Brasil: ¡Derrotar a la derecha no admite vacilación!
Brasil de Fato
Artículos de Opinión | Brasil de Fato | 08-10-2014
Concluimos la primera vuelta de las elecciones generales
con un Congreso Nacional más conservador. La onda reaccionaria fortaleció a las
bancadas ligadas a grupos evangélicos fundamentalistas, a los líderes contarios
a la ampliación de los derechos y a la llamada "bancada da bala",
defensora de la intensificación de medidas represivas. Pero principalmente
fortaleció a las bancadas patronales vinculadas a los grandes grupos
empresariales.
Los votos nulos, en blanco y la abstención mostraron un
crecimiento significativo, lo que permite concluir que canalizaron también la
insatisfacción de los votantes.
La conjunción entre un cuadro recesivo en la economía y
la época electoral siempre debilita la situación y fortalece el discurso
oposicionista. En este contexto, las fuerzas neoliberales perciben la
posibilidad de la victoria y jugarán todas sus fichas en los próximos días. El
enfrentamiento entre Dilma Rousseff y Aecio Neves será una batalla decisiva,
dura, que exigirá la más amplia movilización de todos los sectores populares y
la izquierda en nuestro país.
En estos momentos, hemos sido testigos de los esfuerzos
de la candidatura de Aecio Neves para disputar la franja electoral de Marina
Silva, en especial los sectores más reaccionarios que habían engendrado una
posibilidad de victoria a través de la candidata del Partido Socialista
Brasileño (PSB). Para ello, cuenta con el apoyo incondicional de los grandes
medios de comunicación que también se preparan para usar toda su artillería de
denuncias en las próximas semanas.
Más que en otras elecciones en las que la candidatura
del Partido de los Trabajadores (PT) se enfrentó a la del Partido de la Social
Democracia Brasileña (PSDB), la victoria de Dilma Rousseff dependerá de la
movilización militante. Una elección que se decidirá en el trabajo voluntario,
de casa en casa, en las calles, como en los mejores momentos de la historia del
PT. Y dependerá mucho más de la osadía para profundizar el programa de cambios,
dejando claro para la juventud trabajadora y la militancia popular su
compromiso y voluntad concreta para hacer frente a los complejos desafíos de
los cambios sociales.
La segunda ronda favorecerá el debate político entre dos
proyectos diferentes. Por un lado, el significado del regreso del
neoliberalismo, con sus privatizaciones, alineamiento con Estados Unidos y
reducción de las inversiones sociales, y del otro, la necesidad de, frente al
neodesarrollismo, avanzar en la lucha contra los problemas estructurales que
fueron relegados en nombre de mantener la unidad con sectores burgueses.
La propuesta de una Plataforma de los Movimientos
Sociales, elaborada por 60 organizaciones sociales de todo el país es una
alternativa concreta, posible e inmediata de la necesaria radicalización que
debe ser acogida por la candidatura de Dilma para enfrentar la ofensiva
neoliberal en esta segunda ronda.
El momento histórico no permite vacilaciones. Es preciso
derrotar al neoliberalismo. El silencio en un momento tan decisivo o esconderse
con el pretexto de la coherencia en un discurso sectario es cometer un grave
error político.
Permitir una derrota por el proyecto del neoliberalismo
significa una tragedia no sólo para las fuerzas populares en nuestro país, sino
para todos los gobiernos progresistas de nuestro continente, fortaleciendo el
imperialismo con implicaciones geopolíticas globales.
Sin embargo, aún con una victoria, Dilma gobernará con
una correlación de fuerzas desfavorable en el Congreso Nacional, con las clases
medias, también llamada "clase media alta" extremadamente resentida y
una parte del electorado muy desconfiado de sus reales compromisos en
profundizar los cambios.
Este escenario, refuerza aún más la necesidad de luchar
por una Constituyente Exclusiva y Soberana del sistema político. Sin enfrentar
el actual sistema político estamos condenados a ver el cierre de un verdadero
cerco político reaccionario.
Es esencial enfrentar la ofensiva neoliberal y apoyar la
candidatura de Dilma, pero no de manera subordinada, solamente reproduciendo
las consignas y frases de campaña. Levantar con fuerza la bandera de
’Constituyente Ya’, exigir que sea Exclusiva y Soberana, trabajar la
"Plataforma de los Movimientos Sociales", aprovechar el momento
electoral para el debate político con el pueblo, son los caminos de un apoyo
político que entiende que no basta ganar, es preciso ser audaz para exigir
cambios políticos que no han sido realizados permitiendo que se cierre el cerco
conservador. (Traducción: ALAI)
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