Portada de antigua versión de Revista Libre Pensamiento

viernes, 7 de abril de 2017

LOS CUENTOS DEL MACHO RATÓN". También conocido como "El Racho Matón"


LOS CUENTOS DEL MACHO RATÓN
También conocido como “El Racho Matón
Oscar Ulises Cortés Tapia
Literatura Gratuita Popular 

PROHIBIDA LA VENTA


©Todos los derechos reservados (ilustración y texto). 



Pronunciación de las palabras náhuatl

La ortografía tradicional que empleamos aquí se basa en los siguientes principios: 

1. Todas las vocales se pronuncian como en español. 

2. Las consonantes son normales, a excepción de: 


Sonidos 

Ejemplos 


X = ch 

xicotl = chicotl 

CH= tch 

chántico = tchántico 

Z= s 

Zan = san 

La H es una aspirante

La grafía LL se pronuncia como las dobles consonantes italiana, es decir como "l" alargada o doblemente articulada (suspendiendo un instante la primera "l" y luego articulando la segunda). 

Por ejemplo Citlalli sería Citlal-li. 

El grupo qu- se pronuncia k ante una -e o una –i, pero se pronuncia kw- (k + w ingles de well) ante una –a. 

Ejemplos: Calpixke = Kwalpichke 

Quimichin = kimitchinn 

Cauitl = kwauitl 

La -u y la -y son semi-vocales las cuales se pronuncian respectivamente como w- del inglés “well” y comoy-en el español “yegua”. 

Los grupos -an, -en, -in deben ser pronunciados –ann, -enn, etc. 

Ejemplos: Colhuacan = Colhuacann 

Xilonen = Chilonenn 

Totochtin = Tototchtinn 

El acento cae generalmente sobre la penúltima sílaba. 


“…No fue triunfo ni derrota; fue el doloroso nacimiento del pueblo mestizo…” 

Puesto en la placa conmemorativa a la destrucción de Tlatelolco, en México. 

1) CUENTO ELOCUENTE DE LOS CUENTOS

Estimado Amigo; 

Mi estimada Compañerita;

Mi estimado Compañerito; 

Estimada Amiga;


Si sos de los que han estado siempre inconformes con la ilusión, nacida de la visión de los destructores, que nuestros detractores llaman “Conquistadores”, y te has preguntado en vos-mismo; en voz alta; ¿qué sentido tiene el insensato odio milenario del rico hacia el pobre? Si sos de esos que sienten en su corazón, con toda la razón, cómo su parte “india1” sale por los genes y por los poros; en coro; te apuro, puro y sincero que sos, en acercarte un buen rato; es decir, un ratón; para escuchar cómo fluyen de mi mente, los cuentos de lucha del “Macho Ratón” y de sus numerosos acólitos. 

Porque en realidad, hoy es un buen día para aprender, ya que todos los días se aprende… 

Ven, relájate que quiero relatarte algo que han tratado de hacernos olvidar, evaporándolos en humos gigantes de fogatas abrasadoras. 

Mas, desgraciadamente para ellos, aquí está la progenitura de Nicaragua, y nosotros que conformamos la Patria Grande, hemos decidido recordar para no permitir más de esas barbaridades, para impedir nuevamente... 

Mitigar la lesión político-militar infligida… 

Verás que con el olvido voluntario sistemático y la tergiversación impuesta de la Historia, han querido hacernos creer que éramos menos; cuando la onda expansiva de nuestra espiritualidad, alcanzaba niveles y lejanías ahora inalcanzados. 

Nicaragua, mi tierra, ya era conocida por sus dos grandes lagos; ya era envidiada por codicias ajenas… 

Ese fértil terruño, dentro de ese rico y abundante continente recién “descubierto”, tenía tantas cosas nuevas que ofrecer, de modo que se presentó, para los devastadores huéspedes indeseados, como “un Milagro de Dios” o más precisamente como decían: tal como “El paraíso mahometano”; sobre todo ante la situación caótica que vivían en Europa; enfrascada en sus cruzadas contra los musulmanes, quienes la tenían acorralada y famélica…

Así, la costumbre de las cruentas y rudas guerras fratricidas que los países europeos mantenían entre sí, los tenían hundidos económicamente…

Por eso entre sus mismas sociedades desequilibradas por las desigualdades sociales, se derramaba tanta sangre… Por eso abundaba tanto la muerte, las enfermedades y por eso a veces el hambre era extrema (salvo para algunas “élites” de “sangre azul-divina”)… 

Entonces, lógicamente, no teniendo nada más que ofrecer, el foco de destrucción, de putrefacción y de caos continuo, se trasladó aquí mismo, convirtiéndose de manera vertiginosa en un ciclo de miseria, purulencia y hambruna; especialmente en Nicaragua; las últimas tierras del Anáhuac, donde la felicidad inocente, según el propio Fray Bartolomé de Las Casas, se convirtió en una fatal maldición para la descendencia de los pueblos originarios, ahora mestizados.

