DOS
NOTAS SOBRE LA MUERTE DEL FISCAL NISMAN
Redación Popular
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UNA MUERTE POLÍTICA
Hernán Andrés Kruse
La muerte del fiscal especial de la causa Amia, Alberto Nisman, conmocionó
a la Argentina. De paseo por Europa, decidió retornar abruptamente al país y
poco tiempo después lanzó la denuncia política más seria de la historia
política argentina: la presidenta de la nación, Cristina Fernández de Kirchner,
era la jefa de un grupo que había decidido encubrir a los acusados iraníes por
la voladura de la Amia el 18 de julio de 1994. El miércoles pasado, en el
programa “A Dos Voces”, el fiscal descerrajó munición gruesa sobre el gobierno
nacional donde manifestó, palabras más, palabras menos, que Cristina había
transado con el terrorismo iraní, justo cuando hace unos días el mundo se había
conmocionado por el ataque terrorista contra Charlie Hebdo. Durante su
participación en TN, Nisman no pareció estar deprimido. Muy por el contrario, se
lo notó muy excitado, verborrágico y, fundamentalmente, convencido de lo que
estaba diciendo. Ojalá se sepa algún día si Nisman decidió él mismo retornar
abruptamente al país o fue presionado de tal modo que no tuvo más remedio que
suspender su viaje con su hija adolescente. Lo cierto es que el fiscal se
transformó en cuestión de horas en el emblema del universo anti K por sus
explosivas declaraciones. Había sido nombrado fiscal especial de la causa Amia
hace una década por el entonces presidente Néstor Kirchner para tratar de
encauzar una investigación que estaba estancada desde hacía nueve años. Nisman
fue un hombre muy cercano a Kirchner pero algo sucedió con la llegada de
Cristina porque terminó convirtiéndose, como otros, en un acérrimo enemigo del
gobierno nacional. Tal el caso de Alberto Fernández, jefe de Gabinete de Néstor
Kirchner, que luego de ser eyectado del cargo por Cristina se convirtió en un
crítico impiadoso de su gestión. La gravísima imputación de Nisman golpeó
duramente al gobierno nacional. La diputada nacional Diana Conti se valió de
una conocida expresión futbolera (“vamos a ir con los tapones de punta”) para
dejar bien en claro la determinación del oficialismo de arrollar
dialécticamente a Nisman en su visita al Congreso pactada para el lunes pasado.
De manera casi mágica, el fiscal se había transformado en el emblema del sector
de la sociedad que ve a Cristina como una reencarnación de Satanás. El
cacerolazo que tuvo lugar anoche en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y en
otras ciudades del país, como Rosario, pretendió recrear la manifestación
parisina donde millones de personas portaron carteles con la leyenda “je suis
Charlie”. En esta oportunidad la leyenda rezaba “je suis Nisman”, en alusión,
obviamente, al fiscal muerto. [éste y los subsiguientes subrayados son de Rev. LP] A diferencia de otros cacerolazos, el de
anoche fue bastante violento, a tenor de lo que sucedió en la Plaza de Mayo
donde cerca de un centenar de manifestantes se trenzó con la policía que
cuidaba el vallado situado en plena Plaza de Mayo. Por momentos, las escenas
que registraba la televisión me hicieron acordar a los momentos dramáticos del
19 y 20 de diciembre de 2001 donde se produjo una tragedia en vidas humanas que
determinó la renuncia de De la Rúa. Lamentablemente, en algunos programas de
televisión sus conductores y muchos de sus invitados no tuvieron vergüenza
alguna en apostar por un incremento de la protesta cacerolera haciendo mención
de las trágicas jornadas de diciembre de 2001. En “Intratables”, por ejemplo,
Jorge Rial, esta vez como invitado, llegó a decir que Nisman era el mártir que
la sociedad estaba esperando para salir a la calle y decir ¡basta! Realmente no
podía creer lo que decía Rial, un hombre con una vasta experiencia en
televisión. Para no ser menos, varias periodistas no podían ocultar su
satisfacción al ver a un sector del pueblo movilizado en contra del gobierno
nacional. Se llegó a afirmar que con la muerte del fiscal se había llegado a un
punto de inflexión histórica y que a partir de ahora su martirio sería el tema
fundamental de la campaña electoral. Una vez más, la muerte de una persona
polémica fue utilizada obscenamente con fines políticos.
