Reflexiones sobre la victoria política y militar
de la Resistencia Palestina
por Carlos Aznárez
7
agosto 2014
Indiscutiblemente Israel quiso en todos estos
dolorosos días de asesinatos masivos, borrar al pueblo de Gaza del mapa de
Medio Oriente.
Quiso, pero no pudo, y la razón fundamental es que
se equivocó de cabo a rabo la Inteligencia nazi-sionista cuando imaginó que
cuantos más muertos le produjera a la población civil, cuantos más niños y
niñas cayeran con sus cuerpecitos destrozados por las bombas de fósforo
arrojadas por los "valientes" soldados de Tel Aviv, la consecuencia
inmediata iba a ser fundamental para "quitarle el agua" a la
Resistencia. Se equivocaron y ocurrió todo lo contrario: el pueblo palestino
abrazó a sus hijos más corajudos, a esos que en las peores de las
circunstancias le dieron batalla al enemigo, y lograron revertir la enorme
desigualdad bélica. La lucha armada de Hamas y el resto de las organizaciones
militantes palestinas se convirtió en el infierno de los invasores, que en su
desesperación sólo atinaron a seguir matando civiles y cargando a su cuenta
crímenes de lesa humanidad que han colocado a Israel en el peor de los
andariveles.
-Más allá de las idas y vueltas que tengan las negociaciones
diplomáticas, está claro que la Resistencia Palestina ha ganado la batalla
política y militar contra su agresor, y lo ha hecho casi en soledad, contra un
enemigo despiadado, que no sólo es Israel, sino que tiene bases económicas y
militares en Washington, en Londres, en París, en Berlín y en casi todos los
países de la Unión Europea que permanentemente se arrodillan ante los lobbies
sionistas que les tocan en suerte. Ni que decir de los gobiernos de América
Latina que siguen comprando armas a Tel Aviv.
-Los
milicianos de Hamas, de la Yihad Islámica, del FPLP y también muchos
combatientes de Al Fatah que hicieron oídos sordos a las recomendaciones en
contrario planteadas por ese camaleón llamado Mahmoud Abbas, dieron una lección
a los sionistas y también al mundo. Cuando hay una causa justa por la
que pelear, y Palestina es mucho más que eso, se superan todas las
desigualdades -las ideológicas y las bélicas-, y eso es lo que precisamente ha
quedado demostrado en el campo de batalla. Hamás se preparó durante los
últimos años para este momento, ya que sabía que el expansionismo imperialista
israelí lo volvería a intentar. Incluso lo advirtieron de mil maneras, y hasta
interceptaron transmisiones del principal canal televisivo israelí, para
recordarles: "Vengan, los estamos esperando". Así fue: la
soldadesca asesina sionista, con sus cerebros lavados y machacados desde la
infancia, con el odio racista que los ha caracterizado siempre, y con la
pedantería soez que da el hecho de creerse "el pueblo elegido", no
pudieron avanzar con sus tanques más allá de lo que la propia Resistencia les
impuso. Por supuesto que frente a cada baja sufrida (más de 150
soldados y oficiales israelíes muertos) hicieron sentir su venganza,
bombardeando mercados, escuelas, hospitales, centros de refugio y cualquier
otro punto donde se concentraron los desesperados ciudadanos de Gaza.
Pero a pesar de ello y de la intermitencia de las bombas y los cañonazos de los
tanques, no pudieron meter el miedo en el cuerpo a la población hasta el punto
de que renunciara a la solidaridad con quienes combatían el terror con las
armas en la mano.
-Israel,
como también lo hizo Estados Unidos en Vietnam y en Iraq, pueden darse el
siniestro lujo de bombardear (con aviones o drones) y destruir miles de
viviendas, martirizando a casi dos mil palestinos y palestinas e hiriendo
gravemente a otros 10 mil, pero en algún momento las batallas se resuelven en
tierra, y otra vez Gaza fue la tumba de los deseos sionistas de apoderarse del
territorio (a la sazón el único sitio libre que le queda a la Palestina
ocupada) y echar a sus pobladores al mar o al desierto.
-Como
en toda batalla que se precie, por más desigual que ésta sea, hubo un punto de
inflexión para desentumecer la indiferencia cómplice de la más que devaluada
"comunidad internacional", y en este caso pasó por la locura sionista
de creer que puede embestir contra todo y contra todos con la más absoluta
impunidad. Las bombas que destruyeron las escuelas de la ONU una y otra vez,
rebalsaron el vaso de la prolongadísima paciencia internacional y
entonces sí se pudo escuchar por primera vez, que aquellos que habían dejado a
Palestina en la más absoluta soledad mientras el genocida hacía su tarea, amonestaran
al invasor y encararan una presión que de producirse un mes antes hubiera
ahorrado varios miles de mártires.