Todo fue tristemente provocado por el hombre blanco quien, al igual que una plaga, irremediablemente lo extermina o lo enferma todo; enfermo que es; al guiarse masivamente por el impulso de su vientre rastrero.

A consecuencia de la comodidad rastrera del blanco, se causó el mayor daño; y de manera definitiva; a la entera humanidad… 

Y es precisamente para mantener en alto sus intereses bajos, que someten o explotan al hermano que ellos consideran “inferior” y que prostituyen a la hermana, que a ella, ni siquiera consideran, más que para obtener beneficios propios, inherentes a las cadenas que condenan su género... 

En otras palabras; estimados y estimadas potenciales lectores; lectoras; para que lo entendamos correctamente, se podría decir que la mayoría de las personas, sostenemos el sistema inventado por el “blanco”; la minoría; y permitimos que se mantenga esa comodidad personal egoísta, a costa de nuestro sufrimiento común. 

Eso lo sabemos… 

Lo que ignoramos, es: ¿Hasta cuándo nuestra pasividad mantendrá el funcionamiento actual de las cosas? ¿Hasta cuándo continuaremos siendo responsables directos e indirectos de los acontecimientos catastróficos que hemos presenciado y que persisten a nivel mundial? ¿Hasta cuándo en fin, dejaremos ese no-cambio de situación que se ha vuelto permanente? 

Felizmente, ya algunos y algunas de nuestros “viejos abuelos” y “viejas abuelas” tomaron algún día la decisión de heredarnos su rechazo a esa propuesta indigna y terriblemente reductora de los invasores. 

En ese entonces, se irguieron frente a la maquinaria-mortífera-burocrática-aplastante que desplazaron hacia acá la muerta de hambre, maloliente y pestilente soldadesca mercenaria europea de la época: los delincuentes organizados, en busca de fortuna excesiva que saciara sus placeres insaciables. 

Nuestros cuentos ocurren justo precisamente en ese período relativamente corto de enfrentamientos bélicos; durante los que algunos llamaron el “choque de cultura”, “el descubrimiento”: “la conquista”; que no fue más que un “encontronazo” favorable a los ignorantes aventureros y cobardes; quienes decidieron, a través de la Corona Española y de la temible Inquisición; desatar su furia sin sentido contra una civilización cuya superioridad era incomprensible para aquellas mentes pequeñas; cerradas; que juzgaban sin conocer…

Era el momento en que las matanzas y las violaciones masivas eran Ley, o mejor dicho, era una época sin leyes, en la que las enfermedades diezmaban dramáticamente a la población y en la que el hombre blanco demostró a la humanidad lo monstruoso que era capaz de ser… 

Pero ellos lo justificaban, para poder seguir durmiendo tranquilos: y helos ahí convertidos en “civilizadores”… 

Jajajajaja…

En esa etapa atroz, ahogada por la viruela, por la peste bubónica, por la gripe y el sarampión; la resistencia de los autóctonos se organizó decorosamente, reclutando a los últimos pobladores que todavía tenían consciencia de aquel horror y que aún eran capaces de levantarse sin miedo; aunque consternados, heridos en su honor; los que decidieron, al inverso de algunos pueblos pendejos y entregados, no colaborar con los “diablos” que habían venido a desbaratar toda las maravillas de ese mundo gigantesco. 

Sin embargo, la lucha militar directa en esa precisa transición fue de poca duración… 

Pues, entre los pocos sobrevivientes al cataclismo, muchos habían pactado con el enemigo: esos eran los grupos menos aptos a comprender la grandeza de su propio universo; esos eran los enemigos internos; los débiles. 

Además, la muerte azotaba literalmente a los nativos de aquí, quienes fueron desapareciendo poco a poco, masivamente; desde el más íntegro y más preparado, hasta el recién nacido…. 

