La gran estafa de los biocombustibles
FundaVida
08/02/14
Fueron presentados hace algunos años como la
panacea universal para generar energía “limpia”, hoy se sabe que ambientalmente
son mucho más caros que los derivados del petróleo, aunque los lobbyes
asociados a su producción los sigan promocionando.
A
medida que transcurre el tiempo se va revelando con mayor claridad que muchas
cosas no son como nos prometían cuando todos nos habíamos embarcado en la
ilusión de un progreso irreversible que llevaría a la humanidad a estadios de
bienestar desconocidos.
Primero
con timidez nos fuimos decepcionando de algo por aquí, de otra cosa por allá,
hasta que el cúmulo de promesas incumplidas, de esas que nos auguraban un
“mañana mejor”, que nunca se concretaba nos demostraron que los beneficios
eventuales de esos presuntos adelantos quedaban en manos de muy pocos y que los
costos, generalmente exorbitantes, impactaban sobre las mayorías confiadas y
desprevenidas.
Entre
las grandes promesas que nos hicieron los promotores de la agricultura
industrial que hoy ha tomado control de nuestros suelos, acuíferos, naturaleza
y vida en general, para destruirlos estaba la de los “biocombustibles”.
Era
fantástico, podríamos mover nuestros vehículos con derivados de cereales que al
sembrarse año tras año nos garantizaban un futuro inagotable de combustibles
que ahora serían “renovables”
Desde
el inicio, algunos esclarecidos se preguntaban cómo era eso de “renovables” si para
producir el maíz o lo que fuere
con que se obtenían los “biocombustibles”
paradójicamente había que usar grandes volúmenes de derivados del petróleo, que
era lo que supuestamente se quería reemplazar, para mover la maquinaria implicada
en el proceso productivo y también los fertilizantes empleados.
¿Cuál
era el saldo? ¿Cuánto petróleo había que emplear para obtener una cantidad x de biocombustibles?
Los
que nos vendían la ilusión ni se preocupaban en responder los interrogantes y
por todos lados, incluida nuestra ciudad aparecían enormes plantas industriales
con inversiones millonarias en dólares para producirlos.
Hoy
el velo se ha caído y se sabe la verdad: el etanol como reemplazo del petróleo
es una gran mentira y su producción lleva a un gran desastre ecológico.
Y
no lo decimos nosotros, en estos días la agencia de noticias Associated Press
ha anunciado que la ‘era del etanol’ impulsada por EEUU ha resultado ser un
“desastre ecológico”, mucho más perjudicial para el medio ambiente que el uso
de combustibles fósiles.
Barack
Obama en su momento presentó el etanol (un alcohol fermentado y destilado
derivado del maíz) como “el combustible
alternativo más exitoso que hemos producido”, anunciándolo como “una
alternativa verde” a miles de millones de litros de gasolina.
De
acuerdo con el informe de AAPP, desde el 2007, cuando el Congreso de EE.UU.
exigió a las compañías petroleras que incorporasen etanol a su gasolina, este
fluido ha pasado a ser el combustible renovable más importante del país.
Cuando
es quemado, el etanol emite menos dióxido de carbono que la gasolina pero su
consumo, además de aumentar el de derivados de petróleo para producirlo y
encarecer los alimentos básicos esenciales para muchos pueblos, ha alentado a
los agricultores a buscar nuevos lugares y cultivar millones de hectáreas con maíz, invadiendo zonas de
suelos protegidos, acabando con 5 millones de hectáreas reservadas para la
conservación, solo en EEUU.
El
boom del maíz ha aumentado
significativamente el uso de fertilizantes derivados del petróleo, contaminando
millones de hectáreas de suelos y acuíferos superficiales y subterráneos.
“Esto
es un desastre ecológico”, dijo Craig Cox, del Grupo de Trabajo Ambiental de la
agencia AAPP.
Según
ambientalistas y científicos, tras analizar todos los factores, el etanol
derivado del maíz no es una estrategia viable para combatir el calentamiento
global, sino todo lo contrario, lo agrava, además de provocar otros flagelos
ambientales.
Mike
Oreskes, vicepresidente de la agencia de noticias AAPP ha dicho que “los
reportes sobre este importante tema son resultado de meses de trabajo y
revisión de documentos, así como entrevistas con expertos y gente de todo el
espectro del debate de políticas públicas en torno a este recurso energético”.
“Respaldamos nuestros reportes y aceptamos con gusto la discusión y nuevas aportaciones
al tema”, añade.
Qué
dirán ahora los exegetas de estos nefastos procesos que llevaron a la humanidad
a la insensatez extrema de tomar alimentos que escasean a no menos del 40% de
la población mundial para transformarlos en combustibles para seguir
abasteciendo los excesos de los países hegemónicos.
Nosotros
ahora tenemos la palabra, por lo pronto para difundir que la fabula de los
“bio” combustibles es más falsa que el cuento de los reyes magos.
Ecoportal.net
FundaVida
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