El bien y el mal también
EL CORRELATO ENRIQUECIMIENTO-EMPOBRECIMIENTO TIENE ORIGEN TERRENAL
Manuel Moncada Fonseca
¿Mácula anticipada y eterna?
Ninguna criatura nace con mácula. Atribuírsela es absurdo e infame. Generaciones enteras de niños que aún no han nacido, con siglos enteros de antelación, no pueden estar marcadas por un “pecado” jamás cometido. Y si los míticos Adán y Eva “desobedecieron” comiendo del “fruto prohibido” ¡qué bien! porque sin ello no se habría multiplicado la especie humana, ni ninguna otra. Al carajo ese pecado y el sentido de culpabilidad que encierra. Endilga una culpabilidad que ata, castra, inutiliza, desarma e impide a los seres humanos ser felices, ser libres, que no libertinos.
Coincidimos con el siguiente criterio relativo al asunto acusado; a saber que “la presencia constante del mal en el mundo tenía ya una explicación (…). Era una explicación ridícula, infantil, absurda, pero fue la explicación que dieron de los males humanos (…).”[1]
Empero, la culpa por todo lo malo que ocurre en este mundo, endosada por igual al género humano en su conjunto, es un invento de los opresores de siempre, destinado a frenar la lucha de clases. No en vano a los empobrecidos se les culpa de ser tales.
“Si es pobre, por algo será. Si le van mal las cosas, es que no se ha esforzado suficiente. Como una lluvia fina, el pensamiento que culpabiliza al pobre por ser pobre y al parado por no encontrar trabajo va calando en el discurso político. Es (…) el reverso del ideario del liberalismo económico, que entroniza la figura del emprendedor como modelo social y sitúa la competitividad como motor de cualquier progreso.” Y sigue: “La criminalización del parado como sospechoso de holgazanería cala en el discurso político. Con ese relato, los poderes buscan justificar el abandono a su suerte del más desfavorecido y neutralizar cualquier resistencia a las medidas de ajuste”. [2]
En 2013, Gina Rinehart, quien se cuenta entre las mujeres más ricas del mundo, propuso como medida para solventar la crisis económica de Australia, su país, esta monstruosidad: “Evitando que los pobres procreen, podemos crear una nueva clase de australianos inteligentes, trabajadores y bien pagados que forjarán nuestro futuro económico”. [3]
Naturaleza contradictoria de lo existente
La maldad existe, ciertamente, pero no se vincula con La Palabra conocida siglos ha; sino con una realidad, por sí misma, siempre contradictoria en su totalidad, lo cual genera oposición de contrarios. Ello incluye nuestra propia naturaleza, con la salvedad que ésta, en condiciones de opresión, lleva al antagonismo entre las clases.
No es tan sencillo pero, en verdad, hasta el movimiento mecánico es tan contradictorio que equivale a estar y no estar en un mismo momento, exactamente en el mismo lugar. [4] ¿Quién puede, entonces, dejar por sentado que algo es por entero pequeño o por entero grande? Lo existente, por su misma naturaleza contradictoria, es relativo (no relativista) al punto de observación; al movimiento operado entre las cosas objetivamente existentes; a la posición que ocupen y a la relación que guardan entre sí; no a lo que a secas imaginemos.
