¿Quién amenaza a EE.UU.?
ELSON CONCEPCIÓN PÉREZ
Si algo debe caracterizar a un mandatario de una potencia
nuclear es la responsabilidad. Nadie, en posesión de esa arma, puede buscar
supuestos enemigos con el fin de justificar la modernización, ampliación y
alcance de estas.
Estados Unidos dispuso este año miles de
millones de dólares extras para modernizar su arsenal nuclear.
Este es el caso de Estados Unidos que, según el propio
gobierno, posee un arsenal nuclear de 5 mil 113 ojivas activas y desplegadas y
otras miles no activas.
Ahora bien, ¿quién amenaza a Estados Unidos? ¿Por qué tales
planes? ¿A quién van dirigidos?
La respuesta la sabe Obama. NADIE, absolutamente NADIE ha
emprendido ni tiene planes de agredir a ese país, y cuando se hizo, con el ataque
a las Torres Gemelas en el 2001, aún se vive en la incertidumbre sobre si fue
verdad lo de Al Qaeda o si fue una autoagresión para justificar la cruzada
bélica emprendida por el entonces gobierno de George W. Bush y continuada por
el Nobel de la ¿Paz?, Barack Obama.
¿Sería una exigencia de la ultraderecha conservadora y el
Complejo Militar Industrial norteamericanos? ¡Vaya usted a saber!
Con el arma nuclear no se puede jugar, como tampoco se debe
hacer con el riesgo a la supervivencia humana.
Entonces, ¿por qué y para qué nuevos y abultados
presupuestos para la modernización del arsenal atómico del Pentágono?
Para el presente año fiscal, por ejemplo, el mandatario
estadounidense dispuso de un presupuesto que aumentaría en un 7 % la cantidad
actual de 7 mil 227 millones de dólares, destinados a modernizar las armas
atómicas de Estados Unidos.
Tal decisión hace más complicado e incierto un mundo que se
debate entre la civilización —con paz, progreso, felicidad— y la barbarie de
quienes lo mutilan con guerras, muertes, armas y depredación generalizada.
¿Quién triunfará en ese pulseo entre lo irracional y lo
sensato y responsable?
En su afán por "convencer" al Congreso, Obama,
cuando pidió tan abultada cifra de dinero para modernizar estas armas,
justificó tal partida reduciendo los fondos ya aprobados que se debían usar en
los planes de no proliferación nuclear, acordados con Rusia en el tratado Nuevo
START.
Es una verdadera burla a aquel Tratado, que supuestamente
había puesto fin a la era de la llamada Guerra Fría, con el compromiso de
reducir su arsenal atómico en dos tercios hasta el año 2018.
En un ambiente tan inseguro y poco responsable de las
autoridades de Washington, Moscú no hizo esperar su criterio, y Nikolai
Astrovski, experto del Centro de Estimaciones y Pronósticos Estratégicos ruso,
aseguró que los supuestos planes norteamericanos en cuanto a la reducción de
sus medios atómicos era una mentira para tratar de imponer a Rusia que reduzca
la rama más combativa de sus fuerzas armadas.
El citado experto y estratega militar ruso, citado por
Hispan TV, comparó la situación actual de las armas nucleares tácticas de
EE.UU. y la OTAN con la "escopeta de Chéjov". El escritor ruso
planteó que si en el primer acto de un espectáculo aparece una escopeta cargada,
más adelante esa arma se debe disparar.
Respecto al tema, Moscú advirtió que actualmente el arsenal
estadounidense cuenta con unas 800 bombas aéreas de caída libre de tres
modificaciones diferentes.
Al mismo tiempo la OTAN posee entre 150 y 200 bombas del
modelo B-61, con una potencia total de unos 18 megatones de equivalencia en
TNT. Dichas armas están desplegadas en seis bases aéreas de Estados Unidos en
Alemania, Italia, Bélgica, Países Bajos y Turquía. ¿Contra quién van dirigidas?
Además, la OTAN y EE.UU. disponen de siete aeródromos
operativos dentro de las misiones con armamento de destrucción en masa en
Polonia, Eslovaquia, Lituania, Letonia y Estonia.
De esta forma, el tiempo de acercamiento a un objetivo
próximo a las fronteras de dichos países con Rusia se reduce de los 40-50
minutos a unos 4–7 minutos en comparación con las fuerzas estratégicas
desplegadas al otro lado del Atlántico y equipadas con misiles
intercontinentales.
Todo hace indicar que la reciente reorganización de los
aeródromos militares en los países bálticos (antiguas repúblicas soviéticas),
de conformidad con las normas del uso de las armas nucleares de la OTAN, es un
argumento más a favor de que los norteamericanos se están preparando para el
uso de ese tipo de armamento con la mayor eficacia posible.
Acompañando a estos planes nucleares, Estados Unidos ha
desarrollado los más costosos y modernos medios de espionaje que le permiten
conocer lo que sucede, en tiempo real, en cada punto del planeta.
Solo para las agencias dedicadas al espionaje, presupuestó
para el presente año fiscal 2013 una cifra superior a los 52 mil 600 millones
de dólares, según reveló el diario The Washington Post, que cita nuevos
documentos filtrados por el exanalista Edward Snowden.
Nada, que aunque no hay amenaza alguna ni enemigo que
intente actuar contra Estados Unidos, la administración Obama se aferra a que
un mundo sin guerra no es mundo... al menos para Washington.
Enviado por EDH-El Salvador
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