DANIEL: "No estamos hablando de una Zona de
Desarrollo de Libre Comercio, estamos hablando de desarrollo compartido"
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por tortilla en Lun, 15/12/2014 - 07:10
DISCURSO DE DANIEL EN
XIII CUMBRE DEL ALBA-TCP
Discurso pronunciado por el Comandante Daniel Ortega Saavedra, presidente de la República de Nicaragua, en la XIII Cumbre ALBA-TCP, La Habana, Cuba, 14 de diciembre de 2014, “Año 56 de la Revolución”.
Buenos días, hermanos presidentes, hermanos primeros ministros que representan a los pueblos que hemos asumido el reto de incorporarnos a este noble y extraordinario proyecto del ALBA-TCP.
Hace
20 años de la primera visita de nuestro hermano el Comandante Hugo Chávez a
Cuba y de ese encuentro entre Fidel y Chávez, y me siento realmente
privilegiado, gracias a la generosidad de Fidel, de haberme encontrado en esa
ocasión con Chávez. Me encontraba en La Habana y Fidel me invitó al
encuentro que se realizó en La Habana Vieja, en la Casa Bolívar, y ahí
escuché las palabras de Chávez, y al escuchar las palabras de Chávez, escuché
las palabras de Bolívar, y me conmovió.
Luego
Fidel nos llevó en su vehículo, y fuimos conversando. Nosotros no estábamos en
ese momento en el gobierno, Chávez tampoco estaba en el gobierno, año 1994.
Era, diría yo, a finales del pasado siglo y a comienzos de este siglo, los
momentos más duros de la lucha que atravesaba el proceso libertario de nuestra
América: Cuba sola batallando; Cuba bloqueada y viviendo los nuevos retos que
impuso la desaparición de la Unión Soviética con toda la solidaridad y toda la
generosidad incondicional que le supo brindar la Unión Soviética a Nicaragua
durante toda una década y a Cuba, desde aquel encuentro entre Fidel y Jruschov.
A nosotros nos correspondió encontrarnos ya con Brezhnev.
Eran
momentos amargos y Chávez andaba por ahí, como él solía decir; y todos andábamos
por ahí, y Salvador Sánchez, quien era el Comandante de la Revolución
salvadoreña, también andaba por ahí; andábamos por ahí encontrándonos siempre
con Cuba. Cuba era el punto de referencia; Cuba era el baluarte de los luchadores
revolucionarios de nuestra América y del mundo. Y no solamente de los países
desarrollados, era el punto de referencia de los luchadores y sigue siendo el
punto de referencia de los luchadores por la justicia, por la solidaridad, por
la paz que libran esas batallas en condiciones muy difíciles en los países
desarrollados, en Estados Unidos, en Europa, en las potencias imperiales.
Luego
llegó la victoria de la Revolución Bolivariana gracias a la tenacidad de
Chávez, al espíritu de Chávez, a la firmeza de Chávez. Y luego de Chávez, llegó
Lula y con Lula llegó Kirchner, y entonces en el año 2004 nace el ALBA, en una
América Latina que se está transformando radicalmente, donde se está abriendo
un nuevo espacio, cuando todos ya cantaban el fin de las revoluciones; cuando
algunos estaban solamente ya a la espera del hundimiento de la Revolución
Cubana, lo pensaban, y lo creían, incluso algunos que antes habían encontrado
solidaridad, amor, comprensión en la Revolución Cubana, entonces ya contaban
los días para que la Revolución Cubana se hundiera, y ya renegaban de la
Revolución Cubana, las ratas; cuando se hunden los barcos las ratas son las
primeras en huir. Y pensaban que se hundía el barco de la revolución en América
Latina que estaba aquí en Cuba, defendido por Fidel, por Raúl, por este
liderazgo heroico y por este pueblo heroico (Aplausos).
