Portada de antigua versión de Revista Libre Pensamiento

jueves, 20 de noviembre de 2014

Carlos Fonseca Amador: “Sólo conozco la alegría de combatir”

Carlos Fonseca Amador: “Sólo conozco la alegría de combatir”
Manuel Moncada Fonseca

Sensibilidad social a flor de piel

Ni en Sandino, ni en Carlos Fonseca Amador, existe un tiempo que no esté destinado a pensar, concebir y luchar por lo que el héroe de las Segovias  llama, con toda convicción, “redención del oprimido”.[1] La vida de ambos héroes está, desde muy temprano, dedicada a esta causa. Por ella viven y por ella mueren. Ambos saben que su vida no durará mucho tiempo. Sandino lo expresa de esta forma: “Yo no viviré mucho tiempo. Pero aquí están estos muchachos que continuarán la lucha emprendida; ellos podrán llegar a realizar grandes cosas…”[2] Carlos Fonseca, lo dice, más de una vez, de esta otra, por ejemplo: “La vida que a mí me queda, no me pertenece a mí mismo, le pertenece a los hermanos que han caído, al ideal que hemos abrazado.”[3] 


Por paradójico que pueda parecer, ambos héroes aman la vida por sobre todas las cosas, pero la vida de sus congéneres; vida, eso sí, libre de opresiones internas y externas; libres de toda humillación, de toda esclavitud. En ello, justamente, radica la grandeza de su sacrificio. No en vano el principal fundador del FSLN, a partir de sus intereses de clase a favor de los oprimidos, habla de una alegría contraria a la que él sustenta, por ser “patrimonio exclusivo de cuatro antropófagos”[patrimonio exclusivo de cuatro antropófagos”.[4] Se refiere, así, a los oligarcas libero-conservadores que juegan, en buena medida, un doble rol: el de terratenientes y burgueses, encabezados por la dinastía somocista.

La mejor escuela guerrillera no estaba en Moscú…

En un interrogatorio al que lo sometieran en la embajada nicaragüense en Guatemala, a donde la dictadura somocista lo destierra, como explica en carta enviada desde allí a su padre, fechada el 22 de abril de 1959, Carlos Fonseca expresa que, conociendo los representantes diplomáticos de Nicaragua en esa hermana nación centroamericana que él había estado en Moscú en 1957, le preguntan si se ha capacitado políticamente en esta ciudad de la URSS. A ello responde que los personeros del régimen somocista son incapaces de comprender que la vida es la mejor escuela:

“Managua, como Santo Domingo y Madrid son las mejores escuelas de entrenamiento político porque en ellas uno puede sufrir el tremendo dolor de contemplar a miles de personas viviendo, o mejor dicho muriendo bajo la ignorancia y la miseria. Tal espectáculo despierta en los seres honrados una capacidad combativa como solamente lo podría hacer la mejor escuela.”

En la misma carta, refiere: “Toda mi vida me daré enteramente a esta causa. Siento orgullo -continúa- cuando me doy cuenta que entrego a la humanidad, al pueblo nicaragüense, lo mejor que se puede poseer: la juventud…” Y aunque está consciente de que él personalmente no ganará nada entregándose de esa forma a la causa de los oprimidos, sí podrán hacerlo “millones de manos populares, manos de niños, manos de muchachas, de madres, de artistas, manos populares. En esta lucha ganamos la felicidad del hombre que es la vida sin engaño, la vida sin robo, la vida llena de amor.”

Al final de la carta a su padre anota: “Y ya que todo esto último es motivo de sufrimiento para este hijo, quiero gozar la alegría de saber que mi padre siente satisfacción por el destino que he escogido.”[5]

Sacrificio de la vida, precio tributado para el florecimiento de la justicia



A cada paso dado leyendo sus escritos, encontramos el profundo amor que él experimenta hacia los oprimidos. Señala que la vida en el campo le permite tanto a él como a sus camaradas de lucha, comprender el porqué un revolucionario no entrega su vida en vano; hace referencia al martirio de campesinos y, de manera particular, al del héroe Francisco Moreno. Tal es el precio tributado para que la justicia florezca, acota. Dicha convicción deviene de observar de forma palmaria los tormentos del pueblo, particularmente del campesinado. Justo en el campo, estrecha la mano de gente oprimida por latifundistas; a la que ve agonizar y morir de hambre, sobre todo, entre los niños y niñas; desconocer la escuela, la que esa gente ni siquiera ha visto con sus ojos.  

