El general David Petraeus en el CNAS.
El CNAS, versión demócrata del
imperialismo de conquista
Por Thierry Meyssan
Mientras
Washington, hoy sin política exterior, se empeña simultáneamente en varias
políticas contradictorias entre sí, los «halcones liberales»
se han reagrupado alrededor del ex director de la CIA, general David
Petraeus, y del Center for a New American Security. Thierry Meyssan nos
presenta aquí ese think tank que hoy juega
el mismo papel que el Project for a New American Century desempeñó durante
la era Bush: el de promover el imperialismo expansionista y dominar el mundo.
RED
VOLTAIRE | DAMASCO (SIRIA) | 6 DE ENERO DE 2015
La
crisis siria, a la que ya se había encontrado una solución en la primera de
conferencia de paz de Ginebra –en junio de 2012– sigue prolongándose
a pesar de todos los acuerdos negociados con Estados Unidos. Ya
es evidente que la administración Obama no obedece al presidente
sino que está gravemente dividida en dos líneas políticas: la línea de los
imperialistas favorables a la repartición del mundo con China y eventualmente
con Rusia (la posición del presidente Obama) y la de los imperialistas
expansionistas (reunidos alrededor de Hillary Clinton y del general David
Petraeus).
Para
sorpresa general, la
expulsión de la que fueron objeto el director de la CIA Petraeus y la secretaria de Estado
Clinton luego de la reelección de Barack Obama
no puso fin a la división en el seno de la administración sino que, por
el contrario, la agravó.
Son
nuevamente los imperialistas expansionistas quienes acaban de reactivar la
guerra contra la República Popular Democrática de Corea utilizando como
pretexto un ciberataque contra Sony Pictures atribuido, contra toda
lógica, a Pyongyang. El presidente Obama acabó suscribiendo ese discurso y
ha firmado un decreto para la adopción de «sanciones».
Parece
que los partidarios de la expansión imperial se agruparon inicialmente para
crear el Center for a New American Security, que
ha desempeñado en el seno del Partido Demócrata un papel equivalente al
del Project for a New American Century (y al que hoy juega la Foreign
Policy Initiative) en el seno del Partido Republicano. Así desempeñaron un
importante papel durante el primer mandato de Barack Obama y, según algunos
explican, han conformado
un Estado profundo desde donde siguen manejando los hilos.
Los halcones liberales
El Center
for a New American Security (CNAS) fue creado en 2007 por Kurt
Campbell y Michèle A. Flournoy.
Estos
dos intelectuales habían trabajado juntos anteriormente en el Center for Strategic and
International Studies (CSIS). Dirigieron la publicación, 2 meses
después de los atentados del 11 de septiembre de 2001, de To
Prevail: An American Strategy for the Campaign Against Terrorism (En español,
“Para triunfar: una estrategia estadounidense para la campaña contra el
terrorismo”) [1].
Aquel libro disertaba sobre la decisión del presidente Bush de atacar
no sólo grupos terroristas sino también a los Estados que los respaldaban,
como los Estados fallidos que no lograban combatirlos en sus propios
territorios. Basándose en los trabajos de la Task Force del CSIS sobre el
terrorismo, preconizaba un importante desarrollo de las agencias de
inteligencia para vigilar el mundo entero. En pocas palabras, Campbell y
Flournoy aceptaban la narración oficial sobre los atentados del 11 de
septiembre y justificaban la «guerra contra el terrorismo» que enlutaría
el mundo durante más de 10 años.
En
2003, Campbell y Flournoy firmaban, con 13 intelectuales demócratas, un
documento titulado Progressive Internationalism: A Democratic National
Security Strategy (En español, “Internacionalismo progresista:
una estrategia demócrata de seguridad nacional) [2].
Aquel manifiesto criticaba la debilidad diplomática del presidente Bush,
pero apoyaba las guerras posteriores al 11 de septiembre de 2001.
Con vista a la designación del candidato demócrata a la elección
presidencial de 2004, los firmantes pretendían promover el proyecto
imperial estadounidense –que defendía George W. Bush– mientras criticaban
su manera de ejercer el liderazgo, fundamentalmente las dudas que había
sembrado entre los aliados de Estados Unidos. Los firmantes de aquel
documento fueron entonces designados como «halcones liberales».
Kurt Campbell y Michèle Flournoy durante la
ceremonia de apertura del CNAS, en 2007.
