RECORDANDO LA MASACRE ESTUDIANTIL DEL 23 DE JULIO DE 1959
Por: Marcia Traña Galeano*
Hoy 23 de Julio, como un modesto tributo a los jóvenes Universitarios
que el 23 de Julio de 1959 fueron
asesinados y heridos centenares de jóvenes estudiantes por orden
de Anastasio Somoza, recordamos el papel
protagónico, sacrificios y generosidad de líderes juveniles, por construir un
país con mejores oportunidades y con justicia social en diferentes coyunturas
de nuestra historia nacional.
El papel histórico de la Juventud Nicaragüense se remonta desde la
resistencia indígena, la lucha por la Independencia, Post-Independencia, la
gesta Revolucionaria liderada por el General Augusto C. Sandino, y la
lucha Anti somocista vanguardizada por el FSLN, que culminó
con el triunfo de la Revolución Popular Sandinista en 1979 y actualmente, en
esta nueva etapa de la Revolución, la juventud continua participando en la vida
Nacional, aportando con su tiempo y
trabajo al servicio de los sectores más vulnerables de nuestro País y a la
consolidación de la nueva visión: Cristiana Socialista y solidaria que promueve
nuestro gobierno, en función de construir
una mejor sociedad que heredar a las nuevas generaciones por venir.
LA COLUMNA GUERRILLERA “RIGOBERTO LÓPEZ PÉREZ” Y LA MASACRE EN EL
CHAPARRAL
Después del triunfo de la Revolución Cubana líderes estudiantiles e
intelectuales como Carlos Fonseca, entre otros jóvenes revolucionarios, viajan
a Cuba a integrarse a los preparativos para la formación de una columna guerrillera compuesta por
nicaragüenses exiliados para liberar a
Nicaragua de la pobreza, analfabetismo, exclusión y falta de libertad que el régimen de Anastasio Somoza tenía sometido a nuestro
pueblo. El movimiento guerrillero aglutinado en la Columna “Rigoberto López
Pérez”, desde su organización hasta su ejecución contó con el apoyo del
legendario guerrillero Ernesto Che Guevara, acampó en las montañas de Honduras
con el objetivo de formar una base guerrillera y desde allí iniciar acciones
militares en contra del régimen somocista, lo que motivaría a la integración
masiva del Pueblo Nicaragüense, provocando una insurrección popular y obtener
el triunfo revolucionario tal como sucedió en Cuba.
Estando en la montaña a finales del
mes de Junio de 1959, los
miembros de la columna guerrillera, son atacados de manera sorpresiva por la
actividad militar conjunta del Ejército de Nicaragua y el Ejército de Honduras
en el lugar conocido como "El Chaparral", espacio fronterizo entre ambos países,
teniendo como resultados la muerte de los nicaragüenses: Antonio Barbosa,
Aníbal Sánchez Arauz, Enrique Morales Palacios, Adán Suárez, Manuel Baldizón y
otros, y los Cubanos Onelio Hernández y Marcelo Fernández. Los heridos de
gravedad fueron: Carlos Fonseca Amador, herido de bala en el pulmón; Chester Simpson, Harold Martínez, Guillermo
Mejía Vélez y Guillermo Morán. Los miembros sobrevivientes se replegaron hacia la profundidad de la montaña.
LA MASACRE ESTUDIANTIL
La noticia de la masacre en El Chaparral, impacta en la conciencia del
pueblo Nicaragüense, especialmente en el movimiento estudiantil universitario
de la UNAN-León, quienes inmediatamente asumieron un papel beligerante y el día
11 de julio de 1959 se movilizaron a la Ciudad de Chinandega, Ciudad fronteriza
con Honduras, y organizaron una serie de actos en memoria de los caídos en El
Chaparral, los que fueron reprimidos por la Guardia Nacional.
En tanto que la Junta Directiva del CUUN
(Centro Universitario de la Universidad Nacional), cuyo Presidente era el entonces estudiante Joaquín Solís
Piura y Vicepresidente Francisco
Büitrago, convocan a una reunión de carácter extraordinaria.
En la reunión, se elabora el programa de
protesta por la masacre de la guerrilla en El Chaparral y deciden cambiar el
tradicional “desfile de los Pelones” y su Carnaval -que consistía en que a los
estudiantes de nuevo ingreso de la UNAN, eran rapados de la cabeza por los
estudiantes de años superiores y los paseaban por las calles de León lo que
causaba algarabía en la Ciudad- por una manifestación de duelo y protesta. Se acuerda que todos los
estudiantes vestidos de camisa blanca, corbata y escarapelas negras,
realizarían un desfile fúnebre.
Es así, que a las cuatro de la tarde del día 23 de Julio de 1959, los
universitarios salen a las calles a manifestar su repudio. Durante el trayecto se pronuncian elocuentes
discursos reclamando libertad y justicia social, se exaltaba la figura del
General Sandino, y se llamaba a la población a integrarse. En tanto, la Guardia
Nacional (GN), inicia la detención de
estudiantes y ciudadanos en general, llevándolos presos al Comando conocido como Cárcel de la 21.