Como contraparte de los que han muerto por los marginados, fustiga a aquéllos que, disfrazados de opositores y haciéndose pasar por defensores del pueblo, aniquilan la lucha patriótica y se vuelven millonarios. Y reconoce, como mérito, que personas como Francisco Moreno no se lanza al combate armado porque sufra en carne propia los embates del sistema capitalista, sino por amor al pueblo.[6] No en vano, es frecuente que ponga de relieve que la inspiración del FSLN son las tradiciones de lucha del pueblo nicaragüense, ocultadas deliberadamente por los políticos oportunistas, aportando que, en cien años, esa lucha ha ofrendado cien mil víctimas.[7]

Inicio de su lucha e ideología

Comienza a tener vida política activa en 1954, a los 17 años de edad, cuando simpatiza con la Unión Nacional de Acción Popular (UNAP), organización en la que se relaciona con Reynaldo Antonio Téfel y Ernesto Cardenal. Observa que, en la dirigencia nacional de esta estructura opositora, reinan poseedores de mucho bienestar económico; y todo en ella es demasiado “perfumado y aburguesado”, razón por lo cual la hace a un lado. Téfel no es dinámico, ni denota el entusiasmo esperado en un dirigente democrático. Por el contrario, declara abiertamente su aversión al comunismo al que estima lo peor en el mundo. Mas, esta posición de Téfel despierta en él su curiosidad hacia el marxismo y hacia los libros que lo exponen. Lo lleva a plantearse que el mismo no es el dirigente que él ha imaginado. Ernesto Cardenal también se expresa en contra del marxismo. Ello lo hace pensar que en esta doctrina debe haber algo bueno. Así las cosas, el líder sandinista se da a la tarea de buscar en librerías diversas obras marxistas.

Por referencia que le hace Téfel, expresándole su sospecha de que el jefe del comunismo en Nicaragua es el psiquiatra Mario Flores Ortiz,  decide visitarlo. Pero este personaje no le habla nada acerca del marxismo, limitándose a prestarle La Nueva Democracia, obra de Mao Tse Tung. Y luego, por su propia cuenta, prosigue su búsqueda de literatura marxista. Entre otras obras, lee La enfermedad infantil del izquierdismo en el comunismo, el Manifiesto Comunista, El origen de la familia, la propiedad privada y el Estado y un resumen de El capital. La lectura detenida de las mismas lo hace confiar en el marxismo.

Mas, al tiempo que se alimenta de esta concepción del mundo, busca cómo aprender de otras experiencias que puedan ser útiles para la lucha del pueblo nicaragüense. Sabe que al seno del partido Liberal Independiente (PLI) hay un sector que, sin ser marxista, posee un programa con algunos aspectos que, de realizarse, pueden abonar a la causa de la independencia económica del país, lo que se ve impedido por el dominio de monopolios estadounidenses sobre Nicaragua. Encabeza ese grupo del PLI el doctor Enrique Espinoza Sotomayor. Del sector mencionado, le atrae, entre otras cosas, su rechazo a cualquier tipo de golpe militar a espalda del pueblo como solución a los problemas del país. Por esta razón, participa en las actividades realizadas por ese grupo durante varios meses.

La tercera fuerza a la que se vincula es el Centro Universitario de la Universidad Nacional (CUUN), cuya actividad persigue la solución de los problemas que soportan los universitarios nicaragüenses.[8]   

Luchar por un régimen que independice a Nicaragua económicamente

A la altura de 1957, responde a sus captores en la cárcel que él no es comunista, mas aclara que no odia a los comunistas. Y hace ver que, en las circunstancias históricas que vive el país, no es posible establecer una sociedad socialista. Para él, a lo inmediato, debe lucharse por un régimen que logre independizar económicamente al país y lo libere de las fuerzas proimperialistas que lo atan a EEUU.  Habla, así, de un capitalismo nacional, pero en función de lograr orientar la producción, principalmente, a la satisfacción de las necesidades internas del país. Y agrega que la burguesía nicaragüense debe formar parte de ese estado.