-Otra
consecuencia inmediata y muy peligrosa para el Estado terrorista israelí, es
que al
calor de los cohetes que arrojó profusamente la Resistencia contra los
asentamientos de colonos judíos que ocupan tierra Palestina, muchos de ellos
abandonaron su estilo altivo y prepotente, rayano casi siempre en la
criminalidad, y huyeron como ratas del desierto, generando un mar de
desplazados. Una cosa es estar instalado con todas las comodidades, y
apoyado en el cañón de los fusiles, en una tierra que no les pertenece, después
de haber producido el etnocidio de la Naqba en 1948, y otra muy distinta, que
el pequeño David al que se ha intentado humillar durante más de 66 años, decida
devolver parte de la misma medicina.
Ahora, por primera vez en su siniestra historia el Estado
Terrorista israelí se encuentra con el grave problema de contener a decenas de
miles de judíos que temen retornar a sus viviendas, y exigen una solución
inmediata a su gobierno. Es decir, piden lo que ni Netanyahu, ni Liberman, ni
ningún mandamás sionista puede hacer, porque el pueblo palestino está dispuesto
a quedarse en su tierra para siempre, y no desea vecinos violentos y
expansionistas.
-Un
aspecto importante que la Resistencia colocó sobre la superficie ha sido exigir
que el criminal bloqueo que Israel ha impuesto durante años a la población de
Gaza, sea levantado como parte de las negociaciones para vislumbrar un futuro
de paz. Como bien dijo el dirigente de Hamas, Ismail Haniyeh: "Más que las
mismas bombas que el enemigo arroja cada año contra nuestros hombres, mujeres y
niños, matan las acciones del bloqueo, la falta de alimentos y medicinas, el
dolor de no saber cómo va a ser el día de mañana ni la posibilidad de salir a
pescar sin que te ametrallen". De allí, que este punto sea fundamental a
la hora de negociar un alto el fuego permanente.
-También
en
este debe y haber de una victoria indiscutible por parte de la Resistencia, hay
que destacar la enorme solidaridad de pueblos y algunos gobiernos (los del ALBA
en primera línea) que han producido Latinoamérica y los países integrantes del
Movimiento de No Alineados. No hay en estos momentos un sitio en el planeta
donde la militancia consciente no agite banderas palestinas (en algunos lugares
como el País Vasco e Irlanda, las cuelguen en sus balcones), se manifiesten en
la calle por miles, o como en el caso de Evo Morales y Nicolás Maduro, se
pongan a la vanguardia de la condena al genocida, rompiendo relaciones
diplomáticas u ofreciendo sus territorios "libres de sionismo" a los
huérfanos de la masacre israelí.
-Israel
con su proceder ha generado un gigantesco boomerang que comienza a golpear la
propia cabeza del monstruo. Los descendientes de las víctimas del Holocausto
han cometido uno similar, con menos víctimas pero con iguales intenciones
etnocidas. Como bien dice Fidel Castro en su última reflexión: "El
genocidio de los nazis contra los judíos cosechó el odio de todos los pueblos
de la tierra. ¿Por qué cree el gobierno de ese país que el mundo será
insensible a este macabro genocidio que hoy se está cometiendo contra el pueblo
palestino? ¿Acaso se espera que ignore cuánto hay de complicidad por parte del
imperio norteamericano en esta desvergonzada masacre?"
-Palestina, como ayer Hezbolah en El Líbano, han vencido a
la muerte, demostrando que sólo con lucha y más lucha (y no con conciliación o
complicidades con el enemigo) los pueblos avanzan. Seguramente muchos
podrán opinar que el precio pagado es muy alto, pero no hay que olvidar que a
lo largo de la historia de los pueblos, la Independencia se logra con el mayor
de los sacrificios. Y en esta oportunidad, Palestina ha dado una lección
inolvidable a todas y todos los que vienen detrás por iguales objetivos. Ahora,
más que nunca es necesario exigir Justicia para los crímenes de lesa humanidad
cometidos por Israel, y a la vez seguir incentivando el boicot a los productos
provenientes del Estado sionista. Que no cese la solidaridad internacionalista,
ni siquiera cuando las corporaciones mediáticas "decidan" que los
miles de muertos y heridos "ya no son noticia". Ellos también, los
escribas y plumíferos condescendientes con quien más les paga, han sido
derrotados por la Resistencia Palestina.
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