¿Cómo saber que algo es duro o blando; alto o bajo, lento o rápido? Y sobre todo, ¿cómo comprobamos que algo está o no en correspondencia con los hechos? La práctica es “donde el hombre tiene que demostrar la verdad; es decir la realidad y el poderío, la terrenalidad de su pensamiento”; entendida no sólo como objeto sino también “como actividad sensorial humana”, es decir subjetiva, no subjetivista.[5]
Siendo de naturaleza contradictoria ¿quién puede estimarse sólo virtuoso, sin errores de ningún tipo en su proceder? ¿Es posible, acaso, actuar sin cometer errores y sin aprender de ellos? Nada que ver con las conductas abominables de individuos como los opresores de pueblos y naciones enteras; los usurpadores de riqueza ajena; los genocidas, interventores, usurpadores y destructores de territorios pretextando cualquier asunto, por cínico y absurdo que sea. Hablamos de acciones de bestias malignas que han perdido su condición humana, aunque sonrían de oreja a oreja, posean buena instrucción y muy buenos modales. Para ellas, los errores son inexistentes. Los llaman efectos colaterales…
¿Extraña acaso que a estas fuerzas, sin discusión malignas, nadie las llame “pecadoras”? Al contrario, en Occidente, se da fe de sus buenas intenciones. Y conste, no sólo por parte de los llamados medios de comunicación. Entre otras instituciones, la educación formal y las iglesias de todo tipo, en mayor o menor medida, también hacen lo suyo. Un líder religioso lanza piedras contra el populismo, llevándose de encuentro lo que huela a revolución en general.
En la misma línea actúa la productora Disney. Leamos un párrafo en torno al aparente mundo inocente de la misma, que hemos tomado de Cómo leer al pato Donald: “… el uso que hace Disney de los animales es para atrapar a los niños y no para liberarlos. Se les invita a un mundo en el cual ellos piensan que tendrán libertad de movimiento y creación, al cual ellos ingresan confiados y seguros, respaldados por seres tan cariñosos e irresponsables como ellos mismos y de los cuales no se puede esperar ninguna traición (…). Después, una vez dentro de las páginas de la revista no se dan cuenta cuando, al cerrar las puertas tras ellos, los animales se convierten, sin perder su forma física, sin sacarse la máscara simpática y risueña, sin perder su cuerpo zoológico, en monstruosos seres humanos.”[6]
No está de más conocer el colosal poder mediático que posee Occidente: más de dos terceras partes de la prensa occidental pertenece a sólo 14 grupos, entre otras 21st Century Fox, CBS Corporation, Comcast, Organizações Globo, Sony, Televisa, Walt Disney, Time Warner. De esa fuerza mediática son parte las 3 principales agencias de prensa del planeta: Associated Press (AP), Agence France-Presse (AFP) y Reuters, que se garantizan su hegemonía en el plano informativo. El “objetivo no es uniformizar precios sino uniformizar las mentes, imponer un pensamiento ya dominante.” [7]
El asunto de los medias ha llegado al colmo de metamorfosear la verdad y la mentira de modo que, para el público, sea cada vez más complicado distinguir una de otra. “La información, encargada de emitir la verdad, se ha convertido en entretenimiento, y ya no importa que transporte verdad, porque el tiempo de los comunicadores también se vende: lo compran las grandes corporaciones y lo compran los políticos.”[8]
En verdad, la moral y la ética surgieron como resultado de las necesidades prácticas de los seres humanos. Empero, desde la esclavitud hasta nuestros días, son los poderosos los que imponen al resto de la sociedad su comprensión de lo bueno y lo malo y de todo lo demás. Ahora están enfrascados en idiotizar por completo al ser humano. Fenómeno que crece pavorosamente. Y sin resistencia no es posible contrarrestarlo.