A la pregunta de si él es simpatizante comunista, responde que ello depende de que los comunistas presenten o no un programa en pro de liberar a Nicaragua de todo dominio imperialista. En relación con esto, declara su simpatía por el Partido Comunista del Brasil, pero no por el de Hungría, por remedar servilmente los métodos de gobierno de los comunistas rusos. Sobre lo que entiende por comunismo, responde que su comprensión del mismo es un sistema social sin clases sociales, donde no hay explotación del hombre por el hombre, ni Estado.

En cuanto a si él cree en el triunfo del comunismo en Nicaragua, responde que su triunfo, bajo las condiciones existentes en el mundo, en los países dominados por el imperialismo, no es posible, pero que superada la etapa histórica vivida, sí lo cree posible. Por el momento, añade, los comunistas deben cooperar con otras fuerzas políticas nacionalistas al logro de la liberación económica del país.

En torno a las diferencias que él percibe entre la democracia estadounidense y el comunismo soviético, anota que si la primera basa su existencia en el dominio ejercido por los monopolios de EEUU sobre los países económicamente débiles (como algunos de Asia y África y los de América Latina), la URSS y los demás países del campo socialista pueden crecer y desarrollarse sin necesidad de someter a nadie a su dominio. Destaca, por otra parte, el vertiginoso desarrollo cultural de Rusia alcanzado en tan sólo 4o años, tras haber vivido en un enorme atraso; marchando así a la cabeza del desarrollo científico y cultural en el mundo. Finalmente, subraya la lucha por la paz librada por la URSS.[9]   

Encarcelamientos constantes


Tras ser capturado el 29 de junio de 1964, es interrogado el 9 de julio de este año por un juez somocista. Éste le pregunta las veces que ha sido capturado y las razones de ello. El líder sandinista responde que siete veces en Nicaragua:
  
- En 1956, por su participación en movimientos estudiantiles.
- En diciembre de 1957, tras su regreso de la URSS.
-  En noviembre de 1958, por sus acciones en el movimiento estudiantil.
- En diciembre del mismo año, sin que hubiera razón conocida, en Matagalpa.
- En Matagalpa, en marzo y abril de 1959, por su participación en el Movimiento de Juventud Democrática Nicaragüense.
- En julio de 1960, sin que hubiera razón real, en Managua.
-  El 29 de junio de 1964, por actividades en el FSLN.
-  Y fuera de Nicaragua, en julio de 1959, en Honduras, Chaparral, por su participación en un movimiento armado contra la dictadura somocista.[10]

Sobre las veces que ha salido de Nicaragua, responde que en 1957 viaja a la URSS, Checoslovaquia y Alemania Oriental; en 1959, se ve expulsado a Guatemala y, otra vez, en 1960. Refiere que ha estado tres veces en Cuba: en julio de 1959, octubre de 1960 y julio de 1961.

Los primeros pasos de la lucha armada

En torno a su participación en el Frente de Liberación Nacional (FLN) y el FSLN, expresa que, a mediados de 1962, Noel Guerrero Santiago, Tomás Borge Martínez, Pedro Pablo Rivas, Faustino Ruiz y él, en el afán de determinar las tareas que el grupo debía asumir en ese momento, discuten en Honduras sobre la situación política del país. Señala que, en ese entonces, la actividad política contra el gobierno somocista está dominada por el sector conservador  liderado por Fernando Agüero Rocha, quien plantea que sólo con la intervención de la OEA puede haber elecciones libres en Nicaragua y que, de no ser así, la lucha armada ha de ser la única opción para derrocar al gobierno somocista.

Tal planteo le vale al líder conservador el apoyo popular; mismo con el que no concuerdan ciertos grupos de opositores, propiamente, el PLI y el Partido Movilización Republicana (MR). A estas agrupaciones sólo les interesa lo relativo a la OEA. Igual ocurre con la dirección del Partido Socialista. Carlos y sus compañeros piensan que debe atacarse la idea de la intervención de la OEA, pero ponen de relieve el llamado de Agüero a favor de la lucha armada. Lo más importante, en todo caso, no es tanto que dicho personaje plantee el asunto indicado -así sea sin mayor convicción-, sino la gran simpatía y confianza que el pueblo tiene entonces hacia esa forma de lucha, aporta el líder sandinista.[11]  

Hacia fines de 1962, pese a los errores de tipo práctico, acota, en las márgenes del Río Coco ya se cuenta con ciertas fuerzas en hombres y armas. Sin embargo, advierte sobre el excesivo optimismo que muestran ciertos compañeros en relación con las perspectivas de la lucha. Confía, con todo, en la abnegación y la elevada moral de quienes dirigen el trabajo interno, aunque en ellos falte experiencia.

