Joseph Goebbels Ministro de Propaganda de Adolf Hitler
Claves para evitar que te manipulen
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Joseph Goebbels fue
el Ministro de Propaganda de Adolf Hitler en el mundo nazi. Se considera el
estratega que convirtió a un grupo marginal en un gigantesco movimiento de
masas, con las aterradoras consecuencias que todos conocemos.
La cuestionable
habilidad de Goebbels fue haber identificado diversos mecanismos de sugestión y
haber implementado tácticas de manipulación muy eficaces
Tal vez pensarás que
eso es historia. Al fin y al cabo Goebbels murió hace tiempo y los hechos
terminaron desenmascarando la locura implícita en el régimen nazi. Pero la
realidad demuestra lo contrario. Los esquemas de manipulación implementados en
aquella época continúan vigentes y siguen siendo usados en la política para
capturar la conciencia de los ciudadanos.
Repasemos los once
principios de la propaganda postulados por Goebbels y así sabrás si coinciden
con las prácticas de algunos de los políticos vigentes en la actualidad.
1. Principio de simplificación y del enemigo único: elegir un adversario y recabar en la idea en que éste es la fuente de
todo mal. Por ejemplo: “los inmigrantes”, “la derecha” o “la izquierda”.
2. Principio del método de contagio: Asociar a todos los
contradictores en una misma categoría, desconociendo los matices y poniéndolos
en un solo grupo: el del enemigo único. Por ejemplo “los musulmanes” o “los
terroristas”.
3. Principio de la transposición: Acusar incisivamente
al adversario de los errores o defectos propios. El ladrón llama ladrón a su
adversario para que cuando éste responda sea percibido como el clásico “ahogado
que patalea”.
4. Principio de la exageración y desfiguración: Convertir cualquier anécdota, por pequeña y banal que sea, en un hecho
del que depende la supervivencia de la sociedad. Se busca que cada acto del
adversario sea visto como sospechoso y amenazante.
5. Principio de la vulgarización: “Toda propaganda
debe ser popular, adaptando su nivel al menos inteligente de los individuos a
los que va dirigida. Cuanto más grande sea la masa a convencer, más pequeño ha
de ser el esfuerzo mental a realizar. La capacidad receptiva de las masas es
limitada y su comprensión escasa; además, la masa tiene gran facilidad para
olvidar”.
6. Principio de orquestación: “La propaganda debe
limitarse a un número pequeño de ideas y repetirlas incansablemente,
presentadas una y otra vez desde diferentes perspectivas pero siempre
convergiendo sobre el mismo concepto. Sin fisuras ni dudas”. De aquí viene
también las famosas frases: “Si una mentira se repite suficientemente, acaba
por convertirse en verdad” y “Miente , miente, miente que algo quedará. Cuanto
más grande sea una mentira más gente la creerá”.
7. Principio de renovación: Consiste en publicar
noticias e ideas que denigren del adversario, en gran cantidad y a gran
velocidad. Así el contradictor estará defendiéndose todo el tiempo.
8. Principio de la verosimilitud: presentar
información aparentemente sustentada en fuentes sólidas, pero que en el fondo
se tergiversa o se muestra parcialmente. De lo que se trata es de crear una
gran confusión que los ciudadanos tenderán a resolver por la explicación más
simple. “Más vale una mentira que no pueda ser desmentida que una verdad
inverosímil”.
9. Principio de la silenciación: se trata de no
realizar debates sobre temas en los que no se tienen argumentos y, al mismo
tiempo, hacer palidecer las noticias que favorecen al adversario. “Si no puedes
negar las malas noticias, inventa otras que las distraigan”.
10. Principio
de la transfusión: valerse de los mitos o prejuicios nacionales o
culturales para despertar un componente visceral que aliente determinadas prácticas
políticas. Que las ideas terminen siendo sustentadas por las emociones
primitivas.
11. Principio de la unanimidad: convencer a los
ciudadanos de que piensan “como todo el mundo”, creando así una falsa
unanimidad. El deseo instintivo de pertenecer a un grupo hará lo demás.
El esquema de
Goebbels y sus seguidores se complementa con líderes carismáticos y slogans
altamente emocionales y muy simples. También con rituales impactantes en donde
el color y el sonido son determinantes. Todo esto consigue sumergir a los
ciudadanos libres en una especie de hipnosis de la que desafortunadamente
terminan despertando cuando ya es tarde.
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