Mientras tanto, la fiscal de la causa, Viviana Fein, dijo que “en la
muerte del fiscal Nisman no intervinieron terceras personas”, abonando de esa
forma la hipótesis del suicidio. El fiscal fue hallado en su departamento el
domingo a las 22 horas por su madre. Al lado del cadáver (debajo de su cabeza,
para ser más preciso) había una pistola Bersa calibre 22, un arma que le fue
entregada por un asesor de la fiscalía el sábado. Por estas horas la causa ha
sido retomada por la jueza Fabiana Palmaghini, quien en estos momentos está en
las oficinas de Nisman en Rivadavia frente a la Plaza de Mayo. La jueza tendrá
a su cargo a partir de ahora la supervisión del expediente por el fallecimiento
de Nisman, aunque por ahora quien lleva la batuta es la fiscal Fein. En su
edición del día de la fecha (martes 20), Página/12 publica un artículo de Raúl
Kollmann en el que explica las bases que existen para determinar que la muerte
del fiscal fue un suicidio. Según determinó la autopsia, “no hubo
participación de terceras personas” (…). También determinó que la muerte se
habría producido entre las 14 hs. y las 15 hs. del domingo, justo cuando no se
produjo en ese momento ningún tipo de movimiento de ninguna persona, según
constataron la seguridad del edificio y la custodia de Nisman. Según la
división Rastros, “no hubo un movimiento de acarreo del cuerpo, que nadie pudo
haber entrado al baño para acomodar el cuerpo y salir dejando el cuerpo tan
contra la puerta que ésta no se podía abrir”. El arma encontrada al lado del
cuerpo le fue entregada al propio Nisman por un asesor suyo el sábado. Esa
persona estuvo ayer con la fiscal. Por último, nadie está en condiciones de
acceder a ese departamento, ubicado en un edificio que, además de ser lujoso,
posee sofisticadas medidas de seguridad. Un tema que desvela al
gobierno, es el regreso anticipado del fiscal de su periplo europeo. Los
allegados a Nisman reconocen su estrecho vínculo con el “rey de los espías”,
Jaime Stiuso, ex Jefe de Operaciones de la Secretaría de Inteligencia,
desplazado de su cargo en diciembre por decisión de la presidenta de la nación.
Aparentemente
Nisman se habría enterado mientras paseaba con una de sus hijas por Europa que
iba a ser desplazado de la causa Amia, y que habría reaccionado efectuando la
denuncia contra la presidenta de la nación. Sin embargo, desde la Procuración
General se negó terminantemente semejante desplazamiento. Es probable que lo
que más debe haber golpeado al fiscal fueron las declaraciones de Roland Noble,
ex secretario general de Interpol, y el juez de la causa Amia, Rodolfo Canicoba
Corral. Ambos desmintieron categóricamente el contenido de la imputación
efectuada por Nisman. El lunes 19, la presidenta de la nación emitió un
nuevo comunicado a través de su cuenta en Facebook, no tan extenso como el del
domingo a la noche. Dijo Cristina: “Repito, curiosa y sugestivamente, se
intenta convertir, 21 años más tarde, en encubridores por tratar de que se le
pueda tomar declaración a los imputados iraníes mediante un Tratado
Internacional aprobado por Ley del Congreso””. Añadió que “lo más importante es
advertir que se intenta hacer con el juicio de encubrimiento lo que se hizo con
el juicio principal 21 años atrás: desviar, mentir, tapar, confundir” (…) “Hoy
más que nunca, no se debe permitir que una vez más se intente hacer con el
juicio de encubrimiento lo que ya se hizo con la causa principal. Porque se
descubrirá a los autores del atentado cuando se sepa quiénes los encubrieron.
Porque los delitos no tienen razones, sólo tienen móviles, y en Argentina
todavía debemos explicar lo más obvio y simple”. Un nuevo peritaje se realizó
sobre el arma encontrada junto a los restos de Nisman. La fiscal Fein dispuso, con el
acuerdo de la jueza Palmaghini, que el revólver en cuestión fuera accionado por
otra persona para determinar si a posteriori se podían encontrar restos de
pólvora. El resultado del nuevo peritaje dio negativo, expresó la fiscal con
tono apesadumbrado. Paralelamente, personal de Prefectura Naval comenzó
este mediodía con la inspección de las oficinas de Nisman situadas en el
séptimo piso de Hipólito Yrigoyen 460, frente a la Plaza de Mayo, en busca de
computadoras y elementos de importancia para la investigación. Las dos espadas
dialécticas que el gobierno nacional utiliza a partir del hallazgo del cuerpo
del fiscal, Aníbal Fernández y Jorge Capitanich, salieron en las últimas horas
a defender al gobierno nacional. Dijo el secretario general de la presidencia:
“¿cuál es la desesperación de volver en esos términos (en alusión a la decisión
de Nisman de interrumpir abruptamente sus vacaciones) ¿” (…) “Lo hicieron venir
porque le impusieron que presentara las denuncias, nadie deja sola a una hija
de 12 años durante tres horas en un aeropuerto cosmopolita como es el de
Barajas”. Por su parte, el jefe de gabinete manifestó: “Hemos podido observar
que ha sido llamativo que el fiscal haya suspendido sus vacaciones de modo
imprevisto, haya regresado en feria judicial, en un contexto de un hecho
internacional como el de Francia, con una estrategia mediática de Clarín de
titular con la no presencia del canciller Timerman en la marcha de París,
cuando efectivamente participó”. Subrayó finalmente “la decisión contundente de
la Presidente de garantizar el respaldo institucional del Estado para el
esclarecimiento” de la muerte de Nisman (fuente: Página/12).
