Portada de antigua versión de Revista Libre Pensamiento

domingo, 15 de febrero de 2015

LA MUERTE DE UN FISCAL SOSPECHOSO: LA DOBLE TENAZA DE LA MAQUINACIÓN IMPERIALISTA EN COMBINACIÓN CON LA REACCIÓN INTERNA

Raúl Isman


Febrero-marzo del 2015.

En nuestra Argentina la expresión “el enmascarado no se rinde” retrata de modo gracioso la contumaz e indomable tendencia de muchos infantes por las travesuras bullangueras. Una resignificación posible de la frase ya no menta a simpáticos niños; si no a vetustos y destructivos ancianos como el imperialismo, sus aliados, lacayos y corifeos de la reacción nacional y global. Pese a la crisis económica que debería paralizar a la coalición imperial sus usinas despliegan iniciativas con ritmos frenéticamente veloces. La inmovilidad nada más les aparece cuando se trata de mitigar los sufrimientos que la derecha le infringe a su propio pueblo.

En efecto es “el enmascarado que no se rinde” quién motoriza la guerra en Ucrania, la acción del “terrorismo yihadista”, la guerra económica para desestabilizar la revolución bolivariana, la baja en el precio del petróleo, las bestialidades genocidas sionistas y se trata de un listado apenas somero. Y en la mayoría de tales iniciativas cosecha la perspectiva imperial más derrotas y retrocesos que avances aunque fueren provisorios. Pero no puede menos que ser muy fiel a su nefasta naturaleza.

A una semana de los atentados “yihadistas” en París, un oscuro fiscal argentino, Alberto Nisman, con muy dudosas actuaciones judiciales previas y presunto agente de los servicios de inteligencia sionistas y/o usamericanos desembarcó en Buenos Aires durante el receso anual tribunalicio para lanzar una temeraria acusación contra la Presidente Cristina Fernández sin ningún fundamento jurídico. La falta de sustento legal se debía no sólo al contenido de lo denunciado; si no también a que Nisman debía investigar la masacre del año 1994 en la AMIA y no lo que quisiere. De inmediato la patética oposición argentina- desde el trotskismo hasta el neoliberalismo pasando por la desteñida socialdemocracia vernácula- se prestó a la maniobra imperialista-mediática que iba a capotar con el sencillo expediente que la sesión parlamentaria para que el fiscal expusiera pasó de ser secreta a pública y televisada. Es público y notorio que Nisman falleció (en circunstancias aún no aclaradas judicialmente) en las vísperas de su presencia en el palacio legislativo. El imperio no tiene amigos, sino sirvientes a los que desecha- si es necesario asesinándolos- lo cual parece ser el caso. Un “magnicidio” es una maniobra política con finalidades de mínima y de máxima. Entre las primeras se halla debilitar todo lo posible al gobierno nacional en un año electoral. Y en su aspiración total deponer a la presidente por sus inocultables virtudes y pese a ciertas concesiones realizadas al imperialismo. El 18 de febrero de 2015, irónicamente en pleno carnaval, un conjunto de jueces y fiscales, llama a una marcha (continuando los planes golpistas) por la justicia; paradójicamente siendo ellos miembros de una verdadera asociación ilícita por la injusticia y contra los derechos humanos. Es muy probable que sectores pequeño burgueses se presten como comparsa numérica a la maniobra. Ni la judicatura pedante y cómplice de la reacción y el imperialismo, ni los partidos políticos serviles ni las clases medias que se pegan tiros en sus pies podrán oscurecer que el dilema argentino es estado soberano o imposición imperial. O democracia contra monopolios. O poniéndonos antiguos Braden o Perón.


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