CASO
UCRANIA: ¿SE ESTÁ ESCONDIENDO LA ÉLITE GOBERNANTE DE RUSIA EN LA MADRIGUERA?
Viacheslav
Titiokin
Intervención
en la Duma de Viacheslav Titiokin, en nombre del grupo parlamentario del PCFR
Viacheslav
Titiokin, diputado de la Duma del Partido Comunista de la Federación de Rusia.
Especial de Tribuna Popular /Traducido del ruso por Iñigo
Aguirre para laRepública.es
El
20 de junio de 2014, en el transcurso de la sesión plenaria del parlamento, el
diputado de la Duma, miembro del Comité de Defensa, Viacheslav Titiokin, en
nombre del grupo parlamentario del Partido Comunista de la Federación de Rusia
(PCFR), intervino con relación a la operación de castigo que los fascistas
rusófobos mantienen contra los habitantes de Novorrossia y la pasividad del
gobierno ruso. Publicamos el texto de la intervención.
Estimados
colegas,
Hace
apenas un par de meses en esta sala experimentábamos un sentimiento de triunfo.
No era para menos. Por primera vez en el último cuarto de siglo no se
desprendía de territorios, sino que recuperaba sus tierras históricas. El
pueblo volvió a sentirse orgulloso de su país.
Y
todo el enorme resto del mundo, lo que no son los EEUU y la UE, sino casi los
doscientos países, miembros de la ONU, con alegre sorpresa, descubrieron que
Rusia había dejado de ser un vasallo pusilánime de occidente. Todo ello generó
una ola de esperanza, que hacía pensar que Rusia volvía de nuevo a recuperar el
estatus de gran potencia, de baluarte del mundo multipolar.
Pero
hoy en esta sala lo que experimento es un sentimiento de vergüenza, puesto que
con el humillante silencio de Rusia, los nazi-rusófobos ucranianos acaban con los
últimos focos de resistencia de los patriotas rusos, que luchan contra el yugo
Banderista, por el restablecimiento de las relaciones históricas con nuestro
país.
Y
es que hasta hace nada, el gobierno ruso declaraba con pompa, que no iba a
permitir la agresión contra la población rusófona del sureste. El consejo de la
Federación dio su autorización para la utilización de las tropas en la defensa
de nuestros compatriotas. El ejército fue desplazado a la frontera. La Junta de
Kiev agachó las orejas y sus amos occidentales se asustaron de verdad. Pero
después, de repente, todo comenzó a marchar en sentido contrario. Ahora son los
Banderistas los que atacan, y es Rusia la que apenas se defiende. Hasta hace
nada, estaban temblando en Kiev, ante la posibilidad de la aparición de tanques
rusos en Donetsk. Hoy somos nosotros los que estamos elevando inútiles notas de
protesta por la violación de la frontera por un blindado en la región de
Rostov.
La
artillería pesada y la aviación arrasan con zonas residenciales enteras. Están
muriendo decenas de civiles inocentes, mujeres y niños. Mientras que Moscú hace
como que no ve nada. Y eso que hasta ayer aseguraba que los primeros cañonazos
contra ciudades, serían la línea roja, tras la que llegaría nuestra respuesta
decidida. Nos imponen de modo incomprensible el precio del gas y nos siguen
engatusando con supuestos pagos atrasados por el suministro. Pronto nos
exigirán una compensación para la restauración….del destruido Slaviansk. Como a
los países que pierden las guerras.
El
gobierno de Kiev ha sentido la debilidad de Rusia, ha enderezado los hombros y
ha empezado a dirigirse a nosotros con el idioma de los ultimátum. Se ha
llegado a un punto en que la embajada de Rusia en Kiev terminó convertida en
objeto de ataque, y nuestros símbolos nacionales fueron vejados. Y seguimos sin
ver una reacción firme de Rusia. Desde el Kremlin mandan solo “una seria
advertencia”, la número 500…Seguimos confiando en la OSCE. ¡En uno de los
mecanismos más antirrusos que existen! Quisiera recordarles, que el pretexto
para la agresión de la OTAN contra Yugoslavia en 1999, lo creo precisamente la
misión de la OSCE, bajo la dirección del agente de inteligencia norteamericano
William Walker.
