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miércoles, 6 de agosto de 2014

PRESERVEMOS LA VIDA, PONGÁMOSLE FIN A LA POSIBILIDAD REAL DE SU PLENA DESTRUCCIÓN

Fidel con los "hibakushas", sobrevivientes de Hiroshima y Nagasaki. Junto al Comandante, con blusa verde, Kenia Serrano, presidenta del ICAP. A la derecha del líder de la Revolución, Hiroshi Nakamura. Foto: Roberto Chile. Tomada de Cuba Debate. 

Sin sectarismos, dogmas, ni anhelos irrealizables
PRESERVEMOS LA VIDA, PONGÁMOSLE FIN A LA  POSIBILIDAD REAL DE SU PLENA DESTRUCCIÓN 
Manuel Moncada Fonseca

Introducción                   

Fidel Castro Ruz, con la lucidez que lo define, escribe:

“Repugnan los abusos cometidos a lo largo de la historia. / Hoy lo que se valora es lo que sucederá en nuestro planeta globalizado en un futuro próximo. Cómo podrían escapar los seres humanos de la ignorancia, la carencia de recursos elementales para alimento, salud, educación, vivienda, empleo decoroso, seguridad y remuneración justa. Lo que es más importante, si será esto o no posible, en este minúsculo rincón del Universo. Si meditar sobre esto sirve de algo, será para garantizar en realidad la supremacía del ser humano.”[1]

Miguel D’Escoto Brockmann, sacerdote nicaragüense, por su parte, aporta:

“Lo que nuestro mundo ha perdido […] es la espiritualidad. […] Cuando esta falta, se atrofia, o simplemente no se desarrolla simultáneamente con las otras características humanas esenciales, el resultado es un ser inhumano, o una nación monstruosa, motivada solamente por la codicia de lo material y lista siempre, como los Estados Unidos de América, a cometer cualquier crimen para saciar sus desorbitados deseos de poseerlo todo y de someter a todo el mundo bajo su diabólica voluntad imperialista. El cosmos retrocede al caos y muy probablemente hasta la extinción de nuestra propia especie. ”[2]

He aquí, en síntesis, lo que nos puede arrastrar a la extinción como especie. Los errores humanos, en el común de la gente, constituyen minucias como para achacarle a la misma los peores males y peligros que hoy nos acechan, tal cual se ha inculcado a lo largo de siglos. 

Y, como si nada ocurriera, la cultura imperial oferta el simple disfrute de la vida; el espectáculo convertido en fin en sí mismo; la banalización de la guerra; el soslayo de los asuntos políticos; la promoción del sentido común y no del sentido necesario del que hablaba Gramsci;[3] la engañosa inmediatez de la noticia, equivalente a positivismo, puesto que hace creer en la neutralidad de quienes ofrecen noticias  escritas, habladas, visuales y virtuales. 

Estos fenómenos han llevado a no pocas personas de izquierda a abandonar los ideales revolucionarios o, en el mejor de los casos, a observar de largo las atrocidades y amenazas crecientes propias de la civilización occidental.[4] Sin embargo, lo que ahora acontece nos atañe a todos por igual, de presente o de futuro. Y ello si a este último la civilización occidental le brinda el chance de advenir; y si, además, los mortales, en mayoría visible y activa, nos movemos en función de que así sea, desde cada rincón patrio o desde aquél que se ha adoptado.

La mentira y el infundio como armas del sistema occidental





Las abundantes mentiras y quimeras, difundidas por los media de occidente, contra gobernantes, fuerzas progresistas, antiimperialistas y, ya no se diga, contra los procesos revolucionarios que hoy se desenvuelven, deben rechazarse de cuajo. Porque los embustes sirven de herramientas que, junto al garrote bélico de cualquier potencial que use o pueda usar el imperio, se convierten en instrumentos que sirven al propósito de preservar la actual esclavitud asalariada; misma que, sin exageraciones, ya resulta peor que la esclavitud antigua, llámese egipcia, griega, romana o de cualquier otra forma.

