Analistas:
Putin debería enviar tropas a Ucrania
Por:
Finian Cunningham
Actualizado:
06/05/2014 02:54 GMT
Con una cifra de muertes de al menos 50 personas durante el fin de semana,
infligida por el régimen de Kiev, impuesto y apoyado por Occidente, ¿ha llegado
el momento de que el presidente ruso, Vladimir Putin, envíe a sus tropas al
este de Ucrania?
La creciente violencia cometida por la junta de Kiev, bajo la apariencia orwelliana de "una operación antiterrorista", asegura firmemente que el presidente Putin debería dar su aprobación.
Hay mucho en juego. Washington y sus aliados europeos, su régimen títere en Kiev y los medios de comunicación occidentales, durante semanas, han estado acusando a Rusia de orquestar las protestas de forma encubierta en el este y el sur de Ucrania. Sin hechos para apoyar sus afirmaciones, Washington alega que Moscú está "construyendo un pretexto para invadir y anexionarse el territorio de Ucrania".
Si Rusia interviene ahora, habrá gritos occidentales de que, por fin, se está ejecutando el "astuto complot" de Moscú. Ya Washington está preparando más sanciones contra Rusia por la presunta violación de la soberanía de Ucrania - de nuevo sobre la base de afirmaciones infundadas. Con las fuerzas militares de la OTAN asignadas en países vecinos de Rusia, una invasión rusa de Ucrania podría correr el riesgo de una guerra mayor.
Pero, a pesar de la propaganda occidental acusando a Rusia de malversación y en vista de las amenazas occidentales de respuesta punitiva, Moscú debe actuar con audacia en base a los hechos.
Pese a las afirmaciones occidentales, los hechos muestran que los disturbios y la violencia en Ucrania han surgido de la subversión occidental en ese país, a partir de la agitación callejera apoyada por la CIA en Kiev, en noviembre pasado, que condujo a un golpe ilegal contra el Gobierno electo de Víctor Yanukovich en febrero. Podríamos ir más atrás a la Revolución Naranja de 2004, auspiciada por la CIA, y los 5 millones de dólares invertidos por Washington para un cambio de régimen desde la década de 1990 en adelante.
Los paramilitares neonazis y sus líderes políticos, que usurparon el poder en Kiev, han ido a desatar una campaña de terror contra los rusos étnicos en el este y sur del país, y cualquier otra persona que se oponga a la toma de poder del régimen.
La segunda ofensiva "antiterrorista" desatada por la junta de Kiev, el fin de semana, estuvo precedida por una operación similar el mes pasado, tras la visita del jefe de la CIA, John Brennan, a Kiev entre el 12 y 13 de abril. La última ofensiva letal se ha traducido en más de 50 muertos. En la sureña ciudad de Odessa, más de 40 manifestantes anti-Kiev murieron cuando un edificio en el que buscaban refugio fue incendiado por cientos de efectivos de tropas de asalto neo-nazis que actúan sobre la dirección tácita de la junta en Kiev y sus estados patrocinadores occidentales.
Como dijo el portavoz de Vladimir Putin, Dmitry Peskov, el régimen de Kiev y sus patrocinadores occidentales están manchados "hasta los codos de sangre", a raíz de la violencia mortal del fin de semana.
El
secretario de Estado norteamericano, John Kerry, hizo una comedida condena de
la "violencia por todas las partes", y hubo intentos de los medios de
comunicación occidentales, como la BBC, el New York Times y la Voz de América,
de restar importancia a la criminalidad de la junta de Kiev en las muertes,
diciendo que las víctimas en Odessa se produjeron después de los
enfrentamientos entre "las dos partes". La BBC incluso le dio
prominencia a la vuelta de la junta de Kiev, que culpó de la violencia a la
incompetencia de la policía y a los "activistas prorrusos".
