EVO MORALES UN CONDUCTOR POPULAR QUE MARCA EL
CAMINO
Raúl Isman
Noviembre-diciembre
de 2014.
Nuestros
proyectos emancipatorios se juegan enteros elección tras elección. Piénsese en
lo que hubiere deparado para la segunda independencia un triunfo de Aecio Neves
en la presidencial brasileña. El entero andamiaje de nuestra integración
progresista y sus mecanismos institucionales (MERCOSUR, UNASUR, CELAC y hasta
el ALBA) hubieran sentido un cimbronazo muy significativo. Por otra parte, la
centralidad de los comicios surge del hecho que, en nuestro tiempo, sólo
fracciones minúsculas plantean vías no electorales para transformar la
sociedad.
Si bien cada proceso nacional presenta sus rasgos, características y modos específicos y peculiares; nos parece significativo destacar el carácter paradigmático (de lo que hay que hacer) que muestra el liderazgo por ya más de una década ejercido por Evo Morales Aima y Álvaro García Liñera. Han sabido articular lo táctico con lo estratégico, las necesidades generales del desarrollo económico con las reivindicaciones (que a veces pueden ser tildadas como exageradas) de las masas populares, lo general con lo particular. Así construyó mayorías sólidas de aproximadamente 60% de los electores. Tuvo a su favor, además de los aciertos señalados, el menor peso electoral e influencia de las clases medias. En la Argentina, Brasil, Ecuador, Venezuela los destacamentos pequeño-burgueses dispuestos a prestar oídos a los cantos de sirena de los Capriles, Leopoldos López, Marinas Silvas, Eduardos Campos y Sergios Massa son no sólo más significativos cuantitativamente que en Bolivia. También son cualitativamente más influyentes.
Señaladas tales diferencias es preciso dejar sentadas algunas tareas imprescindibles de la hora. Es preciso profundizar los mecanismos integradores (instituciones financieros, iniciativas solidarias, obras públicas transnacionales, proyectos industriales solidarios, por poner algunos ejemplos) minimizando todo lo posible las inevitables lentitudes burocráticas y las contradicciones por el liderazgo entre las más importantes de nuestras naciones. Estas deben formular un programa para alentar la industrialización y el desarrollo económico de los países más débiles. Claramente la magnitud de la obra que tenemos por delante trasciende varias generaciones. Ya la muerte se llevó a Chafick Hantal, Néstor Kirchner y a Hugo Chávez, por citar sólo los más destacados. Su legado perdura en la lucidez y consecuencia con la que Evo Morales ha construido el magnífico proceso que conduce.
Interesantes opiniones de Raúl Isman, colega, compañero argentino. Gracias.
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