Y cuánta impotencia e indignación desata la impudicia que exhiben los monopolizados y encadenados medios de difusión occidentales cuando hablan, en abstracto, de las guerras que ellos mismos promueven y crean, virtualmente primero, realmente después, siendo, como efectivamente son, parte inseparable del poder imperial. De esta suerte, hablan de la crisis en Gaza, Siria, Ucrania, Iraq, Afganistán, Libia, Ucrania, y un largo etcétera, en el que es forzoso incluir a Venezuela, otra víctima de las protervas falacias de esos medios nefastos…

Digámoslo con todas las letras, en el mundo contemporáneo ya no hay, propiamente, guerras civiles, sino guerras provocadas e impuestas desde fuera, presentadas como guerras civiles en las que se enfrentan “buenos” y “malos”. A los primeros, Occidente les ofrece una “generosa” ayuda político-militar; a los segundos, precisa exterminarlos sin miramientos de ninguna índole, justamente por  ser “malos”. Y hasta medios que se revisten de respetabilidad y cientificidad a toda prueba, le apuestan a la guerra, aunque pretendan dar otra imagen. 

Tal es el caso, por ejemplo, de National Geografic que plantea, con deliberado amañamiento, la guerra impuesta a Siria. En un número impreso de este medio, leemos en relación con Damasco, capital de esta valiente y digna nación árabe, que ella está: “Sitiada desde hace tres años por una guerra civil despiadada y cada vez más complicada que, a la fecha, ha cobrado 130000 vidas”. Y sigue: “Mientras las bombas caen cada día más cerca y la comunidad internacional no encuentra un camino efectivo para conseguir la paz […] Y, no faltaba más, habla de los “rebeldes” a los que el gobierno de Bashar Al-Assad mantiene “fuera del centro de Damasco”.[5] 
  
En Nicaragua, medios como el canal de noticias de Miguel Mora y señora, hace lo propio reproduciendo el mensaje imperial. En su tira de noticias, es frecuente leer este tipo de mensajes, nada inocente: “Israel acusa a Hamas de violar su propio cese al fuego”; “Venezuela y Argentina campeones Mundiales de la inflación”; “Canasta básica de Venezuela se dispara en 1300 dólares”; “Colombia captura a nica en operación antidrogas en el mar Caribe”. Cualquiera diría, a partir de este enfoque a las noticias, que Colombia e Israel hacen lo justo, en tanto que Hamas, Venezuela y Argentina proceden de mal modo.

Otros medios derechistas, deseando, de hecho, proteger a los que perpetraron el crimen cobarde del 19 de julio recién pasado, hablan de la necesidad de un juicio “justo”, de una policía que no se “parcialice”; de un proceso que no debe dirigirse a la persecución de “simples” “opositores”, etc. Ya conocemos este tipo de enmarañamientos. 

La quimera de los buenos y los malos 



Ahora bien, la división en “buenos” y “malos a la que hemos hecho referencia, es una quimera; sólo existe en la imaginación. Nada evidencia la existencia de personas sólo buenas o sólo malas; sino personas, procesos y fuerzas en los que predomina la virtud o, por el contrario, el error, hoy llevado a niveles infrahumanos. Sin exageraciones, todo acusa que la perversidad es un fenómeno que se extiende, más y más, entre las fuerzas que gobiernan el mundo occidental.