De hecho, ya habían parido a las generaciones humilladas de mestizos, de mestizas; de “bastardos” y de “bastardas”, productos de las violaciones sistemáticas… 

Indudablemente, nos encontrábamos en una situación bastante compleja al sentir de la población que, recordémoslo, había logrado desarrollar, entre sus habitantes, una sabiduría interior que iba más allá de la dominación y del saqueo del mundo material conocido… 

La realidad o la pesadilla fue tal, que el índice demográfico cayó drásticamente, hasta bajar en un período promedio de cien años, al cuatro por ciento desde el total original, en todo el continente, según las cifras oficiales. 

Pero todavía se encontraba intacta – pese a estar a punto de desaparecer como quintaesencia – toda la sabiduría de nuestros antepasados, un conocimiento amplio y profundo, diverso; múltiple; que les permitía alcanzar, como hemos dicho sin cansarnos, un desarrollo espiritual superior a cualquier otra espiritualidad puesta en práctica en esa época, o entre las más claras, la que se prolongaría en el inconsciente colectivo del restante, gracias al ejemplo y sacrificio del Ejército de Seres Libres…

Y los ancestrales soldados mantuvieron su guerra simbólica a cómo podían, en sus actos cotidianos, bajo el yugo opresor, frente a la muerte paulatina de la cultura agonizante; impotentes ante semejante barbaridad que se estaba ejecutando con tanta frialdad y desapego; tratando de salvar el resto de pasado que tanto necesita la condición humana, como referencia, para progresar; actos que se reflejaban en el flamante heroísmo que los caracterizó, en un instante efímero… 

Lanzaron un grito casi silenciado, para revelar a la eternidad, ante los ojos que todavía son capaces de ver, el legado que orgullosamente nos han entregado y que brilla por sí solo, desde la luz de sus vidas ensombrecidas...

Justamente así se rescató la médula de esas culturas avanzadas; cuyas formas de expresión fueron aniquiladas por mentes evidentemente inferiores, puesto que, una vez más – sí, sí: si lo repito, es para que lo repitan en sí – para ellos, acumular el material insustancial y vacío, sin importar el medio ni las consecuencias, era la máxima expresión de su Ideal Superior… 

Es así que la idea fue heredada a todos los descendientes y a las descendientes que recuperaron las protestas a muerte lanzadas contra el olvido, la nada; en pro de la memoria colectiva, a través del prisma de ese grito de Identidad…

Y es precisamente en nuestras tierras, dentro de la población nicaragüense ejemplar y triunfadora, que encontramos algunos héroes y heroínas de otros tiempos desconocidos, que mantuvieron viva la llama de la insurrección en los momentos más oscuros de nuestra Historia compartida, convertida, desde entonces, en Historia “Iberoamericana”. 

Y muchos y muchas permanecieron humildes, casi inexistentes; para algunas mentes pobres: peleando sin sentido; pero aquella persona que si se sabía llena de gloria, entendía que era sólo por principio: tenían consciencia que era muy tarde ya; el cambio era irremediable, irreversible. 

Pero también sabían que la victoria se haría efectiva a través de los siglos y los siglos, como consecuencia lógica de la lucha emprendida que no terminaría jamás, “una rueda rodando por sí misma”, hasta el final… 

Porque, como en efecto así ocurrió, la descendencia iba a poder tomarla como modelo, y reivindicar con orgullo, en las futuras-pasadas guerras por la Libertad, que en nuestras “venas circula, más que cualquiera, la sangre india americana que por atavismo encierra el misterio de ser patriota leal y sincero”, como fue divinamente decretado. Tarado quien no lo entienda…

Por esa misma razón, decidieron no ser dóciles, ni aceptar jamás vivir arrodillados, sometidos; discriminados; prefirieron morir de pie, luchar mientras les era posible, tal como la cabrita de “ce cher Monsieur Seguin2”, antes de emprender el Gran Viaje definitivo, o temporal, en el ciclo del eterno retorno, que sólo se detiene cuando se llega al punto de no retorno… 

Al menos por un rato… 

Mas, esos héroes invisibles, esas heroínas ocultas; aparecen hoy todavía, en el arte popular, a través de sus personajes más emblemáticos y reconocidos; mudos, pero presentes… Representativos… Grabados en nuestro inconsciente colectivo… En ese baile nacional tradicional y significativo, que quedó, sin saber – ¡hasta ahora! – de dónde provino, como testigo de la burla hecha al poder ridículo y traicionero de una corona bufona; perversa; poderío, no obstante, bastante aplastante para nuestra mayor desgracia, en detrimento de nuestra civilización, entonces completamente debilitada por ese cáncer viviente que era y sigue siendo el hombre europeo quien cree erróneamente en su superioridad racial...

