Diferencias
entre agroecología y producción orgánica
21/05/14
Podría pensarse en principio, que Agroecología y Producción
Orgánica se refiere más o menos a lo mismo. Podría uno decir que es producción agropecuaria
sin agrotóxicos. Y estaría en lo cierto.
Como
producción orgánica, y por ende productos orgánicos, se entiende aquella
producción o proceso productivo agropecuario y agroindustrial en el que no se
utilizan determinadas sustancias que están proscriptas por un protocolo, que se
rige de acuerdo a legislación vigente. Producir en forma orgánica es, entonces,
producir de acuerdo a un determinado reglamento.
La reglamentación y la certificación orgánica hacen hincapié
en la seguridad del consumidor y del medio ambiente. Se busca la
obtención de un producto química y bacteriológicamente sano –hago la salvedad
porque puede entenderse “sano” desde una concepción más integral- que haya sido
producido sin afectar al medio ambiente con residuos tóxicos y que no implique
riesgos para la salud del consumidor.
Se puede cultivar orgánicamente frutillas, algodón, trigo,
aún en monocultivos; se puede aplicar agroquímicos –hay
una larguísima lista de productos comerciales aprobados- a condición de que no
estén prohibidos por las reglamentaciones, porque no causan daño ambiental ni
son riesgosas para la salud del consumidor.
Así
es que se puede tener un monocultivo de 40 has de frutillas, al que se le
aplican muchos productos comerciales (hormonas, sales
minerales, promotores de floración, aminoácidos, extractos vegetales) y ese
cultivo certifica como orgánico si está
dentro de los límites de la normativa. Doy el ejemplo de la frutilla porque conozco
un caso concreto como el descripto.
La agroecología es un planteo mucho más amplio, con una
mirada integral sobre el ecosistema. La agroecología plantea la producción
agropecuaria a partir del diálogo de saberes entre la academia y el
campesinado; entre la tradición y los conocimientos científicos; buscando las
tecnologías que permitan producir en forma sustentable y saludable de acuerdo a
los dictados de la naturaleza; respetando la diversidad biológica y cultural.
La agroecología es eminentemente local; no puede dictarse universalmente un
reglamento para el cultivo agroecológico.
Pero
sí hay criterios muy claros a seguir. En la agroecología tampoco se utilizan
productos químicos de síntesis; también se protege la salud del ecosistema y de
los consumidores; pero se entiende como SANO, a un producto sin tóxicos, sin
sustancias dañinas, sin energía negativa, sin una historia dañina; un producto
concebido, producido y consumido en un agroecosistema y un entorno social
saludables. SANO y SALUDABLE tienen para la agroecología un componente
holístico que va más allá de las determinaciones de laboratorio.
No
se puede cultivar solamente algodón, o maíz, o frutillas agroecológicamente. Sí
se puede diseñar y cultivar un agroecosistema que produzca frutillas, algodón, maíz… y muchísimas cosas más. Porque agroecológica
es una chacra o finca, no un cultivo.
Los productos agroecológicos son orgánicos casi
indefectiblemente, aunque se dan casos de ciertas prácticas agroecológicas
vedadas por las reglamentaciones de producción orgánica. A la inversa, no
ocurre lo mismo: muchísimos productos orgánicos no son agroecológicos. Lo orgánico mantiene
casi siempre la misma lógica mecanicista, materialista, reduccionista que el
resto de la agricultura “moderna”.
Así,
existe un enorme mercado de productos aprobados para la agricultura orgánica;
en muchos lugares los productores orgánicos “importan” a sus fincas
estiércoles, abonos orgánicos, residuos vegetales, lo cual no tiene nada de
ecológico. Hay marcas especializadas en proveer insumos para la agricultura
orgánica, desde semillas hasta empaques.
En
cambio la agroecología plantea el uso de recursos de la propia finca,
disminuyendo en todo lo posible la dependencia de insumos externos; y en
consecuencia, no existe un mercado de “insumos agroecológicos” ni cosa
parecida. La lógica agroecológica está lejos del mercado.
Finalmente, hay un componente en las reglamentaciones de producción orgánica que es para-arancelario; los países del norte buscan la manera de limitar las exportaciones desde el sur, reglamentando de manera que sea más fácil seguir las normativas en los climas templados de norte América, Europa y Japón que en el trópico latinoamericano, africano o indio.
Finalmente, hay un componente en las reglamentaciones de producción orgánica que es para-arancelario; los países del norte buscan la manera de limitar las exportaciones desde el sur, reglamentando de manera que sea más fácil seguir las normativas en los climas templados de norte América, Europa y Japón que en el trópico latinoamericano, africano o indio.
Un
ejemplo concreto de esto último es la prohibición, en la mayoría de las
normativas, del uso de sales minerales de micronutrientes, naturalmente
deficientes en los trópicos, sobre todo cuando se ha trabajado con técnicas de
agricultura modernizada durante algún tiempo.
Resumiendo:
La
producción orgánica es un modo de producir que busca la preservación del ambiente y el
cuidado de la salud del consumidor; puede ser más o menos materialista, más o
menos mercantilista, más o menos comunitaria en su mirada.
La agroecología es una propuesta metodológica de
transformación social, que plantea modos de producción, transformación y
consumo que respeten la diversidad natural y social de los ecosistemas locales
y aseguren la sustentabilidad. Es siempre solidaria, comunitaria, local,
ecosistémica en su mirada.
Por
ello es más fácil exportar productos orgánicos que productos agroecológicos.
Gastar más energía en el transporte que en la producción cae afuera de la
lógica agroecológica, es casi un absurdo. Ecoportal.net
Camino
Verde
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