Y el triunfo de Chávez, de Lula, de Kirchner, y Evo
participando en esas batallas; Evo andaba por ahí, por los caminos también, por
los caminos de Bolivia y por los caminos de nuestra América. Me encontré con
Evo la primera vez allá en Venezuela. Había una conferencia que había
organizado Chávez y Evo expresó en su mensaje lo que era la realidad de
Bolivia, de la batalla que estaban librando en Bolivia. De ahí en adelante,
diría, no hemos parado de andar y estoy seguro de que el ALBA, en esta América
rebelde, ya no parará de andar jamás (Aplausos).
Es
cierto, hemos tenido algunas bajas; no hay batalla en la que no se den bajas.
Un
hermano centroamericano, el compañero Manuel Zelaya —el Comandante Vaquero,
como le llamó Chávez en aquel encuentro en Tegucigalpa— no pudieron derrotarlo
por los votos. El imperio estaba ardido, que ahí donde habían convertido a
Honduras en una base de agresión contra Nicaragua— hubiese llegado un
presidente que rápidamente había entendido el valor de este proyecto y se había
incorporado al ALBA.
Y
tampoco podían perdonarle que luego, ahí mismo en Honduras, unas semanas
después de la Cumbre de las Américas en Trinidad y Tobago, cuando el presidente
Obama habló de nuevas relaciones con los pueblos latinoamericanos y caribeños,
se toma aquella decisión histórica de desconocer la sanción que el imperio le
había impuesto al pueblo cubano en relación con la OEA. Fue en Tegucigalpa, en
San Pedro Sula. Y otra semana luego, vino el golpe, y la rebelión de toda
nuestra América contra el golpe. Porque no debe olvidar el imperio, no debe olvidar
Estados Unidos, el gobernante norteamericano, que después del golpe en
Honduras, inmediatamente nos convocamos en Managua y ahí fue determinante la
beligerancia del Presidente Chávez llamando por teléfono a gobernantes de
países que tenían mucho compromiso, que pensaban delegar en cancilleres, pero
que al final decidieron llegar a Managua, y ahí estábamos todos en Managua,
dejando un mensaje claro de condena a la política injerencista, a la política
golpista, a la política terrorista de los gobernantes yanquis en contra de los
pueblos de nuestra América. Eso quedó claro, todos los gobernantes.
Esto
significa que no solamente el ALBA, sino que a partir del ALBA se ha
fortalecido la región; o sea, el ALBA ha sido el detonante y los iniciadores de
este detonante Fidel y Chávez; dos revoluciones: la Revolución Cubana y la
Revolución Bolivariana, el detonante, y luego hemos venido multiplicando nuestra
presencia, nuestra adhesión al ALBA.
Hoy nos acompaña otro hermano centroamericano, el comandante Salvador Sánchez Cerén, presidente de la hermana República de El Salvador, nos está acompañando en este encuentro del ALBA.
Es
decir, los yanquis deben estar claros de que la América es rebelde; siempre ha
sido rebelde y hoy más que nunca rebelde con la fuerza que hemos logrado
construir. Y pueden eliminar a un dirigente por aquí, pero luego saldrán otros
dirigentes y se multiplicarán las luchas de nuestros pueblos.
Más
de 50 años de sanciones y de guerra contra Cuba. Han utilizado todas las formas
para eliminar esta Revolución gloriosa, pero aquí está la Revolución Cubana,
aquí está el Comandante Raúl, Comandante de la Sierra, Comandante de la
Revolución. Y aquí está presente también Fidel, nuestro gran Comandante en Jefe
de la Revolución Latinoamericana y Caribeña (Aplausos).