Sin embargo, Occidente siempre ha achacado a los seres humanos en su conjunto la responsabilidad de todo lo malo que acontece sobre el planeta. En relación con esto, en un artículo de diciembre del 2013, expresamos: “… no debemos admitir como responsabilidad de todos los seres humanos por igual los males que aquejan a la humanidad. Léase, en términos de lo básico, […] el desempleo, la pobreza, la indigencia, el analfabetismo, la falta de atención médica, de techo, educación y seguridad social; y en términos de la relación humanidad-naturaleza, el calentamiento global, el agotamiento de los recursos no renovables, el descongelamiento de los polos, etc. Ello significa que a los seres humanos se nos atribuye por igual y cargamos […], con el peso de lo que hace el sistema capitalista por medio de sus transnacionales, su saqueo desmedido de los recursos naturales, su apropiación del trabajo y los bienes ajenos; ya no se diga, lo que provoca con su invasión, ocupación, saqueo y destrucción de naciones enteras.” [6] 

Contradicciones sociales no deben ser necesariamente antagónicas


Las contradicciones son la base de todo desarrollo en cualquiera de las esferas del ser; hecho real constatable a cada instante.[7] Al seno de la sociedad humana, dichas contradicciones no han sido siempre, ni deben ser, forzosamente, antagónicas; es decir irreconciliables. Justo cuando adquieren carácter antagónico, sobreviene la lucha de clases que no es un invento, sino un descubrimiento científicamente expuesto por el marxismo, aunque fuera antes percibido como fenómeno por teóricos del capitalismo. Ella deriva de la existencia de la propiedad privada sobre los medios de producción más importantes. Hablamos de la concentración de la riqueza, natural o social, adquirida por las clases minoritarias a costa del trabajo y del esfuerzo ajeno, mediante explotación o por medio del despojo brutal.

Desde la esclavitud inicial hasta el presente, ha existido, entonces, un aparato especial a través del cual los opresores mantienen su dominio sobre los oprimidos. Hablamos del Estado,[8] con todas las complejidades que marcan hoy sus transiciones actuales, inadvertidas para el pensamiento dogmático, como si las categorías fueran inmutables.[9]

Sin embargo, jamás el estado opresor había llevado el antagonismo social al nivel en que hoy se expresa. Tampoco se había registrado la concentración de riqueza en minorías cada vez más insignificantes a escala global; ni el fenómeno de que las mismas amenazaran toda la existencia sobre el planeta, como lo hace, hoy, el sistema capitalista, con un cinismo que no tiene parangón; como cuando Obama dice creer, con cada fibra de su ser, “en el excepcionalismo de Estados Unidos”;[10] o cuando su Secretario de Estado habla sin desparpajo de que América Latina sigue siendo el patio trasero de su país, mismo que debe acercarse a ella con rigor.[11]

Pensaran, algunas personas, que estamos haciendo referencia a un tema trillado, empero a la preservación de la vida, en todas sus manifestaciones, no se le debe  imponer límites de ningún tipo. Si insistimos en el fenómeno acusado es porque él se evidencia a cada paso, a cada momento. Permanentemente se hace sentir la agresividad del imperio en su conjunto, de sus mercados monopolizados, de sus transnacionales, de sus medios y de sus armas infernales…

Evitar la guerra, reto primordial del ser humano




“Los yanquees son los peores enemigos de nuestros pueblos, y cuando nos miran en momentos de inspiración patriótica y que nos buscamos con sinceros impulsos de unificación, ellos remueven hondamente nuestros asuntos pendientes, de manera que se encienda el odio entre nosotros y continuemos desunidos y débiles, y por ello mismo fáciles de colonizarnos.”[12]

Este pensamiento de Sandino, que hoy recoge a plenitud la Revolución Popular Sandinista, vanguardizada por el FSLN, sigue siendo un hilo conductor no sólo para América Latina, sino para todas las fuerzas antiimperialistas del mundo. ¿Quién, siendo realista y esté en verdad en su sano juicio, puede poner en tela de juicio la vigencia de estas palabras del héroe de las Segovias?

Es que, hoy, se impone con suma urgencia, unir el planeta en una inmensa unidad por la paz, en función de evitar el apocalipsis que se cierne sobre los seres vivos y de establecer un mundo sin hegemonismos, incluyente y no excluyente, como el que impone la nada civilizada cultura occidental. Sobre la base de esta unidad planetaria, se pueden sentar las bases reales del progreso y desarrollo de todas las naciones sin excepción; sin que ninguna se arrogue, como lo hace EEUU, derechos que nadie jamás le ha concedido, en aras de determinar los destinos globales; de aplicarle  extraterritorialidad a sus leyes, o estimarse, junto con sus aliados como la Unión Europea e Israel, como ya quedó dicho, una fuerza excepcional a la que los pueblos, todos, deban rendirle tributo y pleitesía, sin miramientos de por medio.

