Centro de investigación biológica de EE.UU. Fort
Detrick, ¿detrás del brote de ébola?
Káren Méndez
Publicado: 7 ago 2014 | 9:59 GMT Última
actualización: 8 ago 2014 | 14:49 GMT
La corresponsal de RT Káren Méndez investiga qué
relación tiene el centro de investigaciones biológicas estadounidense Fort
Detrick con el reciente brote de ébola en África y a quién han beneficiado las
pandemias a lo largo de la historia.
La alarma que generaron en la población
mundial distintas corporaciones mediáticas, especialmente la CNN, sobre el
brote de Ébola en países de África, y luego su insistencia sobre la vacuna que
se encontró para curar esta enfermedad, dejó al descubierto muchas cosas.
Este lunes, 4 de agosto de 2014, CNN lanzó la “exclusiva” diciendo que las autoridades estadounidenses ofrecían un tratamiento no probado en humanos para curar el Ébola. Además, informaron que el medicamento ya había sido administrado al doctor estadounidense Kent Brantly, afectado por esta enfermedad en África, y que los efectos en el paciente habían sido “milagrosos”. Luego se pudo conocer, por ellos mismos, que el medicamento era desarrollado por la compañía biotecnológica con sede en San Diego, EE.UU., llamada Mapp Biopharmaceutica, cuyo equipo científico trabaja con el ejército estadounidense en el Fort Detrick, y que hace un año inocularon el virus del Ébola a un grupo de monos.
Este lunes, 4 de agosto de 2014, CNN lanzó la “exclusiva” diciendo que las autoridades estadounidenses ofrecían un tratamiento no probado en humanos para curar el Ébola. Además, informaron que el medicamento ya había sido administrado al doctor estadounidense Kent Brantly, afectado por esta enfermedad en África, y que los efectos en el paciente habían sido “milagrosos”. Luego se pudo conocer, por ellos mismos, que el medicamento era desarrollado por la compañía biotecnológica con sede en San Diego, EE.UU., llamada Mapp Biopharmaceutica, cuyo equipo científico trabaja con el ejército estadounidense en el Fort Detrick, y que hace un año inocularon el virus del Ébola a un grupo de monos.
¿Qué es el Fort Detrick?
El Fort Detrick, ubicado en Maryland
(EE.UU.), es un centro de investigación biológica y de desarrollo de armas
químicas que desde hace más de 50 años se dedica a detectar enfermedades
mediante una “manipulada ingeniería de la infección”.
Durante la Segunda Guerra Mundial, el Fort
Detrick emprendió una intensa investigación sobre guerra biológica que estuvo
supervisada por George Merck, un gran aliado de Hitler y presidente de una de
las mayores industrias farmacéuticas de EE.UU.
Y es que una de las tantas cosas que copió el
gobierno estadounidense del nazismo fue su programa de guerra biológica que se
aplicó durante el Tercer Reich. A través de la Operación Paperclip, los
servicios de inteligencia y militares de EE.UU., llevaron de forma secreta a
EE.UU. a unos 700 científicos nazis para extraer de ellos todos sus secretos en
armas químicas y experimentación médica.
Fue así como en 1946 el Gobierno de Harry Truman reclutó principales
científicos que trabajaron para Hitler. Una de las principales fichas nazis fue
Eric Troub responsable de la sección de armamento biológico del Tercer Reich.
Este experto en enfermedades víricas llegó a EE.UU. en 1949 y desde entonces
empezó a trabajar en la Marina de Estados Unidos, desde ese lugar empezó a
investigar las 40 cepas más virulentas del mundo, además de brindar asesoría a
miembros de la CIA y a los llamados bioguerreros del Fort Detrick.
Se denuncia que desde Fort Detrick se
inocularon virus como el VIH, Ébola, Peste bubónica, Antrax y Virus del Nilo
Occidental.
En los años 70 el Fort Detrick cambió de nombre.