El CNAS
En el
momento de su creación, en 2007, el CNAS decía querer renovar el pensamiento
estratégico estadounidense después del trabajo realizado por la Comisión
Baker-Hamilton y la dimisión del secretario de Defensa, Donald Rumsfeld. En la
inauguración estuvieron presentes numerosas personalidades, como Madeleine
Albright, Hillary Clinton y Chuck Hagel. Washington buscaba por entonces la
manera de hallar una salida honorable a su empantanamiento en Irak. Campbell y
Flournoy pretendían preconizar una solución militar que permitiese a las tropas
estadounidenses mantener la ocupación militar en Irak sin tener que agotar
sus propias fuerzas. Para continuar su expansión mundial, el imperialismo
estadounidense tenía que elaborar primero una estrategia de contraterrorismo
que le permitiera dar a sus tropas en Irak un formato más reducido.
Lógicamente,
Campbell y Flournoy trabajan por lo tanto con el general David Petraeus, quien
acababa de ser nombrado comandante de la coalición militar en Irak por ser el
autor del manual de contrainsurgencia de las fuerzas terrestres de Estados Unidos.
Contratan a un experto australiano, David Kilcullen, que se convertirá en
el gurú del general Petraeus y concebirá la Surge (En español,
la “oleada”). Según Kilcullen, es posible utilizar a los insurgentes
mediante la combinación de dos factores (el garrote y la zanahoria):
pagando un salario a los que se cambien de bando y ayuden a mantener el orden
allí donde se encuentren y, al mismo tiempo, presionándolos mediante
el aumento temporal de la presencia militar estadounidense. Esa estrategia
entrará en aplicación… con los resultados que ya conocemos: Irak atraviesa
primeramente una fase de intensa guerra civil y luego vuelve lentamente a la
calma, después de una enorme devastación. En realidad, si una parte de los
hombres que participaban en la resistencia iraquí son finalmente “recuperados”
por los ocupantes estadounidenses, ello se debe únicamente al hecho que
esa resistencia era de carácter fundamentalmente tribal.
De
hecho, durante ese periodo, el CNAS y el general Petraeus son indisociables.
Kilcullen se convierte en consejero de Petraeus y, posteriormente, de la
secretaria de Estado Condoleezza Rice. La fusión es tan intensa que
un consejero de Petraeus, el coronel John Nagl, se convierte en
presidente del CNAS cuando Campbell y Flournoy pasan a formar parte de la
administración Obama.
La
particularidad del CNAS es que se trata de un “tanque pensante” [3]
(think tank) de los demócratas que cuenta con la colaboración
y la presencia de los halcones republicanos. El CNAS incluso multiplica
los encuentros y debates con miembros del Project for a New American
Century. Lo financian industriales del sector del armamento o empresas
de servicios vinculadas al Departamento de Defensa, como Accenture Federal
Services, BAE Systems, Boeing, DRS Technologies, Northrop Grumman; firmas del
sector de las finanzas, Bernard L. Schwartz Investments, Prudential Financial;
fundaciones como Carnegie Corporation of New York, The William and Flora
Hewlett Foundation, Ploughshares Fund, Smith Richardson Foundation, Zak Family
Charitable Trust, y gobiernos extranjeros como los de Israel, Japón y Taiwán.
Durante
la campaña electoral, Campbell y Flournoy publican sus recomendaciones al
próximo presidente de Estados Unidos en The Inheritance and the Way
Forward (En español, “La herencia y el camino a seguir) [4].
Al referirse a la era Bush, cuestionan la «guerra preventiva» y el
uso de la tortura. Aconsejan además reorientar la «guerra contra el
terrorismo» para evitar el «choque de civilizaciones» que privaría a
Washington de sus aliados m
usulmanes.
Tres generaciones de mujeres en el CNAS:
Madeleine Albright, Hillary Clinton y Michèle Flournoy.
La administración Obama
Al ser
electo presidente de Estados Unidos, Barack Obama designa a Michèle Flournoy
para supervisar la transición en el Departamento de Defensa. Lógicamente,
Flournoy es nombrada subsecretaria de Defensa a cargo de la política,
o sea se encargará de elaborar la nueva estrategia de defensa.
Es la número 2 del Departamento de Defensa y dispone de un
presupuesto de 200 millones de dólares.
Mientras
tanto, Kurt Campbell entra al Departamento de Estado para dirigir el buró
Extremo Oriente y Pacífico.
Campbell
y Flournoy serán entonces los promotores de la estrategia del «reposicionamiento».
Según ellos, Estados Unidos debe prepararse para un futuro enfrentamiento
con China. Bajo esa perspectiva hay que reposicionar paulatinamente las fuerzas
armadas estadounidenses trasladándolas desde Europa y el Medio Oriente ampliado
hacia el Extremo Oriente.
