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martes, 10 de diciembre de 2013

Quito de fiesta

Quito de fiesta
Juan J. Paz y Miño Cepeda

EL TELÉGRAFO - Primer Diario Público

Ecuador, lunes 09 de diciembre de 2013

Desde la década de los 60 del pasado siglo, se realizan las fiestas de Quito, que conmemoran la fundación española de la villa (sólo fue ciudad desde 1541), ocurrida realmente el 28 de agosto de 1534, por Diego de Almagro y no, como hasta hoy suele creerse, por Sebastián de Benalcázar, el 6 de diciembre del mismo año, fecha en la que se instaló el Cabildo, con el registro de 204 vecinos.

Celebrar la “fundación” siempre trae su polémica, porque la conquista, que es la base sobre la cual se crearon asientos, villas y ciudades, fue un hecho violento, de destrucción cultural, muertes y dominación brutal sobre los indígenas. Pero, también es cierto que en 1534 empezó a desarrollarse la ciudad que hoy es capital del Ecuador y un motivo de orgullo local y nacional.

La fiesta de Quito ha adquirido, además, un sentido popular innegable, que revive tradiciones, juegos, leyendas, usos y costumbres, que motivan al cultivo de la identidad local, que es cosmopolita.

Pero el énfasis en esas manifestaciones no debe descuidar otros procesos quiteños aún más trascendentes. Comenzando por el de la independencia, en el que Quito fue pionera y protagonista fundamental.

En efecto, la Revolución de Quito (1808-1812) fue una impresionante movilización de conceptos, ideales, recursos y gente. El 10 de agosto de 1809 en Quito se instaló la primera Junta de Gobierno criolla, también pionera en la Hispanoamérica continental de la época (junto a las revoluciones en Chuquisaca y La Paz, del mismo año), que movilizó, precisamente, los ideales de autonomía, soberanía popular y representación del pueblo, hasta derivar, ese proceso emancipador, en la creación del Estado de Quito (1812), con la también primera Constitución en la historia nacional, que estableció Ejecutivo, Legislativo, sistema Judicial y hasta Falange o milicia propia.

Quito tiene, en el 10 de agosto, su fecha fundamental, que lo es, además, de todo el país. Por eso la mayoría de Constituciones republicanas del Ecuador incluso fijaron a ese día como el de la toma de posesión del Presidente.

La Constitución de 1998 alteró esa tradición democrática. Y lo peor es que también lo hizo la de 2008, aprobada mayoritariamente por referéndum, aunque hay que reconocer que, por lo menos, esta misma Constitución fijó al día 24 de mayo como la fecha de posesión presidencial, en recuerdo a la Batalla del Pichincha de 1822, que, en la misma Quito, conquistó la definitiva independencia del país frente al coloniaje español.



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