Y en verdad; 

¿Qué sabes vos del Güegüence? 

Aaaahhh… 

¿Lo que el güegüe te contó? 

Y ¿qué te dijo de los cheles tufosos? 

¿Qué del servil capataz? 

¿Qué del perverso Capitán? 

¿Y del nativo que vendía a sus hermanos y a sus hermanas buscando privilegios materiales o una improbable escapatoria?

A propósito, 

¿Te contó de aquella mujer valiente que, disfrazada de giganta, peleó hasta morir? 

¿Acaso te mencionó a los Machos y su lucha por la Raza? 

¿Supiste cómo, un día, burlaron a la Guardia Imperial, bajo las narices de la misma Corona Real? 

O de sus representantes; los cuales eran todos iguales: ansiosos de poder deglutir…

“Si no sabías eso, no conociste a los Machos”, diría imitando a un poeta nuestro3, y bien nuestro, quien también murió por la Libertad siglos después; ni supiste de sus hazañas, proseguiría.

Hoy, les decía, es un buen día para aprender… Por lo tanto; aprendamos; que les he venido a contar la parte del Güegüence que no nos quisieron contar: 

La parte donde los Machos, Jefes de los Pueblos, crearon un brazo armado bajo el mando del Güegüence y se pusieron la máscara para emprender el combate; muy real; contra la negación de una voluntad, sólo para que el resto del mundo supiera su fiereza; [¡reza fiera!]

Y de este modo, entraron en una guerra perpetua, adaptable, mixta; multidimensional; cuyas raíces de gloria eran su voluntad de auto-determinación, siendo poco a poco el emblema de la oposición a la dominación infame que existió; injusticia que se mantuvo día a día, ¡y que persiste! De tal modo que el combate se convirtió luego, a través del tiempo, hasta producir una satírica comedia-ballet en un momento dado, como recuerdo lejano del oasis desértico de nuestra Historia… 

Tal como una denuncia escrita y cuyo origen se sustenta en la reminiscencia de los cuentos de las cuantas personas valientes de mi zona, que enfrentaron peleando, el horror traducido en actos de bajeza, indignos de la realeza – ¿O es su propósito de ser? – Actos que iban infundiendo terror, volviéndose cada vez más espeluznantes, a medida que se iban cometiendo... 

Todo formó parte de los muchos intentos fallidos para hacer desaparecer nuestro brío por completo, para el insensato beneficio del oscuro provecho material del blanco; su objetivo primordial; pleno de lujuria sin fin y sin moral. Pero no todo se borró: ustedes podrán sentirlo donde laten sus corazones… En ustedes mismos…. Ahí… 

Ahora bien: 

¡Qué vibre la fibra Digna de nuestros pueblos nahua-chorotegas y demás! 

¡Y que sus sabidurías sigan transmitiéndose por las venas de sus descendientes; entre nuestra gente!

¡En la sangre diluida de los dos continentes! 

¡Qué siempre se mantenga; entre las personas justas quienes buscan el equilibrio en toda cosa; el Ideal de pureza que nos coloca nuevamente a nivel de la naturaleza, como un eslabón más; en armonía con ella, en equilibrio con ellos; los polos, suavizando nuestro sentir humano…! 

Si bien es cierto que el hada del Deleite no tocó mi cuna, mi pluma, usada como ninguna, compensará, espero: ¡Su falta de generosidad! 

Vos, solamente sentáte, con tu mente abierta y (ojalá) maravillada:

¡Qué pare las orejas quien quiera descubrir su Historia!

¡Y recordar por siempre nuestros momentos de gloria!; 

¡Tal como un legado heredado de grandeza humana! 

Entre tanto: ¡Que suenen los tambores de la rebelión! 

¡Qué comiencen los cuentos que los Machos no pudieron evitar y que el éticamente-enclenque o el vende-patria, difícilmente sabrá imitar!

Ver el segundo capítulo en este vínculo

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