A diez años
de su reunión en Caracas, Venezuela
Hoy más que
nunca la humanidad vive asedios y agresiones de tal magnitud que ponen en grave
peligro la existencia de nuestra especie. El planeta mismo ha llegado al límite
de su capacidad para la reproducción de la vida. Como ya afirmara el Comandante
Chávez hace diez años, en su discurso de instalación del primer encuentro
mundial de nuestra red: Existe un camino de la destrucción de la vida y otro de
salvación de la humanidad.
Ese camino de la
destrucción de la vida y la especie humana es el que está siguiendo el sistema
capitalista mundial, cuya crisis se ha profundizado en estos diez años
trascurridos. La mundialización neoliberal ha conducido a una búsqueda salvaje
de recursos naturales y estratégicos a través de la guerra, la militarización
de las sociedades y las economías, la violación creciente y sistemática del
derecho internacional, cuyas secuelas de crímenes, violencias, secuestros,
torturas y masacres, están a la vista. Al
día de hoy, el presupuesto militar de la principal potencia imperialista,
Estados Unidos, sobrepasa el de la suma del resto de los países en este rubro.
La represión y criminalización planetaria de las resistencias va de la mano de
una dictadura mediática que pretende adormecer consciencias y justificar
saqueos.
No obstante esta vorágine destructora desplegada por el capital, los pueblos han sabido resistir y construir alternativas, contra las cuales el sistema de dominación se ensaña. Se trata, hoy como ayer, de seguir asumiendo y multiplicando la estrategia ofensiva en defensa de la humanidad, como lo propugnó Chávez.
No obstante esta vorágine destructora desplegada por el capital, los pueblos han sabido resistir y construir alternativas, contra las cuales el sistema de dominación se ensaña. Se trata, hoy como ayer, de seguir asumiendo y multiplicando la estrategia ofensiva en defensa de la humanidad, como lo propugnó Chávez.
En América Latina,
durante esta década, los pueblos originarios y afro descendientes, a través de
sus movimientos y procesos autonómicos, han fortalecido su protagonismo
político y devenido importantes sujetos de trasformación social. A pesar de las
políticas entreguistas de los gobiernos neoliberales, los pueblos
latinoamericanos están resistiendo al despojo de sus territorios, saberes,
culturas y biodiversidad por parte de las corporaciones transnacionales de la
muerte y la devastación ambiental.
En varios países de
esta región, los pueblos han avanzando en su vocación democrática, que se
expresa en sostenidas victorias electorales de gobiernos anti-neoliberales, y
en las variadas formas de construcción de poder popular, que han sido y son las
claves de identidad de un nuevo tipo de democracia participativa.
En Venezuela,
Bolivia y Ecuador, asambleas constituyentes expresaron la voluntad de
establecer Estados anti-oligárquicos, basados en el poder y la soberanía del
pueblo, y en el reconocimiento de la diversidad y de todas las formas de la
inclusión social.
Durante estos diez años, nuestra Red ha sido testigo de grandes victorias continentales. Un hito histórico, para la región y el mundo, fue mandar el ALCA al carajo, como lo celebró Chávez coloquialmente en la tumba de Mar del Plata, Argentina, en el año 2005. A partir de esta ofensiva emancipadora de los pueblos, emergen en el concierto de los países latinoamericanos, el ALBA, UNASUR, CELAC, PETROCARIBE y una diversidad de acuerdos bilaterales en ejercicio pleno de su soberanía y al margen del tutelaje imperial.
Durante estos diez años, nuestra Red ha sido testigo de grandes victorias continentales. Un hito histórico, para la región y el mundo, fue mandar el ALCA al carajo, como lo celebró Chávez coloquialmente en la tumba de Mar del Plata, Argentina, en el año 2005. A partir de esta ofensiva emancipadora de los pueblos, emergen en el concierto de los países latinoamericanos, el ALBA, UNASUR, CELAC, PETROCARIBE y una diversidad de acuerdos bilaterales en ejercicio pleno de su soberanía y al margen del tutelaje imperial.
En este periodo
fuimos testigos de cómo se configuró en los hechos la visión geoestratégica de
Chávez: la emergencia de un mundo pluripolar, que es el inicio del quiebre de
la hegemonía estadounidense. Está todavía en formación el proyecto Sur-Sur, que
defenderá y desarrollará la parte más vulnerada de la humanidad.