Como plantea Enmanuel Walsterein con realismo: “Necesitamos entender, colectivamente, con la mayor nitidez, lo que está sucediendo. Necesitamos una deliberación ética y estrategias políticas más sagaces. Esto no se consigue de manera automática. Tenemos que construir la organización. Sabemos que otro mundo es posible, sí, pero también hay que tener en cuenta que no es inevitable.”[9]
El Marxismo preserva su vigencia
En un plano general, Marx y Engels expresan: “La teoría materialista de que los hombres son producto de las circunstancias y de la educación, y de que, por tanto, son producto de circunstancias distintas y de una educación modificada, olvida que son los hombres, precisamente, los que hacen que cambien las circunstancias y que el propio educador necesita ser educado. Conduce, pues, forzosamente, a la división de la sociedad en dos partes, una de las cuales está por encima de la sociedad (…)”. Concluyen con esta idea guía: “La coincidencia de la modificación de las circunstancias y de la actividad humana sólo puede concebirse y entenderse racionalmente como práctica revolucionaria.” [10]
Y lo primero que encuentra el hombre al nacer son medios de vida y subsistencia que, aunque no lo deciden todo, constituyen la base real sobre la cual edifica su existencia y desata sus contradicciones. Se encuentra también con seculares tradiciones culturales diversas, idiosincrasia, costumbres variadas y, sobre todo, con la contradicción dada, no ya entre una y otra época dada, sino también a lo interno de cada época histórica. Hablamos de la lucha de clases, tan cierta como que la tierra se mueve, como sostuvo, ante la criminal Inquisición, Galileo Galilei. Por cierto, dicha institución lo obligó a retractarse [11], sin embargo, él respondió con esta frase irrefutable: “Y sin embargo se mueve”. [12]
Conozcamos un par de evidencias sobre la vigencia del marxismo. Primero: “La diferencia del enfoque de Marx con la actual ciencia económica salta a la vista. Esta última nunca ha podido explicar convincentemente el conflicto que constantemente aflora entre empresarios y trabajadores si no es recurriendo a elementos “externos” a dicha relación (envidia, acción de agitadores, etc.); en cambio, en el enfoque marxista la relación misma es inherentemente conflictiva en la medida en que se basa en la explotación de los trabajadores.” [13]
Segundo. Para argumentar en contra de quienes ven en Marx a un mero economista, recurrimos a una entrevista de Salvador López Arnal a Joaquín Miras Albarrán. Éste pone en su lugar a quienes sustentan dicho reduccionismo:
“Marx escribe una obra de crítica filosófica contra el capital y el mundo burgués, en la que la ciencia, todas las ciencias, y en primer lugar la economía, desempeña una tarea crítica, de combate contra las ideologías que oscurecen la lucha ideológica, la opinión pública. Una totalidad de ciencias que solo puede ser integrada en un discurso desde una plataforma filosófica que las une, las interpreta, etc.” Y más adelante, acota que el de Marx “Es un saber que parte, desde luego de investigaciones económicas, y en ese sentido sí se puede decir, que es un saber científicamente fundamentado. Pero no es saber científico económico; excede toda economía, toda ciencia económica.” Más aún señala el concepto clave que Marx utiliza para demostrarlo.
Primero lo cita: “La riqueza de las sociedades en las que domina el modo de producción capitalista se presenta como un enorme cúmulo de mercancías”. Y de inmediato remata: “Presenta es aquí la palabra clase.” [14] En efecto, se presenta significa que las relaciones de explotación en el capitalismo se expresan como una relación fantástica de las cosas entre sí y no de relaciones sociales determinadas, con lo cual la explotación se encubre. [15]
Epílogo
Retomando lo planteado al inicio de este escrito, traemos a colación lo que José María Moncada, personaje caracterizado por su entreguismo y su transfuguismo a todo dar, expresa en libros que no eran de su propia autoría, como Lo porvenir. En esta obra, con un contenido que, en lo esencial, podemos catalogar como progresista, se sostienen ideas como éstas:
El cielo no resulta en modo alguno el reino absoluto de la felicidad y la armonía. Por el contrario, es un lugar de cadenas y tiranías, de leyes promulgadas al mejor estilo de los sultanes turcos. Y viene lo más interesante: Luzbel es quien enciende la rebeldía de las cadenas impuestas en el reino celestial; es quien da inicio a la lucha contra la tiranía y, por lo mismo, es el padre de la libertad. Más aún, conociendo que el Demiurgo ha creado los mundos, la tierra y a los seres humanos, sublime, se rebela: “Va al paraíso y descubre el cielo a Eva”, encendiendo en “su corazón la vida”, y crea “algo más grande que la materia el amor”. Así las cosas, es injusto que la humanidad lo maldiga, pues su “genio (…) diole la existencia” [16]
Colocando los pies sobre la tierra como corresponde, y sin ánimos de juzgar la fe de nadie, expresamos: A las cosas del mundo en que vivimos no se les debe atribuir otro origen que terrenal; igual pasa con el mal y el bien; la dicha y el infortunio; el odio y el amor; el correlato enriquecimiento-empobrecimiento. El afán no es abolir lo que no admite abolición, las contradicciones -porque sin ellas no habría desarrollo-, sino el antagonismo, eso que, de modo ineluctable, deriva de la explotación del trabajo ajeno. La fe en otro mundo es un asunto de cada quien. Debe respetarse. La manipulación de la fe, por el contrario, debe rechazarse.
