Nicaragua, Venezuela,
Nuestra América y el mundo deben resistir unidos contra el imperio
yanqui-europeo
Manuel Moncada Fonseca
¿Qué
planos de la realidad mundial deben interesarnos? ¿Acaso sólo lo que nos
conciernen de modo directo? ¿Por qué no vemos el todo del que formamos parte
como algo inseparable de nuestras vidas y destinos? Podemos decir, por ejemplo,
“Nicaragua es mi país y fuera de él no me importa nada”. Pero entonces ¿cómo
podría sobrevivir el proceso de transformaciones sociales que en ella se vive? ¿Cómo podría preservarse su decoro nacional y la redención del oprimido que Sandino y Carlos Fonseca le legaron?
¿Cómo
podrá sostenerse la soberanía de los países que conforman Nuestra América sino
no los vemos integrándose en una sólo patria con sus defectos, virtudes y,
sobre todo, con todo el potencial de desarrollo social que ello encierra?
¿Y
qué encontramos fuera de nuestro hemisferio? Nuevamente amenazas contra la
libertad de las naciones para definir sus propias opciones de desarrollo.
Algunas
personas podrán estar cansadas de oír hablar de las guerras que han destruido
países como Afganistán, Iraq, Libia convirtiéndolos en estados fallidos. Mas
ello no es ni diversión, ni necedad: es necesidad imperiosa.
Contra Siria no lo
han logrado por la resistencia que libra el gobierno de Bashar Al-Assad y sus
pueblo en contra de quienes han desatado en su territorio, no una guerra civil -como se sostiene en Occidente sin fundamento real- sino una intervención militar desencadenada a través de fuerzas mercenarias de
múltiples países; guerra que tiene como propósito realizar las aspiraciones
yanqui-europeas y sionistas de establecer un imperio que se extendería, de volverse realidad, desde
Israel hasta Irán.
Después vendrían Rusia y China, convertidas, igualmente, en
estados fallidos para que, sobre sus cenizas o sobre su múltiple balcanización,
Occidente impusiera al fin su gobierno mundial, su nuevo orden mundial con el
mundo entero esclavizado.
¿Podemos creer que lo de Ucrania, donde EEUU y la UE
han impuesto a un atajo de nazistas en el poder, no esté orientado, nuevamente,
contra Rusia?
¿No
es Nigeria, acaso, un nuevo punto de intervención yanqui europea dirigida no al
rescate de unos niños secuestrados -lágrimas de cocodrilo de por medio, como
las vertidas por Michelle Obama, Carla Bruni y Angelina Jolie-, sino al avance del
dominio yanqui-europeo sobre África, indiscutiblemente, el más que sufrido, intervenido, saqueado y
destruido continente desde la época abiertamente colonialista hasta la fecha? ¡Ha pero, las guerras que estallan en ella se presentan, interesadamente, como diferencias tribales! ¡Malditos medios occidentales!
Pero
volvamos a Nuestra América.
¿No
nos damos cuenta de que EEUU está empeñado en destruir la Revolución Bolivariana
recurriendo a cualquier mentira en su contra; ya no se diga, usando a sus peleles
de la llamada oposición, para invadirla, quedarse con su petróleo y luego
aventarse abiertamente contra el resto de Nuestra América. Kerry, atribuyéndole
a su país el papel de Mandamás de nuestro hemisferio, declara que el diálogo en
Venezuela ha fracasado. Y la amenaza con sanciones. ¿No es lo mismo, acaso, que
EEUU hizo contra los países que ya ha invadido, saqueado y destruido?
Al
grano: es hora de resistencia a escala internacional; es hora de hermanar a los
pueblos del mundo contra el fascismo, el nazismo y la xenofobia. Es hora de que dejemos a un lado los localismos y nos veamos como especie humana, si realmente deseamos sobrevivir.
obrigada meu amigo por esse artigo, esclarecedor e motivador. Espero que despertamos e nos unimos cada vez mais. América Latina unida!
ResponderEliminarMuchas gracias Luz. Ojalá sepamos despertar como pueblos hermanos.
ResponderEliminarManuel Moncada Fonseca