En el actual orden que impera en el orbe, las fuerzas desestabilizadoras son todas una y la misma. Se le puede llamar CIA, USA-AID, FMI, BM, BID, FMA, ONU, “Comunidad Internacional”, transnacional, embajada de EEUU, de la UE, Club de Bildelberg, medios de “comunicación”, Mossad, al qaeda, EIIL, Al Nusra, servicios secretos de cada país de Europa Occidental, Canadá, Australia, Japón, así como de Colombia, Perú, Chile y Méjico, entre otros. Es el imperio mismo, con todos sus instrumentos para el engaño, el saqueo y la "destrucción constructiva" de la que habló el "bonachón" de Clinton, mismo que ordenó la destrucción de Yugoslavia.[13] Así se ensayaron las guerras que hoy se han desatado,[14] que “aparecen” de la nada y, luego, también de la nada, los países afectados se ven convertidos en “estados fallidos”.

El capitalismo yanqui-europeo, con sus ramificaciones en el resto del mundo, no exactamente cierre los ojos, más bien se hace el desentendido ante las atrocidades que él mismo provoca, ya no sólo con la OTAN, madre de todo terrorismo, sino con diversidad de instrumentos que manipula como convenga a sus intereses. Y desde luego, su costumbre es endilgar sus propios crímenes a países que no siguen sus dictados. Falta acá, mencionar a un actor de mucha importancia, Hollywood. Como acertadamente comenta un contacto que tenemos en Facebook, refiriéndose a esta industria que hace las veces de Ministerio de Cultura en EEUU, “allí es posible crear cualquier escenario”. Ensayar lo más descabellado e inhumano, añadimos.

De alcanzarse la paz secularmente anhelada, los pueblos, naciones, continentes podrían desarrollarse, no sin contradicciones, sino sin antagonismos. No vemos esto como algo fácil de alcanzar o lograr. Nada de eso. Pero, hoy, la lucha más apremiante es el logro de una paz global.  

El lujo irresponsable de negarnos lo posible



Sin embargo, existen personas que, quizá con buena intención, pero cegadas por el fanatismo religioso, torpedean el llamado a la paz que millones de personas hacemos en el mundo, lo que resulta hoy más inaceptable que nunca, sobre todo ahora que el orbe, insistimos, puede estar al borde de un holocausto total, por la ambición sin límites de las transnacionales imperialistas, sus medios y sus armas. Igual procede decir de aquellas fuerzas de izquierda que sustentan un discurso dogmatizado que les impide ver que las circunstancias actuales no se prestan para aplicar a la realidad lo que, en ésta, no cabe y tampoco se lanza al ruedo como necesidad.[15]

Empero, lo que no podemos hacer, ni por cerca, es darnos ese lujo, de por sí irresponsable e improcedente, de despreciar aquello que, siendo parte de la realidad y la posibilidad real, de una u otra manera, inspira, empuja y guía la lucha actual de las naciones, como:

-En el plano del desarrollo material, el aprovechamiento racional de los recursos energéticos y de otro tipo en función de promover la superación de la pobreza, asunto que del aire no puede ni iniciarse. En consecuencia, debemos responder a la proliferación del hipócrita discurso antiextractivista que sólo abona en pro de que Occidente siga extrayendo la riqueza de las naciones en su exclusivo provecho. Igual ocurre con aquéllos que, por ejemplo en Nicaragua, dicen estar preocupados por la afectación que pueda tener la construcción del canal interoceánico sobre su territorio. Ello lo expresan justo aquellos que soñaron conque correspondiera a EEUU el monopolio exclusivo sobre el potencial canalero de nuestro país, así como los que se han vuelto partidarios de la democracia imperial, tras haber renegado, de hecho, de su condición de izquierda.