No obstante, en
esta década, por su parte, el imperialismo colectivo encabezado por Estados
Unidos, ha intensificado su política guerrerista y contrainsurgente en el
ámbito planetario. El presidente Obama, paradójicamente distinguido con el
Premio Nobel de la Paz, redobló la presencia y acción de las Fuerzas Especiales
de su ejército en numerosos países, aumentó el secuestró extraterritorial y la
tortura de miles de ciudadanos recluidos en prisiones clandestinas, sin el
debido proceso judicial. El
país que se arroga unilateralmente el derecho de certificar supuestas
violaciones de derechos humanos en Cuba y Venezuela, es un confeso practicante
de tortura y ejecuciones extrajudiciales con drones y equipos de matones a su
servicio. El presunto
adalid de la libertad de expresión y los derechos a la privacidad de los ciudadanos
es la matriz de un demencial programa de espionaje planetario y patrocinador de
una guerra mediática-cultural que incluye una industria de entretenimiento que
inocula anti-valores y anti-humanismo.
En esa
guerra planetaria, Estados Unidos no tiene empacho en contratar científicos
sociales de diversas disciplinas, para realizar investigaciones en nuestros
países con fines militares y corporativos, asociándose con universidades,
ofertando fondos, becas e incentivos académicos con los que convierte en
mercenarios a no pocos científicos e investigadores. En la intelectualidad al servicio del imperio, destacan aquellos
que se reúnen en torno a Uribe y Aznar para alentar un pensamiento neofascista,
enmascarado de liberal y cuya concreción se expresa en guarimbas, guerra
sicológica y campañas mediáticas.
Como otra
corporación capitalista más, que invade territorios, cuerpos, gobiernos y
estados, el llamado crimen organizado ha cobrado protagonismo regional y
mundial, al grado de que la economía mafiosa integra un porcentaje importante
del producto interno bruto de nuestros países. La supuesta lucha contra el
narcotráfico y el terrorismo constituye una nueva estrategia de despojo,
despoblamiento y recolonización de países, con alto costo de vidas humanas que
son consideradas por el capital como desechables. Ayotzinapa sintetiza los
agravios cometidos por el imperio y la oligarquía local contra México, y es
también el modelo de dominación impuesto por el neoliberalismo que no queremos
para la humanidad. La voz del pueblo se alzó en las calles y se escucho un
grito acusador: ¡fue el Estado!
La Red de
Intelectuales, Artistas y Movimientos Sociales en Defensa de la Humanidad nació
inspirada en las ideas de Fidel Castro y Hugo Chávez, con una proyección
martiana y bolivariana de unidad latinoamericana y caribeña y de una clara
adhesión a los principios del anti-imperialismo, el anti-capitalismo, el
anti-colonialismo y el socialismo.
Cuba, cuya
resistencia y proyecto socialista no se han doblegado ante Estados Unidos ni en
los momentos más dramáticos y difíciles, fue y es fuente de aliento y
esperanza, sin la cual habría sido mucho más difícil el cambio de época en
Nuestra América. Ello explica en gran parte que siga sometida al cruel bloqueo
y los planes desestabilizadores que el imperio ahora ha extendido a Venezuela.
De ahí que, los
miembros de la Red consideramos fundamental denunciar enfáticamente y con
nuestro repudio a las declaraciones injerencistas del gobierno de Estados
Unidos, cuando pretende aplicar sanciones contra el pueblo y el gobierno
revolucionario y socialista de la República Bolivariana de Venezuela.
Hacemos nuestras
las palabras de Chávez, que el presidente obrero Nicolás Maduro ha hecho suyas
también: “!Venezuela se respeta! ¡Basta ya de agresiones y mentiras! Basta ya
de amenazas e intervencionismos!”
Es prioridad
histórica y estratégica defender a Venezuela y apoyar al presidente Maduro,
quien es un estadista surgido de esta revolución chavista.
La red expresa su
ternura solidaria y fraterna a las víctimas de las guarimbas, a sus familiares,
y al pueblo que ha soportado sabotajes, insultos, falacias y humillaciones, así
como los costosos daños económicos de los neofascistas.
La Red se
solidariza con el pueblo de Estados Unidos en sus movilizaciones contra el
racismo, la represión y brutalidad policiaca, el encarcelamiento de
manifestantes, la criminalización de los dirigentes, y en su lucha contra la
creciente pobreza que dicho pueblo sufre, victimado por las mafias bancarias y
el infame y demencial negocio de la guerra impulsado por su gobierno.
La red apoya las
luchas indígenas-campesinas de todos los continentes del Sur contra las
corporaciones mineras, petroleras, eólicas, hídricas, farmacéuticas, turísticas
y del agro-negocio, que pretenden desterritorializarlos, desposesionarlos y
condenarlos finalmente a la muerte, a la par que destruyen los
ecosistemas.
