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lunes, 8 de mayo de 2017

SE ABORREGA AL SER HUMANO Y SE LE HACE ASUMIR LA CULPA DE SUS DESGRACIAS


 SE ABORREGA AL SER HUMANO Y SE LE HACE ASUMIR LA CULPA DE SUS DESGRACIAS
Manuel Moncada Fonseca

El concepto educación se presta, como muchos, a distintas interpretaciones, entre otras, las que lo vinculan con las instituciones que forman profesionales en distintos campos y con las escuelas técnicas diversas. El problema que hay en esta visión consiste en que soslaya que, por doquier, está presente eso que llamamos educación. Incluso en las experiencias personales de los que pasan por las aulas, así como la de los que laboran en ellas.

Sin embargo, contemplarla como función específica de instituciones determinadas, nos parece francamente un desatino. Las personas nos educamos en multiplicidad de ambientes, que nos impactan de forma individual e interiorizamos de idéntica manera. De ahí que Pablo Freire acote: “Nadie educa a nadie —nadie se educa a sí mismo—, los hombres se educan entre sí con la mediación del mundo” [1] Por lo demás, no debe contemplarse como tal aquello que deforma a los seres humanos. Estar contra la humanidad es aberrante. En este particular, el autor expresa: “La educación es un acto de amor, por tanto, un acto de valor; no puede huir de la discusión creadora, bajo pena de ser una farsa.” [2] En la misma línea, Tomás Ankara apunta: “Nuestra tarea consiste en descolonizar nuestra mentalidad…”[3]

Quimeras educativas

Existen muchas quimeras que desdibujan, intencionadamente, una autentica formación humanista. A manera de ejemplo, traemos a colación esta “perla” inspirada por la Fundación Santillana, muy dada a defender los valores occidentales, como lo demuestra este titular por completo engañoso: “Entrega de diplomas de la sexta promoción del Máster en Gobernanza y Derechos Humanos”. [4] Con franqueza, nos hartan los eufemismos.

Esta otra es de idéntica procedencia y sentido, nos detenemos a examinarla un poco: “No sabemos muy bien adónde vamos o a dónde queremos ir. Ese déficit de sentido corre el riesgo de ser cubierto por el individualismo asocial o el fundamentalismo autoritario. La alternativa a estos dos fundamentalismos exige que provoquemos una fuerte adhesión al objetivo de construir sociedades más justas. El siglo XXI puede (y debe) ser el siglo de la justicia social. En este escenario, la educación juega un papel fundamental porque en la sociedad de la información y del conocimiento, la condición necesaria para la inclusión social es una educación de calidad.” [5]

Entre otras trampas sutiles, desentrañamos acá la defensa del individualismo que, por más que se le haga acompañar del adjetivo “asocial”, sigue siendo eso, una plaga para la sociedad en su conjunto que equivale, cuando menos, a egolatría. Pero defendemos la individualidad por ser base de nuestra identidad; la que nos convierte en personas plenas cuando no se asume su aspecto negativo ya acusado.   

Sigamos. La construcción de sociedades más justas no debe atarse a una mera declaración hecha desde la escuela o la academia. No les compete a estas instituciones ocuparse de la justicia social como parte consustancial de su quehacer y, por si fuera poco, con patente de corso. La justicia social sólo puede ser corolario de la lucha social más amplia, de la que emancipa al ser humano de las ataduras de la sociedad moderna, de la explotación del hombre por el hombre y de la moral amoral que acusa Sandino.


Por último, “la sociedad de la información y del conocimiento”, es mera fantasía neoliberal, jamás servirá al objetivo de “una educación de calidad”; ni tampoco a la inclusión social, salvo como mera declaración que acá equivale a anzuelo para aparentar preocupación por los marginados. Se trata sólo de una “concesión” destinada a detener las convulsiones sociales contra el sistema; de una suerte de “Alianza para el Progreso” que, desde la escuela, contribuya a impedir revoluciones sociales como la cubana en la época de Kennedy.

