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lunes, 8 de febrero de 2016

Tras invadir Letonia el ejército ruso desencadena la Tercera Guerra Mundial

Perverso documental de ficción sobre una supuesta intervención rusa...

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Al principio fue “Occupied”, un documental de ficción sobre una supuesta intervención rusa en Noruega, encargada por la Unión Europea con el trasfondo de la guerra energética contra la ecología y un falso debate sobre un hipotético deber de resistencia popular.

Ahora, en pleno “prime time”, la cadena pública británica BBC 2 emite otra serie de ficción “World War Three: Inside the War Room” (Tercera Guerra Mundial: en el Gabinete de Guerra) en la que Rusia invade Letonia, y la cuestión que se plantea es saber si será necesario masacrar o no a algunos millones de rusos (1).

La guerra mediática ha ascendido un peldaño. Su guión no puede ser más simple: Rusia invade Letonia para apoyar a los separatistas pro-Kremlin, que se han apoderado de una veintena de ciudades a lo largo de la frontera rusa. En tanto que la OTAN tarda en intervenir, el Reino Unido y Estados Unidos deciden ayudar a Letonia y expulsar a las fuerzas rusas del territorio. Rusia responde con un ataque nuclear en el que mueren 1.200 militares británicos. El Reino Unido rechaza recurrir a las armas nucleares para ayudar a la OTAN a recuperar el control de Latgale (región del este de Letonia), pero no así los Estados Unidos. Estalla la Tercera Guerra Mundial.

Como escribe el Telegraph, el escenario es uno de los mas realistas desde que“Rusia se anexionó Crimea” y pasa de la ficción a la realidad sin pestañear:

“La OTAN lleva tiempo preocupada sobre las interferencias rusas en los Estados bálticos, y el personal directivo practica regularmente juegos de guerra para sondear cómo responderían los dirigentes occidentales a un conflicto. Estos ejercicios son ‘top secret’, pero ahora la BBC juega su propia juego de guerra y un nuevo film muestra lo que pudiera suceder en la vida real. ‘World War Three: Inside the War Room’ reúne a un gabinete de guerra de antiguos militares y diplomáticos para responder a una hipotética pero muy posible confrontación en Europa del Este, teniendo en cuenta la anexión de Crimea a Rusia en 2014” (2).

La ficción comienza con una reescritura de la historia: después de que Rusia bombardeara Georgia en 2008 (ya no es Georgia quién atacó a Osetia del sur), después de que tropas soviéticas hayan invadido Ucrania en 2014 (ya no es Kiev quien ha agredido al Donbas), estas famosas y místicas tropas rusas llegan a los países bálticos, e invaden Letonia.

Unos montajes de imágenes de guerras, principalmente en el Donbas, son manipulados y mezclados con imágenes ficticias; opiniones de Putin con el texto modificado se intercalan unas con otras, mostrando cómo la población rusa toma el control del país. Se iza una bandera rusa, y su ejército es enviado en apoyo de los combatientes.

Cualquiera que vea la película de pasada no puede saber qué parte de ella es ficción, porque la ficción está colocada sobre un fondo documental. Para añadir confusión a los espíritus, las personas presentes en el Cuartel General son auténticos personajes de la vida política británica:

– Richard Shireff, general retirado, antiguo comandante supremo adjunto de las fuerzas aliadas en Europa (OTAN-SACEAUR). Se destaca su viaje al frente de una delegación de la OTAN en Ucrania en 2012 para apoyar el programa de rearme del país.

– Baronesa Pauline Neville-Jones, nombrada en 2010 por Cameron ministra de Estado para la Seguridad y la Lucha contra el Terrorismo con un puesto permanente en el Consejo de Seguridad, dimitida en 2011. De 1998 a 2004 formó parte del Comité de Control de la BBC (coincidencia).

– Christopher Meyer, antiguo embajador de Gran bretaña en los Estados Unidos (1997-2003), época de la invasión norteamericana de Irak.

– Sir Tony Brenton, antiguo embajador de Gran Bretaña en Rusia (2004-2008).

– Alan West, Barón West de Spithead, ministro de Seguridad y Lucha contra el Terrorismo (2007-2010), miembro permanente del Consejo Privado de la Reina.

Estas personas tienen que responder a un dilema: ¿deben enviar tropas a combatir a los rusos para apoyar a los letones? La respuesta no puede ser más cínica: no vamos a correr el riesgo de una Tercera Guerra Mundial por dos millones de habitantes.

Pero la situación se complica cuando Rusia amenaza lanzar una bomba en el Parlamento británico, oráculo de la democracia donde los haya. Finalmente, se decide no seguir a Estados Unidos y no bombardear Rusia y su población.

Pero no crean que esto se debe a un ataque de humanismo, porque los motivos son argumentos dignos de los nazis: “La cuestión es saber si se va a matar para nada a millones de rusos. No me hubiera importado matar algunas decenas de miles, pero si no les amedrentamos con esto, no servirá de nada”, dice Sir Tony Brenton, antiguo embajador de Gran Bretaña en Rusia.

Si fuera útil, se hubiera podido eliminar de la faz de la tierra algunos millones de seres humanos. La frase se encuentra en el minuto 3:15.

Estos individuos no juegan a la rusofobia; simplemente son rusófobos. Para ellos Rusia es el enemigo. El enemigo total, el enemigo que hay que destruir.

Lo que les da miedo es el recuerdo del fracaso de Hitler en la Segunda Guerra Mundial. La destrucción física de las poblaciones eslavas no hace más que reforzar su sed de victoria. Más de veinte millones de muertos no han servido en absoluto para doblegar a los pueblos de la URSS. Ciertamente, Rusia se distingue en esto de otros países europeos.

¿Cómo se puede hablar impunemente sobre la muerte de millones de personas, de seres humanos, y a continuación hacer grandes discursos sobre los derechos del hombre? Precisamente porque no consideran a esos millones como seres humanos. Es la esencia de una argumentación fascista.

¿Sólo es un documental? Como subraya la crítica de los diarios ingleses, los“expertos” son profesionales en acción, y deben manejar una situación como lo harían fuera de cámara, si eso sucediera realmente. Estamos oyendo, de esta manera, lo que piensan realmente esas personas que han ocupado importantes puestos. Eso es lo que da escalofríos.

La propaganda de guerra ha alcanzado tal nivel en Occidente que a esto hemos llegado. Ni siquiera en la Guerra Fría llegaron a este punto. Tal nivel de mediocridad exige mucha constancia y esfuerzo. Enhorabuena, porque lo han conseguido. ¿Cómo hubiera reaccionado el “mundo civilizado” si Rusia hubiera producido este tipo de documentales?

(1) http://rutube.ru/video/70855cda8b8e8533cdea370a3650a960/

(2) http://www.telegraph.co.uk/tv/2016/02/03/what-happensif-cold-war-turnsto-world-war-three/


Tomado de: https://diario-octubre.com/?p=39522

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