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viernes, 23 de septiembre de 2011

Por qué los BRICS no "salvarán" a Europa


Por qué los BRICS no "salvarán" a Europa
Pepe Escobar


Traducido del inglés para Rebelión por Germán Leyens


23-09-2011


Este jueves, en Washington, ministros de finanzas y gobernadores de los bancos centrales del grupo de potencias emergentes de los BRICS –Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica– se reunirán y, según el ministro brasileño de finanzas Guido Mantega: “Hablarán sobre qué hacer para ayuda a la Unión Europea a salir de esta situación.


¡Para el carro! ¿Es una caballería emergente al rescate? ¿Podría ser el fin del auto-inducido pánico de la liquidez de la eurozona (¿eurobasura?)? ¿O es solo que los BRICS muestran gráficamente la evidencia, mostrando en qué dirección sopla el viento económico?


La idea básica (brasileña) es que el potencial financiero de los BRICS compre algo de deuda soberana europea adicional. Pero solo bonos “sólidos” –de Alemania o del Reino Unido– serían aceptables. La justificación es que los BRICS ganarían al diversificar sus reservas -China con 3,2 billones (millones de millones) de dólares, Brasil con más de 350.000 millones, India con más de 320.000 millones– y ganarían más dinero que con la inversión en bonos del Tesoro de EE.UU.


El hecho es que BRICS seleccionados han estado diversificando sus reservas desde hace bastante tiempo, especialmente China, así como Brasil (que sigue siendo el cuarto acreedor por su tamaño de EE.UU., con más de 210.000 millones de dólares).


Habrá mucho que discutir en Washington. India no muestra mucho entusiasmo. Tampoco Rusia: Moscú, a través de Arkady Dvorkovich, principal consejero económico del presidente Dmitry Medvedev, declaró directamente que los europeos deben presentar una estrategia clara para rescatar a los PIGS (Portugal, Irlanda e Italia, Grecia, España) antes de que Moscú comience a comprar más bonos de la eurozona.


Quiero morder tu manzana


En cuanto a China, no preguntéis lo que puede hacer Pekín por Europa; preguntad lo que Europa ha hecho por Pekín. Bueno, no mucho. El bombardeo por la democracia de la OTAN sobre Libia causó pérdidas masivas a China, incluida la repatriación relámpago de más de 36.000 trabajadores chinos, y la cancelación de docenas de contratos. Para no hablar de que los BRICS se opusieron fundamentalmente a la guerra de la OTAN, y los “rebeldes de la OTAN” en Libia ya han amenazado con marginar a compañías brasileñas, chinas y rusas en el reparto del nuevo botín libio.


Es posible hacerse una idea de lo que Pekín quiere realmente con lo que el máximo consejero del banco central de China, Li Daokui, dijo en el reciente Foro Económico Mundial en Dalian: “Las partes incrementales de nuestras tenencias de reserva en divisas deberían invertirse en activos físicos”.


Traducción: “Nos gustaría comprar participaciones en Boeing, Intel y Apple, y tal vez deberíamos invertir en ese tipo de compañías de manera proactiva”. Daokui dijo que hay sorprendentes “10 billones de dólares” a la espera de ser invertidos en EE.UU.; sobre el cadáver colectivo del partido republicano, se podría agregar.


Daokui también dijo que China estaría dispuesta a “liquidar más de sus tenencias de bonos del Tesoro” solo después que “se estabilice el mercado del Tesoro de EE.UU.”

 
La palabra operacional en este caso es “liquidar”, no “diversificar”. Es decir, que Pekín realmente quiere librarse de todos esos dólares. Mientras tanto, seguirá comprando cualesquiera activos extranjeros que aparezcan, así como, inevitablemente, dólares. Los europeos no deberían excitarse demasiado: Pekín quiere tanto a la deuda del euro como a la deuda del dólar. En realidad, ahora considera la deuda del euro como aún más tóxica.


El retorno de los muertos europeos


Críticos del plan brasileño dicen que la UE no necesita un rescate. Ya está inundada de todos los euros que imprime; lo que necesita es “disciplina fiscal”. Adicionalmente, es una mala inversión: el euro perderá inevitablemente frente al yuan, el rublo o el real, y algunos países de la eurozona podrían incluso llegar a la suspensión de pagos.