Ya es hora, o ya debería ser hora de que los yanquis
entendieran, de una vez y para siempre, que hay que suspender el bloqueo en
contra de Cuba, que deben buscar la forma de normalizar las relaciones con la
hermana República de Cuba; normalizar las relaciones en el entendido de que
tenemos profundas diferencias, pero somos vecinos, y así como los yanquis han
aprendido a entenderse con pueblos gloriosos como el pueblo de Viet Nam,
después de aquella guerra de resistencia que significó la más vergonzosa
derrota en la historia del imperio yanqui —los yanquis entendieron que tenían
que aprender a entenderse con Viet Nam, a pesar de la paliza que Viet Nam les
había dado a los yanquis, a entenderse con Viet Nam sin condiciones en cuanto a
las decisiones internas y de política internacional que el pueblo vietnamita
practica—, ¿por qué no lo hacen con Cuba? ¿Por qué más bien ahora han cometido
el crimen, la infamia de colocar a Cuba como un Estado terrorista, que apaña el
terrorismo?
A
partir de las sanciones que han anunciado en contra de la Revolución
Bolivariana —y ya Nicolás se ha manifestado con la firmeza del pueblo de
Bolívar, del pueblo de Chávez—, frente a esas sanciones, yo decía allá en
Managua que nosotros tenemos que hacer nuestra lista también, lista de Estados
terroristas, y en nuestra lista debería estar el Estado yanqui como
primer país, como primer Estado terrorista, porque es un Estado que ha practicado el
terrorismo a lo largo de su historia. Incluso es el único país que ha sido
condenado por la Corte Internacional de Justicia por terrorismo, cuando fuimos
allá a acusar a Estados Unidos a la Corte Internacional de Justicia, y la
Corte condenó a Estados Unidos por terrorismo. La Corte es el más
alto tribunal de justicia que tiene el planeta en Naciones Unidas, que deriva
de Naciones Unidas. Tendríamos que hacer nuestra lista.
Y
yo comentaba también que ya en Nicaragua tenemos nuestra lista;
nuestra lista para que no entren senadores, congresistas que andan soltando
veneno por nuestras tierras; tenemos nuestra lista ahí. Así como ellos se dan
el derecho de tener su lista y no permitir el ingreso de funcionarios de muchos
de nuestros países, también nosotros tenemos el derecho de tener nuestra lista
y no permitir el ingreso de funcionarios, congresistas, senadores de
Estados Unidos que andan envenenando el ambiente.
¿Cuántas
expectativas creó el presidente Obama? ¿Cuántas oportunidades ha tenido el
presidente Obama? Cuando incluso ya en Miami los votos que decidían las
elecciones no son los votos que estaban a favor del bloqueo en contra de Cuba;
ya la comunidad de Miami está en contra del bloqueo. Ya no es un asunto
electoral, ya se convirtió en un asunto de soberbia del imperio. Ya no es un
asunto de práctica política, porque vemos
al imperio con prácticas políticas y muy buenas relaciones diplomáticas imponiendo,
incluso, gobiernos a punta de bombazos, y luego reconociéndolos y dándoles todo
el apoyo militar, financiero, económico, siempre y cuando, claro, se les
subordinen. Y vemos al imperio también que ha avanzado en reconocer
algunas realidades, aunque está claro que, como todavía no terminan de entender
que el mundo hegemónico, unipolar ya dejó de ser, quieren retomar ese control
promoviendo políticas expansionistas en todas las regiones de nuestro planeta.
O sea, no ha cambiado el imperio, están ahí las políticas expansionistas.
Nosotros
queremos aquí, una vez más, expresar nuestra solidaridad con el pueblo de Cuba,
con la Revolución Bolivariana, que estamos seguros, partiendo de sus propias
fuerzas que son las determinantes y contando con toda nuestra solidaridad,
donde nuestra solidaridad tiene un valor moral, un valor político, de donde
todos sabemos que la batalla que ha librado Cuba y la batalla que libró Chávez
y la batalla que libra Nicolás descansan, fundamentalmente, en sus propias
fuerzas, en el heroísmo de su pueblo, en la conciencia de su pueblo, en la
dignidad de su pueblo, ahí descansa esa fuerza, esa fortaleza para resistir y
para vencer, porque se ha venido venciendo.
