El
presidente Raúl Castro y su homólogo iraní Mahmud Ahmadinejad durante la visita
oficial de este último a Cuba, en enero de 2012.
«ANTE NUESTRA MIRADA»
Las negociaciones
secretas de Washington con La Habana y Teherán
por Thierry Meyssan
El
anuncio del restablecimiento de relaciones diplomáticas de Washington con
La Habana permite presagiar un restablecimiento de las relaciones de
Washington con Teherán. Estados Unidos no renuncia a su ambición
imperialista, mientras que Cuba e Irán tampoco renuncian a su ideal
revolucionario. Sin embargo, en una prueba de pragmatismo, Washington
reconoce que Cuba et Irán no serán vencidos con aislamiento diplomático y
guerra económica. Por consiguiente, Washington se prepara para
un enfrentamiento de otro tipo.
RED
VOLTAIRE | DAMASCO (SIRIA) | 22 DE DICIEMBRE DE 2014
El
anuncio simultáneo, por Barack Obama en Washington y Raúl Castro en La
Habana, del restablecimiento de relaciones diplomáticas entre
Estados Unidos y Cuba causó gran sorpresa en Europa. Como de costumbre,
Washington estaba negociando con su adversario en secreto,
sin prevenir a sus socios europeos pero imponiendo a la Unión Europea el
respeto de las sanciones que ahora será el primero en levantar,
aprovechando la evidente ventaja que ello implicará para sus propios intereses.
Desde
hace 2 años, el presidente Obama está tratando de suavizar los conflictos
entre su Imperio y los Estados que se le resisten: Cuba, en Latinoamérica,
e Irán, en el «Medio Oriente ampliado». Cualquiera puede darse
cuenta de que las sanciones unilaterales –verdaderos actos de guerra económica–
que Washington implanta e impone contra sus adversarios, al igual que a
sus aliados –obligados a respetarlas–, simplemente no funcionan. Tanto
Cuba como la República Islámica de Irán han sufrido considerablemente
a causa de esas sanciones, pero las resisten.
Medio siglo de lucha
Durante la guerra fría, Cuba se movilizó contra la política
de apartheid que Sudáfrica pretendía extender a sus vecinos. El régimen
blanco de Pretoria contaba entonces con el respaldo de Estados Unidos
e Israel. El ejército cubano se desplegó en Angola y Namibia
hasta la conclusión de un acuerdo de paz, en 1988. Fidel Castro fue
capaz de derrotar una ideología que dividía la humanidad en dos bandos:
amos y esclavos. Pero todavía hubo que esperar 3 años para concretar
el desmantelamiento del régimen del apartheid sudafricano y para que
Nelson Mandela se convirtiera en presidente del pueblo sudafricano
reunificado.
Idénticamente,
la República Islámica de Irán se ha movilizado contra la política de apartheid
que Israel pretende imponer en los países vecinos. Desde su proclamación
ilegal, en 1948, el régimen sionista de Tel Aviv goza del
respaldo de Estados Unidos y del Reino Unido y, seguro de ese apoyo,
reclama los territorios que se extienden entre el Nilo y el Éufrates. Por su
parte, Irán apoya a Siria, al Hezbollah y las organizaciones que componen la
resistencia palestina. Durante el mandato del presidente iraní Mahmud
Ahmadinejad, Estados Unidos e Israel sufrieron numerosas derrotas,
principalmente en Líbano, Palestina, Siria y Yemen.
Numerosos documentos demuestran los vínculos existentes
entre la Sudáfrica del apartheid e Israel, dos Estados que tienen el mismo
origen: la Sudáfrica racista fue organizada por el comerciante en
diamantes Cecil Rhodes –el teórico del «imperialismo
germánico» [1]–
mientras que la gestación de Israel se debe a Theodor Herzl, un discípulo
de Rhodes que siguió paso a paso el modelo rhodesiano. En 2002, la reina
Isabel II censuró la publicación de la correspondencia entre Cecil Rhodes
y Theodor Herzl, de la que solamente se conoce la carta que este
último incluyó en una de sus obras.
Ali Shariati
Son
tenues los vínculos entre la Revolución Cubana y la Revolución
Islámica. Ali Shariati, el pensador que preparó la revolución iraní, había
traducido a la lengua persa varios escritos de Che Guevara. Pero Cuba
e Irán no han establecido vínculos políticos significativos.
De hecho, quedé muy sorprendido al comprobar su mutuo desconocimiento
durante mis encuentros con dirigentes de ambos países. Cierto es que existen
entre ellos importantes diferencias culturales que dificultan los contactos.
Por ejemplo, la sociedad cubana es ultrapermisiva en el plano sexual
mientras que, por el contrario, la sociedad iraní es (desde mucho antes de la
Revolución Islámica) ultra sobreprotectora en ese aspecto.
