Propósito deliberado del imperio
La inacabable destrucción de Afganistán
Manuel Moncada Fonseca
Los hechos de la realidad local e internacional se abultan, se deforman o se inventan a gusto de los monopolios de la información, la industria bélica, farmacéutica, biotecnológica, alimenticia, etc. Como parte esencial de esta metamorfosis, hoy como ayer, mercenarios del imperio repiten hasta el cansancio una, otra y otra mentira para convertirla de virtual en real; por ejemplo, achacando la responsabilidad de lo que ocurre al que no la tiene, a la misma víctima.
Y todo lo que ocurre a causa de las acciones transnacionales, llámese desempleo, pobreza, indigencia, subdesarrollo, epidemias y hambrunas (deliberadamente desatadas o al menos potenciadas), privatizaciones, guerras de ocupación, saqueo y exterminio, etc., se muestra como algo natural, inevitable o necesario o, peor, como espectáculo. Al final, lo que pase, o deje de pasar; lo que se hace o se deje de hacer; lo que se vive o se deje de vivir; lo que se sufre o se deje de sufrir; todo o casi todo pierde sentido, profundidad, esencia, importancia real. Todo pues se banaliza.1
Sin duda, lo peor de la banalización es esa cultura neoliberal que ha ido esculpiendo la aceptación acrítica del genocidio, saqueo y destrucción cometido contra naciones enteras, cuyos territorios, riquezas y medio ambiente en general se regentan a voluntad de las fuerzas occidentales que están enfrascadas en restablecer el colonialismo de viejo cuño, sólo que con muchísimo más potencial de destrucción y rapiña que antes.
El tema esbozado posee múltiples aristas, ya no se diga enfoques. Sin embargo, centraremos nuestra atención en cómo el imperio ha convertido sus agresiones en conflictos locales entre “buenos” y “malos”; en guerra, conflicto o violencia aquí o allá; en situaciones “locales”. Esta tergiversación gobeliana y maniquea de las realidades del orbe, cumple con el objetivo de “demostrar” que las naciones “inherentemente” “violentas” empujan a las naciones por naturaleza “civilizadas” a ejercer el papel de policía internacional para imponer el “orden” y, sobre todo, para imposibilitar que “tiranos” de acá o de allá en el mundo “pobre” masacren a la población civil. Más aún, así se cumple otro objetivo: atribuirle carácter extraterritorial a las leyes del mundo “rico”.
Nuestro propósito es mostrar esa concatenación de hechos de la que habla con toda propiedad el sociólogo e investigador canadiense Mahdi Darius Nazemroaya en los siguientes términos:
“Las guerras “en serie”, el aumento de las leyes de seguridad, la guerra contra el terrorismo, las reformas económicas neoliberales, las “revoluciones de colores” en el ámbito postsoviético, la criminalización de diferentes sociedades por parte de los medios de comunicación, la ampliación de la OTAN y de la Unión Europea, y las falsas acusaciones de que en Irán existe un programa de armamento nuclear todo ello forma parte de un todo.”2
Y en ese todo se encuentran los propósitos de EEUU de reconquistar plenamente América Latina a la que John Kerry, su nuevo Secretario de Estado, llama nuevamente “nuestro patio trasero” al que “tenemos que acercarnos de manera vigorosa”.3 Con toda seguridad, a ese acercamiento “vigoroso” han obedecido el golpe de estado contra Manuel Zelaya en Honduras (2009), el golpe perpetrado contra Fernando Lugo en Paraguay (2012) y las intentonas golpistas en Venezuela Bolivariana que, muy probablemente, implicaron el asesinato del Comandante Presidente Hugo Chávez Frías…
Para fundamentar las ideas arriba expuestas, comenzaremos refiriéndonos al caso afgano.