El CNAS
está tan de moda que muchos de sus colaboradores entrarán en la administración
Obama:
-Rand
Beers, como secretario del Departamento de Seguridad de la Patria (Homeland
Security o DHS);
-Ashton
Carter, como subsecretario de Defensa a cargo de las compras y
posteriormente como secretario de Defensa;
-Susan
Rice, como embajadora ante la ONU y posteriormente como consejera de Seguridad
Nacional;
-Robert
Work, como adjunto del secretario de Defensa;
y
también:
-Shawn Brimley, como consejero del secretario de Defensa a cargo de la estrategia y posteriormente como director de Planificación en el Consejo de Seguridad Nacional;
- Price
Floyd, como asistente adjunto del secretario de Defensa a cargo de las
relaciones públicas;
- Alice
Hunt, como asistente especial en el Departamento de Defensa;
- Colin Kahl, como asistente adjunto del secretario de Defensa para el
Medio Oriente y posteriormente como consejero de Seguridad Nacional del
vicepresidente;
- James
Miller, como subsecretario de Defensa a cargo de la política;
- Eric Pierce, como adjunto del jefe del Departamento de Defensa a cargo de las
relaciones con el Congreso;
- Sarah Sewall se convertirá, en 2014, en subsecretaria de Estado para la Democracia y los Derechos Humanos;
- Wendy Sherman se convertirá, en 2011, en subsecretaria de Estado para Asuntos Políticos;
- Vikram Singh en consejero especial del secretario de Defensa para Afganistán y Pakistán;
- Gayle Smith en directora de Desarrollo y Democracia en el Consejo de Seguridad Nacional;
- James
Steinberg, adjunto de la secretaria de Estado;
- Jim Thomas, asistente adjunto del secretario de Defensa a cargo de los Recursos;
-Edward
(Ted) Warner III, consejero del secretario de Defensa para el control de
armamentos.
El
CNAS ya está preparando el programa del próximo presidente de
Estados Unidos.
La influencia del CNAS
Michèle Flournoy, quien ambicionaba convertirse en
secretaria de Defensa, fue descartada en 2012 por ser considerada
demasiado cercana a Israel. A pesar de ello, sigue siendo actualmente un
personaje omnipresente en las instancias de reflexión del Departamento de
Defensa, es miembro del Defense Science Board (consejo científico del
Departamento de Defensa), del Defense Policy Board (consejo político del
Departamento de Defensa) y del President’s Intelligence Advisory Board (consejo
presidencial de consulta sobre temas de inteligencia).
Y es
evidente que sus consejos políticos encuentran eco y que se aplican, tanto
en lo tocante al «Medio Oriente ampliado» como en lo concerniente al
Extremo Oriente.
El CNAS
apoyó los esfuerzos de Wendy Sherman por negociar la reanudación de las
conversaciones diplomáticas con Teherán. Este centro subrayó, de manera
bastante transparente, que el problema con Irán no era tanto la cuestión
nuclear como la exportación de su revolución. Por ello aconseja una serie
de acciones extremadamente duras para cortar las redes iraníes en África,
en Latinoamérica y en el Medio Oriente [5].
En
cuanto a Siria, el CNAS considera que será imposible derrocar la República
Árabe Siria a corto plazo y aconseja por lo tanto la «estrategia del
torniquete»: utilizar el consenso creado contra el Emirato Islámico para
que todos los Estados implicados ejerzan presiones sobre Damasco y los grupos
de la oposición para lograr una desescalada militar –pero
sin colaborar por ello con el presidente sirio al-Assad en la lucha
contra el Emirato Islámico. Así que el esfuerzo será por obligar
la República a incorporar a su gobierno algunos miembros de la oposición
pro-atlantista y por favorecer la ayuda humanitaria y logística a las
zonas bajo control rebelde para hacerlas atractivas. Y cuando logren introducir
atlantistas en el gobierno sirio, estos tendrán como misión identificar los
engranajes del aparato secreto de Estado de Siria para poder destruirlo
posteriormente. La originalidad del plan consiste en reivindicar la posesión del
desierto sirio para los rebeldes que se nieguen a entrar en el gobierno.
Ese desierto constituye el 70% del territorio de Siria y alberga las
principales reservas de gas del país [6].
El CNAS
presta especial atención a internet. Se trata de limitar las censuras
gubernamentales para que la vigilancia de la NSA [7]
pueda continuar su trabajo con la misma facilidad [8].
Simultáneamente, el centro se inquieta ante la manera como la China Popular
se protege del espionaje de la NSA [9].
En el
Pacífico, el CNAS aconseja un acercamiento a la India, Malasia e Indonesia y ha
concebido un plan de modernización del dispositivo contra Corea del Norte.