Todo
esto solo hace que calentar más a los rusófobos. En Kiev cada vez con mayor
insistencia exigen el regreso de Crimea al seno de Ucrania. Y occidente
respalda firmemente esa exigencia. Y si algo no se le puede negar a occidente
es su espíritu vengativo y la capacidad que tiene para lograr sus objetivos. Así
que, estimados colegas, de continuar con esta política de concesiones, no sería
descabellado pensar que Rusia acabase devolviendo entre disculpas una región
rusa desde tiempos ancestrales, para que cabe integrada en un Estado
neofascista.
Hoy
está en boga una nueva tesis. Nos dicen que nos están intentando empujar para
que entremos en guerra con Ucrania, y que no podemos permitirnos caer en
provocaciones. Pero permanecer agazapados en nuestra madriguera es aún más
peligroso. Por desgracia, en las relaciones internacionales, no es el arte de
la diplomacia el factor decisivo, sino la fuerza. Las concesiones se perciben
como debilidad y generan la exigencia de nuevas concesiones. Antes, de nosotros
solo exigían que retiráramos las tropas de la frontera. Ahora nos exigen con
mayor firmeza que cesemos cualquier tipo de apoyo a nuestros hermanos de
Novorrossia. No hay que enviar topas. Ya es demasiado tarde. Pero la fórmula
para ayudar es conocida desde hace tiempo: voluntarios, armas, financiación.
Así como hicimos en aquel lejano 36 en España. Eso es lo que hay que hacer
ahora.
Hace
justo 15 años terminó la agresión de la OTAN contra Yugoslavia. Nuestros
hermanos eslavos hubieran podido resistir mucho más de no ser por la abierta
traición de Yeltsin y sus secuaces. Rusia no solo guardó silencio, sino que en
la persona de Chernomyrdin intervino en un frente unido con occidente en la
exigencia de la capitulación. Entonces nos consolábamos pensando que los
Balcanes estaban lejos y que necesitábamos a toda costa mantener buenas
relaciones con occidente. Sin embargo esa agresión sin respuesta provocó que la
fiera rapaz occidental excitada por el olor de la sangre, se animase a seguir
destruyendo nuevos países insumisos. Irak, Afganistán, Libia, Siria, todos
ellos son víctimas de nuestra indolencia frente al agresor.
Pero
la guerra hoy ha llegado ya a nuestras fronteras. Ya han comenzado a llegar
grandes flujos de refugiados. Las Fuerzas Especiales de la OTAN, camufladas
como mercenarios extranjeros, están combatiendo en Ucrania. Hoy, no es el
ejército ucraniano el que está luchando contra nuestros compatriotas. Hoy, al
igual que lo que está pasando en Siria, o como pasó hace dos años en Libia, son
las tropas auxiliares de la OTAN, en forma de mercenarios, bajo el nombre de
Guardia Nacional, las que luchan. Son la carne de cañón de la OTAN.
En
Ucrania se están cometiendo crímenes de guerra, está en marcha un nada
disimulado genocidio de la población rusófona. El lugar de esos señores que dan
las órdenes de abrir fuego contra ciudades, no está en los despachos
gubernamentales, sino en las celdas de la cárcel de Scheveningen en la Haya. Y
no es con nosotros con quien deben discutir, sino con los fiscales del Tribunal
penal internacional. Pero Rusia calla.
¿Qué
subyace bajo esta derrota geoestratégica en ciernes?
En
realidad no hay nada de inesperado o ilógico en la política del gobierno ruso.
Nosotros como comunistas debemos analizar cualquier acontecimiento desde el
punto de vista de clase. Ya Lenin advertía que “…La gente siempre ha sido y
seguirá siendo inocente víctima de engaño y autoengaño en la política, hasta
que no aprenda a reconocer los intereses de una u otra clase tras cualesquiera
frases morales, religiosas, políticas, sociales o declaraciones llenas de
promesas.”
