Por: Rafael Casanova Fuertes
La mañana del 17 de octubre de 1977, las radios
daban noticias alarmantes, sobre la situación de Masaya, un grupo de
guerrilleros del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN),
sorpresivamente, atacó el cuartel de esta ciudad, a escasos 27 kilómetros de
Managua.
Pero la situación se tornó más alarmante aún,
cuando en medio de que se reportaron combates de unidades GN contra comandos
guerrilleros en el Kilometro 13 y medio de Carretera Masaya, se empezaron a
escuchar con claridad, disparos de diversos calibres en algunos puntos de la
misma capital, Managua, mientras se daba un vasto despliegue militar, que
incluía medios aéreos.
Negocios como supermercados, centrales obreras,
oficinas y colegios, etc. cerraron sus puertas. La oficina de leyes y
relaciones de la GN, informaba oficialmente de los combates de Masaya y el Km.
13, los Altos de Tipitapa, pero agregaban que patrullas GN se abocaban a
neutralizar “focos subversivos” surgidos en Managua. Todo daba la impresión de
un estado general de guerra en el país.
Las acciones de Masaya y Km.13 y
medio, formaron parte de la ofensiva de octubre, protagonizada por la tendencia
insurreccional del FSLN, iniciada días antes, con los ataques al cuartel de San
Carlos en Río San Juan y la emboscada de San Fabián, en Nueva Segovia.
Los otros combates, fueron producto de
coincidencias de operativos realizados en el mismo día 17, contra casas de
seguridad, de la tendencia GPP en Tipitapa y Managua. La GN sufrió considerables
bajas, pero también valiosos cuadros del FSLN, dieron su vida en esta jornada
heroica que significó, en su tiempo, uno de los golpes más contundentes que se
le infligieron a la dictadura Somocista.
Uno de sus principales gestores, planteaba entre
sus argumentos, que al darse una situación anómala dentro del sistema, con el
repentina ataque cardiaco que sufrió el Dictador Somoza Debayle, había que
incidir desde la principal fuerza del movimiento revolucionario, el FSLN,
fuertemente golpeado por la represión que siguió a la acción de diciembre de
1974.Dentro de esta lógica, la única forma de reaparecer era a través de la
lucha armada en tanto el FSLN, si bien contaba con la simpatía popular, no
tenía estructurado un movimiento de masas.
Se contaba con un poco más de 100
combatientes armados (algunos de ellos recién incorporados) y por primera vez,
una alianza política, que incluía a empresarios, intelectuales, personalidades
políticas y religiosas.
Las audaces acciones armadas, se dieron en un
terreno fértil, que solo puede ser comprendido, si partimos de un análisis
dialectico, de hechos y situaciones, aparentemente contradictorias, el mismo
nos obliga, a remitirnos a pocos años antes de los sucesos de octubre.
Desde los años que siguieron al terremoto de 1972,
entre 1973 y 1975, hay un proceso de agudización de las contradicciones
sociales y políticas, dentro del sistema. La voracidad de Somoza y allegados,
lo llevaron a tener fuertes contradicciones con la clase empresarial; los
obreros pierden el miedo a la represión patrono-militar y en medio de estados
de sitios, (como los de 1973 y 1975) se lanzan a huelgas de larga duración,
miles de trabajadores y empleados organizados en federaciones y centrales
sindicales, logrando obtener reivindicaciones socioeconómicas; se fortalecieron
los organismos intermedios del mismo Frente Sandinista, se logra la
incorporación de sacerdotes progresistas y jóvenes provenientes de las clases
acomodadas y de los sectores populares en los barrios, los activistas estudiantiles,
participaron de forma solidaria en los movimientos huelguísticos de los
obreros; aunque dividido, resurgió el movimiento estudiantil de secundaria en
colegios, liceos e institutos nacionales; la oposición antisomocista, se
unificó y se fortaleció en la Unión Democrática de Liberación (UDEL), surgida
en diciembre de 1974, no como la alianza electorera de otras situaciones, los
antisomocistas unidos demandan la salida incondicional de Somoza.
Los artistas e intelectuales, como el canta-autor Carlos
Mejía Godoy hicieron lo suyo, divulgando canciones testimoniales y de protesta
en todo el país.
El cuarto poder, los periodistas, y
organismos de la sociedad civil, denunciando la constante violación de los
derechos humanos, en las zonas urbanas y rurales, labor en la que se destacó,
el -hoy Héroe Nacional- Dr. Pedro Joaquín Chamorro Cardenal.
En síntesis, se vino desarrollando un cúmulo de
movimientos, que vinieron acrecentando, el desarrollo de condiciones
subjetivas, la toma de conciencia general, que se necesitaba para enfrentar al
Régimen Somocista.
En estas circunstancias fue que el Frente
Sandinista rompió el silencio, con una acción militar, el golpe a la casa de
“Chema” Castillo en diciembre de 1974 provocando un gran impacto en la vida nacional,
en un momento álgido de las contradicciones sociales y políticas.
El aparato de dominación militar reacciona
violentamente, estableció la Ley Marcial y el Estado de Sitio, hubo miles de
detenidos, centenas de desaparecidos, el núcleo guerrillero en el Norte aislado
y cercado, resintió la caída de cuadros valiosos. Todo esto dio la impresión de
una derrota, los corifeos del régimen aunque fuertemente cuestionados nacional
e internacionalmente, se llegaron a jactar de haber “derrotado a la guerrilla”.
Mas contra sus pronósticos, la población, y todas
las fuerzas de oposición lograron resistir el Estado de Sitio (que se prolongó
hasta septiembre de 1977), no disminuyeron las huelgas obreras y estudiantiles,
marchas populares, mítines políticos, denuncias a nivel internacional sobre la
violación de los Derechos Humanos, etc.
Es aquí donde se debe de destacar, la importancia
de la Ofensiva de octubre, como un elemento catalizador, porque el FSLN atacó
por primera vez los cuarteles GN, en poblaciones del Pacífico como Masaya,
causando un gran impacto a nivel nacional e internacional.
De esta manera, la población pudo ver con sus
propios ojos, que el aparato armado del sistema, no era invencible, que a los
odiados guardias también le entraban las balas, un efecto sicológico muy
importante.
En este caso, ya no fueron los solitarios
movimientos guerrilleros, de los cincuenta y sesenta, que dejaron tan solo, su
heroico recuerdo, o de quienes habían sacrificado su vida en sus casas de
seguridad, en medio de la admiración general. En las ofensivas guerrilleras
urbanas de octubre 1977, los “curiosos” tomaban partido y animaban a los
combatientes, como sucedió en la misma ciudad de Masaya.
En lo adelante las columnas y células guerrilleras
del FSLN ya no solo fueron admiradas por la población -como en las experiencias
anteriores- sino que fueron apoyadas y nutridas por un pueblo , que ya tenía
suficientes niveles de conciencia y experiencia política para actuar de forma
decidida contra el sistema, ya fuera como colaborador o como combatiente, etc.
El proceso acumulativo, había llegado a su clímax,
la oposición política y social, confluía, con la lucha armada revolucionaria,
octubre 77 fue por tanto, un salto cualitativo y cuantitativo en la lucha,
vendrían otras jornadas no menos heroicas y costosas para el pueblo
nicaragüense, pero forman parte de otra historia. ¡Viva el octubre victorioso
de 1977!
¡Honor y gloria a los caídos en esta jornada!
Rafael Casanova Fuertes*
*Escritor e Historiador del Programa Cultural del
BCN.
http://carlosagaton.blogspot.com/2014/10/nicaragua-la-ofensiva-de-octubre-de-1977.html
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