Ahora se llama instalaciones Frederick para Investigación sobre el Cáncer, que
es supervisado por Departamento de Defensa, el Departamento de Seguridad
Interna, CIA e Instituto Nacional del Cáncer.
En ciudad Maryland más de 500 familias
afectadas con cáncer sospechan que causa de su enfermedad se debe a los
experimentos químicos que hace el Cuartel Detrick cerca de sus viviendas.
En septiembre de 2010, la propia cadena estadounidense FOX, divulgó un reportaje en el que entrevistan a pobladores que viven cerca de las instalaciones del Fort Detrick, en Maryland.
Uno de los testimonios es del agricultor Bill Krantz, quien lleva toda una vida viviendo cerca del Fort Detrick. Él mismo dice que desde niño veía que “desde el Cuartel rociaban químicos en los campos desde helicópteros, aviones y globos aerostáticos”. El mismo señor Krantz cuenta que habló con el Jefe de Seguridad del Fort Detrick y éste le aseguro que lo que caía encima de sus tierras y de su familia era inofensivo. Pero con los años varios familiares de Krantz tienen cáncer.
Otro poblador de la zona dice en ese reportaje audiovisual de FOX “me mudé a Frederick en 1992. Me casé con Deborah Cross en 1993 y estuvimos casados 19 años. Mi hija Kristen René Hernández murió de cáncer en el cerebro en 2008. Mi esposa murió en 2010 de cáncer renal, la metástasis le llegó al cerebro”. Dice que han hecho pruebas con los hidroquímicos alrededor de la base militar y que son los mismos dióxidos que encontraron en la sangre de su hija y esposa, con la misma huella molecular de unos químicos extraídos en los alrededores del lugar.
Largo expediente de bioterrorismo
En septiembre de 2010, la propia cadena estadounidense FOX, divulgó un reportaje en el que entrevistan a pobladores que viven cerca de las instalaciones del Fort Detrick, en Maryland.
Uno de los testimonios es del agricultor Bill Krantz, quien lleva toda una vida viviendo cerca del Fort Detrick. Él mismo dice que desde niño veía que “desde el Cuartel rociaban químicos en los campos desde helicópteros, aviones y globos aerostáticos”. El mismo señor Krantz cuenta que habló con el Jefe de Seguridad del Fort Detrick y éste le aseguro que lo que caía encima de sus tierras y de su familia era inofensivo. Pero con los años varios familiares de Krantz tienen cáncer.
Otro poblador de la zona dice en ese reportaje audiovisual de FOX “me mudé a Frederick en 1992. Me casé con Deborah Cross en 1993 y estuvimos casados 19 años. Mi hija Kristen René Hernández murió de cáncer en el cerebro en 2008. Mi esposa murió en 2010 de cáncer renal, la metástasis le llegó al cerebro”. Dice que han hecho pruebas con los hidroquímicos alrededor de la base militar y que son los mismos dióxidos que encontraron en la sangre de su hija y esposa, con la misma huella molecular de unos químicos extraídos en los alrededores del lugar.
Largo expediente de bioterrorismo
En el año 2011, el ex presidente de Guatemala, Álvaro Colom,
denunció que Estados Unidos inoculó enfermedades venéreas en 696 guatemaltecos
durante 1946 y 1948. Ante semejante escándalo, lo único que dijo Estados Unidos
fue "discúlpenos". Pero
Guatemala no fue el único país víctima de estas aberraciones científicas de
EE.UU., es larga la lista de crímenes de lesa humanidad que ha cometido ese
país en su guerra biológica.
En 1931, Cornelius Rhoads patrocinado por el Instituto Rockefeler y
quien formó parte de la Comisión de Energía Atómica de EE.UU., infectó a
cientos de ciudadanos puertorriqueños con células cancerígenas mientras
realizaba experimentos médicos.
En 1951, Estados Unidos utilizó plumas
de aves infectadas con Ántrax para provocar peste en Corea del Norte y luego
inocular fiebre amarilla en ese país.
En 1962, EE.UU. contaminó un barco de
caña de azúcar que hizo escala en puerto rico rumbo a la Unión Soviética.
