Revolución Ciudadana ¿sin memoria histórica?
Juan J. Paz y Miño Cepeda
EL TELÉGRAFO - Primer Diario Público
Ecuador, lunes 23 de febrero de 2015
Un experto internacional en medios electrónicos sostiene que buena parte de la información sobre los siglos XX y XXI podría perderse, porque los formatos en los que se respalda rápidamente caducan y existe el riesgo de que los archivos antiguos no sean leídos por las nuevas tecnologías. Con ello, añade, la historia de esta época humana se verá afectada, pues no habrá fuentes para reconstruirla.
En varios congresos internacionales sobre el tema, igualmente se ha discutido sobre los alcances y los riesgos de la información sustentada en computadores. De una parte, es indudable que las nuevas tecnologías de la comunicación han difundido materiales y conocimientos a escala planetaria, permitiendo el acceso instantáneo a bases de datos e informaciones. Además, el escaneado de documentos y su difusión ha permitido ampliar las posibilidades de la investigación histórica.
Bibliotecas y archivos conservan los originales de libros y documentos, y sobre ellos se realiza el escaneo para la difusión electrónica. También suelen preocuparse por recopilar y mantener los nuevos archivos electrónicos. Pero, de otra parte, uno de los temas más sensibles es el de la información estatal y gubernamental, pues la modernización de los sistemas administrativos en el Estado, si bien agiliza y desburocratiza antiguos procesos, queda reducida al sistema informático de cada institución u oficina y difícilmente se conserva o expone como material de uso público o favorable para la investigación académica.
A modo de ejemplo, puedo exponer dos casos: las Cartas de Intención de los sucesivos gobiernos ecuatorianos con el FMI se hallaban en la página web de uno de los ministerios económicos de la época del presidente Lucio Gutiérrez (2003-2005). Inmediatamente después de su derrocamiento, esa información no se encuentra más. De igual modo, cabe recordar que los informes presidenciales y también ministeriales durante los ocho años de gobierno de la Revolución Ciudadana fueron presentados en formato electrónico y varios de ellos inmediatamente subidos a las páginas web institucionales. Pero duraron allí poco tiempo. Hoy es imposible tener esos informes por vía electrónica, a fin de hacer cualquier investigación histórica. Al parecer, tampoco fueron publicados, de manera que todo investigador, después de cien años, cuando quiera tratar la época de la Revolución Ciudadana, como hoy se hace con la Revolución de Independencia o con la Revolución Liberal de 1895, es posible que no logre reconstruir a fondo aquello que necesita y quizás no logre tener nada en algunos campos. Es seguro que un nuevo gobierno optará por cambiar páginas web y hasta por retirar informaciones gubernamentales del presente.
El gobierno de la Revolución Ciudadana se ha caracterizado por privilegiar el uso de las nuevas tecnologías de la comunicación, pero la pregunta que hay que hacer es si quedará, en algún sitio y para la memoria posterior, el material y los documentos necesarios para emprender investigaciones seguras sobre esta época histórica.
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