El caso afgano
La guerra impuesta a Afganistán desde el 2001, contra los talibanes que gobernaban en esta nación centroasiática por voluntad estadounidense, tomó como justificación la voladura de las torres gemelas de Nueva York el 9 de septiembre de ese año, misma que, sin fundamento alguno, se atribuyó a Osama Bin Laden, líder de Al- Qaeda. Ello pese a que talibanes y Al-Qaeda fueron hechuras de Occidente4 y a que Bin Laden se encontraba hospitalizado sufriendo una severa lesión renal que lo hizo someterse a diálisis hasta morir ese mismo año.5 Por si fuera poco, el FBI jamás lo registró como implicado en ningún acto violento contra EEUU.6
La guerra desatada contra Afganistán fue un invento perverso. Se adujo como pretexto el hecho terrorista ya señalado, mismo que, según múltiples fuentes, fue un auto atentado que sirvió de pretexto para iniciar toda una cadena de guerras. De este modo, tras el ataque del World Trade Center y el Pentágono, el ex director de la CIA James Woolsey, buscando justificar la guerra de su país contra el “terror” a escala global, dio a entender, sin fundamento de por medio, que en ello estaban implicados uno o más gobiernos extranjeros. Y el ex consejero nacional de Seguridad Lawrence Eagleburger, siguiendo la misma tónica, declaró: “Mostraremos que cuando nos atacan de esta forma somos terribles en nuestra fuerza y en nuestra respuesta”.7
Debe decirse que la guerra contra Yugoslavia en 1999, sirvió de ensayo general para dar persecución al “terrorismo internacional”. De esta suerte, la OTAN se convirtió en una alianza abiertamente agresiva que, desde entonces, se arrogó “el derecho de intervenir como potencia militar en cualquier lugar del mundo” pasando por encima de la ONU y contraviniendo la Carta de la ONU.8
Hoy Afganistán es un país destruido en todo sentido y aún permanece ocupado por miles de soldados estadounidenses. Pero desde que se atacó y se ocupó su territorio, todos los medios transnacionales de occidente han hablado de “violencia en Afganistán”. Y Occidente ¿qué? Pues “tuvo” que intervenir en el mismo para, pretendidamente, restablecer el orden interno y “cobrar” venganza por los atentados del 11-9. Nada que ver con la realidad… Sin embargo, Wikipedia habla en estos términos: “En los últimos años las guerras y los conflictos se han sucedido en el país”.9
El panorama de Afganistán empeora. El combate al narcotráfico, del que tanto alarde se ha hecho, ha sido una pantalla para ocultar que en esta nación centroasiática la producción de heroína ha aumentado en un 40 % desde el inicio de la operación “Libertad Inquebrantable” perpetrada por la OTAN desde el 2001. Y la inversión en el tráfico de esta droga, lo que ya cobra más de un millón de muertes, supera ya el billón de dólares.10 Justo con dinero proveniente de la droga afgana, declara Viktor Ivanov, director del Servicio Federal Ruso de Control de Estupefacientes (FSKN), se están financiando entre 15 000 y 20 000 mercenarios que están desestabilizando Siria.11
Carece así de todo crédito que EEUU aduzca que uno de sus principales escollos para la reconstrucción de Afganistán es la corrupción que la carcome, como si él no tuviera nada que ver con eso y mucho más. Por lo mismo, la única explicación creíble del porqué no se ha podido reconstruir este país tendría que pasar, forzosamente, por una auto-denuncia de parte de EEUU. El año pasado, junto a otros dos países, Afganistán estaba catalogado como el más corrupto del orbe. Más claro aún, la corrupción se ha asociado estadísticamente con el gasto estadounidense en esta nación. En pasta, para hacer llegar de forma segura suministros a sus bases en territorio afgano, el Pentágono ha financiado a sus supuestos enemigos: los talibanes. En el 2009, gastó 60.000 millones de dólares en esta guerra desatada por él y sus cómplices. El dinero se ha esfumado de diversas formas, entre otras, hurtándolo del suministrado por el Pentágono para pagar a “soldados fantasmas” y policías, así como a inexistentes reclutas de las fuerzas afganas de seguridad. La reventa del material bélico del Pentágono por parte de la policía y comandantes del ejército afganos, aduciendo combates ficticios contra los talibanes, también explica cómo se volatiliza el dinero invertido por EEUU en una guerra que, desde siempre, ha sido un gran negocio de armas y de ficticia reconstrucción. Empero, la mayor parte del dinero de los contribuyentes estadounidenses se fugó de Afganistán, y grandes partes del mismo llegaron a parar en los bancos e inmobiliarias de los emiratos del Golfo, particularmente en Dubái. Y no faltaba más, con la complicidad de los diplomáticos estadounidenses, en septiembre del 2010, del banco de Kabul habían desaparecido casi mil millones de dólares, de los cuales una gran cantidad se invirtió en casas lujosas en el emirato mencionado.12
Por si todo esto fuera poco, entre el 2010 y el 2011 el número de muertos se duplicó en Afganistán, asesinados por la aviación estadounidense, y la mayor parte de las víctimas fueron cientos de niños.13
Tras un poco más de una década bajo la genocida férula de Washington, las condiciones de Afganistán son iguales o peores que al inicio de la ocupación de su territorio. Así las cosas, la esperanza de vida para los hombres es de 44.5 años y 44 años para las mujeres; la tasa de mortalidad maternal se estima entre las más altas del mundo, propiamente, 1.600 muertes por 100.000 niños nacidos vivos; y más del 50 % de los niños menores de cinco años sufre de desnutrición. De cada tres afganos, uno vive en la pobreza. El paro abarca a un 40 % de la población. Del total de la misma, como consecuencia de la prolongada guerra impuesta a la nación, el 65% padece de estrés y de otros trastornos mentales.14
Pero ¿cómo soslayar la referencia a la contaminación del territorio afgano con uranio empobrecido, algo más, mucho más, que una secuela inevitable del bombardeo indiscriminado de EEUU contra su territorio, su población, sus ciudades y su medioambiente?
