Organización de Cooperación de Shanghai (OCS)
Equilibrio mundial
restructurado
Por Nikolai Bobkin
CEPRID / Fundación de la Cultura Estratégica.
| 10 octubre del 2013
Estados
Unidos tiene la costumbre de poner a los países que no cuentan con su favor, en
la lista de "estados canallas". Ahora él mismo se arriesga a ser
sometido al aislamiento internacional. El status de centro político mundial,
Washington lo está perdiendo. Sucede que la política de Obama sobre Siria está
resultando miope y estratégicamente equivocada. El juego norteamericano de
"enemigos de conveniencia" como Siria e Irán ha fracasado. Nadie
quiere apoyar a Estados Unidos en su lucha contra estos estados y la pretensión
norteamericana de dominación del Medio Oriente está siendo rechazada cada vez
de manera más resuelta...
No
hace mucho el tema de Siria se trató en la Organización de Cooperación de
Shanghai (OCS) durante la reunión cumbre celebrada en Bishkek. Todos los países
miembros (Rusia, China, Kazajstán, Kirguistán, Tayikistán y Uzbekistán) de
manera unánime hablaron a favor de una solución política, haciendo hincapié en
que no hay otra alternativa. Apoyaron la iniciativa del Presidente Putin para
encontrar una salida a la crisis de Siria. Los líderes de los países miembros
estuvieron de acuerdo en que la crisis debía resolverse por medios pacíficos
con la ayuda de la diplomacia solamente y sin intervención militar. Los seis
países miembros firmaron la Declaración de Bishkek que contiene la evaluación
común de los principales problemas internacionales. Este hecho destaca el
elevado nivel de confianza mutua.
La Declaración de Bishkek es un serio argumento en favor del
fortalecimiento de las normas legales sobre las que descansa el actual orden
internacional que incluyen los principios generales y cláusulas de la Carta de
Naciones Unidas.
Occidente todavía conserva la ilusión que la OTAN es omnipotente de manera que
sigue reacio a considerar a la OCS como un componente importante dentro del
sistema contemporáneo de relaciones internacionales. Esto significa estar a la
zaga de los tiempos en el contexto de cambios dinámicos y drásticos, errónea y
peligrosa aberración. Quiero recordar a aquellos que se aferran a los dobles
raseros que la Organización de Cooperación de Shanghai fue fundada hace 12 años
con el objeto de fortalecer la estabilidad y la seguridad dentro del enorme
espacio que abarca los territorios nacionales de los estados miembros permanentes,
como también de los observadores: Afganistán, India, Irán, Mongolia y Pakistán.
Recientemente, Turquía se sumó como socio de diálogo, status que tienen también
Bielorrusia y Sri-Lanka. Según estimaciones de algunos expertos, los
seis miembros titulares abarcan el 60% de la masa territorial de Eurasia y su
población alcanza a un cuarto de la población mundial. Sus afiliados,
incluyendo a los estados observadores, comprenden a la mitad de la raza humana.
Esto debería servir como evidencia para Washington de que los estados de Asia
Central, Rusia, China, la India, Pakistán, Irán y Afganistán rechazan las
políticas del gobierno de turno en EEUU que plantean la amenaza de intervención
militar contra Siria. Las lecciones de Irak nos enseñan que la situación de un
país sujeto a la intervención de EEUU no solo empeora sino que resulta
catastrófica. La misma situación se dará cuando las fuerzas de la OTAN (ISAF)
se retiren de Afganistán en el 2014.
El
conflicto en Afganistán, agravado por la intervención de EEUU, fue uno de los
problemas principales que se tocaron durante la cumbre de la OCS en Bishkek.
Los estados de Asia Central y del Sur están preocupados por la retirada de las
fuerzas en el 2014 y qué resultará de aquello. La inestabilidad de Afganistán
es un factor decisivo que define la situación regional.
La
duración del conflicto y su carácter irreconciliable, que tiene raíces étnicas
y religiosas, hacen que la situación afgana sea uno de los problemas más
candentes en la agenda internacional contemporánea. ¿Podrá el ejército afgano
mantener al menos alguna apariencia de orden una vez que se retiren las fuerzas
de EEUU? Muchos analistas están convencidos en que la respuesta es no. La
Declaración de Bishkek establece que la Organización de Cooperación de Shanghai
plantea que Afganistán se convierta en un estado neutral, pacífico,
independiente y libre de terrorismo. La reconciliación nacional deberá ser
alcanzada por los afganos para que la paz y la estabilidad prevalezcan en el
país. Como en el caso de Siria, la OCS apoya el rol predominante de la ONU
encabezando los esfuerzos internacionales encaminados hacia un acuerdo político
y para brindar asistencia para la reconstrucción de Afganistán. Se trata de una
prioridad en la política exterior de todos los estados miembros de la OCS.
