y es convocado por el patriarca y el Sínodo al menos una vez cada cuatro años.”

Primer comentario

Una cosa es respetar a los jerarcas de la iglesia, cualesquiera que ésta sea, y otra, muy distinta, es rendirles pleitesía, al grado de coligarse con ellos, en este caso, para restaurar, en formato capitalista, un poder que se impuso a la fuerza a los pobladores de Rusia y sus satélites.

Sigamos la lectura:

“En esta edición sus participantes recordarán no solo la restauración del patriarcado en Rusia, en 1917, tras más de 200 años de período sinodal —que implicaba la subordinación de la Iglesia al Estado—, sino también el centenario de los eventos revolucionarios y la posterior persecución religiosa.

“Esta es la restauración de la justicia histórica. Se está rompiendo el círculo vicioso de las revoluciones, la actitud cruel hacia el clero. Se está restaurando la integridad simbólica del mundo ruso, que como idea es de gran importancia para el presidente", explica el experto.”

Segundo comentario

Falso por completo. No hay acá restauración de justicia histórica alguna. Lo que se quiere, nuevamente, es un poder superpuesto a las mayorías en nombre de dios y de las, de por sí, viciadas buenas costumbres inherentes a las borrascosas cumbres de poder terrenal y “espiritual”, coligadas para mantener bajo sumisión y enajenación a las multitudes. Marx aparece ante esto recordándonos: “La religión es el opio de los pueblos”.

Prosigamos…

“Durante muchos siglos la Iglesia ortodoxa fue muy importante para el poder ruso y actuaba como mediador entre las autoridades y la población. Los sacerdotes solían explicar y transmitir la política estatal a la gente corriente. Es más, en la dura época de la dominación mongola, la Iglesia proporcionó combatientes para participar en la decisiva batalla de Kulikovo del año 1380 —una de las más importantes que enfrentó a rusos y mongoles—. Con el establecimiento del Imperio ruso bajo la batuta de Pedro el Grande, la Iglesia fue subordinada al emperador y perdió gran parte de sus tierras.

Sin embargo, el golpe más duro para la Iglesia ortodoxa fue propinado en el siglo XX por los bolcheviques. La persecución religiosa se mantuvo durante casi toda la época soviética. Sin embargo, con la caída de la URSS, la Iglesia empezó a recuperar su poder y visibilidad social.” [1]

Tercer y último comentario

Sin pretender para nada meternos a las profundísimas aguas de la historia rusa, deseamos expresar lo siguiente:

Las creencias de los pueblos deben respetarse, está demás decirlo. Ello es más que un derecho. Lo que no debe admitirse ni respetarse es la manipulación de la fe, cualquiera que esta sea. Mucho menos cuando se pone en función de perpetuar la existencia de la opresión de clase y, por ende, de la monstruosa voracidad de los que desean ser, por siempre, dueños de toda la riqueza que alberga el planeta y modifica no otra que la hacendosa mano de los pueblos, no la de los empresarios. 

Éstos, por buenos que parezcan, o buenamente crean serlo, siempre en todo momento y circunstancia, amparados en contratos que establecen una cantidad dada de horas de trabajo, se apropian de una parte del valor generado por el trabajador durante la jornada de trabajo que, de ninguna forma, remuneran...

Hablamos del trabajo excedente que, se le busque, por donde se le busque, no se remunera, se lo queda el empresario. Justo a esta parte del león se quieren aferrar los empresarios rusos, apoyados por aquellos que, encubiertos bajo sus sotanas, llaman a los fieles no sólo a dar diezmos y limosnas, sino también a mostrarse obsecuentes ante el poder del capital, cuyo sostén no es un conjuro o mecanismo mágico, sino uno por entero terrenal que genera la multiplicación de los panes, no en el desierto bíblico, sino en los centros de trabajo, en los campos y ciudades de todo el planeta: la plusvalía.

Acusaciones de Putin contra Lenin

No creamos que Putin se queda al margen del discurso “conciliador”, sus ministros tampoco:

“El próximo año conmemoraremos un siglo de los sucesos revolucionarios de 1917 y en este contexto debemos tender a la reconciliación”, afirmó. “Reconciliación” será posiblemente la palabra más escuchada este año a la hora de recordar el aniversario. “Esta revolución, el intento del pueblo de construir una sociedad justa, cambió el mundo. El resultado fue un Estado con orientación social. Pero dividió a la sociedad y siguió dividiéndola”, expresó el ministro de Cultura, Vladímir Medinski, en mayo” de 2016.[2] 

¿Acaso ha habido un sistema social en que resalte la unidad social en abstracto? ¿La sociedad burguesa logra acaso semejante milagro?  

Putin y no otro, fue el que expresó que Lenin había puesto en peligro “la estabilidad del Estado por darle el mismo rango jurídico a todas las repúblicas soviéticas.” Y criticó también la represión que, a su criterio, “acompañó el nacimiento del estado soviético, así como la decisión de Lenin de mandar a ejecutar al último zar.”[3]

Considerando estas posiciones sacadas por completo fuera de su contexto histórico, el primero de noviembre, en otra nota, sostuvimos:

“Hoy en Rusia hablan del “gran terror” iniciado con Octubre, pero no perderemos tiempo refutando el asunto, solo preguntémonos: ¿Acaso el terror que hoy se desata por todos los puntos cardinales del planeta, sin que nada indique que pueda ponérsele freno a ese terror inigualable, no es incomparablemente mayor del que se desatara tras el triunfo de Octubre? ¿Le gustaría a Rusia que en algún momento, le increpen el “Gran Terror” contra el devoto “Estado Islámico”?[4]




[1] Sputnic. Putin por primera vez asistirá al Concilio pontificial ortodoxo. https://mundo.sputniknews.com/religion/201711281074302163-rusia-presidente-religion/
[2] BBC. Mundo. Las críticas de Putin a Lenin que molestaron al Partido Comunista de Rusia. http://www.bbc.com/mundo/noticias/2016/01/160126_putin_partido_comunista_lenin_criticas_vladimir_imperdonable_mr
[3] Ángel Ferrero. El centenario de 1917 en Rusia: la difícil tarea de celebrar y condenar a un mismo tiempo. http://www.publico.es/internacional/centenario-1917-rusia-dificil-tarea.html

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Seguidores

Vistas de página en total