LA COMISIÓN ESTUDIANTIL UNIVERSITARIA
Al enterarse de la masiva detención de estudiantes y ciudadanos, se
forma una comisión integrada por Joaquín Solís Piura, Humberto Obregón Aguirre
y Luís Benítez, entre otros miembros de la Junta Directiva del CUUN para
gestionar la libertad de los presos. La Comisión se dirige al comando de la
Guardia Nacional a solicitar al Coronel Juan César Prado, comandante de la 21,
la libertad para todos los presos. Se forma una Comisión para gestionar la
libertad de los estudiantes.
En tanto, la manifestación estudiantil continúa su marcha. La captura de
estudiantes y ciudadanos se propagó rápidamente por el pueblo leonés, quien temiendo por la vida de los detenidos se desborda en apoyo a la manifestación, la que llega hasta el Club Social, a una
cuadra de la Cárcel la 21. Allí se integran los miembros de la Comisión e
informan que el Comandante de la misma les dijo: “que tenían órdenes de disolver la
manifestación de cualquier forma y si era necesario utilizarían armas, y que no
iban a liberar a ningún estudiante”. En
tanto, efectivos de la Guardia Nacional rodean a los estudiantes indefensos
empujándolos a culatazos y proceden a disparar bombas lacrimógenas y armas de
fuego.
De acuerdo a investigaciones efectuadas en el año 2009 por el estudiante
universitario y miembro del CUUN Manuel Ruiz Guerrero, recogidas en su
monografía titulada “Crónicas del Movimiento Estudiantil 1939-1979, “La orden
de disparar fue dada por el Coronel Juan César Prado a Toribio Obando (alias
Pipilacha)”. Otros opinan, que fue una decisión de los patrulleros que al
sentir temor por la gigantesca manifestación y por confusión dispararon.
Lo cierto es que según testigos, la patrulla de la GN, Jefeada por el
Mayor Anastasio Ortiz, fue la que disparó a mansalva a los estudiantes, dejando
sobre la calle desde la antigua Casa Prío al Edificio Central de la
Universidad, en medio de un río de sangre que corría por la cuneta a cuatro
universitarios muertos: Erick Ramírez, José Rubí, Sergio Saldaña y Mauricio
Martínez, así como a centenares de heridos, entre ellos jóvenes estudiantes
universitarios como: Iván Pacheco (tercer año de Medicina); José Ariel Bravo
(tercer año de Derecho); Alejandro Meza (primer año de Odontología); Hiran
Cabezas (primer año de Medicina); Henry Dubón (primer año de Medicina) Abelardo
Zamora (primer año de Derecho); Orlando Mendoza (primer año de Derecho); Ramón
Romero Alonso (quinto año de Derecho); Pedro Calderón (segundo año de Derecho);
Carlos Manuel González (primer año de Farmacia); Salvador Gómez Medina (cuarto
año de Medicina); Luis Felipe Pérez (cuarto año de Derecho); César Blandino
(tercer año de Derecho); Salvador Hernández Guillén (quinto año de Derecho); William
Araúz (primer año de Medicina); Ariel Bravo Lorio (primer año de Derecho).
Los estudiantes de secundaria heridos fueron: José Elías Benedict
(estudiante de la Escuela de Comercio); Danilo Buitrago (del Instituto de
León); Alejandro Barrios (del Instituto de León); Gonzalo Alvarado (del
Instituto de León); Rodrigo Sandino Silva (del Instituto de León); Ramiro
Alvir (de la Escuela de Comercio Matamoros); Daniel Delgadillo (del Instituto
de León); Oscar Danilo Vallecillo (estudiante de los hermanos cristianos);
Celman Ordóñez (del Colegio Calasanz). Entre los pobladores heridos se
registran: Arnoldo Cuevas Vergara; Natalia Ramos; Ramiro Hernández (Tipógrafo);
Faustina Palma; Jaime Mayorga y Pompilio Fonseca. Los demás heridos, por temor
a la represión, fueron atendidos en clínicas privadas y casas particulares, por
ello, no se conservan registros de todos los heridos.
Dos días después mujeres universitarias, asumiendo su rol histórico
organizan en la ciudad de León una
gigantesca manifestación de “mujeres enlutadas” logrando motivar y movilizar
más de cinco mil personas.
*Historiadora y Abogada, Dirección de Cultura y Patrimonio Histórico.
Jefa del Depto. de Patrimonio Cultural.
Enviado por María Gabriela Pallais G.
"¡HONOR Y GLORIA PARA LOS JÓVENES UNIVERSITARIOS QUE HACE 55 AÑOS TRANSITARON HACIA LA INMORTALIDAD Y QUE CON SU SACRIFICIO, ETERNIZARON SUS NOMBRES EN LA HISTORIA DE NICARAGUA Y HAN QUEDADO GRABADOS EN EL INCONSCIENTE COLECTIVO DE LOS CONTEMPORÁNEOS UN PERPETUO RECUERDO DE SUS CONVICCIONES Y PERSONALIDADES!
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