Al respecto, coincidimos con Renán Vega Cantor. Para él, la “sociedad del conocimiento” se orienta a preparar “recursos humanos” adecuados para el capitalismo transnacional; es decir, “una fuerza de trabajo diestra técnicamente, poco costosa, que no piense y absolutamente despolitizada.” Su “recurso humano” idóneo es, así, aquel que se ve privado de “los contenidos universales de lo que se enseña”, en una academia cuya función se reduce “a impartir unos conocimientos técnicos especializados en concordancia con las necesidades del mercado, y no con la de los seres humanos.” [6]

La observación del comportamiento de una mayoría de los que salen graduados de las universidades y escuelas técnicas, es muestra palmaria de lo alejado que ella está de los problemas que agobian a las naciones. En este sentido, rescatamos el sentido crítico de las siguientes palabras, expresadas en un ensayo solicitado por Marx al autor. Hablamos de Max Stirner, quien acusa:


“No es realmente un mérito de la escuela el que no compartamos con ella el afán egoísta. Todos los tipos de envidia, todas las clases de usura, la avidez de puestos, la servidumbre mecánica, el espíritu mediador, todo ello se remonta tanto al saber difundido cuanto a la elegante formación clásica (…). Y ello por la sola razón de que la educación se lleva a cabo únicamente en lo formal o lo material, cuando no en ambos a la vez, en lugar de buscarse en la verdad, en la educación del verdadero hombre.” / “La “educación para la vida práctica” no forma más que personas de principios [no se refiere a los éticos], incapaces de pensar y actuar sino en función de máximas, pero no forma hombres principales. Tan sólo forja Espíritus legales, pero no libres.” [7]

No asombra que, dado el nivel de alienación que hoy infecta al globo, determinada izquierda ha empujado las cosas, en lo que atañe a la formación universitaria, hacia la otra acera, la de los enemigos de la humanidad; es la “que ha dejado de lado a su clase, (…) cuando, en lugar de defender la instrucción, la impartición de contenidos, pone por encima de la misma la inclusión contemplativa y afectiva de las diferencias sociales, adjudicando a la escuela la labor de resolverlas en lugar de armar al alumnado con los conocimientos, con la preparación que, al convertirse en ciudadanos, le permitirían combatir esas diferencias sociales que no van a dejar de existir por mucho que nos creamos el discurso del emprendimiento individual, de que todos podemos llegar a ser clase media, a base de ser “empresarios de sí mismos”.” [8]

De educación no se hable a la ligera

A menudo, se habla sin propiedad alguna de educación, lo que, por sí mismo, es un gran problema. Se la confunde o reduce meramente a la instrucción técnica o profesional, brindada por escuelas y universidades, lo cual constituye una distorsión mayúscula del asunto. Porque, de esa forma, la alejamos de la vida; de las experiencias que ésta nos brinda en el hogar,  el vecindario, el barrio, la ciudad, el campo, en los viajes,  en las conversaciones informales con familiares, amistades, conocidos; ya no digamos, en marchas y resistencias diversas contra las brutalidades del Capital.


Nuestra referencia es a esas experiencias que nos vinculan con auténticos valores humanos; que nos empujan a la solidaridad, a la cooperación franca y a la hermandad; en síntesis, a amar al ser humano, al prójimo, al lejano y al planeta con todas sus criaturas. A esas que, lejos de apartarnos de la lucha por la justicia social, nos invitan a ser parte de ella. Rechazando de raíz, todo lo que perjudique,  avasalle, despoje, enajene y destruya a los pueblos. Por eso, descartamos como educación lo que atente contra el bienestar y la vida del ser humano y de sus hermanos en la naturaleza.

Educar es esencialmente bañarse, empaparse, sumergirse de lleno en la sensibilidad más profunda; sensibilidad que no debe confundirse con sensiblería novelesca que inocula la cultura occidental hasta el hartazgo. 

Desde luego, sería deseable que las escuelas y universidades fueran por doquier parte manifiesta de la sensibilidad humana a la que hacemos referencia, sin que tuvieran que apartarse de cuajo de sus funciones regulares. No obstante, eso les demandaría que dejaran de ser, como pasa con una mayoría aplastante de las mismas, instrumentos del actual sistema de esclavitud que reina en el globo y se avinieran a ser parte del esfuerzo de combatirlo. Asunto nada sencillo, puesto que las inversiones en “educación”, por parte del FMI, del Banco Mundial, de la AID y similares, hacen algo más que conspirar para impedirlo.

¿Y la UNESCO? Baste decir que es, después de los medios de difusión, la principal correa de transmisión de los valores occidentales en el orbe, aunque en su seno haya fuerzas que pugnan por transformarla de forma radical. [9] Mas examinemos lo que expresa un autor por ella promovido: “La razón de ser de las ciencias, en cualquiera de sus campos, es aportar nuevos conocimientos sobre la realidad, explicar las causas y la naturaleza del movimiento (…), aportar (…) propuestas fundamentadas acerca de cómo influir sobre el curso de la realidad para acercarla a los intereses más legítimos de la sociedad y del ser humano.” [10] No vemos en estas palabras sino un  supuesto, en lo esencial, falso.