Los responsables actuales
El CNAS
–que comenzó siendo una iniciativa de los demócratas en colaboración con varios
neoconservadores republicanos– se ha convertido poco a poco en el
principal centro de estudios promotor del imperialismo conquistador.
Además
de Kurt Campbell y de Michèle Flournoy, entre sus administradores se cuentan:
- el
general John Allen, comandante de la coalición conformada por Estados Unidos
contra el Emirato Islámico;
- Richard
Armitage, ex adjunto del secretario de Estado;
-Richard Dantzig, vicepresidente de la Rand Corporation;
-Joseph Liberman, el ex vocero israelí en el Senado;
- el
general James Mattis, ex comandante del CentCom.
El CNAS
está llamado a seguir desarrollándose ya que se ha convertido en el principal
tanque pensante capaz de oponerse a la reducción del presupuesto de
defensa de Estados Unidos y de reactivar la industria de guerra.
[1] To Prevail: An American Strategy for the Campaign Against Terrorism, Csis
Significant Issues Series, CSIS, noviembre de 2001.
[2] Progressive
Internationalism: A Democratic National Security Strategy, Progressive
Policy Institute, 30 de octubre de 2003.
[3] Think-tank que
puede ser traducido como “laboratorio de ideas”, es el nombre que recibe en
inglés lo que podría calificarse como siendo un centro, instituto o institución
—conformada por un grupo de expertos— que se dedican a difundir en la sociedad
civil —de manera disimulada— una propaganda ideológica de "naturaleza
investigadora" (generalmente con un objetivo político) bajo forma de
divulgación de ideas o pensamientos constructivos, necesarios e innovadores,
útiles para el ciudadano común y corriente, para los estudiantes, los líderes
del país, los intelectuales y otras instancias dirigentes o gobernantes de una
nación. Pretenden así intervenir, dirigir o influenciar sobre las políticas
públicas de un gobierno, sean estas culturales, sociales, de economía nacional
e internacional en un país dado. Los think-tanks operan
frecuentemente bajo cobertura de ser centros o fundaciones de investigación
independientes, pero en su mayoría están ligados a grupos de poder o lobbys que
incluso son ramificaciones de super-estructuras conectadas a multinacionales,
agencias de espionaje o países con objetivos imperialistas de dominación,
quiénes finalmente son los que financian y comandan estos think-tanks.
La misión de los think-tanks es pues la de
inculcar e imponer en una población dada, una forma de pensar, hacer aceptar
los valores e ideas que los grupos dominantes quieren imponer de acuerdo a sus
intereses (económicos-políticos), haciéndolo de manera discreta, sin que sea
apercibido quien está detrás de todo esto. Por esa razón los think-tanks tienen los medios
financieros para reclutar personalidades, artistas, prestigiosos intelectuales
(muchas veces vendidos) para que trabajen para ellos y propaguen las ideas o
creencias que los think-tanks quieren
imponer, poniendo en su mira de conquista especialmente a las personas que
tienen el poder de decisión en una sociedad, en un gobierno. La palabra think-tank viene
del inglés, thinkbsignifica pensar, tank quiere
decir tanque; están constituidas bajo la ley de derecho privado y en ese
sentido son independientes ante el estado, en principio sin fines de lucro. Son
los Estados Unidos de América los que cuentan con más think-tanks en
el mundo.
[4] The Inheritance and the Way Forward, Kurt
Campbell, Michele Flournoy, CNAS, 2007.
[5] Pushback Countering the Iran Action
Network, Scott Modell y David Asher, Center for a New
American Security, septiembre de 2013.
[6] Ver The Tourniquet. A Strategy for Defeating the
Islamic State and Saving Syria and Iraq, Marc Lynch,
Center for a New American Security, octubre de 2014, y How This Ends. A Blueprint
for De-Escalation in Syria,
Dafna H. Rand and Nicholas A. Heras, Center for a New American Security,
noviembre de 2014, así como «El increíble plan de “paz”
estadounidense para Siria», por Thierry Meyssan, Al-Watan (Siria),Red Voltaire,
30 de diciembre de 2014.
[7]
Siglas en inglés de la Agencia de Seguridad Nacional de Estados Unidos
cuyo trabajo de escucha y espionaje de las comunicaciones internacionales a
nivel mundial fue puesto al descubierto por el ex contratista Edward
Snowden. Nota de la Red Voltaire.
[8] Bringing Liberty Online.
Reenergizing the Internet Freedom Agenda in a Post-Snowden Era,
Richard Fontaine, Center for a New American Security, septiembre de 2014.
[9] Warring State: China’s Cybersecurity
Strategy, Amy Chang, Center for a New American Security,
diciembre de 2014.
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