El hecho es que las personas fueron masacradas - incluyendo varios más en la oriental ciudad de Slaviansk - por las fuerzas de Kiev apoyadas por Occidente. Testigos presenciales en Odessa dicen que cuando la gente saltaba por las ventanas para escapar de las llamas eran "rematadas" en el suelo por los neonazis, que minutos antes habían incendiado el edificio con cócteles molotov.
Estas fuerzas se componen de remanentes del ejército nacional ucraniano leales a la junta fascista, así como de paramilitares del Sector Derecho neonazis, equipados como una "Guardia Nacional", y muy posiblemente, la participación de mercenarios apoyados por Estados Unidos y las fuerzas especiales.
Los informes arrojan que la CIA, ahora, está colaborando oficialmente con el régimen de Kiev, aunque el Departamento de Estado de EE.UU. utiliza el lenguaje orwelliano para describir el enlace como "consulta de seguridad."
El falso rechazo de Kerry a la violencia en Ucrania apenas oculta el hecho de que Washington ha dado luz verde a la represión letal por parte de la junta de Kiev contra sus propios ciudadanos. El presidente Barack Obama, mientras la represión estaba en marcha el viernes, dijo que: "Ucrania tiene el derecho de restablecer el orden".
Por "Ucrania", Obama se refiere al régimen criminal no electo que Washington, injustamente, condujo al poder en completa violación de la soberanía de Ucrania y en apoyo de la violencia mortal callejera, incluyendo la masacre de francotiradores encubiertos el 20 de febrero, en la que murieron hasta 100 personas.
La junta de Kiev está advirtiendo que la "operación antiterrorista" actual continuará a buen ritmo. Podemos esperar más muertes en los próximos días entre la población de etnia rusa en el este y el sur de Ucrania - llevados a cabo con la plena aprobación de Washington y con la asistencia de sus fuerzas encubiertas.
El presidente ruso, Putin, ya recibió la autorización de su Parlamento, en marzo, para enviar tropas que protejan a los millones de ciudadanos de etnia rusa en Ucrania. Tiene el derecho moral y legal de su lado. El único "impedimento" son las afirmaciones propagandísticas occidentales -que han quedado desacreditadas-, las amenazas de sanciones y la respuesta militar de la OTAN.
Sin embargo, Putin no debe dejarse chantajear por mentiras infundadas, cuando las vidas de la gente están siendo amenazadas por una camarilla fascista apoyada por Occidente y sus paramilitares asesinos. Además, cada vez más personas en todo el mundo, incluyendo la opinión pública de EE.UU. y Europa, pueden ver a través de la sórdida red de mentiras que los gobiernos occidentales y sus medios de comunicación patéticos han estado tramando contra Rusia por la crisis de Ucrania.
La situación actual recuerda la operación encubierta anterior liderada por Estados Unidos en Osetia del Sur en 2008, cuando las tropas georgianas respaldadas por la OTAN trataban de desestabilizar este país, un aliado de Rusia. En ese entonces, Moscú actuó de manera decisiva, envió sus tropas y desenmascaró la trama de la OTAN. Washington dio marcha atrás.
Washington está de nuevo en algo: subvertir, mentir, matar y amenazar. Pero es un bluf cobarde que Putin debería desmantelar inmediatamente. La realidad es demasiado seria para entretenerse con estos cínicos juegos occidentales. La vida de las personas está en peligro real en Ucrania por los paramilitares fascistas y políticos-mafiosos que Washington instaló en Kiev, y que ahora se han salido de control. Los sangrientos acontecimientos de este fin de semana son un trágico testimonio de la amenaza inminente.
Si Putin actúa, puede estar seguro de que la opinión pública mundial estará de su lado. Washington va a descubrir que es un perdedor, y se lo merece. No tiene a nadie más de su lado que fuerzas malignas y negativas.
Hace setenta años, Rusia derrotó al fascismo en Europa. Es el momento de dar ese honorable golpe otra vez.
ybm
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