Estamos en presencia de una muerte dudosa. Desde un principio se habló
del suicidio y, especialmente, del suicidio inducido. Como acaba de expresar el
secretario de Seguridad, Sergio Berni, no hay que descartar el homicidio. Se
trata, qué duda cabe, de un hecho lamentable y de compleja resolución. Si se
tienen en cuenta la historia política argentina contemporánea, no hay que
descartar que jamás se sepa qué pasó exactamente con Nisman en su domicilio
entre el sábado a la noche y las 22 horas del día siguiente cuando su
progenitora lo encontró tirado ensangrentado en el baño. Me vienen a la memoria
los casos de Alfredo Yabrán y Lourdes Di Natale que terminaron en un cono de
sombras. Ambos casos tuvieron en común su relación con el poder. Lo mismo pasa
con el caso Nisman. Pero en este caso creo que se trata de la famosa y
tenebrosa frase “le tiraron un cadáver”. Creo, efectivamente, que a la
presidenta de la nación le tiraron un cadáver y qué mejor que el de Nisman,
justo cuando había provocado un tsunami político acusando al gobierno nacional
de encubrimiento en relación con los acusados iraníes de la voladura de la
Amia. El principal perjudicado es el gobierno nacional y su figura estelar, la
presidenta de la nación. Aún no se sabe cómo repercutirá este luctuoso hecho en
las encuestas pero me parece que lo mejor que le podría pasar al gobierno nacional
es que se produzca su pronto esclarecimiento. Además, se trataría de un acto de
estricta justicia. Pero estamos en la Argentina….
Hernán Andrés Kruse
¿Quién era el fiscal Alberto Nisman?
Fuente Telesur
Natalio Alberto Nisman fue encontrado muerto la madrugada de este lunes en su departamento. Era el fiscal de la investigación del atentado contra la Asociación Mutual Israelita Argentina (AMIA), que en 1994 fue objeto de un atentado que se cobró la vida de 85 personas.
Natalio Alberto Nisman saltó a la fama internacional cuando en 2010
WikiLeaks publicara una serie de cables de la embajada de Estados Unidos
(EE.UU.) en Argentina en los que se comprobaba cómo la investigación que él
llevaba sobre el atentado a la AMIA, que en 1994 se cobró 85 víctimas fatales,
era dirigida desde Washington.
En lo cables filtrados por la web dirigida por Julian Assange, hay
informes de las visitas de Nisman a la embajada y a Estados Unidos (EE.UU.)
donde se discutían los detalles de la causa, enviaba documentos legales antes
de ser presentados a la Justicia argentina e incluso pedía disculpas por no
avisar de procedimientos inherentes a su cargo.
De profesión abogado, Nisman adquirió experiencia como fiscal en los
tribunales de Morón, en la provincia de Buenos Aires. Estuvo casado con la
jueza federal Sandra Arroyo Salgado, a quien frecuentemente se le ha
relacionado con la SI.
Nisman y EE.UU.
En el marco de la investigación por la causa AMIA, en 2008, Nisman
ordenó la detención del expresidente Carlos Menem y del exjuez Juan José
Galeano. Este hecho, según los documentos filtrados de WikiLeks, habría
generado el disgusto del estadounidense Buró Federal de Investigaciones (FBI).
En mayo de 2008 el entonces embajador estadounidense Earl Anthony Wayne,
se quejó en un cable emitido al filo de la medianoche por el pedido de
detención de Carlos Menem y los demás funcionarios por desviar la investigación.