-En el plano de las ideas liberadoras, se encuentra el cristianismo de base popular; la lucha que libraran por la unidad latinoamericana Bolívar, Martí y Sandino, entre muchos otros; la lucha abnegada de líderes extraordinarios como Hugo Chávez Frías por la liberación de los pueblos; la luminosa experiencia de la Cuba socialista de Martí y Fidel y la mil veces heroica experiencia del pueblo de Sandino y Carlos Fonseca; la praxis de Marx, Engels y Lenin, como guía para la acción.

-El BRICS que conforman Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica; la CELAC, que une a toda Latinoamérica, pese a la contraparte que algunos de sus miembros le hacen desde la Alianza del Pacífico (Chile, Colombia, México y Perú); UNASUR, conformada por Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Ecuador, Guyana, Paraguay, Perú, Surinam, Uruguay, Venezuela; PETROCARIBE, formado por Venezuela, Cuba, República Dominicana, Antigua y Barbuda, Bahamas, Belice, Dominica, Granada, Guyana, Jamaica, Surinam, Santa Lucía, Guatemala, El Salvador, San Cristóbal y Nieves, San Vicente y las Granadinas; el ALBA, principal fuerza inspiradora de la unidad de Nuestra América, constituido, por Antigua y Barbuda, Bolivia, Cuba, Dominica, Ecuador, Nicaragua, San Vicente y Las Granadinas, Santa Lucía y Venezuela.

-La lucha heroica del pueblo sirio contra las fuerzas mercenarias que dirige el imperio en su territorio; la resistencia del pueblo norcoreano contra las acechanzas de EEUU; la potencia y valentía con que Irán desafía al imperio, al que obliga a decir que él y Corea del Norte son, desde el punto de vista estratégico-militar, pesos medianos, en tanto que China y Rusia son pesos pesados; la resistencia del diminuto y desarmado Gaza y la cada vez más cercada Cisjordania (partes restantes de lo que fuera Palestina), contra la violencia sin límites de Israel, apañado política, militar y financieramente por EEUU y todos las países de la Europa Occidental; el coraje, la determinación y certeza estratégica con que el libanés Hezbollah ha enfrentado a Israel en defensa de su país y apoyado, sin reservas, a Siria y Palestina contra el mismo enemigo; la resistencia que vuelven a librar los pueblos de Ucrania, particularmente los rusoparlantes, contra las fuerzas fascistas impuestas por Occidente en su país que otrora fuera parte de la URSS. 

-Aquí incluimos la prolongada resistencia que las FARC mantienen contra el más fiel aliado de EEUU en América Latina: el régimen dictatorial de Colombia que sueña ser el Israel de la región. Mención especial merecen los movimientos sociales de nuestra región estimados los más poderosos del mundo.     

Nada  de lo arriba mencionado debe ser desestimado. Por el contrario, sobre todas estas fuerzas inspiradoras, a pesar de sus contradicciones y, no pocas veces, la inconsecuencia de algunas de ellas, deben forjarse las más grandes acciones conjuntas en contra del imperio yanqui-europeo, con su principal filial en Medio Oriente: Israel.

Es muy pertinente a este respecto, lo que aporta Thierry Meyssan refiriéndose a los conflictos desatados en Medio Oriente, lo que, a nuestro entender, se puede aplicar a las tensiones globales en su conjunto: “Lo que define de forma realmente duradera las fuerzas que conforman la dinámica del mundo árabe no es la diferencia entre partidos religiosos y laicos sino el hecho de estar en el bando de quienes colaboran con el imperialismo o en el bando de quienes han optado por la resistencia.”[16] Y no nos cabe duda alguna que Rusia y China pertenecen al segundo grupo. Más aún, sin estas potencias, el mundo entero estaría a merced del imperio. Y si ellas son o no capitalistas, es un hecho secundario. 

