El diario estadounidense Mother Jones pone en la mira el rol de EEUU
ante la dictadura argentina. “Un embajador de EEUU reveló que su secretario de
Estado Henry Kissinger (en la foto) había incitado a un régimen represivo a
desatar una matanza”. Foto: Mother Jones
Nuevo documento: Kissinger dio luz verde al asesinato masivo en
Argentina
Por David Corn
20 de enero de 2014
Hace sólo
unos meses, Henry Kissinger estaba bailando un poco raro con Stephen Colbert en el
programa Comedy Central de este último. Pero durante años, el ex Secretario de
Estado ha eludido el juicio por su complicidad en las horribles violaciones de
los derechos humanos en el extranjero, y un nuevo documento proporciona una
clara evidencia de que en 1976 Kissinger dio “luz verde” a la junta militar
neo-fascista de Argentina para la guerra sucia que estaba llevando a cabo
contra civiles y militantes de izquierda, hecho que dio lugar a la desaparición
-es decir, la muerte- de unas 30.000 personas.
En abril de
1977, Patricia (Patt) Derian, una activista de los derechos civiles, a quien el
presidente Jimmy Carter había nombrado secretaria de Estado adjunto para los derechos
humanos, se reunió con el embajador de EE.UU en Buenos Aires, Robert Hill. Un memo con la grabación de esa conversación aparece
ahora, desenterrado por el investigador Martin Edwin Andersen, quien en 1987
fue el primero en revelar que Kissinger había apoyado a los generales
argentinos para que continuaran con su campaña de terror contra los
izquierdistas (a quienes la Junta hace referencia habitualmente como
“terroristas”).
El documento
revela una reunión que Kissinger sostuvo con el ministro de Relaciones
Exteriores argentino César Augusto Guzzetti, en junio del año anterior, y
encuentro que fue ratificado por el Embajador Hill a Patt Derian. Lo que
Kissinger y Guzzetti discutieron ya había sido revelado en 2004, cuando el
Archivo de Seguridad Nacional obtuvo y publicó el
memorando secreto de la conversación durante esa tertulia. Guzzetti, según
ese documento, dijo a Kissinger: “nuestro principal problema en Argentina es el
terrorismo”. Kissinger respondió: “Si hay cosas que tienen que hacer, deben
hacerlo rápidamente. Pero usted debe volver rápidamente a los procedimientos
normales.” En otras palabras, siga adelante con su cruzada de muerte contra de
los izquierdistas.
El nuevo
documento muestra que Kissinger fue aún más explícito en el apoyo a la junta
militar argentina. La nota que acaba de aparecer describe la conversación
Kissinger-Guzzetti de esta manera:
“Los
argentinos estaban muy preocupados de que Kissinger diera una conferencia
criticándolos en materia de derechos humanos. Guzzetti y Kissinger mantenían un
muy largo desayuno, pero al secretario no le plantearon el tema. Finalmente
Guzzetti lo hizo. Kissinger le preguntó cuánto tiempo le tomaría (a los
argentinos) limpiar el problema. Guzzetti le respondió que se haría a finales
de año. Kissinger aprobó”.
En otras
palabras, el Embajador Hill dijo que Kissinger dio a los argentinos la luz
verde.
Esa es una
afirmación irrefutable: Un embajador de EEUU reveló que un secretario de Estado
había incitado a un régimen represivo a desatar una matanza.
En agosto de
1976, de acuerdo con la nueva nota, Hill discutió el asunto personalmente
con Kissinger, en el camino de regreso a Washington después de una reunión en
el Bohemian Grove de San Francisco. “Kissinger, dijo Hill
a Derian, confirmó la conversación con Guzzetti e informó a Hill que quería que
Argentina “terminara su problema con los terroristas antes de fin de año”.
Kissinger estaba preocupado por las nuevas leyes de derechos humanos aprobadas
por el Congreso que exigen a la Casa Blanca certificar que un gobierno no
estaba violando los derechos humanos antes de proporcionar ayuda de los EE.UU.
Tenía la esperanza de que los generales argentinos pudieron concluir su
erradicación asesina de la izquierda antes de que la ley entrara en vigor.
Hill indicó
a Derian, de acuerdo con la nueva nota, que él creía que el mensaje de
Kissinger a Guzzetti había llevado a la junta argentina a intensificar su
guerra sucia. Cuando el embajador Hill regresó a Buenos Aires se dio cuenta de
que los asesinatos habían ascendido tremendamente y le dijo a Patt Derian que
“si lo citaba el Congreso (de EEUU) él iba a contar todo si se le pusiera bajo
juramento”. “Yo no voy a mentir”, declaró el embajador.
César Guzzetti y Henry
Kissinger. Guzzetti fue un marino
que, con el rango de vicealmirante, asumió el Ministerio de Relaciones
Exteriores y Culto durante la dictadura encabezada por Jorge Rafael Videla.
Sufrió un atentado en 1977. Quedó en estado de coma y, tras ser operado en
EEUU, quedó mudo y cuadripléjico. Murió poco tiempo después.
Hill, quien
murió en 1978, nunca pudo testificar que Kissinger había instado a los
generales argentinos, y el gobierno de Carter revirtió la política e hizo de
los derechos humanos una prioridad en sus relaciones con Argentina y otras
naciones. En cuanto a Kissinger, se zafó, y él ha estado zafándose desde
entonces, esquivando la responsabilidad por los actos sucios en Chile, Bangladesh, Timor Oriental, Camboya, y en otros lugares. Los expertos en estos temas
han sabido por años que Kissinger, al menos implícitamente (aunque en privado)
hace suya la guerra sucia argentina, pero esta nueva nota deja claro que él era
un facilitador del esfuerzo que supuso la tortura, la desaparición y el
asesinato de decenas de miles de personas. La próxima vez que usted lo vea
bailando en la televisión, no se ría.
El diario Mother Jones trae una grabación de las
conversaciones entre Robert Hill, embajador estadounidense en Buenos Aires con
el ex canciller César Augusto Guzzetti. Hill informó sobre lo dicho por
Kissinger al funcionario argentino en un encuentro con Patricia Derian,
activista por los derechos civiles y a quien el presidente Jummy Carter
encomendó la secretaría de estado de Derechos Humanos y, como tal, visitó
Argentina en 1977
Ver la nota completa en Scribd.com:
Patricia “Patt” Derian, Robert C.
Hill, et. al., and the Argentine dirty ‘war’: Draft MemCon byMartin Edwin Andersen
(Traducido
por Cubadebate)
No hay comentarios:
Publicar un comentario