Si ordenó asesinar a Cano de las FARC, ¿No pensará lo mismo con la Comisión en Noruega?
Por J. Manuel Arango C.
Ubicación del objetivo, fue lo que primó en la aceptación del contacto de Santos con las FARC para ordenar su asesinato; por lo que no sería raro entonces, una aventura más en contra de la comisión fariana bien sea saliendo o llegando a Colombia; si es que no lo hacen en la mismo Noruega.
Sep 29 del 12.
Recientemente por la TV colombiana, vimos cómo el mismo Santos se vanagloriaba de haber sido quien ordenó “eliminarlo” refiriéndose a Alfonso Cano vocero de las FARC, cuando éstas una vez más, intentaban el acercamiento para iniciar un proceso de diálogo que culmine con la tan anhelada Paz en Colombia.
Un diario nacional del 24 de septiembre nos transcribe sus palabras de manera escalofriante, ya que si desde Colombia deben partir hacia Oslo [los miembros de] la Comisión de las FARC, para reunirse con la del Gobierno colombiano, en aras de desarrollar los cinco ejes del preacuerdo que son Tierras; derecho a la oposición; desmovilización; lucha contra el narcotráfico y Derechos Humanos; no veo las garantías necesarias y, por el contrario, según las manifestaciones del mismo Ministro de la Defensa Colombiano y el Pentágono que a diario ven a las “narco terroristas FARC” con el “negocio de las drogas”, es un clima perfecto para una emboscada allí en el mismo Oslo, o en el espacio aéreo.
Hasta la saciedad, me he caracterizado por ser un crítico del régimen, pero en un momento llegue a creerle a Santos su intencionalidad de adelantar un proceso de Paz y ojalá que éste no fuera sólo con el movimiento insurgente de las FARC y del ELN, sino que además sea involucrada la sociedad civil; ya que en últimas los puntos gruesos del preacuerdo son para la sociedad y no para la guerrilla; pero el día que lo escuché interviniendo en Kansas USA, me quedé de una sola pieza; pues así como lo planteó, o es otra cosa más, sino que tener la ubicación de sus objetivos y luego como estamos en guerra, justificar darlos de baja.
Espero equivocarme esta vez, pero palabras como la del Ministro Pinzón, que en una entrevista le preguntaban algo así: “Ministro. Hablemos hipotéticamente. Si en este momento suena su celular y le dicen las tropas que tiene rodeado a Timochenko –máximo jefe de las FARC-, ¿qué haría? Y sin pensarlo dos veces, como si ya supiera de antemano la pregunta, respondió algo como lo siguiente: “estamos cumpliendo las ordenes del Presidente” y las órdenes del Presidente Santos, según lo planteado por él cuando ordenó asesinar a Cano fueron: “Me dijeron que lo tenían rodeado (a ‘Alfonso Cano’) y me dije: las reglas son las reglas, y tomé la decisión de eliminarlo y así se hizo”.
Pese a la presencia de países garantes o facilitadores, en una reunión reciente de Santos en el exterior, pedía apoyo internacional para el logro de la Paz en Colombia ¡y claro! de inmediato se la ofrecieron y aplaudían. Pero, nunca nos dejaron saber de cuál paz hablaban los contertulios, ya que esta palabra tan corta pero de tan grande significado, tiene varios conceptos a la hora de contextualizarla a la realidad colombiana y latinoamericana; donde si el auditorio es la rancia extrema derecha afín al imperialismo norteamericano, el logro de la paz es exterminando, a como sea, todo brote de lucha emancipadora y a sus protagonistas; que de ser así, también podríamos interpretar, que el apoyo ofrecido pudiera ser el del apresamiento o dar de baja a los integrantes de la comisión, por razones muy obvias para los titiriteros y sus vasallos.
El tema de restitución de tierras pero además el de una verdadera Ley de Reforma Agraria Democrática e Integral en Colombia, no creo que los grandes terratenientes, los grandes gremios económicos, estén dispuestos a permitirlo, incluso el mismo estado, ya que entraría a tener roces por incumplimientos con el amo del norte, acabándose de firmar el nefasto TLC; por un lado y por el otro, es que las mejores tierras para agricultor, aquellas que estaban en manos de verdaderos labriegos campesinos, fueron arrebatadas a éstos a través de la más cruel violencia, y desde el Congreso de la República, ex presidente [Uribe] y el actual [Santos], no estarán de acuerdo con la “verdad, justicia y reparación”, porque la mayoría iría a parar a las cárceles que hoy, sin ese proceso de paz, están abarrotadas de personas inocentes, por cuestiones meramente políticas, por disentir del régimen.
Por eso, no sé de cuál paz hablaban por allá, cuando la democracia real, el derecho a la participación ciudadana, demanda de verdaderas garantías para ejercer la oposición democrática y activa, real; pero en Colombia, a todo aquel que lo intente hacer, se le sindica de “terrorista” y si son multitudes como las mingas, las Marcha Patrióticas, o demás, entonces, se les estigmatiza por estar “infiltradas”. ¿De cuál paz entonces hablarían con quienes quieren dialogar?
Por eso veo, y ojalá me equivoque nuevamente, porque el tema de la desmovilización, a tema bien “sobado”, pues no sería solo de los que asistan como movimiento insurgente a Oslo, sino de muchos más, que desde el Gral ( R ) Santoyo); Gral ( R ) Rito Alejo del Río, condenado por paramilitarismo; las investigaciones contra Uribe y tantos más, señalan que las desmovilizaciones tendrían que ser hartas y no como las de “Mr ternura” Sr Restrepo Ex Comisionado de Paz. Y así, los temas de la lucha contra el narcotráfico y de los Derechos Humanos.
Ese apoyo internacional y la misma negociación en el exterior, fue solo para que el pueblo colombiano no se diera cuenta de lo que se va dando? Ahí, es donde veo el peligro de la encerrona y que el tema de la paz sea abortada con cualquier pretexto; como el de que internacionalmente son “terroristas” y que no se pudieron levantar esas órdenes de capturas; o como esta semana salieron algunos gremios económicos a decir que los secuestrados son más de sesenta y que están en manos de las FARC siendo afirmaciones, como esas, las que mancillaron el buen nombre del Ex diputado del Valle, Sigifredo López y cuantos mas.
Ojalá, el proceso de paz, se concerte con toda la sociedad, pues de otra manera, la lectura que se hace, es que mi querido Juan pueblo quiere solución a sus problemas y pretende que le escuchen [o, de lo contrario] tendría entonces que insurreccionarse en armas; para que así, en otra mesa y en otra latitud del mundo, se discutan sus intereses. Es tiempo aún, que se amplíe esta mesa de negociación, sin prevenciones ni suspicacias; que se ordene un cese del fuego bilateral y que en palacio de Nari, la orquesta sea rítmica y no con esos destemplados acordes que la hacen tan disonante cada vez más, los de la guerra por un lado y unos cuantos por la paz, por el otro.
J. Manuel Arango C.
Director, Editor.
Red Independiente de Comunicación Alternativa CLARIN de Colombia
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