El presidente de Estados Unidos, Barack Obama,
indica a los miembros del Consejo de Seguridad dónde deben sentarse al inicio
de la reunión. Obsérvese que el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon
obedece sus indicaciones mientras que el secretario general adjunto, el
estadounidense Jeffrey Feltman, el verdadero jefe de la ONU, ya está sentado (a
la derecha), esperando por su presidente.
© UN Photo/Mark Garten
RESOLUCIÓN SOBRE LOS «COMBATIENTES TERRORISTAS
EXTRANJEROS» ADOPTADA EN LA ONU
Tras la unanimidad del Consejo de Seguridad
Por Manlio Dinucci
La
unanimidad del Consejo de Seguridad de la ONU contra los yihadistas es sólo una
fachada que permite a los «occidentales» continuar su propia política. Por un
lado respaldan, arman y financian las organizaciones terroristas. Pero al mismo
tiempo las utilizan como pretexto para incorporarse directamente a la
destrucción de la República Árabe Siria bombardeando las instalaciones
industriales de ese país.
RED
VOLTAIRE | ROMA (ITALIA) | 27 DE SEPTIEMBRE DE 2014
Una «resolución histórica». Así la definió el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, al otorgarse a sí mismo la palabra como presidente del Consejo de Seguridad de la ONU.
La
resolución 2178 sobre los «combatientes extranjeros» [1], adoptada por
unanimidad en el Consejo de Seguridad de la ONU, es «legalmente vinculante» [de
obligatorio cumplimiento] para todos los Estados miembros de la ONU. Estos
están por lo tanto obligados a «prevenir el reclutamiento, organización,
transporte y equipamiento de individuos que viajen a otros Estados para
planificar, preparar o efectuar actos terroristas o para proporcionar o recibir
entrenamiento terrorista y financiamiento a esas actividades». Para ello, todos
los Estados tendrán que promulgar las leyes apropiadas, intensificar los
controles en las fronteras, juzgar y condenar a los terroristas (reales o
presuntos), incrementando la cooperación internacional en ese sentido –incluso
mediante acuerdos bilaterales– y el intercambio de información destinada a
identificar a los presuntos terroristas.
La
resolución expresa en general una «preocupación en cuanto a la constitución de
redes terroristas internacionales» dejando a cada país en libertad de
determinar cuáles son los grupos terroristas que habrá que combatir –lo cual
explica el voto favorable de Rusia y China. Inmediatamente después, la
resolución resalta «la exigencia particular y urgente de prevenir el apoyo a
combatientes terroristas extranjeros vinculados al Estado Islámico en Irak y el
Levante (EIIL)».
Aunque
no mencionó a Estados Unidos, el ministro ruso de Relaciones Exteriores Serguei
Lavrov observó ante el Consejo de Seguridad que las organizaciones terroristas
se fortalecieron en el Medio Oriente, África y Asia central precisamente
«después de la intervención en Irak, de los bombardeos contra Libia y del
respaldo extranjero a los extremistas en Siria», acusando de hecho a Washington
de haber favorecido la formación de grupos terroristas, incluyendo el propio EIIL
[actualmente identificado como «Estado» o «Emirato Islámico» y designado por
Estados Unidos con las siglas en inglés ISIS], lo cual hemos documentado
ampliado ampliamente en estas columnas.
El
ministro chino de Relaciones Exteriores, Wang Yi, subrayó que «las acciones
militares deben ser conformes con la Carta de las Naciones Unidas» y que «deben
evitarse los dobles raseros», o sea la aplicación de las reglas de forma
selectiva.
Sin
embargo, al aprobar la resolución, Moscú y Pekín de hecho permiten que
Washington la utilice como «motivación» legal para la acción desatada en el
Medio Oriente, acción oficialmente dirigida contra el Emirato Islámico pero que
en realidad tiene como objetivo volver a ocupar Irak y sembrar la destrucción
en Siria, lo cual se había impedido hasta ahora a cambio del desarme químico de
Damasco.
Este
último objetivo se ve confirmado por el hecho que los ataques aéreos de Estados
Unidos en territorio sirio se han concentrado sobre las refinerías y otras
instalaciones petroleras sirias. Estados Unidos y los otros participantes en
esos bombardeos –Arabia Saudita y los Emiratos Árabes Unidos– se justifican
afirmando que el Emirato Islámico utiliza esas instalaciones. Con ese
argumento, Estados Unidos puede dedicarse a destruir toda la red de industrias
y la infraestructura de Siria para provocar el derrumbe del gobierno de
Damasco.
Tras la
aparente unanimidad que hizo posible la adopción de la resolución en el Consejo
de Seguridad se esconde una confrontación cada vez más aguda entre el oeste y
el este, confrontación provocada por la estrategia de Estados Unidos. En su
discurso ante la Asamblea General de la ONU, antes de la reunión del Consejo de
Seguridad, el presidente Barack Obama pone nuevamente «la agresión rusa en
Europa» al mismo nivel que la «brutalidad de los terroristas en Siria e Irak»,
afirmando que «las acciones de Rusia en Ucrania desafían el orden posterior a
la guerra fría» y que nos hacen retroceder «a los días en que las naciones
grandes pisoteaban las pequeñas para alcanzar sus ambiciones territoriales». Y
agrega que es por eso que «fortaleceremos a nuestra aliados de la OTAN e
impondremos a Rusia un costo por su agresión».
El
presidente estadounidense recuerda también, dirigiéndose indirectamente a
China, que «Estados Unidos es y seguirá siendo una potencia del Pacífico»,
donde promueve «la paz y la estabilidad», cuando en realidad está posicionando
allí fuerzas y bases militares para «contener» a China, que a su vez está
acercándose a Rusia.
Se
trata de una confrontación entre potencias nucleares que se acelera debido a la
carrera rearmamentista emprendida por el presidente Obama [2] y que ahora
cuenta con el apoyo de otro Premio Nobel de la Paz, Lech Walesa.
Walesa
acaba de declarar, al inicio de una gran maniobra militar de la OTAN en
territorio polaco, que para protegerse contra Rusia «Polonia tiene que contar
con armas nucleares».
Manlio
Dinucci
Fuente
Il
Manifesto (Italia)
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Traducido
al español por la Red Voltaire a partir de la versión al francés de Marie-Ange
Patrizio
[1]
«Obama à l’ONU relance la "guerre mondiale au terrorisme" », por
Manlio Dinucci, Il Manifesto (Italie), Réseau Voltaire, 23 de septiembre de
2014.
[2] «El
rearme nuclear del Premio Nobel de la Paz », por Manlio Dinucci,Il Manifesto
(Italie), Red Voltaire, 24 de septiembre de 2014.
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