¿Dónde
están los intereses de la actual clase gobernante oligárquico-burocrática de
Rusia? En el mantenimiento del poder y de los beneficios. Los intereses del
resto de la población del país les preocupan poco. Algo se hace, pero solo para
no llevar al pueblo a una rebelión abierta.
Como
queda demostrado, el único proyecto nacional real en la Rusia actual es el
gaseoducto. Siento un gran respeto por Pável Nikoláyevich Zavalniy, exdirector
general de “Yugorsktransgaz”. Posiblemente sea el único en esta sala que
conozca la complejidad de esa colosal maquinaria que representa el sistema de
gasoductos. Su creación es una de las mayores hazañas de la civilización
soviética. Pero hoy nos han convertido en rehenes del gas que circula por esas
tuberías.
Si
el actual gobierno lleva una política tendente al empobrecimiento rápido de la
mayoría de la población, si le es indiferente que Rusia siga deslizándose hacia
los últimos lugares del mundo en calidad de vida, si este gobierno permite que
nuestra juventud siga muriendo por culpa del alcohol, las drogas y los
suicidios, si este gobierno continúa con su política de las tres “D”:
Desindustrialización despoblación y estupidización (“debilizatsia” en ruso),
sería ilógico esperar que este gobierno actuase en defensa de esas mismas
gentes sencillas en las repúblicas populares de Donetsk y Lugansk.
Más
aún. Por lo visto hay alguien en las altas esferas que está asustado por el
cariz del levantamiento popular en Novorrossia. Está asustado de ver, como el
pueblo después de dos décadas de esperar lo prometido por sus gobernantes, ha
decidido sacudirse al gobierno corrupto y tomar las riendas de su destino. Por
eso sería lógico ese deseo secreto de nuestros dirigentes de facilitar que el
levantamiento sea aplastado.
¿Qué
gobierno tenemos en Rusia? Oligárquico. ¿Qué gobierno hay en Ucrania? También
oligárquico. Y como sabemos los cuervos no se sacan los ojos entre sí. Van a
entregar al pueblo de Novorrossia. Un pueblo que no desea entregarse y que está
dispuesto a continuar la lucha.
¿Cuáles
pueden ser las consecuencias de esta política timorata?
La
renuncia a apoyar a Novorrossia puede resultar catastrófica para nosotros. En
primer lugar, en el plano moral, político. Esta política indolente de intentar
apaciguar al agresor, está ya despertando la perplejidad entre millones de
nuestros compatriotas. La mayor parte del mundo recibió con esperanza el ver
como Rusia parecía volver a querer ocupar el rango de gran potencia. Mientras
que ahora estamos retrocediendo a pasos agigantados. Por eso, en perspectiva de
futuro, nos arriesgamos a dejar de ser vistos como triunfadores, para
convertirnos en una nación incapaz de defender sus intereses nacionales, a sus
compatriotas. Nuestros aliados volverán a quedarse con la sensación de que
seguimos sin ser confiables, de que vendemos a nuestros aliados, como en la
época de Yeltsin.
A
largo plazo, al sentir la debilidad de Rusia, los numerosos depredadores que
existen entre nuestros vecinos, intentarán despedazar nuestro país.
La
entrega de Novorrossia significará que Ucrania recibe carta blanca para
ingresar en la OTAN, puesto que después de derrotar a la población del sureste,
que hasta ahora se había mostrado activamente en contra de ese paso, el
gobierno ucraniano ya no tendrá que contar con la opinión de los que no estén
de acuerdo.
Tras
el ingreso de Ucrania en la OTAN, desde su territorio será muy fácil atacar la
mayor parte de la Rusia central. Solo con poner en el aire a la aviación, sin
necesidad de cruzar la frontera. Luego habrá que prepararse para la aparición
de bases de la OTAN en territorio de Ucrania. Los sistemas DAM aparecerán
luego, pero aparecerán seguro.
En
estos días no es el destino de Novorrossia lo que está en juego. En estos días
se decide el destino de Rusia. O continúa deslizándose por la corriente
dejándose llevar, canino de una durísima catástrofe geopolítica, o encuentra
fuerzas para alzarse y dejar de estar de rodillas.
PRENSAPCV:
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