EL TELÉGRAFO - Primer Diario Público
Ecuador, lunes 04 de febrero de 2013
Ecuador
Candidatos
de izquierda
Juan J. Paz
y Miño Cepeda
Los candidatos Rafael Correa,
Alberto Acosta y Norman Wray, coinciden en defender la Constitución de 2008,
cuestionar las herencias neoliberales, denunciar a la “partidocracia”, y
reivindicar una sociedad solidaria, equitativa, democrática e institucional, orientada
por el Buen Vivir (Sumak Kawsay).
Acosta
y Wray (incluidos algunos partidarios), incluso colaboraron con el gobierno de
Correa, hasta que rompieron con él. Acosta luce con mayores opciones que Wray y
es el candidato por la “Coordinadora Plurinacional de las Izquierdas”, sonoro
nombre que da la impresión (sobre todo en el exterior del país) de haber
unificado a todas las izquierdas. En realidad, integra al Movimiento Popular
Democrático (MPD), partido originado en la izquierda “maoísta”; Pachakutik
(MUPP) y sus sectores indígenas vinculados; una fracción socialista;
agrupaciones radicales o ecologistas; y algunos intelectuales, artistas y
marxistas ortodoxos.
MPD y
el movimiento indígena llevan en su pasado el respaldo a Lucio Gutiérrez y la
colaboración con su gobierno, con quien rompieron; pero, además, el MPD y
varios de los líderes indígenas, también apoyaron a los policías, en el intento
de golpe de Estado del 30 de septiembre de 2010 contra el Presidente Correa;
mientras hoy, trazan diferencias tajantes con el régimen “correísta” y no se
miden a la hora de los ataques, incluso repitiendo las mismas consignas de las
derechas contra el gobierno: caudillista, hiperpresidencialista, autoritario,
antidemocrático, populista, etc.
Pero en
Ecuador no existe una disputa entre las izquierdas “acostistas” y las que
apoyan a Correa, por más que aquellas insisten en atribuirse la autenticidad
del proyecto de la Revolución Ciudadana. El país se polariza entre las fuerzas
sociales que respaldan a Rafael Correa y su obra de gobierno, y aquellos
sectores que pretenden desmontar lo logrado y reimplantar, de una u otra forma,
el modelo empresarial de desarrollo, con su control del poder político. Por
eso, quien se ubica en el extremo contradictor de Correa, es el banquero
Guillermo Lasso, con quien se identifican las derechas tradicionales y las
oligarquías empresariales.
Que las
ideas se prueban en la historia es una verdad que el marxismo siempre la
destacó. Por consiguiente, la significación histórica y hasta numérica, así
como la legitimación y credibilidad sociales de los sectores que respaldan a
Wray y a Acosta, solo se verificarán en las elecciones del 17 de febrero.
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