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viernes, 26 de octubre de 2012

Cooptar, luego comprar, si falla, reprimir y asesinar: estrategia de dominación en México



Cooptar, luego comprar, si falla, reprimir y asesinar: estrategia de dominación en México
Pedro Echeverría V.


1. Amanecí con la noticia que uno de los dirigentes, o de los más conocidos del movimiento estudiantil Yo soy 132, un joven del ITAM de apellido Attolini Murra, había sido comprado por Televisa con el argumento de que tendría “plena libertad para decir lo que quiera y con un audiencia súper ampliada como es la TV”. No me causó sorpresa porque ya lo esperaba en un movimiento tan grande, descentralizado y, sobre todo, donde participan estudiantes y profesores de universidades privadas estrechamente ligados a un sin número de intereses económicos y políticos. Seguramente Televisa usará todas sus horas para difundir la compra con el objetivos de desprestigiar al Yo soy 132, dividirlo, debilitarlo y así desaparecerlo. Esa táctica de la burguesía: de mediatización y control, no solamente es en México ni tampoco es nueva, ha formado parte de la estructura de poder del capitalismo.


2. El Yo soy 132 ha tenido mucha presencia en varios estados de la República, sobre todo en aquellos que ha habido, y hay movimiento social, que han dado cierta cobertura a las batallas de los jóvenes; en lugares donde el PAN hacía oposición a Peña Nieto surgió en las escuelas privadas el 132, pero apenas el PAN reconoció a Peña, los estudiantes de escuelas privadas desaparecieron (Yucatán es un ejemplo) dejando solamente a los de escuela públicas. En el campamento (monumento a la Revolución) del DF, podría decirse que por “conciencia de clase”, casi todos pertenecen a la UNAM, el POLI y otras escuelas públicas. Por ello pareció muy extraño a los luchadores sociales que el 132 haya nacido en una escuela privada y que las universidades de paga estén en un momento encabezando las batallas estudiantiles. Así que surgirán muchos personajes como Attolini.


3. La estrategia maquiavélica de “divide y vencerás” ha sido una práctica permanente de la clase política y empresarial en México. Nunca acude directamente a la represión y al asesinato, sino que sólo lo hace después de ofrecer pagar por todo el movimiento y no aceptar las ofertas. ¿Por ello Álvaro Obregón en sus tiempos dijo: “Nadie aguanta un cañonazo de 20 mil pesos”. A casi todos los líderes sociales: Flores Magón, Zapata, Villa, Vallejo, Campa, Othón, Galván, Marcos, López Obrador, Nacho del Valle, y miles más que han encabezado a obreros, campesinos, ferrocarrileros, maestros, electricistas, les han ofrecido dinero, trabajo, privilegios, para que dejen de dirigir movimientos o que los pasen al control del Estado; dado que ellos no han aceptado, entonces han dispuesto siempre la represión, el encarcelamiento y el asesinato.


4. La realidad es que en el caso Attolini cabe aquella “estrategia de luchar desde dentro del poder porque ahí están las mejores oportunidades para avanzar”. Sin embargo lo que ha enseñado la historia es que los que han decido luchar “desde adentro” han tomado el camino del oportunismo más ramplón; comienzan defendiendo su honradez y terminan sirviendo al capital y llenándose las bolsas. Lo contrario del oportunismo es el sectarismo, es decir, luchar siempre desde fuera y contra el poder, pero sufriendo grandes dificultades para avanzar, además de ser víctima de la represión. Pero todos aquellos que han sido líderes de izquierda han preferida conservar su dignidad; morir, ser encarcelados o aislados a venderse por un plato de lentejas.


5. Las decenas de estudiantes del 132 que llegaron a las importantes reuniones de análisis y discusión, primero en San Salvador Atenco y después en la ciudad de Oaxaca, le dieron mucho contenido a esos eventos a los que acudieron indígenas, campesinos, profesores y luchadores sociales. Las ideas que manejaron demostraban un compromiso real con la lucha social que se discutieron en todas las mesas. Por ello se puede adelantar que el movimiento Yo soy 132 no será fácilmente derrotado, a pesar de los esfuerzos de Peña Nieto y Televisa por destruirlo, sino que perdurará por mucho tiempo. El movimiento no es lópezobradorista, pero las coincidencias con él son naturales porque ambos luchan contra el mismo enemigo: el gobierno impuesto por Televisa y contra la manipulación que ejerce esta empresa contra el pueblo.


6. Pablo González Casanova, investigador emérito y exrector de la UNAM al definir al ayer en el Colegio de México al Yo soy 132 señaló: se trata de un movimiento consciente de que en su contra se maneja la política de la represión, combinada con la de la cooptación, por lo que sus integrantes tienen claro que son dos armas con las que los quieren destruir. El 132, al que don Pablo tiene respeto, dijo que mantiene la legalidad, incluso en acciones cívicas; pone especial atención a los provocadores y da prioridad a resolver los problemas de organización, comunicación, información y construcción de fuerzas alternativas con una política variante, que tal vez logre precisar un programa mínimo. Su política de articulación con otros movimientos similares, de carácter nacional y mundial se encuentra en un proceso de gestación. PGC tiene razón: tenemos que solidarizarnos con las luchas sociales de los jóvenes en el mundo. (25/X/12)


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