Acerca de Cosas de
Familia
Metáfora de la identidad en la poética de José
Watanabe*
Dr. Alfonso Mendoza F.
De José Li Ning ha dicho Rosina Valcárcel,
refiriéndose a su extraordinario don para hacer retratos: “extrae lo
desconocido en trazos espontáneos y precisos, dibuja y deja que de ellos salgan
la sombra del desarraigo y la luz de la esperanza”. En Cosas de familia, esta
vez con el pincel de su pluma, José Li Ning nos regala una excepcional pintura
del mundo familiar de José Watanabe que nos permite ahondar en la comprensión
de la vida y obra de uno de los más importantes poetas de la generación del
setenta.
José Li Ning es médico psiquiatra y terapeuta de
familia. Su interés por el estudio de la familia y su antigua y sólida amistad
con el poeta lo motivaron a tratar de desentrañar el misterio de la creación
poética de José Watanabe, a partir del conocimiento de la familia del amigo tal
como este la describe metafóricamente en sus poemas, ensayando de descifrar los
vínculos entre la familia real y la familia poética, empleando como
instrumentos de análisis aquellos provenientes principalmente, aunque no
exclusivamente, de la teoría de sistemas y del modelo cibernético. Tal vez para
ello, asumiendo que en ocasiones una parte del sistema puede condensar el todo,
hubiera bastado analizar el libro inicial de Watanabe, Álbum de familia que,
como acertadamente señala el crítico español Darío Jaramillo, compendia el
universo poético de Watanabe y en cuyos versos “la geografía de su pueblo,
Laredo, y los miembros de su familia circulan como sus habitantes más propios”;
tal vez, pero José Li Ning, y en ello se revela su lado científico, ha querido
ir más allá, examinando con riguroso método toda la obra poética de su amigo, y
todo lo que se ha escrito sobre él. Además, ha entrevistado a los familiares y
amigos más cercanos al poeta, de modo que el texto que hoy nos ofrece no solo
es el retrato más fiel de la poética de Watanabe, en la que la temática
familiar es central, sino que es también una conmovedora muestra del afecto
fraternal que unió a uno y otro José, a la par que la expresión de un trabajo
en el que el método científico y la penetrante apreciación artística se
conjugan armoniosamente, como si Chagall y Newton se hubieran dado la mano.
A José Li Ning le sorprende que la temática
familiar no haya sido abordada sistemáticamente, dado el lugar que ocupa en la
poética de Watanabe, quizás con la excepción de Maribel de Paz, la cronista del
poeta como la denomina Li Ning. Cosas de familia llena ahora ese relativo
vacío.
Es sorprendente el paralelismo que se puede
establecer entre José Watanabe y José Li Ning. Ambos tienen ascendencia
oriental: padre japonés uno, padre chino el otro. Ambos vieron la luz en Laredo
y Paiján respectivamente, en La Libertad, departamento norteño que destaca por
la riqueza de sus restos arquitectónicos y las soberbias expresiones artísticas
en orfebrería, cerámica y decoración mural, y que se nos presenta como un
magnífico entorno en el cual se desarrolló la infancia y la adolescencia de uno
y otro José. Cual portadores de ese legado histórico, enriquecido por la
tradición cultural asiática, ambos se encuentran en la Escuela de Bellas Artes
de Trujillo, donde aprenden pintura con el maestro Azabache. Y es allí donde
estas almas gemelas bifurcan sus caminos. José Li Ning, quien había sido ya
laureado por sus obras pictóricas, opta finalmente por la medicina, mientras
que José Watanabe, quien a su vez había sido galardonado en los Juegos Florales
organizados por la Universidad de Trujillo, opta por seguir estudios de
arquitectura. Los poemas Chagall y Acerca de la libertad, de Álbum de familia,
revelan la lucha interna del poeta por definirse entre dos universos posibles,
el artístico y el científico. Es probable que la primigenia inclinación de
Watanabe por la pintura (su padre, había estudiado arte en su lejana Okayama),
se viera desalentada por su encuentro con Li Ning. Se dice que un día el poeta
retornó de la Escuela de Bellas Artes exclamando, entre frustrado y
apesadumbrado, que tal vez no podría ser pintor, abrumado por la comprobación
de que en la Escuela había “un chino que pintaba como los dioses”. Al decir de
Lorenzo Osores esa experiencia, felizmente, hizo que José Watanabe se orientara
definitivamente hacia la poesía. Pero, ¿qué podríamos decir de Li Ning? Tal vez
a la par que perdíamos un gran pintor ganábamos un gran médico que, como el
libro que comentamos lo demuestra, supo articular la ciencia y el arte,
cultivando una disciplina que es, en su versión más pura, una auténtica
antropología, y dentro de ella la psiquiatría, especialidad que se sitúa como
una bisagra entre las ciencias naturales y las ciencias humanas.
Pero, volvamos a Cosas de familia. José Li Ning
no solamente utiliza el modelo sistémico y el enfoque cibernético. En realidad
se nutre de modos de entender la naturaleza humana que proceden de otras
vertientes del saber, tales como la psicología, el psicoanálisis, la
antropología, la sociología, la lingüística, la crítica literaria, la pintura,
la escultura, entre otras. De la terapia familiar incorpora conceptos básicos
como el de las crisis del ciclo vital, los axiomas de la comunicación humana,
la connotación positiva, la causalidad circular, la dialéctica, las paradojas y
metáforas, que aplica creativamente para ahondar nuestra visión de la poética
de Watanabe. José Li Ning se detiene y profundiza en el análisis de los mitos
familiares, que se revelan como las claves secretas que regulan los afectos y
el modo cómo estructura el poeta la imagen de sí mismo y su relación con las
personas y su mundo circundante.
