Hambrientos de tierra:
los campesinos alimentan al mundo
Por
Grain / Vía Campesina |
LINyM | 11 junio del 2014
Los
gobiernos y las agencias internacionales alardean con frecuencia de que los
campesinos y pueblos indígenas controlan la tajada más grande de la tierra
agrícola mundial. Cuando el director general de la Organización para la
Agricultura y la Alimentación de Naciones Unidas (FAO), inauguró 2014
como el Año Internacional de la Agricultura Familiar, cantó las loas de los
agricultores familiares pero ni una sola vez mencionó la necesidad de una
reforma agraria. Por el contrario, anunció que las fincas familiares ya tenían
la mayor parte de la tierra agrícola mundial – la increíble cifra de 70% de
acuerdo a su equipo.
Pero una nueva revisión de los datos, emprendida por GRAIN, revela que lo opuesto es lo cierto. Las fincas pequeñas, que producen la mayor parte de los alimentos en el mundo, se hallan apretujadas en menos de una cuarta parte de la tierra agrícola mundial – o en menos de una quinta parte si deja uno fuera China e India.
“Con mucha rapidez estamos perdiendo fincas y
campesinos por la concentración de tierra a manos de los ricos y los
poderosos”, dijo Henk Hobbelink, coordinador de GRAIN. “La
abrumadora mayoría de las familias campesinas hoy tienen menos de dos hectáreas
de tierra para cultivar, y la proporción se encoge. Si no revertimos esta
tendencia, el mundo perderá su capacidad para alimentarse a sí mismo”.
Marina
Dos Santos,
de la Coordinación del Movimiento de los Sin Tierra brasileño, y de la Vía
Campesina, dice: “En el mundo el campesinado es criminalizado, judicializado y hasta
desaparecido cuando se trata de la lucha por la tierra. Actualmente hay cifras
alarmantes de muertes que quedan en la impunidad. Es preocupante cómo desde los
Estados se han creado figuras jurídicas como el terrorismo y el sabotaje para
amedrentar esta lucha. Cotidianamente estamos expuestos a la
sistemática expulsión de la tierra, que alcanza indistintamente no sólo a las y
los campesinos que luchan por conquistar la tierra, sino también a todo tipo de
pequeños agricultores y pueblos originarios. Hoy el campesinado y los bienes
naturales son el blanco de la codicia de los intereses extranjeros. Queremos la
tierra para vivir, la tierra para producir, esos son nuestros derechos básicos
frente al acaparamiento en manos de corporaciones que sólo buscan la
especulación y el lucro”.
“La
gente necesita entender que si continúa el actual proceso de concentración de
la tierra, entonces no importa qué tan trabajadores, eficientes y productivos
sean, los campesinos simplemente no podrán continuar existiendo", dijo Camila
Montecinos, de GRAIN. “La concentración de la tierra agrícola en
menos y menos manos está directamente relacionada con el creciente número de
personas que padecen hambre cotidianamente”.
El
informe de GRAIN también proporciona nuevos datos que muestran que el
campesinado todavía sigue proporcionando la mayor parte de los alimentos del
mundo. Los datos también muestran que son, con frecuencia, mucho más
productivos que las enormes fincas corporativas. Si todas las fincas de Kenya
igualaran los rendimientos de sus fincas pequeñas, la producción agrícola de la
nación se duplicaría. En Centroamérica casi se triplicaría. Son las mujeres las
principales productoras de alimentos, pero su papel continúa marginado y sin
registro.
Las
agencias internacionales siguen diciendo que necesitamos producir más comida de
modo que podamos alimentar a la creciente población. Pero mucha más comida
podría producirse casi de inmediato si las y los campesinos tuvieran acceso a
más tierra y pudieran trabajar en un ambiente de políticas públicas que
propiciara su labor, en vez de las condiciones de estado de sitio que enfrentan
hoy.
“La vasta mayoría de las fincas en Zimbabwe le pertenece a
los campesinos y el promedio de tales fincas es resultado de un programa
expedito de reforma agraria. Los campesinos del país producen ahora más del 90%
de los diversos cultivos alimentarios, mientras que antes de la redistribución
de la tierra producían tan sólo entre 60 y 70%. Más mujeres poseen tierra por
derecho propio, lo que es clave para la soberanía alimentaria en cualquier
parte”,
dijo Elizabeth Mpofu, coordinadora general de La Vía Campesina.
Necesitamos
urgentemente regresarle la tierra a los campesinos e impulsar una genuina
reforma agraria integral como centro de la lucha en pos de mejores sistemas
alimentarios. Esto es algo por lo que han pugnado por mucho tiempo ya las
organizaciones campesinas y los movimientos de pueblos sin tierra.
El
nuevo informe de GRAIN "Hambrientos
de tierra: los campesinos en pequeña escala alimentan al mundo con menos de una
cuarta parte de toda la tierra agrícola", nos brinda una
revisión profunda de los datos de la estructura agraria y la producción alimentaria
a nivel mundial y llega a las siguientes seis conclusiones centrales.
1.
La vasta mayoría de las fincas en el mundo hoy son pequeñas y su tamaño
continúa disminuyendo. Debido a un gran conjunto e fuerzas, el tamaño promedio
de las fincas se ha reducido dramáticamente en las últimas décadas, en
particular en Asia y África.
2.
Las pequeñas fincas se encuentran apretujadas en menos de una cuarta parte de
la tierra agrícola mundial. Pese al informe de la ONU y otros, las pequeñas
fincas ocupan menos del 25% de la tierra agrícola a nivel mundial – sólo el 17%
si excluimos China e India.
3.
Muy rápido estamos perdiendo fincas y campesinos en muchos lugares, mientras
las grandes haciendas agrícolas se hacen más grandes. Una de las razones por
las que los campesinos están desapareciendo es el rápido crecimiento de las
plantaciones de monocultivo. En los últimos 50 años, 140 millones de
hectáreas – bastante más que la tierra arable de China – ha sido acaparada para
plantar soja, palma aceitera, canola y caña de azúcar.
4.
Los
campesinos continúan siendo los principales productores de alimentos en el
mundo. Por definición, la agricultura campesina prioriza la producción de
alimentos para los mercados locales y nacionales y para las propias familias de
los agricultores – no los cultivos de exportación y las materias primas.
GRAIN compiló impresionantes estadísticas que muestran que, incluso con muy
poca tierra, las fincas pequeñas producen el grueso del abasto alimentario de
muchos países.
5.
Las fincas pequeñas son técnicamente más productivas que las enormes haciendas
agrícolas. Las granjas industriales tienen enorme poder, influencia y recursos,
pero las fincas pequeñas en casi todas partes sobrepasan en términos de
productividad a las grandes propiedades. Si toda Kenya igualara el rendimiento
de sus pequeñas fincas, la productividad agrícola de la nación se duplicaría.
En Centroamérica casi se triplicaría. Si las grandes propiedades agrícolas
rusas fueran tan productivas como las fincas pequeñas, el rendimiento
incrementaría por un factor de 6 a 1.
6.
La mayoría del campesinado son mujeres y no obstante su contribución no
es reconocida y siguen marginadas. La inmensa contribución de las mujeres al
cultivo y la producción de alimentos no está capturada en las estadísticas
oficiales. En casi todos los países, las mujeres siguen siendo discriminadas
cuando se trata del control de la tierra.
No hay comentarios:
Publicar un comentario