Fidel, elevando muy en alto a estas naciones que conforman el núcleo del BRICS y a los demás países que lo integran, acota: “Nadie encontró nunca una respuesta capaz de satisfacer las exigencias del mercado real que hoy conocemos, pero tampoco podría dudarse de que la humanidad marcha hacia una etapa más justa de lo que hasta nuestros tiempos ha sido la sociedad humana.”[17]

A menos que persistamos en el absurdo de lo perfecto en sí mismo, debemos asumir en su totalidad lo que José Martí, citado por el poeta peruano Winston Orrillo, escribe para referirse a los más justos entre los hombres como Bolívar, San Martín e Hidalgo; y, agregamos nosotros, entre los actuales procesos revolucionarios y antiimperialistas del orbe:

“Se les deben perdonar sus errores, porque el bien que hicieron fue más que sus faltas. Los hombres no pueden ser más perfectos que el sol. El sol quema con la misma luz que calienta. El sol tiene manchas. / Los desagradecidos no hablan más que de las manchas. / Los agradecidos hablan de la luz”.[18]

Por increíble que pueda parecer, el camino más cercano al socialismo es la paz de la que hemos hablado.

Notas:


[1] Fidel Castro Ruz. “Es hora de conocer un poco más la realdad”. http://linkis.com/www.granma.cu/cuba/2/1tBFY
[2] Miguel D’Escoto Brockmann, sacerdote nicaragüense. “Naturaleza y origen del imperialismo” http://tortillaconsal.com/tortilla/en/node/14717
[3] Oriol Alfambra. Hegemonía e ideas dominantes. www.kaosenlared.net/noticia/hegemonia-e-ideas-dominantes
[4] José Carlos Mariátegui acota al respecto de quienes abandonan el campo revolucionario, lo que sigue: “Abandonar a los humildes, a los pobres, en su lucha contra la iniquidad es una deserción cobarde…” Citado por el escritor Winston Orillo en su obra Martí, Mariátegui, Literatura, Inteligencia y Revolución en América Latina. Editorial CAUSACHUN. 20 de julio de 1989. p. 61.
[5] National Geografic.  Siria el caos de la guerra. Véase el editorial de este número y su parte medular “DAMASCO.  ¿Caerán los muros?” Marzo de 2014.  
[6] Manuel Moncada Fonseca. “Ni las cosas ni las personas nacen predestinadas”. http://librepenicmoncjose.blogspot.com/2013/12/ni-las-cosas-ni-las-personas-nacen.html
[7] Véase, por ejemplo lo que  Federico Engels expone en su “Introducción a La Dialéctica de la Naturaleza.” http://www.marxists.org/espanol/m-e/1870s/75dianatu.htm

[8]  Consultar al respecto F. Engels. El origen de la familia, la propiedad privada y el Estado. En C. Marx; F Engels. Obras escogidas. Editorial Progreso Moscú. Sin fecha de edición. O bien,  V. I Lenin SOBRE EL ESTADO. Conferencia pronunciada en la Universidad Sverdlovsk* el 11 de julio de 1919. http://www.marxists.org/espanol/lenin/obras/1910s/11071919.htm