Bibliografía
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[1] Antonio García Ninet. “El pecado original”… y tan original. https://laicismo.org/2013/el-pecado-original-y-tan-original/37137
[2] Milagros Pérez Urbina. Culpables de ser pobres. http://sociedad.elpais.com/sociedad/2012/10/04/actualidad/1349374997_487382.html
[3] Daniel Raventós. Esterilizar a los pobres, pero nunca garantizar su derecho a la existencia. http://www.sinpermiso.info/textos/esterilizar-a-los-pobres-pero-nunca-garantizar-su-derecho-a-la-existencia.
[4] Federico Engels. El Anti-Duhring. Argentina. Editorial Claridad. Cuarta Edición, 1972. p. 131.
[5] C. Marx; F. Engels. Obras Escogidas. En tres tomos. Tomo I. Tesis sobre Feuerbach. Editorial Progreso Moscú, 1974. pp. 7-8.
[6] Ariel Dorfman, Armand Mattelart. Para leer al Pato Donald. Siglo XXI editores. p. 54.
[7] Red Voltaire. El nuevo Orden Mediático Mundial. http://www.voltairenet.org/article195560.html
[8] Juan Cruz. La verdad y la mentira salen a pelear. http://elpais.com/diario/2005/11/30/cultura/1133305204_850215.html
[9] Immanuel Wallerstein. ¿Resistir? ¡Resistir! ¿Por qué y cómo? http://www.rebelion.org/noticia.php?id=223659
[10] C. Marx; F. Engels. Ob. cit. p. 8.
[11] “En 1616, el cardenal Belarmino, inquisidor del Santo Oficio, el mismo que había dirigido el proceso contra (…) Giordano Bruno, (…), ya había amonestado a Galileo por tratar de defender el copernicanismo y por poner en duda la representación tradicional del mundo. El 22 de junio de 1633, Galileo fue obligado a pronunciar de rodillas la abjuración de su doctrina ante la comisión de inquisidores, bajo las órdenes del papa Urbano VIII (…). La Inquisición quería que Galileo se retractara y considerara su modelo una simple hipótesis matemática. La pena fue conmutada y fue condenado a vivir bajo arresto domiciliario, pero Galileo permaneció fiel a su método hasta su muerte, en 1642 (…)”. National Geografic. Galileo Galilei. http://www.nationalgeographic.com.es/historia/actualidad/el-juicio-contra-galileo_7184
[12] Portal Educativo. “Una frase para la historia: y sin embargo, ¡se mueve!” http://www.educativo.utalca.cl/link.cgi/editorial/2322
[13] Sebastián Zarricueta Cabieses. El Capital, 150 años/ Marx, más actual que nunca. http://www.radiolaprimerisima.com/articulos/6926
[14] Salvador López Arnal “Althusser equivoca por entero el estatuto epistemológico de la obra de Marx”. http://www.rebelion.org/noticia.php?id=223899
[15] Carlos Marx. El Capital. Tomo I. Librerías Allende, S. A. México, 1980. p. 87.
[16] José María Moncada. Lo porvenir. Tip. Alemana de Carlos Heuberger, 1930.
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