En el orbe los problemas no se resuelven sobre la base de propuestas de ninguna índole, ni siquiera científicas. Si así fuera las lacras sociales que pululan en todas sus latitudes ya se habrían superado. Las guerras están a la orden del día, el genocidio y el riesgo de guerra nuclear están en el ambiente. Sí resultan ciertas para un grupo pequeño de países, sobre todo, Cuba y Corea, donde la naturaleza  del estado responde por entero a los interés de los pobladores; aunque en menor grado, ello también es observable en los países del ALBA.

Coincidimos con los planteos del psiquiatra chileno Claudio Naranjo en torno a la temática que nos ocupa: “La educación no nos enseña a ser libres. Actualmente se enseña a ser como los computadores, pero sin estar a la altura. Nos convierte en fantasmas intelectuales, porque no se enseña qué es la vida, por eso parto diciendo que la educación es perversa. No somos lo que podríamos ser. En un momento nos proclamamos como homo sapiens, pero nos terminamos convirtiendo en homo demens”. Y sigue: “vivimos en una sociedad que no sabe que está enferma.” Para él,  la educación predominante es el socio invisible del complejo financiero militar industrial que la utiliza para sus fines.  [11]

El poder mundial de siempre, concentrado básicamente en el Pentágono, Wall Street  y Silicon Valley, está induciendo a la gente a no pensar, a no conectarse con otros, a no dialogar con nadie, salvo por medio del “chat”. Y de libros nada tampoco, la quiere entretenida a una pantalla de televisión que la aleje de lo que en verdad ocurre. [12] Así las cosas: ¿qué de extraño tiene que las universidades y escuelas tiendan a idealizar la tecnología contemplándola cual si fuese una diosa y no instrumento del que puedan valerse para mejorar su quehacer, no para supeditársele, sobre todo cuando se aplica una que ha sido diseñada con fines sombríos

En Japón, por ejemplo, está planteado excluir las Humanidades del mundo académico oficial y dejar solo ingenierías, que permitan generar nuevas tecnologías, lo que equivale a la adopción de una posición ideológica, puesto que “las nuevas tecnologías nos recolonizan, nos alienan y son adictivas, además que cada vez nos aíslan más del otro”. [13], [14]  El primer ministro japonés, Shinzo Abe, aduce que se trata de propiciar “una vocación educativa más práctica que anticipe las necesidades de la sociedad”. (Entrecomíllese el concepto “sociedad”). Algo similar se observa en España, Inglaterra y EEUU. [15]  

No asombra, entonces, que “Hoy por hoy, la máquina que sirve al ser humano, pasó a ser (…) más importante que el humano mismo, más importante y apreciada que aquello para lo que nos ayuda”. [16]Tampoco que la academia haga oído sordo de la advertencia severa proveniente de Ígor Dilevski, vicejefe de la Dirección de Operaciones del Estado Mayor ruso, al plantear: “Las tecnologías de la información podrían convertirse en un detonador para incluso desencadenar un conflicto militar a nivel internacional”, añadiendo que dichas tecnologías se usan  en las “revoluciones de colores”, siendo el recurso para organizar protestas destinadas a derrocar al gobierno de un país dado. Finaliza expresando que no existe país que tenga protección frente a estas armas.  [17]

Las instituciones académicas, aferradas a esquemas occidentales, al parecer, no se han preocupado en verdad de estudiar el severísimo problema medio ambiental que enfrentamos. No se les ve reaccionar ante el mito transnacional que sostiene que la agricultura industrial alimenta al mundo, cuando se sabe que, lejos de eso, apenas produce un 20% de los alimentos, contra un 80 % que genera la agricultura familiar; acapara la mayor parte de la tierra en monocultivos intensivos, un 75 %; usa la mitad de los recursos y es dueña del agua, las semillas, la ciencia y la tecnología.  [18]

Pero si lo expuesto hasta ahora no preocupa a mucha gente, al menos debiera preocuparle de forma seria la posibilidad del holocausto nuclear: según los físicos nucleares de EEUU, “el programa nuclear en marcha ha implementado nuevas tecnologías revolucionarias que aumentarán enormemente la capacidad letal del arsenal nuclear. Estas nuevas tecnologías triplican la potencia letal global de los actuales misiles balísticos de EEUU”. Se busca someter a China y Rusia a un sorpresivo ataque nuclear.  [19]

Somos de la convicción que Nuestra América requiere de verdaderos educadores e interiorizar de lleno que Bolívar, Martí, Sandino, El Che, Camilo, Chávez y Fidel, entre muchos otros, son los más grandes que ha tenido y tiene; sin negar a otra pléyade interminable de educadores de las diversas latitudes a los que también se hace imprescindible seguir...