Acusa la presencia de dificultades, por ejemplo, en la concentración de provisiones; dificultades dadas por la lejanía de la montaña y por la vigilancia del gobierno hondureño de Villeda Morales. A ello se suma la precariedad de medios económicos de que dispone la organización guerrillera. Hace ver que, en estas circunstancias, él mismo se ve obligado a aumentar las precauciones necesarias a la hora de movilizarse,  porque el gobierno hondureño tiene planificada su captura en lugares visitados, por lo regular, por exilados de Nicaragua. El éxito de la lucha resulta difícil, sobre todo, por la persecución de los revolucionarios nicaragüenses y por la insuficiente voluntad para asumir, con el debido coraje, la corrección de los errores.

Preparativos de la farsa electoral de 1963

Las condiciones de la lucha revolucionaria impiden, en 1962, que las fuerzas revolucionarias puedan empuñar las armas contra la dictadura somocista. Se ven, de este modo, frenadas de actuar contra la farsa electoral preparada para 1963. Ellas prefieren la acción armada contra el régimen, ante todo, porque Agüero Rocha, antes de esa farsa, disminuye su interés por este tipo de lucha, lo que, con razón, las hace sospechar que el líder del conservatismo está preparado para ser  parte de semejante maniobra. Si Luis Somoza se presenta a esas elecciones de antemano prefabricadas, el pueblo desata, seguro, un gran descontento en su contra y, con ello de por medio, se crean condiciones para el accionar armado en contra del mismo. Pero las cosas resultan distintas, toda vez que es René Schick el que, en calidad de títere del somocismo, se ve lanzado como candidato a la presidencia del país.

Con tropiezos y todo, FSLN se asienta en Nicaragua

A mediados de 1963, la agrupación guerrillera, por fin, entra al país. Empero, en octubre del mismo año, el movimiento armado termina en fracaso tras el asesinato de varios de sus miembros por la Guardia Nacional y la dispersión de los sobrevivientes. Las cosas se tornan peores para las fuerzas sandinistas tras el golpe militar contra Villeda Morales. Con ello, el núcleo guerrillero del movimiento revolucionario termina de dispersarse. Pese a todo, se mantiene la confianza en el triunfo revolucionario. No obstante, por algún tiempo, Carlos debe asumir el estudio de la experiencia revolucionaria de Nicaragua y la de otros pueblos.

Tras ello, a fines de mayo de 1964, se traslada al interior del país. En él, constata que la organización interna de las fuerzas revolucionarias no está preparada para llevar a cabo acciones combativas. Para colmo, aproximadamente un mes después de su llegada al país, es nuevamente capturado.[12]

El otro problema para abatir a la dictadura consiste en la gran división reinante en las filas de la oposición a la misma, tanto de las radicales, como de las moderadas.[13]

La unidad como necesidad imperiosa

Como se aprecia en lo que expresa en una entrevista colectiva realizada el 4 de septiembre de 1969, en el cuartel de la tercera Compañía de San José, uno de los postulados esenciales del principal fundador del FSLN es el logro de una amplia unidad nacional para abatir al somocismo. Este es el asunto sobre el cual debe concentrar sus esfuerzos toda la oposición. No obstante, tampoco cree ilusamente en todas las fuerzas que la componen. Justo por ello, sostiene que “las dirigencias de los partidos tradicionales están descalificadas”. Aunque lo dicho parece, a primera vista, contradictorio, en realidad, Carlos Fonseca no descalifica a los partidos políticos en sí mismos, sino a sus directivos, es a ellos a los que estima descalificados.