En 1966, el Pentágono hizo quebrar
varias ampollas de Bacillus subtilis en las rejas de ventilación del metro de
Nueva York exponiendo a más de 1 millón de personas a esta bacteria.
En 1970, el Fort Detrick desarrolló técnicas de biología molecular para producir retrovirus, hoy conocido como VIH.
En 1970, el Fort Detrick desarrolló técnicas de biología molecular para producir retrovirus, hoy conocido como VIH.
En la década de los 70, EE.UU. desarrolló la
Operación Mangosta. La CIA inoculó en Cuba distintos virus como Epifitia Roya
de la caña para afectar distintas zonas cañeras del país, fiebre porcina
africana, que obligó a sacrificar a más de 700 cerdos y el moho azul del tabaco
que destruyó más del 85% de esas plantaciones.
En 1981, en Cuba, introdujeron el virus del Dengue Hemorrágico que le
costó la vida a 158 cubanos, de ellos 61 niños.
En 1990 en Los Ángeles aplicaron
de manera experimental la vacuna del sarampión en bebes negros e hispanos.
En 1995, el Gobierno de EE.UU. admitió
que le ofreció a criminales de guerra y científicos japoneses cuantiosas sumas
de dinero e inmunidad a cambio de información sobre las investigaciones que
realizaban sobre la guerra biológica.
Una semana después del ataque a las Torres Gemelas,
Estados Unidos sufrió un extraño ataque con Ántrax. En junio de 2008, Bruce
Irvins, científico del Ejército estadounidense se suicidó antes de ser acusado
por estos atentados. Pero Irvins no es el único científico que pierde la vida
en extrañas circunstancias.
En julio de 2003, el científico británico David
Kelly fue hallado muerto, dentro de su casa, luego de darle una entrevista
secreta a la BBC de Londres, en la que confiesa que era totalmente falso que
Irak tuviera armas de destrucción masiva y que simplemente era una excusa para
invadir y saquear a ese país. Este hecho generó innumerables interrogantes,
pero también dejó al descubierto el perverso mundo de las guerras biológicas de
Estados Unidos y Gran Bretaña.
Aunque las Convenciones sobre Armas Químicas y
Biológicas ilegalizan la producción, el almacenamiento y uso de armas
biológicas, Estados Unidos mantiene los mayores arsenales de estas armas de
destrucción masiva y ha sido el primer país en aplicarlo. Nunca podremos olvidar
lo que hicieron contra el pueblo vietnamita y camboyano con el tristemente
recordado "Agente Naranja", fabricados entre el gobierno de Estados
Unidos y la farmacéutica Bayer.
Desde el año 2001, Estados Unidos ha gastado unos 50.000 millones de dólares en armas biológicas. Antes de partir, el ex presidente George Bush asignó para el año fiscal 2009, casi 9.000 millones de dólares más para gastos en bioarmas, es decir, 39% más de lo que se asignó para el año 2008.
Desde el año 2001, Estados Unidos ha gastado unos 50.000 millones de dólares en armas biológicas. Antes de partir, el ex presidente George Bush asignó para el año fiscal 2009, casi 9.000 millones de dólares más para gastos en bioarmas, es decir, 39% más de lo que se asignó para el año 2008.
Pero también se ha denunciado que estas bioarmas han llegado a manos irresponsables. Así sucedió con el caso de Cuba, cuando agentes de la Central de Inteligencia de Estados Unidos le entregaron a miembros del grupo terrorista "Omega 7" armas bactereológicas para introducirlas en Cuba y acabar con la Revolución. El líder de la Revolución Cubana, Fidel Castro, lo denunció en su momento en la ONU, pero pasaron muchos años para que el mundo pudiera confirmar la veracidad de esas denuncias.
