Publicado
el 13 de septiembre de 2013
Kerry, Kissinger y el otro 11 de septiembre
Amy Goodman y Denis Moynihan
Mientras
la intervención militar del Presidente Barack Obama en Siria parece haberse
postergado por el momento, llama la atención que el Secretario de Estado de
Estados Unidos, John Kerry, se haya reunido el 11 de septiembre con uno de sus
predecesores, Henry Kissinger, supuestamente para hablar de la estrategia de
las próximas negociaciones sobre Siria con funcionarios rusos. La
reunión entre Kerry y Kissinger y la oposición pública al ataque a Siria, que
ambos apoyan, deberían mirarse a través del espejo de lo sucedido el 11 de
septiembre, pero de 1973.
Aquel
día, hace 40 años, el presidente democráticamente electo de Chile, Salvador
Allende, fue derrocado violentamente mediante un golpe de Estado que contó con
el apoyo de Estados Unidos. El General Augusto Pinochet asumió el control del
país y dio inicio a diecisiete años de un régimen militar de terror, en el que
más de 3.000 chilenos fueron asesinados y desaparecidos, alrededor del mismo
número de personas que murieron el 11 de septiembre de 2001. Allende, que era
socialista, contaba con mucho apoyo popular en su país, pero sus políticas eran
el anatema de las élites de Chile y Estados Unidos, por lo que el entonces
Presidente estadounidense, Richard Nixon, y su Secretario de Estado y asesor de
seguridad nacional, Henry Kissinger, apoyaron el intento de derrocarlo.
El papel que desempeñó Kissinger en la planificación del
golpe de Estado en Chile en 1973 queda más claro a medida que pasan los años y
surgen nuevos documentos, que el propio Kissinger intentó mantener en secreto. Peter Kornbluh, de la
organización sin fines de lucro National Security Archive (Archivo de Seguridad
Nacional), ha revelado las pruebas durante años, y recientemente actualizó su
libro “Pinochet: los archivos secretos”. Kornbluh me dijo que Kissinger
“fue el principal responsable de idear la política para derrocar a Allende e
incluso de apoyar a Pinochet y las violaciones de los derechos humanos que
ocurrieron durante su régimen”. Afirmó que Kissinger “presionó a Nixon para
que asumiera una política agresiva, pero encubierta, para lograr derrocar a
Allende, desestabilizar su capacidad de gobernar y generar lo que Kissinger
denominó 'un clima golpista'”.
El
régimen de Pinochet fue violento, represivo y un aliado cercano de Estados
Unidos. Pinochet formó alianzas con otros regímenes militares de América del
Sur, que crearon el “Plan Cóndor”, una campaña de terrorismo de Estado y
asesinatos coordinados en Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Paraguay y
Uruguay. El Plan Cóndor incluso llegó a las calles de Washington D.C. cuando, el
21 de septiembre de 1976, el ex embajador chileno en Estados Unidos durante el
gobierno de Allende, Orlando Letelier, fue asesinado junto a su asistente, un
ciudadano estadounidense llamado Ronni Moffitt, en un atentado con coche bomba
perpetrado por la policía secreta de Pinochet en la zona de las embajadas, a
apenas unas cuadras de la Casa Blanca.
Finalmente,
tras la creciente condena mundial y la resistencia no violenta dentro del país,
el régimen de Pinochet se vio obligado a realizar un plebiscito en el que se
decidiría si Pinochet debía continuar como dictador en Chile. La población
rechazó al gobierno de Pinochet con un “NO” rotundo, y dio paso a la actual era
democrática [¿?] en Chile.
Al
menos dos ciudadanos estadounidenses fueron asesinados durante el golpe de
1973. Charles Horman y Frank Teruggi viajaron a Chile para ser testigos de la
experiencia democrática que se estaba desarrollando en el país. Trabajaban como
escritores y periodistas. Su secuestro y asesinato por parte de las fuerzas de
Pinochet, con la posible colaboración del Gobierno estadounidense, fueron
representados en la película “Desaparecido” del director Costa Gavras, con Jack
Lemmon y Sissy Spacek como protagonistas. En Chile, la película “Desaparecido”
fue prohibida por el régimen de Pinochet. Con motivo del 40 aniversario del
golpe de Estado, la viuda de Charles Horman, Joyce Horman, realizó una
ceremonia conmemorativa en la ciudad de Nueva York. El evento fue organizado
por la fundación Charles Horman Truth Foundation y atrajo a cientos de
personas, muchas de las cuales formaron parte del Gobierno de Allende,
perdieron familiares durante la dictadura, o se vieron obligadas a exiliarse de
Chile durante aquellos terribles años.
Entre
los asistentes estaba Juan Garcés, un ciudadano español que fue asesor personal
del Presidente Allende. Garcés estaba con Allende en el Palacio de la Moneda el
11 de septiembre de 1973. Poco antes de que el palacio fuera bombardeado por la
fuerza aérea, Allende acompañó a Garcés a la puerta y le dijo que saliera y le
contara al mundo lo que había sucedido aquel día.
Allende
murió durante el golpe, y Garcés apenas logró escapar de Chile con vida. Años
después presentó una denuncia penal contra Pinochet, y finalmente logró que se
lo arrestara en Gran Bretaña en 1998, donde Pinochet permaneció detenido
durante 504 días. Si bien finalmente Pinochet pudo regresar a Chile, más tarde
fue procesado allí y tuvo que afrontar un juicio y la prisión. Murió en 2006 bajo
arresto domiciliario a los 91 años de edad.
Hoy
en día, Juan Garcés considera que hay alarmantes similitudes entre la represión
en Chile y las actuales políticas estadounidenses: “Realizan entregas
extraordinarias, ejecuciones extrajudiciales. Tienen centros de detención
secretos. El recurso de habeas corpus es ineficaz. Me preocupa mucho que los
mismos métodos que se utilizaron en Chile durante la dictadura, con el
conocimiento y el apoyo del Gobierno de Nixon y Kissinger, ahora se estén
utilizando en muchos países, con otra excusa, con el apoyo de Estados Unidos.
Considero que es algo muy peligroso para todos”.
En
lugar de reunirse con Kissinger para buscar asesoramiento, John Kerry debería
apoyar la paz y consultar a personas como Garcés, que han dedicado su vida a
luchar por esa causa. El único motivo por el que se debería buscar a Henry
Kissinger es para llevarlo ante la justicia, al igual que Pinochet.
©
2013 Amy Goodman
Texto
en inglés traducido por Mercedes Camps. Edición: María Eva Blotta y Democracy Now! en español,
spanish@democracynow.org
Amy
Goodman es la conductora de Democracy Now!, un noticiero internacional que se
emite diariamente en más de 750 emisoras de radio y televisión en inglés y en
más de 400 en español. Es co-autora del libro "Los que luchan contra el
sistema: Héroes ordinarios en tiempos extraordinarios en Estados Unidos",
editado por Le Monde Diplomatique Cono Sur.
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