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domingo, 25 de febrero de 2018

IMPERIO Y OLIGARCAS CRIOLLOS ASESINARON A SANDINO. APUNTES

IMPERIO Y OLIGARCAS CRIOLLOS ASESINARON A SANDINO. APUNTES
Revista Libre Pensamiento

El asesinato de Sandino no obedeció a razones personales sino de clase. Sandino -a pesar del desarme relativo de 1933- representaba la posibilidad de un nuevo levantamiento popular y por eso lo mataron. No otra cosa sugiere el hecho de que en su asesinato se hayan involucrado la Guardia Nacional, con Somoza a la cabeza; la Presidencia, representada por Sacasa y el Imperialismo estadounidense, a través de su embajador en Nicaragua, Arturo Bliss Lane.


Habiendo asesinado a Sandino y masacrado luego a centenares de patriotas en las cooperativas de Wiwilí, la Guardia Nacional, la Presidencia y el Imperialismo yanqui, actuaron en nombre de todo el sistema opresor. Por eso lo más "selecto" de la sociedad granadina, esto es, como dice Salvatierra, “la flor y nata de la oposición” y el liberalismo leonés organizaron ostentosas fiestas para congraciarse con Somoza, el asesino de Sandino.

El diario La Prensa también aplaudió la matanza perpetrada contra los patriotas sandinistas. Lo mismo haría en lo sucesivo toda vez que la guardia se ensañara con los representantes del pueblo. Así, por ejemplo, en diciembre de 1937, fecha en que dicha fuerza asesinó a Pedro Altamirano, La Prensa llamó bandolero a este héroe del pueblo y malhechores a sus compañeros de armas.

Pero, a todo esto, ¿dónde queda Moncada? ¿Tuvo, o no, participación en el asesinato de Sandino? Si realmente la tuvo ¿de qué tipo fue? Para tratar de dilucidar el asunto planteado, comencemos por leer lo que plantea en una carta inédita que él enviara a Salvadora Debayle, el 6 de febrero de 1933:


Una carta comprometedora

Comparando el trato que la gente brindaba al Señor de Trinidad en Masatepe con el que se le daba a Sandino en Managua, al que todos “con el debido respeto le han limpiado del cuerpo el sudor”, Moncada llama a Somoza García a que “se acuerde de los galeotes a quienes Dn. Quijote libertó o de aquel consejo de Yabard (?), un escritor militar, quien decía que un buen jefe nunca debe dormirse confiado en la buena fe de un tratado.”

La carta no implica a Moncada en el crimen, pero en ella ya asoma una actitud decididamente en contra de la paz suscrita entre Sandino y las fuerzas libero-conservadoras. Por lo pronto, "sólo" hay un llamado a que Somoza no se duerma confiando en el tratado de paz de 1933. Emprendamos otro paso más.

Moncada “director mental de Somoza”

James Saxon Shilders, periodista estadounidense, quien tras el asesinato de Sandino entrevistó a varios personajes de la vida nacional, preguntando a Sacasa sobre el caso, expresó: “El general Moncada almorzó con el señor Lane el día del asesinato”, agregando que había quienes aseguraban “que Moncada sabía que el asesinato sería perpetrado esa noche”, pues decían “que él y Lane ultimaron los detalles durante ese almuerzo.”

En un artículo publicado en La Prensa de San Salvador en julio de 1936, por Horacio Espinoza bajo el título “Al margen de un artículo del General J.M. Moncada”, se lee en parte, lo que sigue:

“Los que conocemos el proceso de lo que ha ocurrido en Nicaragua, sabemos que en ese artículo [“Proceso histórico del recién pasado movimiento revolucionario”] el general Moncada cuenta su propio cuento, es decir lo que él soplaba al oído del general Somoza, lo que él quería que creyeran e hicieran éste y la Guardia Nacional. Moncada fue la serpiente tentadora del general Somoza, hasta remitirlo a uno de los capítulos más célebres de nuestra historia.”

No en vano, el autor de ese artículo llama a Moncada “director mental del general Somoza.”