Los
miembros de la OCS se encontraron con Washington a medio camino y autorizaron a
la coalición occidental el permiso para que personal militar utilizara
temporalmente la infraestructura de tierra, como también el espacio aéreo para
vuelos en tránsito. Esto incluye al aeropuerto de Manas en Kirguistán, las
instalaciones militares en Tayikistán y Uzbekistán para ser utilizadas por la
Fuerza Aérea de Francia y el Ejército Federal de Alemania. Ausente Estados Unidos, la mayor
parte de la pesada carga relacionada con el mantenimiento del gobierno de
Afganistán recaerá sobre los hombros de Tayikistán y Uzbekistán y probablemente
Turkmenistán. Estos países necesitarán el apoyo de alguien más fuerte, en
primer lugar Rusia y China, en estrecha colaboración con Irán. El
alcance de la presencia tradicional de Irán en el plano económico, cultural y
político excede largamente a todos los países miembros de la OCS. En todo caso,
Teherán todavía no es un miembro titular de la OCS debido a las sanciones
impuestas por la ONU en relación con su programa nuclear. Conforme pasa el
tiempo, la importancia de este aspecto languidece. Durante la cumbre de
Bishkek, el Presidente Rouhani declaró que Irán estaba listo para brindar
garantías para demostrar que no desea producir armamento nuclear. El tiempo
dirá si esto es suficiente para una reconsideración de la obsoleta decisión de
rechazar su solicitud como miembro permanente de pleno derecho. Actualmente Irán
confirma su meta de convertirse en miembro titular de la Organización de
Cooperación de Shanghai.
La
participación de Teherán en los trabajos de la cumbre de la OCS es vista como
la primera oportunidad para demostrarle al mundo la nueva cara de la diplomacia
iraní. El Presidente Hassan Rouhani tuvo una excelente oportunidad para un
exitoso debut en Bishkek. Aparte de la agenda, se reunió personalmente con el
Presidente Vladimir Putin. El punto principal de las conversaciones fue el
programa nuclear. Teherán sostuvo que desea encontrar una solución para este
problema en concordancia con las normas internacionales y espera que Rusia
ponga en práctica nuevas iniciativas en ese sentido. Por su parte, el
Presidente Putin señaló que Irán, como cualquier otro estado, tiene derecho a
utilizar el uranio para fines pacíficos, incluyendo su enriquecimiento. Siria
fue el tema dominante de las conversaciones bilaterales. La postura de ambos
estados coincide plenamente sobre el tema de la intervención extranjera, ambas
partes piensan que esta no solo conlleva una escalada en Siria sino que también
se extendería más allá de sus fronteras. Irán es un estrecho aliado de Damasco
y ningún acuerdo diplomático sobre el problema es posible sin su participación.
El Presidente Vladimir Putin y el Presidente Hassan Rouhani apoyaron la
decisión de Siria de acceder a la Convención de las Armas Químicas (CAQ) un
acuerdo de control de armas que prohíbe el armamento químico y su
consentimiento para poner su arsenal bajo control internacional. Y un punto
importante más: el Presidente Rouhani piensa que es un deber de todos los
estados del Medio Oriente liquidar las existencias de armamento químico
actualmente a su disposición. Teherán señala a Israel en primer lugar.
En 1992 el gobierno de Israel firmó la Convención de Armas
Químicas pero el parlamento del país nunca la ratificó. La cuestión podría ser
replanteada por Rusia e Irán en cualquier momento en relación con la decisión
siria de deshacerse del armamento de destrucción masiva. Israel ha dicho que no
se deshará de las armas mientras sus vecinos inamistosos las mantengan en sus
inventarios, queriendo decir, en primer lugar, Siria. Ahora la situación ha
cambiado y no tendría justificación para mantener ese arsenal mortal. Sería interesante ver
la reacción del gobierno de Obama frente a una iniciativa conjunta de Rusia e
Irán en la ONU planteando la propuesta de poner todo el arsenal israelí bajo
control internacional.
Resumiendo,
se puede afirmar que la cumbre de la Organización de Cooperación de Shanghai
que se llevó a efecto con el fondo de la situación en Siria agravada, demostró
la creciente influencia de este organismo internacional en la estructuración de
un nuevo patrón de seguridad regional. Tal vez ha llegado el momento de asumir
la cuestión de conceder a Irán el status de miembro titular pleno, como también
a otros estados observadores. La condición de miembros posibilitaría el pleno
uso de sus potenciales políticos y económicos para garantizar la seguridad en
Asia Central y del Sur.
Traducido
para el CEPRID (www.nodo50.org/ceprid) por María Valdés
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