Estamos
creciendo, decíamos, en el ALBA y dándole la bienvenida a San Cristóbal y
Nieves, con el compañero, nuestro hermano Denzil Douglas, Primer Ministro, y a
Granada. Aquí está Denzil, sí, aquí lo tenemos cerca, y al Primer Ministro de
Granada Keith Michell, aquí está el hermano de Granada también, y le
damos la bienvenida. Y el ALBA creciendo.
Y
quiero tomarme un poquito de tiempo, Raúl, discúlpame lo de los cuatro minutos
(Risas), porque quiero hablar un poco del presente y el futuro del ALBA.
El
ALBA existe gracias a Cuba y a Venezuela, esa es una realidad. Cuando hablamos
de los grandes programas sociales, cuando hablamos de los programas energéticos,
cuando hablamos de los programas culturales, cuando hablamos de los programas
de transporte navieros que se han desarrollado en el ALBA, cuando hablamos de
los programas más sustantivos que tiene el ALBA y que tienen un impacto directo
en las economías de nuestros países y, por lo tanto, tienen un impacto directo,
desde el punto de vista social, en cuanto a la dignificación de nuestros
pueblos y llevar justicia a nuestros pueblos, estamos hablando de la
cooperación incondicional, solidaria de dos naciones: Cuba y Venezuela. La
fuerza determinante para sostener este proyecto y para que crezca este proyecto
son Cuba y Venezuela.
¿Nosotros
qué representamos? Representamos países, naciones con economías de pequeña
escala; porque Cuba, a pesar del bloqueo, gracias a la Revolución y
gracias al potencial de cuadros, técnicos, científicos y en todos los órdenes
sociales, etcétera, que logró desarrollar, comparar la economía cubana con las
economías de nuestros países...
No
incluiría aquí a Ecuador, creo que Ecuador es un caso especial, de una economía
ya de más alta escala, sino hablaría de los países de Centroamérica, sin
incluir a Panamá; hablaría de los países del Caribe, Bolivia, y es porque entre
los países más empobrecidos de la región, Haití, Honduras, Nicaragua, Bolivia.
Ahora Bolivia en todo este trayecto ha venido levantando, ha venido
desarrollando, ha venido despegando Bolivia.
Yo
te he escuchado Evo, ahí, con todos tus informes, cómo han venido despegando, y
me imagino que ahora, en el ranking que establecen los organismos
internacionales, que son los que monitorean lo que es la parte operativa de la
estrategia de dominación del capitalismo global, ya Bolivia está en otro rango.
Y en la medida en que un país empobrecido pasa a otro rango, entonces inmediatamente
ya recibe un tratamiento más duro en términos financieros, porque en términos
comerciales nosotros nos debatimos frente a lo que es la política de libre mercado,
que es la que está impuesta en nuestro planeta, y la política de comercio
justo, solidario y complementario, donde se toman en cuenta las asimetrías de
nuestras economías, que es la que ha venido poniendo en práctica el gobierno de
Venezuela, con Chávez, y el gobierno de Cuba, con Fidel y con Raúl.
Son
los únicos gobiernos de nuestra América que tienen esa práctica solidaria. Por
eso yo lo decía en la reunión de la CELAC: ¿Hasta cuándo en la Comunidad de Estados
Latinoamericanos y Caribeños vamos a romper el modelo impuesto por la economía
de mercado capitalista globalizada, ¿hasta cuándo?
Porque
es cierto, tenemos agrupamientos: en el sur hay agrupamientos, en Centroamérica
con México y Colombia hay agrupamientos, por todos lados hay agrupamientos;
pero no se rompe el principio ese donde se impone la ley del más fuerte, en
términos económicos, y al más débil no le queda más que aceptar esa regla,
porque de lo contrario es el hundimiento de las economías que son frágiles.