Pero propios ex funcionarios estadounidenses fueron
más allá. El ex presidente del Banco Mundial, ex secretario de Estado de
Estados Unidos, quien ordenó el bombardeo masivo contra Vietnam, y quien fue
miembro del Programa Ampliado de Inmunización, Robert Mcnamara, dijo en una
oportunidad a un diario francés: “Hay que tomar medidas draconianas de
reducción demográfica en contra de la voluntad de las poblaciones. La reducción
de la tasa de natalidad ha demostrado ser imposible o insuficiente. Por
consiguiente, debemos aumentar la tasa de mortalidad. ¿cómo? Por medios
naturales. El hambre y la enfermedad”
Aumentan las víctimas, suben las acciones en la
bolsa
Mientras aumentan las víctimas de Ébola, se agudiza
la paranoia desde las corporaciones mediáticas (que también ha permitido
distraer la atención internacional sobre verdaderas masacres como la que
ejecuta el gobierno de Israel contra Palestina), suben las acciones de las
farmacéuticas en la bolsa.
Una noticia de CNN en Español, titulada “El Ébola
impulsa a farmacéutica en la Bolsa”, así lo confirma. En este informe
periodístico se dice textualmente:
“Las acciones de una compañía con base en Vancouver
que trabaja en una medicina para frenar la enfermedad subieron 40% en la última
semana. (…) Tekmira Pharmaceuticals tuvo un aumento más alto de lo usual porque
los inversionistas esperan que las agencias de salud de Estados Unidos aprueben
un medicamento conocido como TKM-Ebola”
Y por si fuera poco, el propio científico
estadounidense que supuestamente inventó la vacuna contra el Ébola en el Fort
Detrick, el señor Larry Zeitlin asegura que "el principal obstáculo,
al menos para nosotros, es el apoyo económico. Recibimos financiación del
Gobierno de EE.UU., pero llega a borbotones (poco a poco), lo que hace muy difícil
desarrollar rápidamente un fármaco".
Esta historia hace recordar lo que sucedió años atrás con las conocidas gripe aviar y gripe porcina, que tras expandirse por distintos países del mundo, apareció la farmacéutica estadounidense Gilead Science promocionando un tratamiento llamado Tamiflu. Y mientras miles y miles de personas se desesperaban buscando el Tamiflu, Donald Rumsfeld sonreía. ¿Por qué sonreía? El documental “Operación Pandemia” de Julián Alterini nos lo responde.
Esta historia hace recordar lo que sucedió años atrás con las conocidas gripe aviar y gripe porcina, que tras expandirse por distintos países del mundo, apareció la farmacéutica estadounidense Gilead Science promocionando un tratamiento llamado Tamiflu. Y mientras miles y miles de personas se desesperaban buscando el Tamiflu, Donald Rumsfeld sonreía. ¿Por qué sonreía? El documental “Operación Pandemia” de Julián Alterini nos lo responde.
Alternini precisa en su documental que, Donald Rumsfeld fue el Presidente de la Gilead Science hasta el año 2001, cuando el ex presidente George Bush lo nombró Secretario de Defensa, puesto desde el cual Rumsfeld aprobó en el año 2005 un presupuesto del cual 1200 millones de dólares fueron destinados a su ex compañía para elaborar 20 millones de dosis de Tamiflu, uno de los dos medicamentos que autorizó la Organización Mundial de la Salud para tratar tanto la gripe aviar como la porcina.
Todo parece indicar que la historia se
repite, y que la alarma que genera la CNN sobre el Ébola, es impulsada por
grandes empresas farmacéuticas que dicen tener la cura y sólo con ese
anuncio ya han logrado incrementar sus acciones en la bolsa.
La realidad es que estas grandes farmacéuticas
junto con el Fort Detrick son responsables, como la historia lo demuestra, de
inocular y propagar diversos tipos de enfermedades por el mundo para así
maximizar sus ganancias a costilla de la vida de los demás, casi siempre los
africanos, a quienes aún utilizan para sus experimentos. La historia ya ha demostrado
que detrás de cada brote de este tipo de enfermedades está el cartel de las
farmacéuticas, una de las industrias más poderosas, influyentes y perversas del
mundo.
Káren Méndez
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