El 29 de noviembre de 2011 una delegación del Ejército Sirio
Libre proclama su fidelidad al Consejo Nacional Sirio. Teóricamente, la
oposición disponía a partir de entonces de una rama militar y de una rama
política. En la vida real, tanto el Ejército Sirio Libre como el Consejo
Nacional Sirio son dos ficciones inventadas por la OTAN. Ambas se componen
únicamente de mercenarios y en realidad no tienen existencia propia en el
terreno.
«ANTE NUESTRA MIRADA»
¿Dónde se han metido los «revolucionarios» sirios?
por Thierry Meyssan
Se
acerca el momento de la conferencia Ginebra 2 y los organizadores
estadounidenses ya no tienen ninguna marioneta disponible para hacer el papel
de revolucionarios sirios. La brusca desaparición del Ejército Sirio Libre
demuestra a quienes creyeron en tal cosa que aquello nunca pasó de ser una
ficción. Nunca existió la supuesta revolución popular en Siria, sino una
agresión externa orquestada a golpe de mercenarios y de miles de millones de
dólares.
RED
VOLTAIRE | 16 DE DICIEMBRE DE 2013
Los
organizadores de la conferencia de paz Ginebra 2 están buscando con urgencia un
representante para la oposición siria armada. Según los occidentales, el
conflicto sirio se desarrolla entre una dictadura abominable y su propio
pueblo. Pero los grupos armados que están destruyendo Siria –desde el Frente
Islámico, que afirma que sus miembros son principalmente sirios, hasta
al-Qaeda– están recurriendo oficialmente al uso de combatientes extranjeros.
Invitarlos a Ginebra 2 sería por lo tanto reconocer que nunca hubo en Siria una
revolución sino que se trató de una agresión externa.
Hace
varias semanas todavía nos decían que el Ejército Sirio Libre (ESL) disponía de
40 000 hombres. Pero hoy resulta que el ESL ha desaparecido. Su cuartel general
histórico fue atacado por otros mercenarios, sus arsenales fueron saqueados y
su jefe histórico, el general Selim Idriss, huyó a Turquía para acabar
refugiándose en Qatar.
En
el momento de su formación, el 29 de julio de 2011, el ESL decía haberse fijado
un único objetivo: el derrocamiento del presidente Bachar al-Assad. Nunca llegó
a precisar si luchaba por un régimen laico o por un régimen islámico. Nunca
tomó posiciones políticas en materia de justicia, de educación, de cultura, de
economía, de trabajo, de medio ambiente, etc. Nunca formuló el menor esbozo de
algo que se pareciera a un programa político.
Nos
decían que el ESL se componía de soldados que habían desertado del Ejército
Árabe Sirio. Y es cierto que hubo deserciones durante el segundo semestre de
2011, pero su número total nunca fue más allá del 4%, cifra que resulta
despreciable a escala de todo un país.
El
hecho es que el ESL no necesitaba programa político porque tenía una bandera,
la de la colonización francesa. Utilizada en tiempos del mandato de Francia
sobre el territorio de la actual Siria y mantenida durante los primeros años de
supuesta independencia, la bandera de la franja verde simbolizaba el acuerdo
Sykes-Picot, documento en el que Siria era ampliamente mutilada y dividida en
Estados étnico-confesionales. Las tres estrellas de esa bandera representan un
Estado druso, un Estado alauita y un Estado cristiano. Los sirios conocen
perfectamente esa funesta bandera, que incluso puede verse en la oficina de un
personaje sirio que colabora con la ocupación francesa en una conocida novela
de televisión.
El
primer líder del ESL, el coronel Riad al-Assad, desapareció en el basurero de
la historia. Fue seleccionado únicamente porque su apellido, que en árabe se
escribe de otra manera, se pronuncia en los diferentes idiomas europeos
exactamente igual que el del presidente Bachar al-Assad. La única diferencia
entre los dos hombres, desde el punto de vista de las monarquías del Golfo,
consistía en que el coronel era sunnita mientras que el presidente es alauita.
El Ejército Sirio Libre es en realidad un invento
franco-británico, como antes lo fueron en Libia los «revolucionarios de
Bengazi», quienes «escogieron» como bandera la del rey Idriss I, colaborador de
los ocupantes ingleses.
Brazo
armado de la OTAN en Siria, destinado a tomar el palacio presidencial cuando la
alianza atlántica bombardeara el país, el ESL se vio zarandeado por los planes
sucesivos y los también sucesivos fracasos de los occidentales y del Consejo de
Cooperación del Golfo. Presentado durante una segunda fase como el brazo armado
de un Consejo Político en el exilio, el ESL nunca reconoció en realidad ningún
tipo de autoridad a aquel consejo y obedeció únicamente a sus empleadores
franco-británicos. El ESL fue en realidad el brazo armado de los servicios
secretos de esos empleadores, mientras que la Coalición Nacional Siria les
servía de brazo político. En definitiva, fue únicamente con la ayuda directa de
la OTAN que el ESL pudo registrar algún que otro éxito, fundamentalmente con el
respaldo del ejército de Turquía, que incluso lo albergaba en sus propias bases.
Creado
en el marco de una guerra de 4ª generación, el ESL no supo adaptarse a la
segunda guerra de Siria –la guerra sucia al estilo de la que Estados Unidos
desató en el pasado contra la Revolución sandinista nicaragüense.
La
primera guerra (desde el momento de la reunión de la OTAN en El Cairo, en
febrero de 2011, hasta la conferencia de Ginebra realizada en junio de 2012)
fue un montaje mediático destinado a deslegitimar el gobierno sirio para que el
país cayera como una fruta madura en las manos de la OTAN. Los ejecutores de
las acciones armadas eran diferentes grupúsculos que recibían órdenes directas
de la alianza atlántica. Se trataba ante todo de dar una apariencia de realidad
a las mentiras mediáticas y de crear la impresión de que existía realmente una
revuelta generalizada. Como señalan las teorías de William Lind y Martin Van
Creveld, el ESL sólo era una etiqueta utilizada para designar a todos esos
diferentes grupúsculos, pero no tenía su propia estructura jerárquica.
La segunda guerra (desde la reunión de los «Amigos de Siria»
celebrada en París en julio de 2012 hasta la conferencia Ginebra 2, prevista
para enero de 2014) es, por el contrario, una guerra de desgaste cuyo objetivo
es desangrar el país hasta que se rinda. Para poder desempeñar su papel, el ESL
habría tenido que convertirse en un ejército de verdad, con una verdadera
jerarquía y una disciplina interna, cosas que nunca ha logrado concretar.
Sintiendo
que se aproximaba su final, a raíz del acercamiento entre Turquía e Irán, el
ESL había anunciado su posible participación en Ginebra 2, aunque ponía
condiciones completamente irrealistas. Los mercenarios a sueldo de Arabia
Saudita se han encargado en definitiva de poner fin a aquella ficción de la
OTAN. Y ahora sale relucir la verdad en todo su esplendor: nunca hubo una
revolución en Siria.
Thierry
Meyssan
Thierry
Meyssan Intelectual francés, presidente-fundador de la Red Voltaire y de la
conferencia Axis for Peace. Sus análisis sobre política exterior se publican en
la prensa árabe, latinoamericana y rusa. Última obra publicada en español: La
gran impostura II. Manipulación y desinformación en los medios de comunicación
(Monte Ávila Editores, 2008).
No hay comentarios:
Publicar un comentario