¿Qué es lo que se ha impuesto? Libre comercio. ¿Y con el
libre comercio qué se ha impuesto? Se acompañan con el libre comercio las
ventajas, lógicamente, de los países más fuertes. Libre comercio, impuesto; es
impuesto porque nos dicen: “O lo toman, o, sencillamente, se acabó la relación
que hemos tenido un tanto paternalista”. Porque ahí sí se puede usar el término
paternalista de parte de las potencias, se acabó la política paternalista de lo
que ellos llaman ayuda y, por lo tanto, ahora viene el libre comercio: libre
comercio con Estados Unidos, libre comercio con Europa; pero, bueno, son
los imperios.
¿Nosotros,
los latinoamericanos y caribeños, vamos a apostar entre nosotros mismos por el
libre comercio, o vamos a apostar entre nosotros mismos por mantener congelados
los proyectos de integración regionales o subregionales simplemente porque en
el fondo siguen pesando las reglas del libre comercio y no reconocemos las
asimetrías que son las que nos pueden dar realmente, a partir de un comercio
justo, complementario, solidario, nos pueden dar las condiciones en nuestra
América, para que las economías de más pequeña escala, como son las nuestras,
se puedan desarrollar, puedan adquirir mayor capacidad de compra, mayor
capacidad de demanda y puedan entonces acceder a los bienes que se producen en
las economías más desarrolladas de nuestra América?
Este
es el mensaje que nosotros les hemos hecho a los europeos y que le hemos hecho
a Estados Unidos, porque sabemos que ahí es chocar contra un modelo que
sencillamente no tiene sensibilidad para entender que el camino mismo para que
ese modelo pueda, si se quiere subsistir durante un tiempo, sería realizando
cambios profundos en su propio modelo y no continuar hundiéndose en la crisis
como se están hundiendo en estos momentos en Europa y en Estados Unidos.
Ahí hay miseria, hay hambre, hay desempleo. Ellos nos ponen en la lista a nosotros,
hacen las listas ellos, ellos monitorean y son los que deciden.
De
tal manera que es nuestra posición y la hemos manifestado en todos los foros y
la manifestamos en la última reunión que tuvimos aquí mismo en La Habana,
a comienzos de año, en la CELAC. Pero yo me pregunto: Tenemos que empezar
nosotros mismos aquí a dar pasos para fortalecer lo que se ha llamado un
programa o un modelo económico, social, productivo, donde todos podamos aportar
de acuerdo a nuestras posibilidades, que todos podamos aportar. Pienso que
todos podemos aportar y debemos aportar, todos podemos y debemos aportar al
Banco del ALBA; todos podemos y debemos aportar a los programas educativos, a
los programas culturales, a los programas sociales.
Nosotros
estamos trabajando en este momento, en Nicaragua —esto surgió a raíz de la
reunión que tuvimos aquí en La Habana sobre el tema del ébola, conversando
con Bernardo y fue una idea de Bernardo realmente, Bernardo me la planteó—, en
un centro ALBA de capacitación en tecnologías agropecuarias, que lo instalemos
allá en Nicaragua, allí donde tenemos un proyecto agropecuario del ALBA, donde
tenemos un centro de desarrollo ganadero —diría yo— de bastante tecnología de
punta. Es un proyecto del ALBA. Realmente, cuando digo del ALBA, hasta el
momento es un proyecto de Venezuela con Nicaragua, bueno, ese proyecto
compartámoslo. Nosotros nos comprometemos a hacer las inversiones
correspondientes para que se instale el centro. Nosotros les pediríamos a
ustedes: cuadros, técnicos especializados para que aporten y podamos
entonces trasladar la experiencia que tenemos todos nosotros, intercambiar esa
experiencia, intercambiarla. ¿Para qué? Para darles más calidad a las
actividades productivas de nuestros países, elevar la productividad del
rendimiento en el sector agrícola y en el sector ganadero.
