Jens Stoltenberg, Secretario General de la OTAN.
¿De veras puede la OTAN
desplegar tropas donde le plazca?
Por
Abel Suárez Perdomo
10
octubre 2014
Desde
el inicio de la crisis que vive Ucrania, no son pocos los trabajos
periodísticos que han intentado vincular estos hechos con un resurgir de la
llamada Guerra Fría entre Rusia y Estados Unidos.
Esta
hipótesis la reafirman las acciones de la Organización del Tratado
del Atlántico Norte (OTAN) contra Rusia en su intento por seguir los
designios de su verdadero líder: Estados Unidos. Lo han intentado de diversas
maneras, desde maniobras militares cerca de las fronteras con Rusia, hasta
declaraciones que caen en las más baratas demostraciones de fuerza, que revelan
ignorancia incluso de sus propias directrices.
Recientemente
asumió el cargo de Secretario General de la OTAN
el noruego, Jens Stoltenberg,¹ y menos de una semana después de su asunción
viajó a Polonia, donde escenificó lo que pudiera calificarse como un vano
intento por hacer valer las capacidades de la OTAN.
De
visita en territorio polaco, país que se ha prestado como punta de lanza de la
OTAN contra Rusia, Stoltenberg afirmó que el bloque militar puede “desplegar
sus tropas donde quiera”.²
Si
tenemos en cuenta que desde el inicio de la crisis ucraniana la OTAN ha
incrementado notablemente su actividad cerca de la frontera con Rusia y que en
su Cumbre recién finalizada en Gales anunció planes de crear un grupo de
respuesta rápida con infraestructura en Europa del Este,³ dichas palabras no
deberían sorprendernos, salvo que ponen de manifiesto que al nuevo secretario
general de la Alianza le queda un trecho por andar en materia de dominar los
documentos que marcan el accionar de ese bloque militar.
Sucede
que expertos rusos han reaccionado ante las palabras de Stoltenberg advirtiendo
que contradicen el Acta Fundacional OTAN-Rusia de 1997.
El
director del Instituto de Evaluaciones Estratégicas ruso, Serguéi Oznobischev,
considera que el nuevo jefe de la OTAN aún no ha comprendido las
especificidades de su cargo ni estudiado detenidamente los documentos básicos
relativos a las relaciones OTAN-Rusia. En su opinión, lo que dijo Stoltenberg
sería una violación “porque el Acta Fundacional estipula, en particular, que la
Alianza no desplegará contingentes militares de forma permanente en el
territorio de los nuevos países miembros”.⁴
La
OTAN, calificada por algunos analistas como una “organización burocratizada,
políticamente dividida y escasamente operativa para enfrentar los retos y
amenazas a la seguridad euroatlántica”,⁵ busca desesperadamente credibilidad a
nivel mundial. Se ha aprovechado de la crisis en Ucrania para lograrlo, aunque
de manera infructuosa.
Tampoco
la lograron cuando los bombardeos indiscriminados sobre Yugoslavia en 1999, o
durante su agresión a Libia en 2011, para no hablar del fiasco en Siria, tema
sobre el que ni siquiera pudieron ponerse de acuerdo cuando su amo de turno, el
presidente Obama, en agosto de 2013 dijo: ¡Vamos a la Guerra!
Así,
sería oportuno que algún amigo le sugiera a Stoltenberg un poco de mesura a la
hora de brindar su apoyo a Polonia y a los países bálticos ante el presunto
peligro ruso; pero más importante sería que el nuevo Secretario General de la
Alianza se estudie los documentos y acuerdos firmados, para que no haga el
ridículo con declaraciones que poco aportan a la paz y seguridad internacional.
Otra
posibilidad, menos feliz y más peligrosa, es que Stoltenberg esté abonando el
terreno para que en algún momento la Alianza renuncie a los acuerdos de 1997
con Rusia y despliegue sus tropas “dondequiera”, un paso que solo reforzaría la
teoría de una nueva Guerra Fría, en pleno siglo XXI.
Referencias
1http://www.dw.de/stoltenberg-asume-secretar%C3%ADa-general-de-la-otan/a-17967900
2http://www.reuters.com/article/2014/10/05/us-ukraine-crisis-nato-idUSKCN0HU0V720141005
(Tomado
de CubaDefensa.cu)
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