Y como era de esperarse, en Costa Rica le preguntan si su deseo es arrancar a Nicaragua de la tutela estadounidense para colocarla bajo la de un estado socialista, a lo que responde: “Nosotros queremos un estado socialista al estilo de Nicaragua”; uno que responda a “la línea del Che Guevara y de Augusto César Sandino.”[14]

Estudiantes deben vincularse con los obreros y campesinos

En otra entrevista, brindada en 1970 al Periódico Universidad de Costa Rica, expresa que aunque los estudiantes y demás sectores del mundo académico juegan un papel importantísimo en un proceso revolucionario, deben vincularse con los demás sectores populares, particularmente, con los obreros y campesinos. A éstos les corresponde el aspecto estratégico; a los estudiantes el ideológico. Sin embargo, pone en evidencia la existencia de un divorcio “entre el estudiante y la fábrica, el barrio, o el campo, o incluso las prisiones.” La lucha revolucionaria, para él, debe ser, a la vez, intelectual y práctica. Pero ello requiere que se le dedique tiempo, asunto que las clases enemigas comprenden muy bien. No en vano, señala que los técnicos estadounidenses tratan de atiborrar los programas de estudio con el objetivo de entorpecer la militancia revolucionaria al estudiantado.

Fundamentando la necesidad de la solidaridad entre los pueblos, señala que ello deriva de la urgencia de enfrentar de manera conjunta la lucha contra el imperialismo, como enemigo común de los mismos. Cada día, observa, se coordinan mejor los esfuerzos en esta línea, para lograr que la victoria “sea una sola”. En la medida que la dictadura somocista amenaza no sólo al pueblo nicaragüense, sino también a los costarricenses, a éstos les interesa respaldar la lucha en su contra. “Ya no hay islas en la lucha revolucionaria”, concluye. Y acota que, por imposición del mismo imperio, esta lucha debe ser, en mayor o menor medida, violenta.[15]

Surgimiento del FSLN

Carlos expone sucintamente el surgimiento y desarrollo del FSLN en otra entrevista -también de 1970- concedida a Ernesto González Bermejo. Habla de que en los intentos realizados en 1960 se cometen muchos errores. Siendo capturado, es deportado a Guatemala por segunda vez (la primera se registra en 1969, antes de la acción del Chaparral), país donde lo encarcelan en la región del Petén. Acá se encuentra de servicio el subteniente Luis Augusto Lima Duarte, con quien no la pasa “demasiado mal.” Con él puede conversar. Pero no puede siquiera imaginar que este subteniente llegue a tener una militancia revolucionaria descollante, no sólo en su país, sino también en América Latina. Curioso es que, en Guatemala, expone asombrado, “hasta los viejos militares reaccionarios decían que Somoza era un bandido y un asesino.” En las condiciones indicadas, a Carlos le resulta fácil escabullirse de la cárcel.

Confirma que el FSLN se funda en 1962, aunque desde 1960 se procede a concebir su creación. En 1961, en esa dirección, se realizan los primeros pasos prácticos. Se conforma de elementos procedentes de diversas acciones armadas dadas con anterioridad. Se unen a sus filas, además, algunos veteranos de la lucha que el mismo Sandino encabeza en su época. Entre ellos, Santos López. El mayor problema que enfrenta al establecerse consiste en la fuerte influencia que los partidos liberal y conservador aún tienen, en ese entonces, sobre la población.[16]

En 1962, el FSLN realiza una acción guerrillera en el norte del país, en la zona de Río Coco y del Río Bocay. La zona se escoge con cierta improvisación. Las condiciones de atraso y aislamiento de la misma, con una población escasa, provocan el revés de la expedición. Cayeron combatiendo Jorge Navarro, Francisco Buitrago, Iván Sánchez Argüello, Mauricio Córdoba, Boanerges Santamaría, Faustino Ruiz y Modesto Duarte.

El revés de esta experiencia guerrillera coincide con la maniobra de la oligarquía de colocar, mediante una farsa electoral, a un civil al frente del gobierno. Se trata del ya mencionado René Schick, un amanuense de los Somoza. Su elección pretende sembrar ilusiones en ciertos sectores del pueblo. Y ello no deja de calar en una población acostumbrada a identificar a la tiranía con un hombre. El corolario de esta coyuntura, signada por un revés guerrillero y una maniobra política que impacta a la población, lleva al FSLN a prescindir por algún tiempo “de la acción armada directa”, aunque sigue haciendo uso de métodos abiertos de lucha, combinados con los  clandestinos. No obstante, el resultado de esa interrupción es una baja en la moral y el entusiasmo de la militancia. Los preparativos prácticos para la rectificación se registran en 1966.