¿Quiénes serían los que llegarían a este centro? Pensamos
que lo ideal sería llevar a este centro a productores: productores pequeños,
productores medianos, cooperativas, que están ahí lidiando en nuestros países
con grandes dificultades, donde el tema tecnológico, el tema de las capacidades
para lograr mayor rendimiento en la productividad lo tenemos ahí en Nicaragua
nosotros. Es
un reto, un desafío, cómo agregarle más valor, y que de ahí incluso podamos
avanzar hacia aquel sueño de nuestro hermano, el presidente Chávez, de la
grannacional agroalimentaria.
Si
nosotros logramos reunir productores que vayan por semanas allá a hacer los
cursos, ellos mismos van encontrar la forma de entrelazar y sacar propuestas
para fortalecer el intercambio y mejorar las capacidades de producción,
incrementar las capacidades productivas. Esta es una iniciativa que nosotros
traemos aquí, que estamos trabajando y que vamos a presentarla cuando esté
acabada, a fin de que vayamos adelante pues con esta propuesta.
Decía
que es importante trabajar este tema de lo que se ha llamado... Lo hablamos en
la última reunión allá en Caracas, aquí lo tenemos en el documento. Decimos:
“Instruir al Consejo de Complementación para que invite a PETROCARIBE, para
consensuar la propuesta de instrumento de constitución de la Zona Económica de
Desarrollo Compartido.”
No estamos hablando de una Zona de Desarrollo de Libre
Comercio, estamos hablando de desarrollo compartido, que ahí incluye todo:
Desarrollo Compartido-ALBA-PETROCARIBE. Está claro que este es un proyecto
diferente, que parte de la confianza y donde el consenso es fundamental.
El
consenso es un punto de partida para fortalecer la unidad. El día que aquí empecemos
a hacer votaciones, nos dividimos. El consenso es fundamental y es lo que nos
permite garantizar la unidad.
Las
votaciones llevémoslas a las Naciones Unidas, demos la pelea en
Naciones Unidas por las votaciones, para que en Naciones Unidas
cuando se dé una votación como la que se da cada año en favor de Cuba, donde
todos los Estados votan a favor de Cuba y solamente Estados Unidos e
Israel y otro Estado votan en contra de Cuba, entonces que esa votación que se
respete, ahí sí luchemos para que en Naciones Unidas se respete la votación
mayoritaria de los pueblos, porque ahí tenemos que estar lidiando con los
imperios, pero aquí estamos revolucionarios, estamos compañeros, estamos
hermanos, que tampoco tenemos que estar lidiando, a la hora de cualquier
situación que haya que resolver, venir a inventar ahora los sistemas de
arbitraje que inventaron las transnacionales con los países capitalistas para
volarles la cabeza a los países en vías de desarrollo.
Creo
que si vamos a trabajar, y estamos de acuerdo nosotros con que trabajemos, lo
que es la zona económica de desarrollo compartido ALBA-PETROCARIBE, tiene que
ser bajo estos nuevos principios, bajo estos nuevos valores. Este
es un proyecto que no puede venir contaminado con todos los instrumentos de dominación
que ha establecido el capitalismo en su llamado Tratado de Libre Comercio o a
partir de sus famosas inversiones.
Finalmente,
queridos hermanos, me disculpan por el tiempo, pero creo que en el día de hoy
se está demostrando cuánta razón tenía Fidel, y tiene Fidel; cuánta razón tenía
Chávez, y tiene Chávez cuando ellos dos se decidieron por el ALBA. Generalmente
estas iniciativas nacen y han nacido, las diferentes iniciativas, de
integraciones entre ya un buen número de países; aquí no, esta fue una decisión
audaz, una decisión revolucionaria, y aquí están los frutos: hoy somos muchos
más, ya hace 10 años, y aquí está Fidel y aquí está Chávez.
Gracias,
Raúl (Aplausos).
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