Demandamos medidas
concretas para la salvación de la Selva Amazónica en peligro de profunda
degradación, que sólo los países de América del Sur pueden llevar a cabo en un
esfuerzo de integración.
Manifestamos
nuestra más profunda solidaridad con los pueblos de África, continente donde el
colonialismo y imperialismo han sido y son más agresivos, a través de la
esclavitud. Denunciamos que las grandes
potencias, y en particular Francia, han establecido en su territorio,
mecanismos de violencia estructural y simbólica.
La Red apoya con
profunda esperanza el proceso de paz entre el gobierno colombiano y la
guerrilla de las FARC-EP, en La Habana, Cuba, y llama al pronto inicio de
dialogo con el ELN. La paz es una aspiración sentida no sólo del pueblo de
Colombia, sino de todos los pueblos.
Nos solidarizamos
con la lucha por la independencia de Puerto Rico y demandamos la liberación del
patriota Óscar López Rivera.
Apoyamos firmemente
a Argentina en su reclamo histórico por la soberanía sobre las islas Malvinas.
Repudiamos, asimismo, las operaciones financieras especuladoras de los llamados
“fondos buitres” y el aparato judicial cómplice. Exigimos el esclarecimiento de
las operaciones bancarias que saquearon las divisas a través de la banca
argentina hacía cuentas al exterior.
Apoyamos la justa
exigencia del pueblo boliviano ante la Corte Penal Internacional por una salida
soberana al mar. Reiteramos el rechazo al maltrato por parte de Estados
europeos que sufrió el presidente Evo Morales en su viaje a Europa, que puso en
peligro su vida y las de quienes lo acompañaban.
Exigimos el cese
del bloqueo contra Cuba, demanda que apoya casi la totalidad de los países del
mundo, así como la libertad de los tres patriotas cubanos antiterroristas que
permanecen hace 16 años en las cárceles estadounidenses. Nos declaramos en
contra de cualquier intento desestabilizador en territorio cubano por parte de
Estados Unidos y sus agencias. Demandamos el cierra de la Base militar de
Guantánamo y el de los centros de tortura en ese territorio y en otros en el
mundo.
Hacemos propias las palabras de condena del presidente Mel Zelaya, participante de nuestra reunión, contra el terrorismo de Estado y el uso de la violencia del crimen organizado contra el pueblo de Honduras y, en particular, contra la oposición al gobierno pro-estadounidense que ha aumentado la presencia de bases militares en su territorio.
Hacemos propias las palabras de condena del presidente Mel Zelaya, participante de nuestra reunión, contra el terrorismo de Estado y el uso de la violencia del crimen organizado contra el pueblo de Honduras y, en particular, contra la oposición al gobierno pro-estadounidense que ha aumentado la presencia de bases militares en su territorio.
Apoyamos la lucha
popular en Haití y la reivindicación de su soberanía frente a la ocupación
militar.
Suscribimos las
palabras de Chávez en torno al conflicto en el País Vasco, en el sentido de que
el fin de la lucha armada “abra los caminos de la paz.” Asimismo, suscribimos
nuestro apoyo al derecho de autodeterminación de los pueblos en el Estado
Español, en el marco de un proceso de democratización.
Nos solidarizamos
con la lucha de los jóvenes chilenos en demanda de una educación pública,
gratuita y laica, demanda extensiva a toda Nuestra América.
Reiteramos el
reclamo histórico de reconocimiento del Estado Palestino y repudiamos los
ataques militares y el acoso represivo de Israel a este pueblo.
En suma, nuestro desafío fundamental es
la búsqueda de un nuevo paradigma de la vida colectiva de la humanidad en el
planeta, ya que las regulaciones del sistema capitalista no han sido
suficientes para encontrar soluciones para garantizar el futuro de la Madre
Tierra y de la especie humana.
Por ello, saludamos
la creación del Centro de Altos Estudios del Pensamiento y la acción de Hugo
Chávez, que contribuirá, sin duda, a construir ese paradigma. Inventamos o
erramos.
Al finalizar
nuestro encuentro, los miembros de la Red de Intelectuales, Artistas y
Movimientos Sociales, reunidos en la capital de Venezuela, hemos constatado que
se equivocaron y fueron derrotados por el pueblo quienes pensaban que tras la
desaparición física del presidente Chávez, se derrumbaría la revolución
bolivariana, y se emplearon a fondo para que así fuera. A pesar de las
dificultades, podemos afirmar que la revolución está más viva que nunca!
Viva Chávez, Viva
Nicolás Maduro, Viva el pueblo venezolano.
Caracas, República
Bolivariana de Venezuela, a 12 de diciembre de 2014.
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