El FSLN está claro que se prepara, en ese entonces, una nueva farsa electoral de la que se llega a beneficiar Anastasio Somoza Debayle, contando con la venia de la oposición burguesa que presenta como candidato a Fernando Agüero. Igual procede cierto sector de la izquierda, pretextando que se debe aprovechar el proceso electoral para establecer vínculos con las masas. El FSLN piensa que se puede agitar a las masas sin convertirse en furgón de cola de ningún candidato.

En 1963, el sandinismo realiza la primera acción de recuperación contra una empresa bancaria en Managua. Ese mismo año, el 20 de marzo, armas en mano de por medio, toma una emisora de radio con el objetivo de denunciar ante la población el contenido reaccionario de la reunión que, en Costa Rica, Kennedy  piensa sostener con sus títeres centroamericanos; en el campo, se hace contacto con determinados movimientos campesinos; se logra atender algunas luchas por la tierra, lo cual facilita, en alguna medida, asentar una base guerrillera más adelante.

En 1966-1967, el FSLN se ubica en Pancasán, en el centro del país, región cafetalera y ganadera en la que, recientemente, se ha instalado una empresa lechera de la Nestlé. Los campesinos de la misma, sólo trabajan tres meses al año. La mayor parte del año, el campesinado mata el hambre con sal y maíz. Desconoce la grasa. Cuando puede disponer de algún dinero, lo gasta en frijoles. Y cuando puede comprar carne, hace sopa. El latifundismo acapara la mayor de las tierras.

El campesinado respalda al sandinismo, aunque no siempre se le puede organizar debidamente. Al reunir campesinos de regiones diversas, en lugares para ellos desconocidos, algunos desertan. Empero, llegando de vuelta a sus lugares de origen, por su propia cuenta, organizan la guerrilla.

A fines de 1967, murieron en enfrentamientos con la Guardia Nacional Danilo Rosales, Silvio Mayorga, Francisco Moreno, Otto Casco, Carlos Tinoco, Carlos Reyna, Ernesto Fernández y Fausto García.  La GN desata una brutal represión por todo el país contra el FSLN.

En 1968, éste logra un determinado proceso de reorganización, pero en 1969, se desata una nueva ola de terror somocista. Localizando el escondite de un compañero sandinista, la GN lanza contra él a doscientos soldados, apoyados con tanques e incluso aviones. Ello se registra el 15 de julio de este año, de forma simultánea en dos barrios de Managua, en Santo Domingo y las Delicias del Volga. Se vuelve a repetir el 15 de enero y el 3 de abril de 1970. En las Delicias del Volga perecen Julio Buitrago, Marco Rivera, Aníbal Castrillo y Alesio Blandón. Leonel Rugama cae el 15 de enero de 1970. El 3 de abril cae Luisa Amanda Espinoza. En león, corre igual suerte Enrique Lorente.[17]  

Y, tras un proceso de prolongada y heroica lucha contra la dictadura, que sigue ofreciendo vidas de muchos combatientes más, a menos de tres años del triunfo popular del 19 de julio de 1979, el 8 de noviembre de 1976 cae en combate, en Zinica, el fundador del FSLN, hijo legítimo de Sandino.

Sandino, Carlos y Daniel


Incalculables son los casos de revolucionarios que han sido, físicamente, eliminados por las fuerzas represivas del imperio. Sandino y  Carlos Fonseca se encuentran entre sus víctimas. Se sabe en qué desembocaron las amenazas contra Hugo Chávez... Su muerte fue, indiscutiblemente, inducida. A Fidel y a Evo Morales quisieron aplicarles la misma fórmula, pero les falló. A Correa lo han querido asesinar. Daniel no ha estado fuera de esas macabras intenciones… La lista es mucho mayor, pero basta con lo expresado. Esto ocurre porque las fuerzas de derecha están permanentemente apuntando hacia los líderes de los procesos revolucionarios; saben perfectamente que ellos son factor de cohesión y de movilización; que evitan la espontaneidad de parte de las masas, regularmente, inútil, nefasta, sobre todo porque, con mucha frecuencia, es alentada por los poderosos enemigos de los pueblos. Dichos enemigos comprenden, mucho más que no pocos sectores de izquierda, la importancia de quien dirige una revolución, un partido o un movimiento revolucionario.

