9/11/2013
[Fotos] !Abajo el capitalismo! Una exigencia cada
vez más popular en las calles de Rumanía
x Un Vallekano en
Rumania
Solo
falta un paso más para que los rumanos vuelvan a luchar por recuperar su
soberanía y por retomar en sus manos el poder político y económico
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Después
de veinte años de bombardeo propagandístico vendiendo el capitalismo como un
paraíso, a la par que se criminalizaba el comunismo, las calles están empezando
a llenarse de exigencias contra el fascismo enmascarado de democracia, como se
puede comprobar en la recopilación de fotos incluida en esta entrada.
La
chispa que ha prendido la llama han sido las protestas contra la explotación
aurífera de Rosia Montana, pero poco a poco se van extendiendo por las ciudades
para denunciar los continuos desmanes de una clase mafiosa,
político-empresarial, que es propia de un sistema que se basa en el robo y la
ley del más fuerte (o del que más botín-capital atesora tras la rapiña).
Los
rumanos van despertando tras dos décadas de narcotización y engaño, y exigen
cada vez con más rotundidad el fin del faccismo corporativista, del
capitalismo, de la barbarie cuya esencia es que unos cuantos vivan explotando a
la mayoría. Quizás por eso también los medios de propaganda de la dictadura del
capital están empezando a recuperar antiguas campañas contra el pasado
comunista, intentando evitar lo inevitable: que tarde o temprano los rumanos se
den cuenta de la superioridad del Socialismo frente a la barbarie capitalista.
No obstante, la realidad es bastante impactante como para que en países como Rumania, hundidos tras la reistauración del fascismo capitalista en los años 90 en la miseria y la pobreza, y donde los logros sociales del Socialismo se han ido despedanzando para entregárselos a manos de corporaciones locales o internacionales, los trabajadores sigan tragándose el cuento que repiten, una y otra vez, los escribanos e intelectuales del régimen: tres millones de rumanos huidos del país para poder trabajar tras la destrucción de más de cuatro millones de puestos de trabajo desde 1990, salarios generalizados de menos de 200 euros al mes con precios de consumo de la Unión Europea, los brutales recortes en educación, sanidad y otros servicios públicos, o la evidencia de una clase parasitaria e improductiva cada vez más opulenta y que vive a costa del empobrecimiento de los trabajadores y el saqueo de su riqueza, son razones más que suficientes como para despertar a la realidad a cualquiera.
Solo falta un paso más para que los rumanos vuelvan a luchar por recuperar su soberanía y por retomar en sus manos el poder político y económico, erradicando a los parásitos que viven de chupar la sangre de la clase trabajadora y de los pueblos: que empiecen a organizarse para pasar a la ofensiva en la lucha de clases (en la que la clase trabajadora lleva dos décadas sin siquiera defenderse) y avanzar de nuevo hacia la construcción de una sociedad Socialista, donde los medios de producción de la riqueza sean de todos los rumanos, y el beneficio de su explotación colectivo.
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