El economista francés Emmanuel Todd –que pronosticó la decadencia de EE.UU. incluso antes de la invasión de Iraq– califica al euro de “concepto zombi”. Por cierto, en el sentido de que la más acaudalada Europa septentrional nunca estará dispuesta a abrir sus billeteras para ayudar a Europa meridional a alcanzar un nivel económico equivalente.

 
El egoísmo nacional predomina. El euro es demasiado caro para Grecia, Portugal, España, Italia e incluso Francia. La tasa del euro en relación con el dólar de EE.UU. está adaptada a Alemania u Holanda, no a Europa del sur. Para estos países, el euro es como una bomba de racimo sobre su crecimiento.


Y como la divisa es tan fuerte, las compañías no pueden exportar. Deslocalizan como locas. Y el desempleo aumenta. Por eso el abandono del euro es una solución para todos esos países cuya competitividad enfrenta problemas. Pueden devaluar sus monedas y reanudar las operaciones.


Pero entonces comienzan los aspectos contrarios. Técnicamente, el que esos países vuelvan a sus monedas nacionales –digamos, el dracma, el peso, o la lira– ya es un gran dolor de cabeza en sí. Es obvio que esas nuevas (antiguas) monedas caigan; según proyecciones de ING sería algo como un 50% en el caso de Grecia y España.


Esto significa que su deuda, así como las deudas de sus compañías –denominadas en euros– aumentará exponencialmente. Y lo mismo vale para la inflación; se colocaría en un territorio de dos dígitos.


La única solución realista para la crisis europea sería orientarse hacia una Europa federal (algo como los Estados Unidos de Europa). Eso implicaría que la deuda acumulada de todos esos países sería la deuda de Europa (y también implicaría, en un registro positivo, no más especulación). La economía sería centralizada, administrada en una escala europea.


No existe absolutamente ninguna señal de que los ciudadanos en toda Europa estén dispuestos a aceptar un proyecto semejante. Por lo tanto, la crisis es interminable.


Quiero seguridad, sí señor


El temor máximo del BRICS es que ese perpetuo páramo de la eurozona más el estancamiento estadounidense conduzcan a una contracción global y también causen estragos en toda Asia, Suramérica y África.


La opinión pública en el mundo en desarrollo tiene buena memoria. Muchos soñarían que tal como el FMI “ayudó” al Sur global aplicando sus temidos “ajustes estructurales” –desregular todo lo que haya a la vista y transferir más riqueza a los ya ricos– los BRICS podría imponer ahora sus propias reglas para “salvar” Europa.


Significaría, en la práctica, sitios permanentes en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas para la “B” y la “I” en BRICS (“R” y “C” ya lo tienen). Brasil demandaría un verdadero libre comercio en agricultura. Y China exigiría verdadera libertad de inversión.


Pero todos saben que eso no sucederá.


Otra posibilidad –en términos de ayudar no solo a Europa sino a la economía global en su conjunto– sería que todos los BRICS lanzaran masivos proyectos de infraestructura. Entonces, la UE y fondos en EE.UU. serían “alentados” a participar. China ya lo hizo, y Brasil lo está haciendo; pero esas masivas inversiones en infraestructura se orientan en gran parte sobre una base local y regional, y no significan más empleo para europeos o estadounidenses.

 
Europa Occidental a pesar de estar golpeada por la crisis, sigue siendo, en su conjunto, la economía número uno del mundo; según The Economist, poco menos de un 24% del total global, en comparación con los BRICS al 21%. Sin embargo, los europeos tienen un 32% de los votos en el FMI, mientras los BRICS controlan solo 11%.

 
Por lo tanto, tal vez sea eso lo que realmente buscan los BRICS; quieren imponer una nueva correlación de fuerzas en el FMI. Con este fin, ¿por qué no debilitar un poco más el poder del dólar estadounidense, y desafiar a Europa con un poco más de fuerza, pero sin apostar a que el dólar, o el euro, o ambos, se derrumben? Sun Tzu lo aprobaría.


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Pepe Escobar es autor de “ Globalistan: How the Globalized World is Dissolving into Liquid War ” (Nimble Books, 2007) y “ Red Zone Blues: a snapshot of Baghdad during the surge ”. Su último libro es “ Obama does Globalistan ” (Nimble Books, 2009). Puede contactarse con él en: pepeasia@yahoo.com .


(Copyright 2011 Asia Times Online (Holdings) Ltd. All rights reserved.)

Fuente: http://www.atimes.com/atimes/Global...


Tomado de: http://www.tercerainformacion.es/spip.php?article28962

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