Lo dicho se ve complementado por envenenadas campañas que orquestan los media de occidente y los grupos minoritarios internos, contra los conductores de luchas justas. De ahí que no provoque extrañeza que haya personas arremetiéndola contra Nicolás Maduro, en Venezuela; Evo Morales, en Bolivia; Rafael Correa, en Ecuador, Fidel y Raúl Castro, en Cuba; Daniel Ortega, en Nicaragua. Empero, en parte alguna, se hace posible estar a favor de un proceso revolucionario oponiéndose de raíz a quienes lo conducen.

Algunos, en Nicaragua, lanzan consignas, en verdad grotescas, como esta: “Yo soy sandinista, no Danielista”. Sin ser ingenuos, debe decirse que ello proviene de personas identificadas con el imperio o de aquellas que se encuentran bajo la influencia de las mismas. No extraña que igual fenómeno tenga lugar en la patria de Bolívar: “Yo soy Chavista, no Madurista”, corean también ciertas personas. 

A 38 años de la partida del fundador del FSLN a la inmortalidad; a la  gloria de vivir en la Nicaragua actual, inspirándola siempre a seguir en función de la multiplicación de sus alcances revolucionarios, es justo sostener que entre él y quien hoy sigue dignamente sus pasos, hay un fuerte hilo comunicante. Es absolutamente legítimo y necesario hacerlo. Daniel está hoy conduciendo ese proyecto popular que Sandino y Carlos desataron… La Patria y la Nación para todos es una realidad; una realidad sujeta siempre a transformación; a perfeccionamiento; a construcción permanente. La sensibilidad social, la honradez  y la capacidad de dirección están presentes en los tres.
  
A manera de conclusión

1. A los revolucionarios nicaragüenses nos corresponde hoy seguir los pasos de Sandino y Carlos, dedicando la vida entera a volver a la Patria un país cada vez más libre; más próspero y más solidario con los pueblos del mundo. En lo fundamental, ya somos libres de las armas genocidas, ahora procede dedicar nuestros esfuerzos a darle continuidad a los esfuerzos emprendidos en función de alcanzar la completa redención de los oprimidos. El reto no es fácil, pero está planteado y es un deber ineludible asumirlo con aplomo y convicción.

2. A los héroes y mártires se les debe honrar y venerar. Mas ello debe hacerse no sólo celebrando su nacimiento o conmemorándolos, sino sobre todo dedicando nuestros esfuerzos a continuar la labor patriótica que ellos trazaron con total abnegación. Como recién señalara un camarada del FSLN, no actuar de la forma indicada es mistificar a los héroes; volverlos simples motivos de recordación. Pero no equivale, como dijera Leonel Rugama, a “vivir como los santos”.

3. Para tener una clara comprensión de los héroes, se debe tener el cuidado de contextualizar lo que expresan; es decir, ver lo que declaran o escriben en dependencia del momento y las circunstancias en que les toca desenvolver su lucha y su pensamiento. Ello permite apreciar la evolución y maduración de sus concepciones. Permite, sobre todo, ubicarlos dentro de las condiciones históricamente registradas en su praxis. Y se evita sacar fuera de contexto expresiones suyas que responden a momentos y situaciones distintas. En relación con esto, ponemos de ejemplo lo siguiente:

En “Desde la cárcel yo acuso a la dictadura”, escrito en 1964, Carlos Fonseca sostiene que el diario “La Prensa”, insiste en llamarlo militante comunista y partidario del marxismo-leninismo. En las condiciones en las que escribe y acosado por el somocismo y por el diario señalado, se ve empujado a declarar que él no es tal cosa; que sustenta una amplia ideología revolucionaria.[18] Ello contrasta con lo que sostiene de modo doblemente esclarecedor en “Nicaragua Hora Cero”, escrito, a su vez, en 1969, donde:

Primero, tras señalar críticamente que aunque tras la farsa electoral de 1963 se registra un descenso en la lucha general, la dirección del FSLN no comprende, en este momento, que el fenómeno acusado posee una naturaleza parcial, “ya que en lo fundamental el rumbo del movimiento revolucionario era de progreso y de tránsito hacia la maduración”. En otras palabras, no se debían interrumpir las tareas de tipo insurreccional, acota.