Dos Estados
revolucionarios
Es evidente que los intereses de Estados Unidos, por un
lado, y los de Cuba e Iran por el otro son irreconciliables y seguirán
siéndolo. No existe ninguna posibilidad de compromiso entre
el imperialismo y el nacionalismo. Pero ello no impide
la conclusión de algunas formas de cese del fuego regionales.
La reanudación de las relaciones diplomáticas no significa
por demás el completo levantamiento de los «asedios económicos» que
Washington presenta como «sanciones», como si se tratara de
castigos impuestos por el Consejo de Seguridad de la ONU.
La
izquierda europea cataloga actualmente a Cuba como una dictadura. Pero la
izquierda latinoamericana considera la Isla, por el contrario, como un ejemplo
de resistencia. Fidel Castro es considerado en Latinoamérica como un
libertador y goza de gran popularidad en todo el continente.
De
la misma manera, la izquierda europea ve la República Islámica de Irán como un
régimen medieval cuando en realidad ese Estado es el aliado indispensable
de todo movimiento de resistencia al proyecto de «Medio Oriente
ampliado». Sin embargo, si bien Mahmud Ahmadinejad gozaba de gran
popularidad, el Guía Supremo Ali Khamenei es menos conocido en el extranjero.
Ernesto "Che" Guevara
Tanto
Cuba como la República Islámica de Irán han sido víctimas de
sus respectivas imágenes. Cuba es calificada de país «comunista»,
a pesar de que Fidel Castro no era comunista antes de
su victoria sobre el régimen proestadounidense que gobernaba su país.
Tampoco hay que olvidar que el Che Guevara era contrario al modelo
económico soviético, como lo expresó claramente en sus escritos antes de
renunciar a sus funciones como ministro de Industrias de Cuba para irse a
luchar junto a Laurent-Desiré Kabila en el Congo.
Irán
se proclamó República Islámica y debido a ello generalmente se entiende
que se trata de un país de religión musulmana. Pero Ali Shariati aseguraba que
el islam es un proceso revolucionario y que los revolucionarios del mundo
entero son musulmanes en la medida en que luchan por la Justicia. En todo caso,
el Irán chiita también intervino en África, donde respaldó… al cristiano
Laurent-Desiré Kabila a su llegada al poder.
En
ambos casos, la Historia recordará que Cuba y la República Islámica de
Irán fueron Estados revolucionarios. Pero las verdaderas revoluciones, cuando
logran la emancipación de los pueblos, sólo reciben aprobación después que se
terminan y cuando dejan de representar una amenaza para los privilegiados.
La estrategia de
Washington
Para
Estados Unidos, lograr una pausa en sus conflictos con la resistencia de
Cuba y con la resistencia de Irán era tanto una necesidad urgente como una
excelente oportunidad. El traslado de las tropas de Estados Unidos
desde el «Medio Oriente ampliado» hacia el Extremo Oriente estaba
bloqueado, al igual que el redespliegue estadounidense en Latinoamérica.
Además, había que resolver la cuestión de Cuba antes de la próxima Cumbre de
las Américas. En efecto, por iniciativa de Rafael Correa –presidente de
Ecuador– Panamá, en su calidad de país organizador de ese encuentro, había
invitado a Cuba… por primera vez. Barack Obama iba encontrarse entonces
frente a frente con su adversario Raúl Castro. Sin mencionar
la reapertura, extremadamente preocupante para los militares
estadounidenses, de una base rusa de espionaje electrónico en Lourdes
–al sur de La Habana [2].
Mientras
tanto, en el Medio Oriente, Estados Unidos no tiene ninguna
posibilidad de crear 3 Estados independientes en Irak sin el consentimiento de
Irán.
Observación
final. Este tipo de cese del fuego con Washington es particularmente peligroso.
Estados Unidos no cesará por ello sus maniobras desestabilizadoras contra
esos Estados revolucionarios. No hará otra cosa que continuarlas,
explotando para ello las posibilidades de acceso al interior de esos
países que le abrirá esta nueva etapa. Cuba e Irán no podrán en lo
adelante vigilar a los numerosos estadounidenses que visitarán sus territorios,
ya sea en funciones de trabajo como en calidad de turistas. Durante
los 2 próximos años, Estados Unidos no dejará de orquestar
nuevos intentos de revoluciones de colores.
Es
por eso que el restablecimiento de relaciones diplomáticas entre Washington y
La Habana presagia un paso similar entre Washington y Teherán.
[1]
Cuando Cecil Rhodes hablaba del «imperialismo germánico» se refería
al Imperio británico. Hay que recordar que los soberanos del Reino Unido son de
origen germano.
[2]
“Russia to reopen spy base in Cuba as
relations with US continue to sour”,
Alec Luhn, The Guardian, 16 de julio de 2014.
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