En otro cable, escrito el 27 de mayo de 2008, la embajada de EE.UU. en
Argentina reseña que Nisman llamó al embajador estadounidense para disculparse
luego de que el pedido de arresto del expresidente Carlos Menem coincidiera con
la visita al país del vicedirector del FBI.
Nisman dijo "no sabía a quién más informar". En el mismo
cable, la embajada de Estados Unidos advierte que el FBI ha alentado a Nisman
para que focalizara la investigación en los ataques y no en los supuestos
"encubrimientos". Días después, Nisman ofrece más explicaciones
("El fiscal especial de Argentina defiende sus acciones", reza otro
cable).
Incluso, Nisman, informaba a Estados Unidos sobre la pista de nuevos
sospechosos, antes que a la Justicia de su propio país. En un cable fechado el
19 de mayo de 2009, Nisman le advierte a la embajada de Estados Unidos sobre su
próxima acusación sobre un nuevo sospechoso en el caso, incluso antes de que el
juez Canicoba Corral recibiera el escrito.
Trabajó durante 10 años con el “espía histórico”, el exDirector General
de Operaciones de la Secretaría de Inteligencia (SI), Antonio Stiles, alias
"Jaime Stiuso", quien se retiró de su cargo en diciembre pasado tras
42 años de servicio, incluidos siete con los cuatro gobiernos militares que
dejaron unos 30 mil detenidos-desaparecidos en el llamado “Proceso de
Reorganización Nacional” (1976-1983).
Jaime Stiusso tuvo también estrecha relación con la Agencia Central de
Inteligencia de Estados Unidos (CIA) y con la Mossad israelí.
Acusar a Irán
El periodista argentino Santiago O'Donnell, quien analizó los cables de
WikiLeaks y autor de “Argenleaks” y “Politleaks”, asegura que Alberto Nisman
recibía desde la embajada de Estados Unidos la instrucción de acusar a Irán del
atentado contra la AMIA.
"Los cables demuestran que no actuó con independencia de la
Embajada de Estados Unidos (...) Anticipaba a la Embajada lo que iba a hacer y
la Embajada le decía lo que tenía que hacer", afirmó el periodista en
declaraciones a radio América, al agregar que (a Nisman) le decían que no podía
investigar la pista siria ni la conexión local porque eso iba a distraer, y
daba como culpables a los iraníes", sostuvo, según reseña la agencia de
noticias Télam.
Contra la Presidenta
La semana pasada, Nisman había acusado a la presidenta Cristina
Fernández y varios ministros y políticos de haber acordado "la impunidad
de Irán" antes de la firma del tratado de cooperación con el país asiático
para avanzar en el esclarecimiento del atentado contra la AMIA.
El jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, calificó la acusación de Nisman
como “ridícula y violatoria de artículos esenciales de la Constitución
Nacional”.
Capitanich, dijo que “el pedido especial de la causa AMIA por parte (del
fiscal) Alberto Nisman de llamar a indagatoria a la presidenta de la Nación,
Cristina Fernández de Kirchner, al canciller Héctor Timerman y al (diputado
nacional) Andrés Larroque” es “disparatada, absurda, ilógica, irracional,
ridícula y violatoria de artículos esenciales de la Constitución Nacional”.
En respuesta, el pasado 15 de enero el canciller argentino, Héctor
Timmerman, denunciaba en un comunicado que Nisman nunca quiso viajar a la sede
central del Interpol en Lyon, Francia, para solicitar la activación de las
boletas rojas para la captura de los responsables del ataque a la AMIA, y que
sólo había accedido a viajar tras reunirse (acompañado por Stiusso) con el para
entonces ministro de Interior, Aníbal Fernández.
“Ayer, el actual Secretario General de la Presidencia, Aníbal Fernández,
recordaba que cuando se desempeñaba como Ministro del Interior de Néstor
Kirchner debió convencer al Fiscal Nisman que acompañe a la delegación
argentina a la sede central de Interpol en Lyon para solicitar se emitan
órdenes de arresto contra los sospechosos iraníes. Nisman rehusaba viajar a
pesar de que era su investigación la que se presentaba como prueba para pedir
los arrestos. ¿Por qué se negaba y por qué sólo aceptó viajar luego de pedirle
al agente del Servicio de Inteligencia, Jaime Stiuso, que lo acompañe a hablar
con Aníbal Fernández?
Nisman debería aclarar si la denuncia contra la Presidenta tiene alguna
relación con la reciente decisión de separar a Stiuso de los Servicios de
Inteligencia o con la cercanía del inicio del juicio por encubrimiento”.
Tomado de Telesur
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