[9] Al respecto de las posiciones dogmáticas, nos parece acertado el enfoque que sobre la realidad de los  procesos de cambios en los países del ALBA, expone Juan Paz y Miño: “Ecuador vive un momento de posicionamientos en torno al poder, que origina contradicciones dependientes de la correlación de fuerzas sociales, más que de los alcances del Ejecutivo. Un fenómeno parecido al que viven los gobiernos de la Nueva Izquierda en Bolivia, Nicaragua y Venezuela, que no resultan comprensibles para las izquierdas tradicionales.” Véase su artículo ¿Estabilización política o cambios radicales? EL TELÉGRAFO - Primer Diario Público. Ecuador, lunes 28 de julio de 2014. Igual nos parecen pertinentes las siguientes palabras de José Carlos Bonino Jasaui en torno a Nicaragua: “Saber dar nuevo significado a la dignidad de un pueblo inspirado en el legado de Sandino, a casi un siglo de distancia, es un arte y un mérito de nuestro gobierno y de nuestro pueblo. Que a su vez, se encuentra en oposición al sistema, que alimenta la competitividad, el individualismo y el éxito personal, acompañado por la desmovilización de la conciencia y la memoria histórica.” Ver su artículo “Nicaragua ante la segunda independencia: Celebrando 35 veces 19 de julio.” http://www.librepenicmoncjose.blogspot.com/2014/07/nicaragua-ante-la-segunda-independencia.html
[10 Barack Obama. “Discurso de Barack Obama en la Academia Militar de West Point”.  http://www.voltairenet.org/article184032.html
[11] John Kerry: “América Latina es nuestro patio trasero (...) tenemos que acercarnos de manera vigorosa”./ “Trataremos de hacer lo posible para tratar de cambiar la actitud de un número de naciones, donde obviamente hemos tenido una especie de ruptura en los últimos años”. http://www.forosperu.net/showthread.php?t=455491
[12] El Pensamiento Vivo de Augusto C. Sandino. Tomo I. Editorial Nueva Nicaragua. Managua 1984. p. 271.
[13] “Comenzando el 24 de marzo, 1999, las fuerzas militares de la OTAN, bajo la dirigencia de los Estados Unidos, castigaron a Yugoslavia con un bombardeo devastador de 79 días. Con más de 15,000 ataques, [la] OTAN bombardeó sin tregua las ciudades y pueblos yugoslavos, destruyendo fábricas, hospitales, escuelas, puentes, estaciones de abastecimiento de combustible y edificios del gobierno. Miles murieron y fueron heridos, inclusive pasajeros viajando en trenes y autobuses de transporte público y trabajadores en estaciones de televisión y de tele transmisión. También fueron bombardeados vecindarios civiles, más en Serbia que en Kosovo.” Comité de Redacción del Sitio Socialista Mundial. http://www.wsws.org/es/articles/1999/jun1999/sp-yugo.shtml
[14]Nazanín Armanian, Público. “Yugoslavia: ensayo de la “guerra humanitaria””.  http://www.antimilitaristas.org/spip.php?article5162
[15] Marx en este campo, como en muchos otros, habla con acierto: “Ninguna formación social desaparece antes de que se desarrollen todas las fuerzas productivas que caben dentro de  ella, y jamás aparecen nuevas y más altas relaciones de producción antes de que las condiciones materiales para su existencia hayan madurado en el seno de la propia sociedad antigua. Por eso, la humanidad se propone siempre únicamente los objetivos que puede alcanzar…”. C. Marx. “Prólogo de la Contribución a la Crítica de la Economía Política”. En: C. Marx; F. Engels. Obras Escogidas en tres tomos. Tomo I. Editorial Progreso, Moscú. 1974. p. 518.
[16] Thierry Meyssan. “Extendiendo la guerra del gas en el Levante”. http://www.voltairenet.org/article184792.html
[17] Fidel Castro. Ob. cit.
[18] Winston Orillo. Martí, Mariátegui, Literatura, Inteligencia y Revolución en América Latina. Ob. cit. p. 70.

2 comentarios:

  1. Fidel Castro Ruz, con la lucidez que lo define, escribe:

    “Repugnan los abusos cometidos a lo largo de la historia. / Hoy lo que se valora es lo que sucederá en nuestro planeta globalizado en un futuro próximo. Cómo podrían escapar los seres humanos de la ignorancia, la carencia de recursos elementales para alimento, salud, educación, vivienda, empleo decoroso, seguridad y remuneración justa. Lo que es más importante, si será esto o no posible, en este minúsculo rincón del Universo. Si meditar sobre esto sirve de algo, será para garantizar en realidad la supremacía del ser humano.”

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