IMPERIALISMO ES UNO SÓLO, NO DOS NI MÁS

IMPERIALISMO ES UNO SÓLO, NO DOS NI MÁS

Manuel Moncada 

La estrategia que finalmente le cubre las espaldas al sistema no es sólo la del indiferente que prefiere “apartarse” del mundo real para dar a entender que no tiene nada que ver con lo que en él ocurre, sino sobre todo la orientada a presentarnos los problemas que agobian a la humanidad como corolario de las ambiciones de dominio no sólo de EEUU y sus acólitos, sino también, y en la misma medida, de China, Rusia y su “periferia”. Es la que habla de los imperialismos, como si tal cosa existiera.

Claro, alguien dirá, con razón, que esta estrategia imperial es un bumerán que recae nuevamente sobre el indiferente. Y así es, en efecto. Esa indiferencia es la que, al final de cuentas, puede destruirnos a todos. Por eso el sistema la alimenta de modo permanente.

Mas déjennos expresar sólo una idea más. Por eso de la curiosidad, pedimos a google imágenes que muestren las bases militares que Rusia posee en el mundo y ¡sorpresa! los únicos mapas que mostró corresponden al mundo otánico/pentagónico.

Ergo, nadie puede aducir que las fuerzas del mundo son idénticas entre sí, tomándolo de pretexto para mostrar su indiferencia. Qué nadie se sienta, pues, descargar su conciencia con eso de los imperialismos, porque sólo existe uno.

Y mientras Rusia envía medicinas, alimentos, tractores y comparte su tecnología y hasta sus armas para apoyar la resistencia de las naciones amenazadas por EEUU; éste y sus satélites (Estado Islámico incluido), sólo sirven para satisfacer a Marte, el demiurgo de la Guerra.

Para completar lo arriba expuesto recurrimos a estas palabras de Atilio Borón: 

“… el imperialismo es un sistema que lo podemos representar con tres círculos concéntricos. En su núcleo fundamental hay un país, Estados Unidos, que es quien ejerce la función dirigente y dominante. Luego hay un segundo anillo formado por los estados vasallos del capitalismo desarrollado, con quienes Washington mantiene relaciones (...) que, ante una amenaza sistémica se agrupan rápidamente en torno a los dictados de la Casa Blanca y se convierten en dóciles peones de las más siniestras decisiones que pudieran emanar de Washington. (…) El tercer círculo del sistema imperial está constituido por las naciones de la periferia o semi-periferia capitalista, es decir, ese vasto y tumultuoso “tercer mundo” formado por las naciones de Asia, África y América Latina y el Caribe...”

Y como contraparte del imperio, Borón acota: “La emergencia de actores cada vez más poderosos en la estructura internacional -la irrupción de China, el retorno de Rusia, el lento pero irreversible ingreso de la India, la Organización de Cooperación de Shanghái ( OCS ) y los BRICS, para señalar apenas los más importantes- está dando lugar a un naciente multipolarismo que si bien no puede ser caracterizado como intrínsecamente anti-imperialista modifican, a favor de los pueblos, las condiciones objetivas bajo las cuales se libran las luchas por la democracia, la justicia y los derechos humanos en la periferia con independencia de los rasgos definitorios de los regímenes políticos imperantes en China, Rusia, la India o cualquier otro actor involucrado.” (Atilio Borón. Las izquierdas en la crisis del imperio http://www.telesurtv.net/bloggers/Las-izquierdas-en-la-crisis-del-imperio-20161226-0001.html)

Desde luego, si queremos enredarnos inútilmente, podemos llevar el asunto a las múltiples interpretaciones del imperialismo propias de izquierdistas que echan en un sólo costal a EEUU, Rusia y China. Al sistema imperial, como es de suponer, le interesa ese enfoque “multilateral” del fenómeno acusado, porque ello contribuye a su permanente, irracional y protervo divide e impera. Es su modo de decir sino confían en mí, no puedo permitirles que crean en algo distinto.