Li Ning recuerda que el propio Watanabe
manifestó que su dedicación a la escritura fue un recurso para conocerse a sí
mismo, y que, en cierto modo, su obra poética llegó a ser para él un refugio
terapéutico. Pero, no solo ello. En otro momento confesó: “siempre he dicho que
uno escribe por nostalgia y que todo poema es biográfico”. Estas expresiones
justifican plenamente el sentido de Cosas de familia. José Li Ning es
consciente de que jamás podremos llegar a conocer el en sí de las cosas; que el mundo tal como
lo percibimos no es más que una representación de él; que no todo lo que
pensamos y sentimos lo podemos expresar claramente en palabras; y, sin embargo,
tal vez en el mismo lenguaje podemos hallar las figuras que hacen posible
acercarnos al estrato más profundo de nuestro ser y darlo a conocer a los
otros. Li Ning sabe que esta dificultad preocupaba al poeta y que “el goce
estético como disfrute personal es emoción que solo cuando se lo traduce en
palabras y se lo comparte con otros se transforma en arte”. Pues bien, José Li
Ning acepta el formidable reto y se introduce, y nos introduce – combinando
cual experto terapeuta las operaciones empáticas y las objetivantes – en el
abordaje del mundo familiar de Watanabe, tanto de su familia de origen como de
su familia conyugal, con la intención de que nos asomemos, aun cuando sea fugazmente,
a la comprensión del ser de Watanabe, hurgando en aquellos pliegues de su mundo
interno que tal vez el mismo poeta ignoraba, como a menudo suele acontecer, y
que los críticos y exégetas parecen ver más claramente. En esta tarea José Li
Ning se revela como un artífice de la metáfora. Como bien anota su mentora
Edith Tilmans, Li Ning no solo interpreta las metáforas de la obra poética de
Watanabe, las vive, las recrea y así descubrimos aspectos que iluminan y
potencian lo que el poeta quiso transmitirnos, haciéndonos de ese modo
participantes activos, co-creadores de nuevas visiones y metáforas poéticas que
no solo incrementan nuestro conocimiento del poeta sino también de nosotros
mismos, en una experiencia de auténtica comunicación inter humana.
Cosas de familia suscita ondas expansivas de
emociones y abre infinidad de hipótesis. La temática familiar que aborda Li
Ning se sitúa en una encrucijada atravesada por múltiples líneas de análisis: el
momento histórico y el contexto sociodemográfico en el que se inserta la familia del poeta; la manera cómo la cultura
japonesa y la cultura andina se integran en el proceso de mestizaje; el cómo
influye dicho proceso en la construcción de la identidad del poeta; la impronta
de la dinámica de su familia de origen en la configuración de los rasgos
distintivos de su personalidad y en la naturaleza de sus vínculos conyugales;
las vicisitudes ligadas a su ciclo vital familiar; los mitos y rituales que nos
remiten a sus valores familiares, etc., y cómo es que todos estos factores se
conjugan para generar el peculiar estilo del poeta. Cosas de familia aborda
esta complejísima labor. José Li Ning subraya el crucial rol de la madre, madre
nutricia y madre crítica a la vez, poseedora de una sabiduría popular y de un
bello modo de hablar propio de la sierra liberteña y que el poeta heredó y supo
valorar; el papel fundamental del padre, tierno, sosegado y tolerante como
exigente y severa fue la madre, y de quien heredara esa contención natural -que
el poeta denominaba refrenamiento-, y quien lo iniciara tempranamente en la lectura
de los haikus; el modo de situarse ante sus hermanos y en especial el rol de su
hermana Dora, que asumiera ante él un rol maternal, pero sin los miedos que le
inspiraba la madre, y el de Teresa, la penúltima de las hermanas, que lo cuidara
con un amor incondicional durante el curso de las enfermedades que aquejaron al
poeta; y por último, el cómo las introyecciones y fantasmas de la relación
ambivalente que mantuvo con la figura materna modularon sus conflictivas
relaciones de pareja, y cómo solo después del fallecimiento de la madre y translaborados
sus demonios, fue posible que en su tercera relación conyugal hallara el poeta
la satisfacción y el bienestar tanto tiempo anhelados.
Cosas de familia constituye un viaje a la
semilla. José Li Ning va al encuentro del amigo. Cada poema es un hito en el
camino y nos invita a acompañarlo. Li Ning ha cogido el cayado y tantea para
pisar sobre seguro las aguas del mítico río de la vida que debemos cruzar para
llegar a Laredo, a ese espacio mágico donde nació el poeta. Dije encuentro, en
verdad es un reencuentro, que une otra vez a dos seres casi gemelos en un
abrazo signado por la afinidad espiritual, la admiración y el afecto que ambos se
prodigaron a lo largo de sus vidas.
Muchas gracias,
Lima, 26 de noviembre de 2014
Cortesía de Rosina Valcárcel Carnero
Bellas palabras Rosina, no he leído el libro de Li Ning, pero imagino que tus palabras reflejan su sabiduría, que hablan sobre un grande de la poesía, nuestro gran Wata, como lo conocimos allgunos de sus amigos.
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