Elecciones sin la alternativa para construir
el futuro
Rómulo Pardo Silva
El electorado en prácticamente todos los países está obligado a
pronunciarse entre propuestas capitalistas en colapso. No tiene como opción
marcar por una política sustentable de largo plazo.
Hoy en Chile
se discute la legitimidad de las autoridades elegidas con una abstención del
60%. Algo académico porque los ganadores celebraron alegremente sin ninguna
preocupación por su débil apoyo en la sociedad. En Estados Unidos el fenómeno
es ya normal y ninguno de los partidos parece sentirse disminuido.
En general la
población chilena acepta la alternancia y cree que las dos fuerzas dominantes representan
–hasta cierto punto- políticas diferentes. Si se resta de votar es porque está
conforme con el sistema en que vive y no le importa demasiado que otros definan
las autoridades -sabiendo en paralelo- que harán básicamente lo mismo. Un
millón y medio de personas que votaban obligados ahora sin temor a sanciones no
lo hicieron por lo que se oyen partidarios de restablecer la ‘obligación
democrática’ y el castigo.
De lo que no
se habla en absoluto es de la ilegitimidad más profunda. La ausencia maquinada
de la opción futurista, y los partidos de izquierda popular no están libres de responsabilidad.
Si
permanentemente los medios de comunicación de los empresarios limitan la
política a las discusiones entre los capitalistas y como anexo difunden
entretención y propaganda enajenadora se hace casi imposible presentar un
proyecto para una nueva forma de sociedad porque la actual será imposible.
Así la peor
amenaza a la humanidad y toda forma de vida queda fuera de una consulta
democrática debidamente informada.
En los años
venideros habrá problemas objetivos radicales, que ya se sienten, cambio
climático, escasez o agotamiento del petróleo y minerales, desaparición de
especies, falta de agua, destrucción de selvas, aumento y envejecimiento de la
población, guerras, falta de nuevas tierras agrícolas, contaminación…
La Unión
Europea financió un encuentro de especialistas que formularon previsiones sobre
cómo será la vida el año 2050 debido al quiebre en la relación actual del
sistema con la naturaleza. El objetivo es dar orientaciones a sus gobernantes. Algunas
de sus predicciones son lucha por materias primas, conflicto social, producción
de bienes durables y reutilizables, reducción del consumo, vida sencilla frugal.
En China se está construyendo no lejos de Beijing una ciudad para 350 mil
habitantes donde cada persona dispondrá solo de 120 litros de agua diarios, el
60% de los desechos será reciclable, se reducirán los vehículos en un 90% y la
locomoción pública serán tranvías.
Científicamente
el capitalismo es insostenible y vendrá una civilización de menor producción y
consumo. El grupo de magnates mundiales Bilderberg propone crecimiento cero,
disminución de la población y gobierno planetario único por consentimiento o
imposición. Sería un error grave pensar que ellos se reúnen cada año para hacer
ficción.
Ese enorme y
peligroso colapso-cambio no existe como opción ciudadana de medidas políticas de
respuesta en la papeleta. Ni siquiera se menciona como un elemento de la
ilegitimidad representativa.
Desde la
sociedad civil hay que hacer transparentes las elecciones.
Contacto romulo.pardo@gmail.com
No hay comentarios:
Publicar un comentario