Crónica
de una guerra anunciada
AVN
1
Se dice que guerra avisada no mata soldado. No hubo golpe más anunciado que el
del 11 de abril de 2002, y sin embargo agarraron a Chávez en Miraflores y nos
salvamos de la dictadura patronal porque Dios y el pueblo son muy grandes. Para
tomar medidas no hay que esperar a que el desastre ocurra.
2
Guerra sabida y consabida, la de la Quinta Columna de la Corrupción. No
desaparecen así como así 60.000 o 20.000 millones de divisas sin descuido o
complicidad de quienes las otorgan. Estamos a tiempo para embargar las empresas
delincuentes, asumir el control de las importaciones de bienes básicos y
sancionar ejemplarmente a los culpables. La Cuarta República trató de borrar el
escándalo de Recadi inculpando a un chinito, y la borrada resultó ella. No hay
peor medida que un trapito caliente.
3
Guerra sicológica y lavado de cerebro brutal, el de la inseguridad, campaña basada en una “encuesta de percepción” del INE realizada en 2009, que entre otros disparates “percibió” que ese año 21.132 homicidios habrían causado sólo 19.113 víctimas (¿¡!?). Fundándose en ella, la oposición nos asigna una tasa de 75,08 homicidios por 100.000 habitantes. Pero tomando como base el conteo objetivo de cuerpos del delito, en noviembre de 2013 el Ministro de Interior y Justicia reveló que la tasa real es de 39 homicidios por 100.000 habitantes: casi la mitad de la inventada por la oposición. No hemos visto el menor interés de los medios de comunicación bolivarianos por difundir la verdad. La peor falsedad es la que no se desmiente.
4
Conflicto más que avisado en artículos de Yldefonso Finol y de quien suscribe,
el de la invasión paramilitar cuyos capitales se legitiman con bingos, casinos,
fundos, empresas de transporte, control de la economía informal, y se traducen
en crímenes atroces y asesinatos selectivos. Si el Estado no los aniquila,
tendremos un Para Estado aniquilador; si los políticos los ignoran, nos
gobernará la ignorante Parapolítica. La peor guerra es la que se finge que no
existe.
5
Guerra más que advertida desde tiempos de Allende, la económica, con importadores
que convierten divisas preferenciales en importaciones fantasmas o en dólares
de mercado libre, acaparan los bienes comprados con ellos, disparan
sobreprecios usurarios y bombardean escaseces estratégicas. Quien quiera
sobrevivir que ejerza contraloría social sobre el destino y aplicación de cada
divisa entregada, confisque lo acaparado, imponga sanciones. La peor guerra es
la que no se pelea.
6
Enfrentamiento desastroso el de la Deuda Pública. Contraer Deuda es agigantar
un problema creyendo que se lo posterga. Nada más fácil que creer que lo que se
debe hoy no se pagará nunca, Tan fácil como ser esclavo del débito por una
eternidad. Antes que crear nueva deuda pública externa, logremos que nuestro
sistema hacendístico genere los ingresos para enjugar el déficit y cubrir la
inversión social, con medidas que no nos cansamos de recomendar:
-Primero,
embargar bienes y prohibir trabajar en el sector público o contratar con el
Estado a empresas o personas naturales incursas en el fraude cambiario.
-Cobrar sin dilaciones a los deudores morosos del Fisco lo que deben en
créditos liquidados y no cancelados.
-Reformar la Ley de Impuesto sobre la Renta elevando su tasa tope de 34% de
tributación, y habilitar mecanismos para que, además de pechar esencialmente a
los asalariados, se aplique en forma real y efectiva a todas las actividades
productoras de ganancia.
-Pechar con altas tasas tributarias productos nocivos para la salud, como el tabaco y el alcohol, o actividades perjudiciales a la sociedad, como el juego en todas sus formas.
-Reestructurar integralmente el sistema de recaudación y control del IVA, que cobran sin falta al consumidor unos comerciantes que sólo entregan al Fisco menos del 20% de lo recaudado.
-Crear impuestos patrimoniales para las altas concentraciones de propiedad.
-Imponer tributos proporcionales a su monto a las transacciones financieras.
-Elevar tasas de tributación al capital financiero y bancario.
-Retirar la inmunidad tributaria a las fundaciones y otros entes “sin fines de
lucro” que en realidad operen como bancos y agencias de inversión de los
grandes capitales.
-Instaurar una razonable alza del precio de la gasolina, que disminuya el
oneroso subsidio que todos aportamos al transporte automotriz.
-Controlar el contrabando de extracción, que según el Presidente desaparece por
nuestras fronteras el 40% de lo que producimos o importamos.
-Erradicar la explotación ilegal de oro y otros minerales preciosos y la devastación ecológica que tales actividades provocan.
-Reimplantar el control previo del gasto público, complementarlo con un control
posterior sobre su resultado, y extenderlos eficazmente a la administración
nacional, estadal, municipal, comunal, centralizada, descentralizada, autónoma,
de empresas y de fundaciones públicas.
-Ejercer riguroso control de la legalidad, eficacia y resultado de todas las
variedades del gasto social.
-Legislar rigurosas sanciones para malversadores, desfalcadores, corruptos, evasores tributarios y enriquecidos ilícitamente, y aplicarlas en forma ejemplar.
-Informatizar la administración tributaria con registros de los contribuyentes,
sus patrimonios y la relación entre éstos y las cantidades que tributan.
-Denunciar la conjura de las calificadoras de riesgo, por cuyos diagnósticos
nuestra Deuda Externa paga 16% de interés, mientras que cancelan sólo 3% países
con medio siglo en guerra civil.
-Rescindir los Infames Tratados contra la Doble Tributación, por los cuales las
transnacionales no pagan impuestos sobre las ganancias que obtienen en
Venezuela.
-Eliminar la inmoral exención de dichos Tratados por la cual los usureros
beneficiarios de la Deuda Pública no tributan un céntimo como impuesto por las
ganancias que les aportamos.
-Denunciar los Infames Tratados de Promoción y Protección de Inversiones, que permiten
inmunizar mediante contrato a los contribuyentes ricos contra las reformas
tributarias, y someten sus controversias a tribunales extranjeros.
-Promover en el ALBA, Unasur, la Celac, el Mercosur y demás organizaciones de
las que forme Venezuela un frente común frente a los acreedores de la Deuda
Externa y los Fondos Buitres.
-Acelerar la institucionalización del Banco del Sur y la instauración del
Sistema Unificado de Compensación de Reservas (SUCRE) como instrumentos
regionales para enfrentar el capital financiero acreedor.
La
Guerra más perdida es la que se cree que se puede ganar no haciendo nada.
No hay comentarios:
Publicar un comentario