Segundo, vinculado a lo anterior, aporta: “Esta desviación en la táctica se expresó también en la ideología que adoptaba el Frente Sandinista. Aunque se levantaba una bandera antimperialista y de emancipación  de las clases explotadas, se vaciló en presentar una ideología claramente marxista-leninista.”[19]    

4. No obstante lo anterior, a lo largo de sus vidas, su pensamiento y acción son esencialmente invariables, como invariable es su entrega a la lucha por la redención del oprimido. 

5. Es necesario, ciertamente, seguir los pasos de nuestros héroes y mártires, pero lo es también conocer su historia, su pensamiento y su entorno familiar, social y externo. Desde esta óptica, hasta donde a cada quien le sea posible, este estudio debe ser un hecho permanente, no episódico. Y, lo más importante, debe ser una acción organizada.

6. Al igual que nuestros “Apuntes sobre el Pensamiento de Carlos Fonseca” [20]  estamos lejos de presentar este escrito como algo acabado, que vaya más allá de unos apuntes de orden general. Queremos significar, así, la necesidad de estudiar diversos aspectos de su  pensamiento, por separado. Sandino, su lucha; sus planteos en torno a la historia del país; el somocismo, la oposición, las cifras aportadas en torno a la realidad nicaragüense; sus posiciones respecto al marxismo y otra gama de temáticas a las que él hace referencia. Hace falta, además, hacer un estudio bibliográfico sobre él, escudriñando los estudios que existan sobre el mismo, dentro y fuera de Nicaragua. Esto puede completarse con auxilio de la historia oral, recurriendo a la memoria histórica de nacionales y extranjeros que se contactaron con él de forma directa o indirecta.



[1]   A. C. Sandino. El pensamiento vivo. Editorial Nueva Nicaragua, Managua, 1981. Obra en dos tomos. Tomo 1. pp. 117-119.
[2] A. C. Sandino. El pensamiento vivo. Editorial Nueva Nicaragua. Editorial Nueva Nicaragua. 1981. Obra en dos tomos. Tomo 2. p. 381.
[3] Carlos Fonseca. Obras. Tomo 1. Bajo la bandera del Sandinismo. Editorial Nueva Nicaragua. 1982. “Carta a los padres de Francisco Moreno”. p. 152.
[4] Ibíd. “Carta a su padre”. Guatemala, 22 de abril de 1959. p. 148
[5] Ibíd. pp. 149-150.
[6] Ibíd. pp. 151-152. “Carta a los padres de Francisco Moreno”.
[7] Ibíd. “Carta a los nicaragüense residentes en Estados Unidos”. p. 154.
[8] Ibíd. Declaración, 1957. pp. 166-167.
[9] Ibíd. pp. 168-169.
[10 Declaración, 1964. Ibíd. p. 182.
[11] Ibíd. pp. 183-185.
[12] Ibíd. pp. 185-188.
[13] Ibíd. p. 192.
[14] Ibíd. pp. 196-197. Entrevista, 1969.
[15] Entrevista, 1970. No hay islas en la lucha revolucionaria. Ibíd. pp. 200-202, 204.
[16] Ibíd. Entrevista, 1970, concedida a Ernesto González Bermejo. pp. 220-221.
[17] Ibíd. p. 222-225.
[18] Ibíd. “Desde la cárcel yo acuso a la dictadura”. (1964). p. 235. 
[19] Ibíd. “Nicaragua Hora Cero”. (Fines de 1969). p. 87.
[20] Manuel Moncada Fonseca. “Apuntes sobre el pensamiento de Carlos Fonseca”.  http://librepenicmoncjose.blogspot.com/2013/06/apuntes-sobre-el-pensamiento-de-carlos.html

1 comentario:

  1. SAludos, y gracias por compartir el sueño e ideal inmortal de carlos fonseca.

    Como el poema hecho canción: "Naciste para Vivir"
    Homenaje al Cmdte. Carlos Fonseca Amador.
    ‎NacisteParaVivir‬ ‪#‎Live‬ ‪#‎Music‬

    Descargas y más en: https://dayanmorales.jimdo.com
    https://www.youtube.com/watch?v=-HhXD9ZoI64&list=PL-NWUtoMj1dEeM1IvGWGlJNAtcTnb4ij5&index=1

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