Marion Falk, un físico pensionado que durante más de veinte años se dedicó a construir bombas nucleares en el Laboratorio Lawrence Livermore, al preguntársele si las bombas de uranio enriquecido actúan de forma similar a las bombas atómicas, respondió: “Es exactamente lo que son. De cualquier manera responden a lo que es una bomba atómica.” Y al preguntársele si el objetivo de la utilización de las bombas de uranio empobrecido es la destrucción de bienes y personas, expresó: “Yo diría que es el arma perfecta para matar a montones de personas.”15
De los niveles de contaminación, un equipo de campo del Uranium Medical Research Center (UMRC) señalaba en 2002: “Sin excepción, en todos los lugares bombardeados que se investigaron, la gente estaba enferma. Una parte significativa de la población civil presenta síntomas compatibles con contaminación interna por uranio.”
Y continuaba: “En Afganistán, a diferencia de Iraq, los resultados del laboratorio del UMRC indicaban altas concentraciones de URANIO NO EMPOBRECIDO, y con concentraciones mucho más altas que las de las víctimas del DU en Iraq. Afganistán se utilizó como una prueba experimental para una nueva generación de "bombas contra búnker" que contenían altas concentraciones de otras aleaciones de uranio.”16
La próxima entrega la dedicaremos a tratar el caso iraquí.
1 “[…] la banalidad del mal, como sumisión total a la autoridad, ha sido y es utilizada para cometer delitos contra la humanidad. El poder se escuda en la barbarie, la banalización de la violencia y de las actitudes discriminatorias que justifican la intolerancia.”Coronado, Xabier F. La banalización, epidemia de la modernidad. http://www.radiolaprimerisima.com/articulos/4191
2 Silvia Cattori. “La OTAN sólo lleva a la destrucción, la inseguridad y la miseria. Debe ser abolida”. http://www.rebelion.org/noticia.php?id=165930
3 Aporrea. “Doctrina Monroe del Siglo XXI: Para John Kerry, América Latina no es vecina de EEUU, sino "es nuestro patio trasero". “ http://www.aporrea.org/internacionales/n227123.html
4 Ayatolá Seiied Ali Jamene: “Al-Qaeda y los taliban han sido creados con el apoyo de los aliados de Estados Unidos en la región, y EE.UU. so pretexto de luchar contra ellos, bombardea a Afganistán y Paquistán, pero su principal objetivo es el dominio de estos Países”. AhlulBait News Agency. “Al-Qaeda y los Talibanes han sido Creados con el Apoyo de los Aliados de EEUU en la Región”. http://www.ribatal-andalus.org/index.php/actualidad/wahabismo/721-al-qaeda-y-los-talibanes-han-sido-creados-con-el-apoyo-de-los-aliados-de-eeuu-en-la-region-.html
5 Meyssan, Thierry. “Reflexiones sobre el anuncio oficial de la muerte de Osama Ben Laden”. http://www.voltairenet.org/article169795.htm
6. “El FBI por su lado ha indicado no contar con ningún elemento permitiendo de acusar a Osama Bin Laden como responsable. También se ha demostrado que las pretendidas llamadas telefónicas de los pasajeros hechas desde los aviones secuestrados nunca existieron.” David Ray Griffin. “Un nuevo enfoque sobre el 11 de septiembre”. http://www.voltairenet.org/article159849.html Para mayor información sobre el tema de la guerra contra Afganistán, consúltese también: Vega Cantor, Renán. “Cinco grandes mentiras sobre el 11-S. http://www.rebelion.org/noticia.php?id=135406
7 Michel Chossudovsky. "Osama Bin Laden: un guerrero de la CIA". http://www.globalresearch.ca/articles/CHO109G.html
8 Milica Radojkovic-Hänsel. “La agresión de la OTAN contra la República Federal de Yugoslavia en 1999”. http://www.voltairenet.org/article178131.html
9 Wikipedia. “Afganistán”. http://es.wikipedia.org/wiki/Afganist%C3%A1n
10 Afganistán: Producción de heroína aumentó 40 veces con OTAN. http://www.contrainjerencia.com/?p=65039
11 Siria: 15 000 mercenarios financiados con dinero de la droga afgana. http://www.voltairenet.org/article178119.html
12 Dilip Hiro. “La gran estafa de la corrupción afgana”. http://www.rebelion.org/noticia.php?id=166304
13 “ONU acusa a EEUU de matar a cientos de niños en Afganistán con sus bombardeos”. http://www.cubadebate.cu/noticias/2013/02/08/onu-acusa-a-eeuu-de-matar-a-cientos-de-ninos-en-afganistan-con-sus-bombardeos/
14 Bill Van Auken. “La cara brutal del neocolonialismo en Afganistán”. http://librepenicmoncjose.blogspot.com/2013/04/la-cara-brutal-del-neocolonialismo-en.html
15 Doug Westerman. “El uranio empobrecido, mucho peor que el 11-S”. http://www.lahaine.org/index.php?p=14596
16 Ibíd.
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