Protestas estudiantiles en el zócalo en “el grito” contra Calderón y Peña; represión a estudiantes
Pedro Echeverría V.
1. A pesar de la férrea vigilancia policíaca de más de 25 mil uniformados, unos tres mil estudiantes se concentraron en el zócalo desde las 10 de la noche, llevando mantas y carteles entre las ropas, con el objetivo de protestar y lo lograron maravillosamente. Los reporteros independientes han subido a Internet videos para demostrar esta digna batalla, misma que Televisa, TV Azteca y otros medios -al servicio del gobierno y de los empresarios- ocultaron a propósito, tal como lo han hecho durante varias décadas. Estos funestos medios de información que han acumulado gigantescas riquezas durante los gobiernos del PRI y del PAN, han manipulado la información resaltando y escondiendo los hechos según sus propios intereses capitalistas.
2. Bastaron tres consignas: a) Cuando el presidente Calderón comenzó el “grito” de “vivan los héroes que…”, los estudiantes (y el público que se solidarizó con ellos) comenzaron a gritar más fuerte: “asesino, asesino, asesino” y así durante cinco minutos; b) Cuando Felipe Calderón agitaba la bandera y tocaba la campana, los estudiantes le gritaron cinco minutos: “Fraude, fraude, fraude” y c) Cuando se tocó el himno nacional, los estudiantes y acompañantes gritaron 10 minutos: “México, sin PRI; México, sin PRI; México, sin PRI”. Los reporteros oficiales sólo enfocaron el balcón de Calderón y sus grabaciones sólo registraron ese hecho. Sin embargo, nunca han faltado otros registros de protestas en actos públicos, en informes y plenos de legisladores.
3. Terminado el acto, el enfurecido Calderón –antes de ingerir el primer trago de la noche- ordenó detener a todos aquellos jóvenes que pusieron en ridículo aquel “acto sagrado”. Cientos de policías vestidos de civil y otros uniformados fueron cazando a los muchachos –hasta llegar a 80- deteniéndolos con lujo de violencia para escarmentarlos y, al mismo tiempo, con insultos y amenazas de tener ya sus fotografías y sus fichas para que no vuelvan a protestar contra Calderón y el presidente electo (Peña Nieto). Los jóvenes estudiantes no dejaron de mencionar y exigir el respeto a la Constitución y a los derechos humanos, pero a los policías eso les valió un carajo. Esta detención –además de las que se han realizado en varios estados de la República- demuestra el despotismo vigente.
4. Antes de la implantación del neoliberalismo, de la extensión del desempleo, que se registraran los sismos del 85, de la expansión del ambulantaje, las ceremonias del “Grito de Independencia” que cada 15 de septiembre se realizaban en el zócalo de la ciudad de México –por lo menos desde 1966 que comencé a asistir a ellas cada año- eran verdaderas fiestas muy bulliciosas del pueblo; asistía por lo menos un millón de personas (en distintas horas de la tarde y noche). Mucha gente jugaba arrojando confeti, harina, cáscaras de huevo; otra salía a comer la gran variedad de fritangas y dulces que se vendían y los demás tomábamos esa tarde-noche como horas de agradable paseo. No había acordonamiento de policías ni mucho menos alguna revisión. Sólo había que abordar el tranvía de 35 centavos.
5. Las protestas públicas, los silbidos y abucheos contra el presidente Díaz Ordaz comenzarían en la ceremonia del grito el 15 de septiembre de 1968 después de la enorme manifestación estudiantil de silencio dos días antes que ocupó el zócalo. Ese día 15 los estudiantes celebraron el grito de independencia en la UNAM, en Zacatenco, en el Casco de Santo Tomás y en la Vocacional siete. ¿Puede olvidarse acaso que cuando Díaz Ordaz inauguró las Olimpiadas Mundiales aquel 12 de octubre -10 días después de la matanza de estudiantes en Taltelolco- recibió del público una gigantesca silbatina, gritos y mentadas de madre que apenas registraron los medios? Sin embargo, las protestas se multiplicaron a partir de los años ochenta.
6. Las protestas estudiantiles del Yo soy 132 de anoche en el zócalo demuestran, una vez más, que ese valeroso movimiento sigue vivo a pesar de la represión abierta y selectiva que ha venido sufriendo. La maravillosa reunión que se realizará en Oaxaca el 22 y 23 es muy esperanzadora porque en ella se analizará la situación del país y se discutirán las futuras acciones a organizar. Esperamos que Morena –la organización encabezada por López Obrador- también sea un instrumento de unidad en las batallas por lograr un México libre, democrático y participativo. El pueblo mexicano comienza a despertar, a abrir los ojos y a darse cuenta que PRI y PAN son la derecha empresarial y proyanqui y que el PRD va por ese mismo camino. Quedan algunas esperanzas en que Morena se convierta en un instrumento de apoyo a las luchas del pueblo.
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