Contradicciones: ¿Defender soberanía de las
Malvinas, mientras se entregan los Acuíferos del Guaraní y los territorios de
los pueblos Aborígenes?
Javier
Del Valle Monagas Maita
La
soberanía es un principio indisoluble y de alcance total en una nación. No es
posible ejercer media soberanía en un aspecto y total en otro. Así mismo
la soberanía es un término que define la posesión, uso, goce y disfrute de todo
el territorio nacional que ampara a la población en general de esa
nación. No puede ni debe existir soberanía de clases o parcializada. Aquí
entramos de lleno en el derecho colectivo del pueblo a poseer un territorio
donde asentar su existencia y desarrollar su vida. Ese derecho cobija a pobres,
ricos, negros, blancos, indios, criollos, etc. No es posible que una
nación que se precie de defender su soberanía entregue en venta millones
y millones de hectáreas de su territorio a empresas privadas o a personeros potentados.
Eso es una renuncia vil a la soberanía. Más aún cuando esos territorios
vendidos son el asentamiento histórico de pueblos que existieron mucho antes de
la existencia misma de la nación Argentina. Por lo tanto, sus derechos son
supra nación.
No
hay dudas de que las islas Malvinas, Georgia del Sur y Sándwich del Sur Son Argentinas. ¿Pero bajo que principio ético, se
puede reclamar la soberanía sobre un territorio?, cuando se ha entregado esa
misma soberanía en otros territorios, y cometiendo el doloroso error
de dejar a pueblos históricos originarios al margen de sus derechos y
abandonados ante unas leyes hechas para proteger al invasor y capitalista y en
detrimento de esos nobles pueblos antiquísimos en los territorios señalados.
Son cotidianas las violaciones de los derechos humanos, civiles y políticos de
los pueblos mapuches y otros, por parte de autoridades estadales, estatales,
municipales, puestas al servicio de los recién llegados capitalistas sionistas.
Es común en la prensa alternativa ver informaciones vergonzosas de decisiones
judiciales irritas, que despojan a esos pueblos originarios de sus más
legítimos derechos, en beneficio de supuestos dueños de ultramar o extra
territoriales, que compraron esos territorios sin el reconocimiento, ni información
de los dueños legítimos ancestrales. Pero en la gran prensa burguesa, los
pueblos originarios son citados sólo para mentir y engañar con la verdad.
Está
bien. Las Malvinas son argentinas. La pampa y la Patagonia, el Chaco, el
Centro, Cuyo. Pero parte de los acuíferos del guaraní también son argentinos,
así como los Mapuches son argentinos, los Avá, Tupí Guaraní, Chané, Chorote,
Chulupí, Wichí, Qom, Pilagá, Kollá. Entre muchos otros pueblos. Ellos también
son argentinos y cobijados bajo el manto de la soberanía nacional (Ahora
soberanía de la patria grande). Ellos merecen respeto y trato digno.
De
igual forma lo anterior, abarca a la nación Chilena y los pueblos originarios
en la Patagonia y otras regiones de los pueblos primeros Chilenos, que también
sufren los embates de un poder ejecutivo, judicial y legislativo que desconoce
deliberadamente los derechos de los indígenas mapuches y otros. A los que
despojan vilmente de sus posesiones para entregarlas a empresas mineras
depredadoras y otras transnacionales que lo único que hacen es empobrecer
a la nación y robarse todas las riquezas, a la vez que condenan a los
habitantes sempiternos de la región a la vida errante y miseria.
La
soberanía no se entrega, no se vende, no se presta, no se alquila ni se
mendiga. Se defiende integralmente, no por parcelas ni con actos de injusticia
para los más débiles. O se ejerce la soberanía totalmente o no se ejerce.
Parte de esa soberanía radica en los pueblos y su derecho irrenunciable a pisar,
poseer y trabajar su territorio patrio.
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Javier Monagas Maita
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