[1] Radio la Primerísima. Paulo Freire, a 19 años de su partida. http://www.radiolaprimerisima.com/articulos/6444
[2] Paulo Freire. La Educación como Práctica de la Libertad. Siglo veintiuno  editores. Cuadragésima edición, 1997. p. 92.
[4] Fundación Santillana. Entrega de diplomas de la sexta promoción del Máster en Gobernanza y Derechos Humanos. http://www.fundacionsantillana.com/fundacionsantillana/2017/03/06/entrega-de-diplomas-de-la-quinta-promocion-del-master-en-gobernanza-y-derechos-humanos-2/
[5] Juan Carlos Tedesco. Educación para la justicia social. http://elpais.com/diario/2010/11/19/sociedad/1290121205_850215.html
[6] Renán Vega Cantor. La "sociedad del conocimiento": una falacia comercial del capitalismo contemporáneo. http://www.herramienta.com.ar/revista-herra
mienta-n-35/la-sociedad-del-conocimiento-una-falacia-comercial-del-capitalismo-contempo
[8] Salvador López Arnal. “La pretensión de convertir la escuela en una fábrica de mano de obra es una barbarie”. https://dedona.wordpress.com/2017/04/28/la-pretension-de-convertir-la-escuela-en-una-fabrica-de-mano-de-obra-es-una-barbarie-salvador-lopez-arnal/
[9] Una muestra de las contradicciones apuntadas es esta: “El Comité Ejecutivo de la Organización de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (…) aprobó una resolución crítica con la actuación de Israel en Gaza y especialmente en el este de Jerusalén (…). / ". / Entre los países miembros del comité, 22 votaron a favor —incluidos Rusia y Suecia—, diez lo hicieron en contra —con EEUU, Alemania, Reino Unido y Holanda a la cabeza— y 23 se abstuvieron, entre ellos España y Francia”.
[10] Julio Carranza Valdés. El compromiso de la ciencia y la ciencia del compromiso. En: América Latina y el Caribe. Globalización y Conocimiento. Repensar las Ciencias Sociales. UNESCO 2011. http://www.unesco.org.uy/shs/fileadmin/templates/shs/archivos/RepensarLAC-Volumen_1.pdf
[11] El Mostrador.cl. Claudio Naranjo en el Congreso Futuro: “La educación es una estafa, le roba la vida a los jóvenes, una cárcel”. http://www.elmostrador.cl/cultura/2017/01/10/claudio-naranjo-en-el-congreso-futuro-la-educacion-es-una-estafa-le-roba-la-vida-a-los-jovenes-una-carcel/
[12] Norma Estela Ferreyra. ¿En qué no están transformando? Fuente: http://www.gracus.com.ar/2016/04/27... Tomado de Tercera Información
[13] Alfredo César Dachary Educación y alienación: dos caras de una nueva realidad. http://alfredocesardachary.com/educacion-y-alienacion-dos-caras-de-una-nueva-realidad/
[14] POLÉMICA MEDIDA DEL MINISTERIO DE EDUCACIÓN JAPONÉS BUSCA ELIMINAR CIENCIAS SOCIALES Y HUMANIDADES PARA RESPONDER A NECESIDADES PUNTUALES DE LA SOCIEDAD. http://pijamasurf.com/2016/03/gobierno-de-japon-decreta-abolir-carreras-de-humanidades-de-las-universidades/
[15] ¿Por qué Japón quiere abolir las carreras de letras (en contra de lo que piensan en Silicon Valley)? https://magnet.xataka.com/en-diez-minutos/por-que-las-empresas-de-ciencias-estan-contratando-a-titulados-en-letras-pero-japon-quiere-abolirlas
[16] Marcelo Colussi. La diosa tecnología. http://www.voltairenet.org/article125513.html
[17] ElComunista. Rusia alerta que las tecnologías de la información podrían usarse para provocar conflictos. https://elcomunista.net/2017/04/26/rusia-alerta-que-las-tecnologias-de-la-informacion-podrian-usarse-para-provocar-conflictos/
[18] Biodiversidad en América Latina y El Caribe. Video - ¿Quién nos alimenta? http://www.biodiversidadla.org/Principal/Recursos_graficos_y_multimedia/Video/Video_-_Quien_nos_alimenta
[19] James Petras. La provocación de EEUU en Corea del Norte: un pretexto para la guerra con China. https://librepenicmoncjose.blogspot.com/2017/05/la-provocacion-de-eeuu-en-corea-del.html

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