DEBEMOS SALIRLES AL PASO A LOS ENEMIGOS DE NICARAGUA
LA REPUESTA DE SANDINO A LO QUE SOMOZA GARCÍA, AYER, Y LA PRENCIA, HOY, EXPRESAN SOBRE PEDRO ALTAMIRANO
Manuel Moncada Fonseca
Somoza en El verdadero Sandino o el calvario de Las Segovias, sobre Pedro Altamirano escribe que era un hombre “de color negro y presencia repugnante […] No sabe leer. Es ladrón y borracho. El más cruel y sanguinario de los soldados de Sandino […] Autor del tremendo CORTE DE CHALECO”.
Antes deseguir adelante, es forzoso aclarar que los cortes de chaleco se inventaron por el interventor yanqui, no por los hombres que siguieron a Sandino.
Ahora conozcamos lo que el dominicano Gregorio Urbano Gilbert -que peleó en las filas del Ejército Defensor de la Soberanía Nacional (EDSN)- transcribe en torno a lo que el líder guerrillero expresa sobre su subordinado:
“Pedrón, con todo lo criminal que es, le está prestando a la patria muchos buenos servicios, mientras que todos sus acusadores juntos lo único que hacen es mancillarla”.
El héroe expone los hechos relativos a la Guerra de Liberación Nacional sin adornarlos, ni escamotearlos para nada, mostrándolos tal cual fueron:
Exponiendo la rudeza de la guerra contra el invasor, Sandino expresa que resulta natural que al que viola la soberanía de una nación se le exponga a morir de “la forma que haya lugar”; añadiendo que “tal es el derecho que le asiste al verdadero patriota al defender su Patria”.
Antes deseguir adelante, es forzoso aclarar que los cortes de chaleco se inventaron por el interventor yanqui, no por los hombres que siguieron a Sandino.
Ahora conozcamos lo que el dominicano Gregorio Urbano Gilbert -que peleó en las filas del Ejército Defensor de la Soberanía Nacional (EDSN)- transcribe en torno a lo que el líder guerrillero expresa sobre su subordinado:
“Pedrón, con todo lo criminal que es, le está prestando a la patria muchos buenos servicios, mientras que todos sus acusadores juntos lo único que hacen es mancillarla”.
El héroe expone los hechos relativos a la Guerra de Liberación Nacional sin adornarlos, ni escamotearlos para nada, mostrándolos tal cual fueron:
Exponiendo la rudeza de la guerra contra el invasor, Sandino expresa que resulta natural que al que viola la soberanía de una nación se le exponga a morir de “la forma que haya lugar”; añadiendo que “tal es el derecho que le asiste al verdadero patriota al defender su Patria”.
“Siguió la lucha enconada y hubo alternativas. Vencimos y nos Vencieron”, señala. Más aún, confiesa que, en un momento dado, “la escuela militar [la de los marines] se impuso sobre la táctica primitiva de los sandinistas”. “Para Nicaragua –relata a José Román- está fue una guerra de desolación, pues ambos bandos nos empeñábamos en aniquilarnos. La principal diferencia está en que ellos [los del bando enemigo] lo hacían por esclavizarnos y nosotros por liberarnos…”.
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