Según Sofonías Salvatierra, al momento en que la guardia sacrificaba a Sandino, Moncada, en una cantina de los suburbios de Managua, dijo que sólo matando al rebelde “podía haber seguridad.” Y dieciocho días después de la perpetración del crimen,

La Noticia le publicó un artículo en el que concluía que la “manera de evitar una guerra civil era que el Presidente Sacasa se entendiera con la Guardia.” Debe recordarse que ya en una ocasión anterior, durante la Guerra Constitucionalista, Moncada quiso asesinar al héroe antiimperialista.


El encumbramiento de Somoza García y el asesinato de Sandino

Habiendo asesinado a Sandino, Umanzor, Estrada, Sócrates y Ferreti, y masacrado luego a centenares de patriotas en las cooperativas de Wiwilí, la Guardia Nacional, la Presidencia y el Imperialismo, actuaron indiscutiblemente en nombre de todo el sistema opresor. Por eso, lo más "selecto" de la sociedad granadina, esto es, como dice Salvatierra, “la flor y nata de la oposición” y el liberalismo leonés organizaron ostentosas fiestas para congraciarse con Somoza, el asesino de Sandino.

Sobre la participación de Bliss Lane y Somoza García en el crimen no cabe duda alguna. Por si la hubiera, debe saberse que el fundador de la dinastía que lleva su apellido, el propio 21 de febrero, le expresó a un grupo de oficiales de la GN que la embajada estadounidense le acababa de dar la venia para liquidar al héroe, por estimarlo “un perturbador del país.”

En otra ocasión, reconoció su involucramiento en el crimen en un banquete organizado en su propio honor. Y antes de perpetrar el crimen, en una entrevista, le insinuó a José Román sobre el asunto que tenía entre manos.

Con relación al Embajador Arturo Bliss Lane, es "extraño" que, después de ejecutada la acción contra Sandino y sus acompañantes, se presentara al cuartel en que Sofonías Salvatierra y Gregorio Sandino estaban detenidos -desde que ambos fueron separados del grupo de Sandino al momento de la detención- a ofrecerles libertad y asilo político.


Arturo Bliss Lane, en un telegrama al Departamento de Estado, reconocía que había recomendado a Somoza no precipitarse en relación con Sandino...

En lo que a Juan Bautista Sacasa respecta, se señalan varios hechos que, de una u otra forma, lo incriminan:

- El propio día del crimen invitó a Sandino, sin ningún motivo aparente, a la casa presidencial. - Habiéndose retirado de casa presidencial, Sandino y sus acompañantes fueron detenidos por una patrulla de la GN, transcurriendo dos minutos para que Sacasa, informado por su propia hija, conociera el hecho.

- Entre el momento de la captura y la ejecución del crimen, medio suficiente tiempo como para que Sacasa evitara la acción contra Sandino y sus compañeros.

- Jesús Hernández y Nicolás Martínez, antiguos amigos y partidarios de Sacasa, sostuvieron que sabían que éste era culpable del crimen perpetrado.

- El Partido Unión Democrática Nicaragüense, en una hoja suelta intitulada “El más glorioso soldado contemporáneo de las libertades americanas”, señalaba, en parte, que Sacasa era el encubridor del más repudiable crimen político ejecutado en suelo americano durante el siglo XX.

- Tras el asesinato de Sandino, Sacasa ascendió a Somoza de brigadier general a mayor general.

Hablemos ahora del vertiginoso ascenso de Somoza García hacia el poder. Antes que nada, debe decirse que surgió como por encanto en la palestra política de Nicaragua, pues antes de la firma del acuerdo de paz de 1933, era una figura casi desconocida.

El romance que se le atribuyó con la esposa del señor Hanna, embajador de EEUU en Nicaragua, fue, al parecer, una causa importante de su ascenso estrepitoso hacia el poder.

Otra, no menos importante, fue su calidad de secretario particular de Moncada.

Como elemento favorable al logro de las ambiciones de Somoza G., no puede menos que considerarse su condición de desalmado, antipueblo y entreguista, pues sólo con gente de esa condición los imperialistas podían garantizar su dominio en Nicaragua.

Por algo Franklin Delano Roosevelt, padre de la "Buena Vecindad" ya conocida, expresó, refiriéndose a Somoza, lo que sigue: “él es un hijo de perra, pero es nuestro.”

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